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Efecto Dominó

Relatado por: Rafael Zurita

Mi esposa y yo trabajábamos normalmente, así como mis hijos iban a sus respectivas escuelas siguiendo nuestras rutinas diarias y semanales hasta el 19 de septiembre. Al siguiente día del sismo nuestras vidas cambiaron, empezando por la psicosis que deja un evento de esta magnitud, sintiendo un miedo a que se repitiera el suceso, en las escuelas de mis hijos suspendieron las clases debido a que deberían evaluar las instalaciones y tener el dictamen de las mismas, ellos asistían a escuelas de tiempo completo, prácticamente se quedaron un mes sin clases lo cual afectó las labores de mi esposa en su trabajo, ya que no habría quien los cuidara todo el día en casa y con el temor de que hubiera otro sismo.

Mi vecina que los recogía a la salida y los cuidaba vivía en el cuarto piso que es el ultimo piso de la unidad donde vivimos, ella quedó muy asustada ya que por estar más arriba lo sintió mas fuerte. En ocasiones nos apoyaba a cuidarlos, lo cual también nos daba temor, ya que se quedaban hasta el 4o nivel.

La primaria de mi hijo quedo afectada en el área de comedor, lo cual recortaría el horario escolar ya que no tendría este servicio, siendo este otro uno más de los problemas, ya que mi esposa llegaba después de las 4:00 pm a cuidarlos y no podía antes, mi esposa empezó a pedir permisos mas frecuentes para poder cuidarlos cuando no nos podían apoyar, lo cual a la larga la haría perder su trabajo en el mes de enero.

Mi vecina que los cuidaba, fue tanto el temor que tenía que decidió irse a vivir a San Juan del Río, Qro. huyendo de los sismos que afectan a nuestra ciudad.

En la escuela se tuvieron muchos problemas entre padres, dirección de la escuela y los recursos del gobierno que llegaron a cuenta gotas para poder hacer reparaciones rápidas, las cuales no tenían un costo tan elevado, de momento ascendían a no mas $80,000.00 pesos para quedar funcional en una primera estancia, nos tocó ver como la burocracia puede afectar a cientos de niños de una sola escuela, teniendo un efecto colateral en las vidas de sus padres y como los docentes y las instituciones no tienen la capacidad de responder a una situación de este tipo, finalmente hemos tenido que arreglárnoslas sólo con mi sueldo, antes teníamos un poco mas de solvencia cuando trabajaba mi mujer, y al decir solvencia no decimos "riqueza", hoy como comúnmente se dice nos tenemos que "amarrar la tripa" para administrar mejor nuestros gastos ante un año en el que todo ha subido, y que parece nadie se percata de que ha sido una inflación silenciosa que no se nota pero ha devastado al igual que el sismo.