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Las víctimas colaterales que nunca acaban


Luis Alonso Fierro

Chihuahua, Chihuahua


Como cada fin de semana, el viernes 3 de junio de 2017, el pequeño bar Chicho´s, ubicado en ciudad Cuauhtémoc, comenzó a lucir abarrotado de chihuahuenses que buscaban un lugar para divertirse con sus amigos. Poco a poco las mesas se llenaron. El ambiente lucía relajado. Nada llamó la atención de los jóvenes que ahí se encontraban, según un testimonial al que EL UNIVERSAL tuvo acceso. Pero esa noche Chihuahua recordó sus peores días de violencia.

Los clientes iban en búsqueda de las famosas “caguamas”, consideradas como la especialidad de la casa. La rara combinación de estilos en el decorado parecía no importarles. En el local se podían encontrar desde murales con temáticas de Nueva York hasta luces azules de neón en el techo que le daban una visión diferente a la guitarra eléctrica color negro en la pared. Todo parecía combinar a la perfección con la barra de más de 10 metros con molduras de cocina integral. Los clientes se sentían como en una cantina popular. Lo que nadie sabía era que este lugar también era el favorito de integrantes del Cartel del Tigre.

El 3 de junio de 2017 un hombre armado disparó contra los clientes del centro nocturno. Más de 22 chihuahuenses resultaron heridos.

El 3 de junio de 2017 un hombre armado disparó contra los clientes del centro nocturno. Más de 22 chihuahuenses resultaron heridos.

El bar Chicho´s era uno de los puntos de reunión de los criminales bajo el mando de Julio César Escárcega, alias “El Tigre”, líder del grupo delictivo que mantiene operaciones en el noroeste de la entidad, el cual también es una célula del Nuevo Cartel de Juárez, según información de Jesús Manuel Carrasco Chacón, Fiscal de la Zona. Incluso las investigaciones determinaron que una mujer, miembro de esta organización, distribuía droga en el sitio. Todo ocurría en pleno centro de la ciudad. A dos cuadras de la presidencia municipal.

Treinta minutos después de la media noche, la desgracia llegó a las calles de Segunda e Hidalgo, en el centro del municipio de Cuauhtémoc. Un hombre arribó al exterior del bar y descendió de un Malibú color dorado. Su rostro estaba cubierto por una capucha. Desde afuera comenzó a disparar con su rifle AK-47. El primero en caer fue un joven que estaba en la banqueta, quién al parecer había salido a fumar un cigarrillo, de acuerdo con los datos que se encuentran en la carpeta de investigación.

Después de los primeros disparos el arma se quedó atascada. Eso permitió que otros clientes lograran escapar. El atacante ingresó al centro nocturno y abrió fuego de nuevo. El piso comenzó a teñirse de sangre. Mató a cuatro hombres y dos mujeres. Además de los más de 20 chihuahuenses que resultaron heridos. Las ambulancias y las áreas de emergencia no se daban abasto para atender a las víctimas. La paz en Chihuahua terminó de resquebrajarse.

“Lo que tenemos en las investigaciones y peritajes es que el sicario tenía información de que en el interior estaban integrantes del grupo delictivo (Del Tigre) y posiblemente tenían la ubicación de en qué mesa estaban sentados. Al parecer al llegar a la puerta vio, o pensó ver, a uno de ellos y le disparó. Después entró, pero no pudo ubicarlos y optó por disparar a todos. Sobre las seis personas que fallecieron, sabemos que todos eran inocentes. Ninguno estaba involucrado en drogas. Fueron víctimas circunstanciales”, aseguró un mando de la Fiscalía a EL UNIVERSAL.

Al día siguiente, en un parque infantil, se encontró una manta en la que la organización de “El Tigre” se deslindaba de los hechos y aseguraba que el ataque había sido ordenado por Carlos Arturo Quintana, alias “El 80”, líder del grupo delictivo antagónico y con el que mantiene una guerra por el control de la venta de droga y rutas de trasiego en la región.

Hasta hace aproximadamente un año las dos bandas trabajaban juntas, cada una con su territorio, e incluso se apoyaban en sus actividades ilícitas, de acuerdo con reportes de inteligencia de la Fiscalía. Pero el problema vino cuando sus cabecillas se pelearon. Desde ese momento comenzaron una serie de enfrentamientos que han dejado decenas de muertos, entre ellos César Raúl Gamboa Sosa, alias “El Cabo”, antiguo líder del cartel del Tigre.

Las autoridades aseguran que ya se han girado varias órdenes de aprehensión y que están “seguros que es cuestión de días para que podamos lograr algunos arrestos relacionados con el caso”. Mientras tanto el Chicho´s permanece cerrado. Sus puertas y ventanas quedaron pegados con los sellos de clausura del gobierno municipal. En tanto las clientas de la tienda de fajas que se ubica a un costado no dan crédito a que en ese sitio se registrara un hecho que enlutó a seis familias, y casi cuesta la vida de otras 22 personas.