Cochinita dream: los mayas toman San Francisco

Los yucatecos se metieron hasta la cocina de Estados Unidos. La migración de esta estirpe arreció hace una década y, ahora, suman 180 mil migrantes que ganan en promedio 40% más que sus compatriotas indocumentados. Hablan inglés, trabajan duro y le mandan un mensaje al nuevo presidente: “Donald Trump, no sólo te pareces a la Paquita (la del Barrio) y la neta, aunque seas presidente, la cara de tontejo no se te quita. ¡Booomba!” .

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Hasta la cocina

Por Íñigo Arredondo Vera

Los primeros mayas llegaron a Estados Unidos como la mayoría de los migrantes, buscando un sueño. Con el mismo plan de todos, ahorrar y regresar a casa con la familia que dejaron atrás. Pero en lugar de eso, 70 mil yucatecos se establecieron en la costa norte del estado más rico de EU y crearon redes tan sólidas que pudieron emplear a sus hijos, primos y amigos y provocaron una oleada de migración tan grande que pueblos de Yucatán perdieron un tercio de su población.

El Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya del Estado de Yucatán (Indemaya) estima que en total hay 180 mil yucatecos que viven en el país vecino. Sólo en cinco años, 2000 al 2005, llegaron cerca de 60 mil: 32 al día, 976 al mes y 11 mil al año. La cifra es equivalente a una tercera parte de los niños que nacen en Yucatán anualmente. La mayoría son campesinos que partieron de Mérida, Oxkutzcab, Cenotillo, Mama, Peto y Muna. Cambiaron la cosecha de maíz y de cítricos por un sueldo en dólares al trabajar en una cocina haciendo lo más básico de toda sociedad, la comida. Los mayas ganan promedio 40% más que el resto de los migrantes mexicanos.

“Esa migración emergente principalmente tiene un perfil joven. El 20% son mujeres y el 80% son hombres y, de esos, el 45% tiene entre 18 y 29 años”, explica Ángel Basto, subdirector de atención a Migrantes en el Indemaya.

A pesar de estar distribuidos en 43 ciudades, el 38 por ciento se estableció en la Bahía de San Francisco por las conexiones que se hicieron cuando los primeros migrantes llegaron en los 80. El resto están en Los Ángeles y las ciudades de alrededor, en Portland, Oregon, Seattle, Washington, Denver, Colorado, Las Vegas, Nevada y algunos otros grupos en Dallas y San Antonio, según explica Basto.

“Ojalá el maya sea un idioma universal”

  • Santos Tuyuc

    29 años viviendo en la bahía de San Francisco

Santos Tuyuc, tiene 29 años en la bahía de San Francisco. Trabaja de lunes a domingo, intercalando sus días de descanso con sus dos trabajos en cocina. Llegó a los 14 años, cuatros años después que su primo quien le habló y lo convenció con la idea de ganar en dólares. En ese momento estudiaba computación en Peto, Yucatán y dejó los estudios para darle una mejor vida a su familia. Hoy a 10 mil 585 días de distancia, dice que ser migrante maya en San Francisco es demostrar que su cultura puede conquistar cualquier lugar del mundo.

“Ya tengo amigos americanos que ya hablan maya you know, ojalá algunos años en el futuro el maya sea un idioma universal.”

El Cónsul General de México en San Francisco, Gemi José González, comenta que muchos de los mayas no hablan español. Dice que en el casi año que lleva en el puesto ha estado en reuniones donde hay traductores de español a maya o de español a inglés. “Muchas veces transitan del maya al inglés, se brincan el español. Una buena parte de la comunidad, está aquí de Yucatán hablan solamente maya y luego transitan a la otra lengua.”

Servicios de San Francisco, en mayos de los mayas

A Santos Tuyuc, cajero y parrillero de las mejores hamburguesas desde el 2008 del área de la bahía, en el condado más rico de todo EU, Marin County, se le facilita más hablar inglés que español. Día a día recibe a decenas de órdenes en inglés y le pasa la comanda a su ayudante en maya. Como él, la mayoría de los migrantes mayas tienen entre dos y tres trabajos: uno por la mañana y otro por la noche y, en algunos casos, el fin de semana. El 90% de los mayas trabajan en el área de servicios, la gran mayoría en la cocina.

Los mayas se acomodaron en departamentos en el centro de la ciudad que comparten entre seis y nueve yucatecos más. Las principales zonas donde se establecieron en edificios están en las calles de Mission, la 16 o en el Tenderloin, en un perímetro de 3 kilómetros, están los 4 restaurantes de comida yucateca, punto de reunión de la comunidad. El costo de una renta que pagan en la ciudad va de los mil dólares hasta los cuatro mil al mes. La ciudad de San Francisco es de las más caras de todo el país. Quienes se hartaron de vivir en un lugar pequeño y pagar mucho se han mudado a 50 kilómetros, las zonas de San Rafael o Vallejo.



