Aunque la tasa de homicidios a nivel nacional bajó entre 2012 y 2015, el promedio de asesinatos, durante la administración de Peña Nieto, es de mi 800 al mes y 21 mil 600 al año. Los especialistas consideran que si esta tendencia continúa, el 2018 podría terminar con ocho mil asesinatos más de los que se reportaron en el sexenio de Calderón.
La violencia en México no ha disminuido de un sexenio a otro. Aunque la tasa de homicidios a nivel nacional bajó entre 2012 y 2015, en lugares como Guerrero y Chihuahua la cifra de asesinatos se mantuvo en dos mil cada año, según las estadísticas del Inegi. Incluso estados como Colima y Baja California Sur, lugares que en 2012 no figuraban entre los primeros diez en este delito, ahora tienen una tasa de homicidios que duplica la nacional.
En 2012, el último año de gobierno de Calderón, se registraron 25 mil 900 homicidios en todo el país. Chihuahua ocupó el primer lugar, su tasa de homicidios fue cuatro veces la reportada a nivel nacional: 77 asesinatos por cada 100 mil habitantes.
En ese periodo la violencia se concentró en el norte del país. Con excepción de Guerrero, el segundo lugar en homicidios, los otros puntos rojos en el mapa se encontraban en Durango, Sinaloa y Tamaulipas. Cada estado reportó, en promedio, mil 800 asesinatos.
De acuerdo con analistas, hay una estrategia reactiva por parte del gobierno federal, similar a la que comenzó el ex presidente Felipe Calderón y actualmente, en lugar de disminuir los homicidios, van a la alza, según las cifras oficiales. “A lo mejor controlas Acapulco, o cualquier otro municipio, pero con tanta intervención del estado en un lugar específico lo que provocas es que se vayan a otro lado. El llamado efecto cucaracha”, aseguró Jonathan Furszyer, coordinador del Programa de Seguridad de la organización México Evalúa.
En 2015, en el tercer año del presidente Enrique Peña Nieto, Guerrero, Chihuahua y Sinaloa ocuparon de nuevo los primeros lugares y al tercer y cuarto lugar de la lista se unieron Colima y Baja California. Estos cinco estados duplican la tasa de homicidios dolosos en todo el país, según los datos del Inegi. “La estrategia de ambos gobiernos es exactamente la misma: apagar las llamas. A veces logran contener el fuego, pero lo hacen sin considerar los efectos que trae a largo plazo”, explicó Furszyer.
De acuerdo al experto de México Evalúa la estrategia, hasta ahora, es insuficiente ante la problemática. “No se está atendiendo ni a la población objetivo, ni a la más vulnerable. Las acciones duran muy poco tiempo y no están contribuyendo realmente a prevenir la violencia”.
Furszyer añadió que estas acciones, a largo plazo, terminan creando un rechazo hacia la policía. “Cuando llegas a niveles de violencia tan grandes, la sociedad, en lugar de reconocer la labor de la policía, comienza a temerle”. Esto como consecuencia de que las políticas solo están enfocadas en la parte de contención y reacción y no en brindar apoyos económicos y sociales para las comunidades.
Las estadísticas de muertes dolosas en el país distan mucho de ser perfectas. El esfuerzo que están haciendo organismos como Inegi o el Secretariado Ejecutivo aún no alcanza.
El Secretariado reporta 72 mil 749 expedientes judiciales relacionados con muertes violentas entre 2012 y 2015. El Inegi supera este dato por 16 mil 816 registros
El promedio de asesinatos, durante la administración de Peña Nieto, es de mil 800 al mes y 21 mil 600 al año
Julio de 2016 terminó como el mes más violento durante el gobierno de Enrique Peña Nieto; apenas dos mil asesinatos menos que en el peor mes de Felipe Calderón (octubre de 2012)
En 2012, el último año de gobierno de Calderón, se registraron 25 mil 900 homicidios en todo el país