Carlos Carsolio

Juan Carlos Vera vivió una aventura de siete años en el futbol mexicano


Christian Mendoza - Universo Deportivo / EL UNIVERSAL

América y Pumas protagonizaron una intensa batalla durante la final del campeonato 1990-91. La ida fue para el conjunto azulcrema por 3-2, en el Estadio Azteca. Sin embargo, en la vuelta de Ciudad Universitaria, un riflazo del brasileño Ricardo Ferretti fue suficiente para darle a los auriazules el título.

Cañón histórico a balón parado. Miles fueron testigos desde tribunas y pantallas de televisión. Pero sólo un felino tuvo lugar de primera fila en la barrera, donde tuvo la astuciade volverse humo y sentir ese esférico pasar cerca de su humanidad, así lo recuerda el ex futbolista chileno Juan Carlos Vera.

“Siempre lo dije, el ‘Tuca’ le pateó ahí para pegarme, me agaché para que la pelota pasara, siempre le dije que ‘tiraste a pegarme a mí’ y lo sigo diciendo, pero no quiero hablar de Ferretti”, describe tajante.

No sólo fue el campeonato con los del Pedregal, sino el cobijo que el futbol mexicano le brindó de primera mano, para cumplir su sueño: ser un centrocampista de época.

“Vine a Morelia por recomendación de [Marco Antonio] ‘Fantasma’ Figueroa y así empezó mi carrera, lo conozco desde que jugábamos en Unión La Calera, él se acordó de mí porque buscaban un mediocampista de creación. Me abrí camino y demostré ser un jugador interesante”, destaca en entrevista con EL UNIVERSAL.

Juan Carlos, a sus 15 años, libró una de las batallas más importantes de su vida, la soledad. Viajó solo a Europa en 1975, para formarse en las básicas del Rayo Vallecano de España. Mientras, su familia era testigo de un cambio histórico en Chile, con la dictadura de Augusto Pinochet a dos años del golpe de Estado al gobierno de Salvador Allende.

“Tenía 13 años cuando sucedió el golpe de Estado. Me salté una etapa muy grande, pasé de niño inocente a la de un tipo que tomaba decisiones solo. Mi papá era ferroviario y mi mamá atendía la casa, somos seis hermanos. Se hablaba de la dictadura, pero había poca información, se habla de muerte, eran opiniones diferentes. Cuando hubo golpe de Estado tenía que hacer fila para comprar víveres para la casa”.

Corazón dividido. Después de regresar a Chile, Juan Carlos tuvo en nuestro país dos grandes amores.

“El Morelia, porque ahí nació mi primer hijo, recuerdo a la gente cariñosa y la llevo en mi corazón. Duele la actualidad de Monarcas, creo que han fallado en el alejamiento de sus símbolos, y bueno, Pumas también lo quiero mucho porque fue de mis mejores momentos”.

Pega la realidad. Tras el retiro, “se murió mi primera vida que era jugar futbol, todo te lo hacen: viajes, el avión, el camión al hotel. Me dediqué a ser empresario, con mi señora [esposa] tengo una fábrica de ropa de mujer. Tocaba ser una persona normal. Trabajas con las finanzas y saber invertir, facturar, pagar impuestos… —suspira— es complicado".

“También tengo un hostal, en Santiago de Chile, tengo unas casas y compré un terreno. Vivo bien”, comenta el ídolo de una feliz generación puma, y que nunca tocó a las puertas de sus antiguos clubes. No obstante, seguirá estoico con sus amores purépecha y auriazul.

“El 'tucazo' era para mí”


En fracción de segundos, el chileno esquivó un potente disparo del “Tuca” Ferretti que significó el campeonato de los Pumas de 1990-91

CRITICA AL CLUB FELINO POR FALTA DE GRATITUD


Si algo se le reprocha históricamente a Club Universidad es su falta de memoria para aquellos que le dieron brillo al auriazul. Un constante reclamo de ídolos a la memoria felina de sus directivos.

“Con Pumas fue un año muy importante que no lo esperaba, gané todo. Salimos campeones en 1990-91, me pareció raro que siendo el mejor jugador del año me cambiaran de equipo a préstamo, no me pareció correcto si estoy en un equipo donde Pumas no era campeón en 13 años. Cuando renuevo con Pumas me dicen que voy a préstamo al Atlas”, lamenta el ex jugador chileno Juan Carlos Vera.

En su visita a México, para recibir hoy un homenaje durante el choque entre Morelia y Pumas, correspondiente a la jornada 16 del Torneo Clausura 2017, Vera Rivera presume con orgullo sus hazañas con el conjunto michoacano y con el representativo de Universidad Nacional. Mas no oculta sentimientos encontrados hacia la entidad felina.

“Me dolió mucho, me molestó la actitud que me hayan sacado de Pumas. Luego, el equipo no estuvo como en el 90-91 y me vuelven a traer, primero me traes y luego me echas, quieren que soluciones los problemas nuevamente y después otro préstamo a Pachuca, para después regresarme en el 94'. Decidí dejar mis cosas ahí y no me despedí del presidente ni del entrenador que era Ricardo Ferretti, me fui a Chile”.

Adiós a México. Adiós al futbol. Con el retiro como un hecho, el habilidoso mediocampista asegura que las puertas en el Pedregal se le cerraron, como le sucedió a otros futbolistas con etiqueta de ídolos.

“Pumas es un equipo que le cierra las puertas a muchos jugadores importantes, no es de ahora ni dos años atrás, viene de la época que yo jugaba. En Morelia ahora es el primer año que me acerco y me han recibido muy bien, hay equipos en México que me gustan cómo tratan a sus ídolos como las Chivas y en ocasiones el América”, atiza. “La gente me recuerda y les gustaba como yo jugaba, con eso me quedo".

Finalmente, para la estrella del momento en Pumas, su compatriota Nicolás Castillo, Vera destaca que “Nico debe pensar bien, es un increíble jugador que podría aprovechar una buena oferta de otro lado, pero en Pumas le esperan más cosas, puede hacer historia”.