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exorcismo

La pronunciación de un idioma extraño por momentos, pero bien estructurado. Me hablaba de cosas que pasarían en un futuro inmediato, eso me llamó poderosamente la atención, no daba cabida a lo que estaba escuchando. Había en ese departamento de la Colonia Guerrero, un caso anormal, un caso al parecer de posesión demoniaca.

Miré sus ojos, había un color negro tremendo en esas pupilas jóvenes, se percibía una gran fuerza, no había parpadeos, pero si lubricación en los ojos, los vi directamente, no perdí detalle, ella parecía no verme físicamente sino ir más allá, ver dentro de mí, eso me espantó aún más.

Ella estaba acostada en una cama cuando de pronto se levantó sin necesidad de usar los brazos, no hubo punto de apoyo, como si alguien la hubiera ayudado a levantarse, la espalda estaba completamente recta, fue algo impactante, mientras se levantaba iba girando hacia la derecha su cabeza, hacía el lugar donde me encontraba, me di cuenta de que la mirada estaba perdida, pasé varias veces mi mano frente a su cara y no hubo reacción.

Le pregunté cómo estaba y sólo me dijo

“Estoy bien, muy triste, ayúdame. La magia no ayudo”
y se soltó a llorar tremendamente, era algo inconsolable, la abuelita corrió para acariciarla y decirle que todo estaba bien.
Exorcismo 2 Exorcismo 2

En ese cuerpo no había movimientos en los brazos o piernas, todo estaba rígido, traté de abrazarla y no podía estaba muy pesada, balbuceaba y hacía gestos horribles que le desfiguraban el rostro, en ese justo momento la temperatura del departamento descendió bruscamente, ese frío recorrió mi espalda y un dolor fuerte se clavó en mi rodilla derecha, junto con las otras dos personas que estaban en ese mismo lugar, sabíamos que estábamos ante algo desconocido, esta era la primera vez que le sucedía esto.

“Qué le está pasando a mi hija”
gritó la madre de la menor de edad desconsolada mientras no paraba de llorar.

Me percaté que en mi interlocutora había un gran miedo, me quedó muy claro que no sabía qué era lo que pasaba, las palabras las pronunciaba al revés, pero estaban ahí, se desesperaba porque no le entendíamos lo que nos quería decir, había gestos grotescos en su rostro, quien esto escribe no paraba de preguntar cosas, mientras la tomaba de la mano que la tenía completamente fría y rígida, no pude abrirle la mano, deseaba que ella supiera que no estaba sola.

Directo viéndome a los ojos me dijo

“Hay una gran tristeza, no puedo con ella, hay una gran depresión, estoy muy deprimida”

¿pregunté inmediatamente a dónde? Ella no contestó, sólo lloraba desconsoladamente.

Ritual

Realmente tuve miedo

Sé y me quedó súper claro que estuve frente a una presencia anómala, que no pude explicar, desconozco su nombre y no sé quién fue, no le pregunté, tuve miedo, no estaba preparado para ello, vi como su corazón palpitaba tremendamente, la playera de color rosa con verde que la cubría se movía muy fuerte, lo sentí, ese corazón parecía que ya no deseaba estar en ese pecho, todo parecía ser impulsado por una fuerza externa, con este hecho entendí perfectamente que había alguien más en ese cuerpo de la niña de apenas 10 años, sólo fue por unos minutos, pero se me hicieron eternos.

Lo que haya sido me dejó sentir su poder, su presencia y su fuerza, pero también entendí que dentro de esa maldad y depresión, había mucha sabiduría y gran compasión, algo contradictorio, pero así lo sentí. Fue muy claro su mensaje “nosotros estamos aquí y no nos vamos a ir”, grito con toda su fuerza, inmediatamente una risa burlona y socarrona en alto volumen se escuchó esa madrugada lluviosa en la Ciudad de México, me quedé sin palabras ¿a quiénes se referían? ¿Quién los deseaba sacar de ahí? ¿Quiénes eran ellos? ¿Por qué habló en plural? ¿Por qué a esta menor de edad?

El estómago me dolió, las manos me temblaban ¡no me lo esperaba! Me queda claro que el maligno está muy cerca de nosotros.