Soy damnificado, vivía con mi familia en un condominio de tres edificios en Santa Cuz Atoyac, que sufrieron daños considerados de alto riesgo y por tanto desde hace más de 11 meses no podemos ocupar, tuvimos que vivir en un albergue de la Delegación Benito Juárez durante 5 meses, al principio fuimos 600 personas muy bien atendidos, al final sólo quedamos 17 personas incluyendo niños pequeños, nos quitaron agua caliente y la comida un mes antes de cerrar y el responsable un tal licenciado Ferrari nos sacó de fea manera dejándonos a nuestra suerte sin que nadie ni siquiera la Comisión de Derechos Humanos, por lo que tuvimos que rentar un espacio reducido por un precio muy alto y no obstante que el INVI dio un apoyo para renta, esto es insuficiente y temporal. Regresando al tema de los edificios que presentan fracturas en algunas columnas, se dictaminó que se puede rehabilitar, hemos pasado por 10 mil requisitos y apenas empieza el camino, han pasado por nuestro inmueble infinidad de funcionarios y candidatos prometiendo lo que nadie ha cumplido, no se ha soltado un quinto en nuestro predio ni en 800 más, nos han dicho que ahí está el dinero se supone que hay más de 6 mil millones pero una gran opacidad en su manejo, Mancera sólo hablaba de créditos, se le olvidó que un número muy alto de damnificados somos adultos mayores o discapacitados que no podemos pagar, luego el actual gobierno emite una ley en que se establecen ayudas pero los mecanismos no se definen, hay una pésima coordinación entre las secretarías locales que duplican funciones, con una burocracia impresionante que denota incapacidad total de las autoridades y una falta de sensiblidad y voluntad política impresionante, cuando muchas personas viven en campamentos o en situación complicada, están dejando todo en manos del gobierno entrante del que apenas hará un censo que a la fecha no se ha completado para ver de que tamaño es la afectación y qué monto se requiere para apoyarnos de acuerdo a las posibilidades reales. Estoy muy molesto con los funcionarios que se han encargado del problema, salvo algunas excepciones, ya que pasó casi un año y no saben o lo que es peor no quieren tomar al toro por los cuernos. A la sociedad les agradezco su solidaridad mostrada al principio de la tragedia y les digo que la situación crítica continúa, les pido que no nos olviden y reflexionen que tal vez ustedes pudieran estar en nuestros zapatos, necesitamos su apoyo. A mis vecinos les propongo olvidar rencores y unirnos ya que tenemos el mismo objetivo. A los que perdieron seres queridos o su patrimonio, les rindo un sentido homenaje y consideración que obviamente las autoridades no han tenido.