La dependencia a los combustibles fósiles tiene el riesgo de que una reducción en la provisión o un repentino aumento de precios, puedan fácilmente alterar la economía y convertirse en una fuente de conflictos regionales, según un reciente reporte del Banco Mundial y ONU-Habitat.

Aunque las fuentes de energía renovable como la eólica, hidroeléctrica, solar y geotérmica son más accesibles, la intermitencia en el suministro y los altos costos de inversión iniciales aún son los principales elementos de disuasión para su uso. Las redes inteligentes y la sincronía de fuentes pueden ser la solución.

La expansión urbana, el aumento de la distancia entre destinos, así como un ineficaz sistema de transporte público siguen estimulando la dependencia del transporte privado motorizado con un elevado consumo de energía a partir de productos derivados del petróleo.