Carlos Carsolio

Una larga aventura por las canchas


Édgar Luna Cruz - Universo Deportivo / EL UNIVERSAL

Todo empezó allá en Ciudad Neza, en la colonia Metropolitana allá por los 70, barrio bravo donde luchar por sobrevivir es la actividad más importante todos los días del año.

En esos tiempos, y en los de ahora, el futbol no sólo era distracción, un juego para escapar de la dura realidad. Para muchos niños era, y es, la manera de salir de los campos sin empastar y soñar con llegar hasta lugares que ni siquiera saben de su existencia.

Como Milanello, el centro deportivo donde surgen las leyendas de un club llamado AC Milán en Italia. Hasta allá llegó un joven surgido de la Metropolitana, llamado Pedro Pineda, el primer futbolista mexicano que fue fichado por un equipo italiano.

Pedro vivió el sueño y aunque nunca llegó a debutar en el futbol europeo, logró hacer una larga carrera en la Primera División de México. Ahora retirado, lejos de los reflectores, ha vuelto al origen, a las canchas humildes, pero ya no para jugar, sino para buscar en los chicos de ahora, el brillo en los ojos que él tenía antes.

“Hay un deportivo en Neza, el Deportivo Cascada y desde que tengo memoria jugaba ahí… tres juegos el sábado, tres el domingo. Ahí me ofrecieron en un equipo de Tercera, el Halcones Neza. Así comenzó todo”, recuerda en entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL.

El balón se volvió su cómplice, los porteros sus enemigos y las redes su objetivo. Pedro se convirtió en lo que había soñado ser: un goleador. “Me reclutaron para la Selección Sub-20. Fui al premundial de la Concacaf, calificamos a la Copa del Mundo de Portugal y salí campeón goleador”.

El mundo entraba a la década de los 90, y él lo tenía a sus pies.

Guadalajara lo tenía apalabrado, pero el Milán estaba tras de él. Decidió irse a Italia, a probar suerte, más ese equipo lleno de leyendas no le iba a dar oportunidad de jugar… el joven futbolista decidió regresar a México. “Imagínate lo que era estar en ese equipo. Lo dirigía Fabio Capello [mítico entrenador italiano]. Me rozaba con figuras como Franco Baresi, Palo Maldini, Alessandro Costacurta y los holandeses [Frank] Ridjkard, [Rudd] Gullit y Marco van Basten. Estuve ahí poco tiempo, sólo entrenaba”, lamenta.

En su mente queda la humildad de Roberto Donadoni, todo un consagrado en el conjunto Rossonero, “que todos los días pasaba por mí al hotel. Él se desviaba para llevarme. Me contaba muchas anécdotas”.

Volvió al futbol mexicano para debutar con Chivas y ahí se dio cuenta de que el futbol no se trata sólo de lo que pasa en el rectángulo verde, sino que va más allá. “Guillermo Lara era mi promotor, pero hubo hubo malos manejos. No sé si él o de alguien más… El Milán me mandó a jugar al Guadalajara a préstamo, pero... ¡No había quien me pagara! No sabía si tenía que hacerlo Chivas o Milán. Lara me decía que no había recursos, que no había dinero”.

El regreso a Europa ya no fue alegre, estaba lleno de incertidumbre. En ese momento, una llamada le llegó de allá arriba, del América. “Me contacta Panchito Hernández [eterno vicepresidente de las Águilas] y me pregunta cuál era mi situación. Al saber todo lo que sucedía me dijo: ‘¿No tienes la ilusión de venir al América?’ y me emocioné. Yo siempre le fui al América y en dos semanas, el Milán me soltó y firmé con el América por tres años”.

Así comenzó su andar por el futbol mexicano, por 11 equipos en donde vivió de todo, alegrías y tristezas. Como lo que pasó en Necaxa: “Fui centro delantero titular toda la temporada (1997-98), líder de goleo del equipo, llegamos a la final, y le dieron mi lugar a Carlos Hermosillo. Se me hizo muy injusto lo que hizo Raúl Arias [el director técnico de los necaxistas]. Me di cuenta que había manejos raros… Se lo dije al mismo Raúl, no me gustó para nada, pero en fin, esas eran las reglas”.

Pasó también por Monterrey, Cruz Azul, Atlante, Toros Neza hasta que llegó el momento de decir adiós. En 2004 decidió colgar los botines. ”Estaba en Puebla, el técnico era Mario Carrillo, pero no me dejó jugar. Además la directiva [encabezada por Francisco Bernat] era muy incumplida, nos daba cheques sin fondos. Era momento de irse”.

Pedro Pineda se fue del futbol, dice, con metas cumplidas. “Sólo me quedé con la cosquillita de jugar en la [Selección] mayor. Estaba en Toros Neza como líder de goleo y Manuel Lapuente [técnico naconal], no me llamó. Quizá fue por una declaración que hice, que no le gustó, sólo él lo sabe, pero entiendo muchas cosas del futbol, hay muchos intereses que a veces no te dejan brillar”.


¿Cómo es el futbol?


"Entiendo muchas cosas del futbol, hay muchos intereses, que a veces no te dejan brillar"

“LUCHA POR SER DT DE PRIMERA”


Después de tomarse algunos años sabáticos, Pedro Pineda intentó e intenta abrirse camino como director técnico, y quiere lograrlo como lo hizo de futbolista, empezando desde abajo.

“Sé cuál es el camino para lograr el éxito. Por eso desde hace tiempo trabajo con jóvenes hambrientos a los que les gusta picar piedra, como yo”.

Hoy, Pedro ha vuelto al barrio. Todos los días viaja de Ciudad Neza al deportivo Leandro Valle, en la Agrícola Oriental donde es el director técnico del club de Tercera División Leopardos FC, presidido por Ricardo Raúl Nava y que tiene como secretario técnico a Rodrigo Ríos. “Me encanta estar en un club donde hay apoyo para los chavos, que ven por ellos. Aquí me acuerdo de lo que me decían mis técnicos al inicio de mi carrera, y ojalá algún día de aquí salga no uno, sino varios Pedros Pineda, en el barrio es donde se aprende a jugar, es donde se aprende a sufrir y al final cuando llega sabe bien disfrutarlo”.

Entre miradas de esperanza e ilusión; entre sueños y fantasías, Pedro se dedica a corregir a los muchachos a los que les falta mucho camino, no así ganas de ser... “En Neza hay mucho talento, en el Bordo de Xochiaca, en el Parque del Pueblo, y en las colonias aledañas, aquí mismo, sólo hace falta ir, observar y apoyar. Hay gente, niños que no tienen sustento para los pasajes, alimentación, si hay alguien con tantita visión, seguro se descubrirá talento”.

Lo tiene bien definido: “El futbol debe volver a la tierra, a los barrios populares. La mayoría de los grandes vienen del llano, llámense alemanes, italianos, argentinos, brasileños o mexicanos, todos”. Lo que le pide a los visores “es que se ensucien los zapatos. Hay chavos a los que sólo les falta un empujón”.

Hoy, Pedro Pineda vive tranquilo, no extraña la fama “todo eso es efímero. Alguien me dijo que el papel del diario donde fuiste portada, en la tarde sirve para envolver papayas. Vivo bien, sin muchos lujos, sólo los necesarios, feliz con mi equipo, ahí la llevamos y no pierdo la esperanza, quizá algún día se me presente la oportunidad de dirigir en la grande”, como alguna vez se la dieron y de Neza se fue a Milán.