  • Adrián Briseño

    Llegó a los once años a EU

Adrián Briseño llegó a los once años en avión a EU. Todos los días, sale de Vallejo a San Francisco, 100 km al día, para trabajar en uno de los restaurantes más representativos del muelle, especializado en servir langosta y cangrejo. Cuando entra al restaurante, saluda con un español americanizado, “what’sup men”. Saluda mano con mano y luego un movimiento del cuerpo empujando un hombro para apenas tocar el otro cuerpo y luego separarse. En su lugar de trabajo, variando los días de descanso, convive con por lo menos cuatro yucas (yucatecos) en el interior del restaurante y en el muelle con otros cinco.
“Me siento especial, i mean, no todos tenemos esa cultura de maya. Es bonito, i mean.”

A su hijo de cuatro años le cuenta sobre México. Sus colores, olores y la libertad que tienen. Dice que le enseñará sobre la infancia que tuvo y sobre todo que el tiempo se pasa más lento. Pero que quizá sólo sea eso porque no planea regresar. “Ser yucateco en San Francisco es… lo mejor.”





“Dentro de 10 años vemos una migración yucateca con mayas, con mejores oportunidades en EU, ya estamos hablando de que tienen hijos, que están estudiando en EU, se están preparando. Es probable que no tengamos una oleada en cuanto a regreso, porque los yucatecos se están portando bien, cumpliendo la ley”, explica Basto de Indemaya.

Cuatrocientos cincuenta, el 0.2%, de los deportados mexicanos en el último año fiscal fueron mayas. De los 404 presos que hay en los 13 condados que corresponden al consulado de México en San Francisco: Alameda, Costa del Norte, Lake, Marin, Mendocino, Humboldt, Napa, Sonoma, San Mateo, San Francisco, Trinity, Solano. Sólo cinco son mayas.

En los más de 20 años que Santos Tuyuc lleva como migrante en California ha visto gente ir y regresar a los EU. Él sólo una vez regresó a su pueblo en Yucatán. Estuvo sólo un mes y pagó 3 mil dólares para regresar a su normalidad. “no sé qué hubiera sido de mi vida si me hubiera quedado. Me vine porque no tenía suficiente recurso para estudiar. Una vez que empecé a trabajar ya dejé los estudios atrás.”

180 mil yucatecos viven en EU

Viven en los Estados Unidos (Indemaya).

Entre 2000 y 2005 llegaron 60 mil

32 al día, 976 al mes y 11 mil al año.

Los mayas ganan promedio 40% más

Que el resto de los migrantes mexicanos. 

38% está en la Bahía de San Francisco

A pesar de estar distribuidos en 43 ciudades de California.

Sólo 5 de los 404 presos son mayas

De los 404 presos que hay en los 13 condados.

90% dedicados a servicios

Como choferes, la limpieza, la cocina, etc.

Cuando pagar vale la pena…

Todos cruzaron la frontera, pero no de la misma forma pues la seguridad aumentó con los años. Dicen que antes del 9/11, la caída de las Torres Gemelas, “brincar la barda era muy fácil”. Saltaban en la rumorosa en Baja California. Llegaban a San Diego y de ahí comprobaban un vuelo a San Francisco. Después de eso la entrada comenzó a hacerse difícil. Algunos llegaron mezclados con el ganado en camiones, después de tres días. Otros continuaron brincando la barda o algunos, como el caso de Lucy Góngora, tortillera en San Francisco, quien pasó la garita en la cajuela de un carro pequeño junto con otras siete personas.

  • Lucy Góngora

    Cruzó en la cajuela de un carro, con otras siete personas.

“Cuando nos subíamos. Nos pusiéramos en el carro a como nos habían explicado. Después de que nos acomodamos en el carro nos rociaron con vinagre. Supuestamente el vinagre se nos echó, para que a la hora de cruzar la garita, la aduana, el olfato de los perritos no nos sintiera. Claramente escuchábamos que los de la migra le presionaban al carro para ver si se movía y nos tocaban la cajuela preguntando si había alguien dentro. Lo único que nos dijo el guía que nos llevaba, fue cómo íbamos a comunicarnos. Si ya estábamos llegando a la garita, una vez tenía que decir ‘ugghm’, y cuando pasamos nos tenía que decir tres veces ‘ugghm’, es que ya habíamos logrado el objetivo de cruzar. Fue muy triste, se me bajó la presión, uno se desmayó. Sientes que te vas a morir, te asfixias muy feo. Mientras el carro esté estacionado, no hay aire. No tenemos aire. Ya el carro que tiene movimiento, pues tienes aire, mientras te sientes morir. Es horrible.”

