Nuevo León

Pobreza - historias de pobreza

Hijo de un campesino de Ciudad Camargo, Tamaulipas, Juan Alberto Torres llegó a Nuevo León hace 46 años. Alberto creció en un predio de posesionarios, con múltiples carencias, sin agua potable, energía eléctrica, drenaje, ni pavimentación. Dejar su lugar de origen era su mejor opción para darle un mejor futuro a su familia.

Con la fluidez y riqueza expresiva que ha logrado gracias a la lectura, Juan Alberto cuenta que tuvo que trabajar desde los 14 años. Su primer empleo: ayudante general en un taller de cancelería de aluminio. Un oficio que desde hace 33 años le ha permitido sostenerse, tener una casa y pagar la escuela de sus tres hijos. El mayor está por graduarse en la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la UANL, el segundo cursa la preparatoria, y la más pequeña está en la primaria.

Hasta hace dos años su principal trabajo era un taller de cancelería y forja, fabricación e instalaciones de puertas y ventanas en San Pedro Garza García. El sueldo no era malo. Alrededor de dos mil 900 pesos por semana. Pero en varias ocasiones tenía que trabajar horas extras, e incluso los domingos, para llevar un poco más de dinero a su hogar. La mejor solución para mejorar sus ingresos fue poner su propio negocio. Por ahora paga renta, pero el siguiente paso es comprar un terreno para ampliar su taller. “El secreto de este trabajo es hacer bien las cosas, que le gusten al cliente y con eso consigues recomendaciones y nos vamos dando a conocer”, cuenta Alberto.

Cuando Juan Alberto llegó con su familia a esta zona no tenía nada. No había servicios, ni pavimento. Estas colonias, localizadas al noroeste de Monterrey, eran los basureros municipales. Las carencias saltaban a la vista. Pero la situación comenzó a mejorar hace una década y el panorama cambió “la gente empezó a hacer ampliaciones a las casitas y hay más flujo de dinero y más trabajo”, relata.

Esta área del estado, donde surgió el Frente Popular Tierra y Libertad, es uno de los sectores norteños de la zona metropolitana que más se ha superado. Para Juan Alberto la explicación es simple, la gente es muy organizada y participa en la búsqueda de soluciones para los problemas que los afectan a nivel comunidad. “Cooperan para reparar un bache, arreglar un transformador de luz, dar mantenimiento a las tuberías de agua y también para exigir a las autoridades que abran alguna escuela, hospital o incluso instalaciones deportivas”.

Además, en esta zona, los proyectos de salud, educación y recreativos han logrado que los jóvenes no caigan en los vicios, asegura Juan Alberto. Después de más de 40 años viviendo ahí, este hombre asegura que estos son algunos de los principales puntos que han logrado que el nivel de vida de cada familia mejore.

“Si está bien lo colectivo mejoras tu situación familiar, aquí es muy unida la gente, nosotros vivimos en una privada, estamos los mismos vecinos desde que éramos chicos, no hay problemas, no hay envidias, es muy raro que haya conflictos. Eso es algo que deberíamos hacer en todo el país, nos hace falta mucha unión para enfrentar los problemas”, concluye.

Frase

“Cooperan para reparar un bache, arreglar un transformador de luz, dar mantenimiento a las tuberías de agua y también para exigir a las autoridades que abran alguna escuela, hospital o incluso instalaciones deportivas”.

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