Los mayas han pagado, a lo largo de un poco más 30 años de historia migratoria, entre 500 dólares para cruzar la frontera hasta un máximo de 14 mil en el último año. La misma Lucy Góngora salió a su ciudad natal en Yucatán por una emergencia familiar, permaneció unos meses y cuando decidió regresar a EU cruzó la frontera de nuevo en auto, pero ahora sentada en el asiento del copiloto. Cuando le pidieron su visa dio una identificación de una persona muy parecida a ella. Pasó recordando el sufrimiento de su último cruce y saboreándose su pequeña victoria.

Al día, cinco yucatecos continúan cruzando la frontera norte en busca del sueño maya. Ese en que hablando su lengua madre pueden ir sigilosos a enfrentar un nuevo mundo sabiendo que lo conquistarán desde lo más íntimo y básico e instintivo del humano: la comida.


Lo que viene… “No debemos tener miedo”

  • María Estrella

    Cruzó en la cajuela de un carro, con otras siete personas.

El día 8 de noviembre de 2016 la jefa de María Estrella, migrante yucateca, gerente en un restaurante en el área de Presidio, zona exclusiva de San Francisco, California, no fue a trabajar. Canceló sus citas y la dejó a cargo. Frente a sus 80 empleados dio las órdenes del día como si fuera un día normal. Horas más tarde, habiendo terminado el servicio ya sabía que los que sí pudieron votar no lo hicieron pensando en ella y en los millones de indocumentados. Al otro día de las elecciones, su jefa, americana, regresó sonriente, “como nunca”, dice María. Un secreto a voces: dicen que votó por Trump.

Así como ella, el 90% de los mayas en EU son indocumentados. En comparación con el índice de indocumentados mexicanos en California y en EU, donde la mitad de la población migrante tiene una situación migratoria de acuerdo a las leyes, los mayas están más vulnerables. En su antiguo trabajo, la cafetería del Museo de Arte Moderno de San Francisco, mantenía el 80% de su plantilla de migrantes yucatecos. Los primeros trabajos de 36 personas por 18 años fueron con ella.

“No es discriminar a nadie de mi gente mexicana. Pero yo pienso que nosotros lo yucatecos, somos más trabajadores.”
Ella, con su dedicación, defenderá los derechos de sus compatriotas metiendo a los nuevos hasta la cocina.

Luis Alberto Tec, cocinero por 60 horas a la semana y cantante los fines de semana del grupo Fusión musical, cumbia de origen yucateco, dice que ni él ni sus compatriotas deben de tener miedo por las amenazas de Donald Trump por las deportaciones masivas. “Somos trabajadores nada más, no somos delincuentes. No debemos de tener miedo, no. Nos mandan y podemos regresar otra vez.”



La directora del Centro de Servicios legales de migración para los estudiantes indocumentados en la Universidad de California explica que es importante que los migrantes no tengan miedo porque se es más vulnerable. “Hay razones por las cuales temer de que va haber más redadas, de que uno tiene que tener mucho cuidado ningún crimen que pueda llame la atención, eso sí. Lo que ha dicho Trump es que su prioridad van a ser criminales eso puede significar cualquier cosa”.

Los delitos más comunes por los que son deportados los migrantes mexicanos son: manejar bajo la influencia del alcohol en varias ocasiones y violencia doméstica.

Desde la elección de Donald Trump a la presidencia de EU aumentó el número de solicitudes de actas de nacimiento mexicanas en el área de la bahía aumentó 200%. Cuando un migrante tiene un hijo en EU, es muy raro ver que hagan el papeleo para darle el acta de nacimiento por el gobierno mexicano.

  • Gemi José González

    El Cónsul General de México en San Francisco.

“Ahora hemos tenido una gran afluencia de gente que han obtenido sus pasaportes. La otra, es que acudan a abrir cuentas bancarias, que bancaricen, eso está sucediendo ahora. Existe una percepción, no sé si sea real o no, de que el envío de remesas estará más garantizado por un método de transferencia bancaria que por el método tradicional”, explica en cónsul general Gemi José González.


Si María tuviera a Donald Trump de frente se daría la media vuelta, sabiendo que la batalla está en su día a día. Mientras que la banda de Luis Alberto Tuc, de forma explosiva, a forma de coro y entre risas dirían: “Donald Trump, no sólo te pareces a la Paquita (la del Barrio) y la neta, aunque seas presidente, la cara de pendejo, no se te quita. ¡Boomba!”.

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