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La expansión

El 2015 fue el año de crecimiento de atribuciones del Instituto Nacional Electoral (INE) y 2016 será el de expansión: iniciará la construcción de su nuevo inmueble: dos torres de 14 pisos, con estacionamiento, macrosala de prensa y “plaza de la democracia”, además de remodelación de edificios existentes, como parte de su nueva cara.

El costo aproximado es de 942 millones de pesos, más equipamiento, en total casi mil 100 millones de pesos.

La obra, que se prevé arranque en mayo de 2016, se desarrollará en medio de la crisis y probable encarecimiento de costos, resultado de cambios en la paridad peso-dólar, reconoce Bogart Montiel Reyna, director ejecutivo de Administración del INE, pero “el costo de no hacer las cosas es mucho más caro”.

Esto porque, explica, permitirá ahorros de 80 millones de pesos anuales, pues actualmente el INE renta nueve inmuebles en el Distrito Federal en los que operan, entre otras, sus áreas de Contraloría General, Administración, Unidad de Vinculación con Organismos Públicos Locales Electoral (OPLs) además de estacionamientos para trabajadores.

Hoy se pretende concentrar todas esas áreas en un solo sitio, el Conjunto Tlalpan, que hoy ocupa el INE al sur de la ciudad, en Viaducto Tlalpan número 100, donde 4 edificios ocupan 22 mil metros cuadrados, pero tiene superficie libre de 33 mil metros cuadrados.

Ahí se proyecta levantar dos torres inteligentes de 14 pisos y macrosala de prensa, con criterios de sustentabilidad, accesibilidad para personas con capacidades diferentes, respeto al peatón, zona arbolada, espacios deportivos para trabajadores, expone Montiel Reyna.

En entrevista con EL UNIVERSAL el funcionario detalla el proyecto que ganó el Concurso Nacional de Ideas que el INE desarrolló durante 4 meses y en el que participaron, en grupos, alrededor de 300 arquitectos del país.

El ganador, el arquitecto Héctor de la Peña López, será el responsable de elaborar el proyecto arquitectónico y el plan maestro de la obra conceptualizada por él mismo.

De acuerdo con el fallo, dado a conocer el 5 de octubre, además de las ventajas arquitectónicas la propuesta ganadora implica una “disminución del riesgo presupuestal” pues será factible construirla en fases independientes, cada una funcional, y que unidas forman una visión integral.

Es decir, explica Montiel, se ha calculado que aun en un escenario de disponibilidad parcial de recursos no quedará una obra inconclusa.

El gasto

En este 2015 el INE cuenta con 719 millones de pesos autorizados por la Cámara de Diputados para el inicio de la obra, proyectada bianualmente.

Para 2016 solicitó 743 millones de pesos adicionales, con los que se prevé su conclusión, además de la edificación de 5 Juntas Locales del INE en igual número de entidades.

Por eso, en caso de que iniciara una primera parte y se disparara el dólar, con el consecuente encarecimiento de materiales, la del INE no será “una obra que se va a quedar parada, un elefante blanco”, asegura Montiel.

Esto porque el jurado –coordinado por el Premio Nacional de Arquitectura 2013, Enrique García Formentí- consideró “aquéllas propuestas en las que con la aplicación del dinero que hoy se tiene se logre edificar obras totalmente concluidas”.

Es decir, en el ideal de necesidades se requieren dos torres, pero si la disponibilidad de recursos no se tiene, con los 719 millones pesos disponibles se avanzará.

Si se autoriza lo solicitado para 2016, sigue la obra, pues en el Concurso, expone, estuvo presente el imaginar “los peores escenarios (y en ese caso) se disminuye la expectativa de construcción. Puede ser que no hagamos las 2 torres al mismo tiempo, porque si se acaba el dinero se quedan chaparras.

"Mejor hacemos primero una y si las circunstancias económicas son favorables, es decir, se conserva el precio del acero y materiales, entonces se hace la segunda” parte, que incluye el pórtico, y la tercera, la remodelación de los edificios existentes, planeación que aún será analizada.

Las dudas

En el pasado los proyectos de infraestructura inmobiliaria del INE han sido polémicos. En el caso de la compra y remodelación del edificio de Acoxpa y obras en la Junta Local de Jalisco, la Contraloría del Instituto acusó quebranto patrimonial e impuso sanciones administrativas.

De hecho en el Informe de Revisiones y Auditorías enero-junio 2015, la Contraloría concluyó que ha habido “una reiterada falta de planeación, supervisión y control” en las obras que realizó el IFE, precursor del INE.

Pero ahora –asegura Montiel Reyna- se pretende superar las fallas. “Sin duda alguna la obra pública siempre ha dado qué hablar. En el INE hay capítulos que no deben repetirse y no se repetirán con este acompañamiento y vigilancia de la Contraloría” pues hay la instrucción de transparentar la obra al máximo.

Se busca ahora un “acompañamiento de la Contraloría para evitar cualquier error, ha asumido un papel preventivo más que correctivo o sancionador”.

Por eso aseguró que se cuidará el proceso de licitación de la obra, en el primer trimestre de 2016, y se traerá "a los mejores, los que permitan acabar con los errores y los tabús alrededor de una obra pública”.

El proyecto

Hoy la sede del INE son 4 edificios en una extensa área bardeada y con malla, medidas de seguridad reforzadas tras las movilizaciones poselectorales de 2006.

El nuevo concepto plantea abrir el INE al exterior. Habría un pórtico, que es “la forma en que el edificio se comunica con el resto del entorno urbano”, y una plaza cívica, expone Montiel sobre el proyecto.

Esta plaza arbolada proveería de un espacio a la ciudad, de acuerdo al creador del concepto, que sintetizó éste como “la experiencia peatonal y el espacio público”.

De hecho podría convertirse en “marchódromo” se cuestiona a Montiel, al recordársele que el INE ha sido centro de protestas y movilizaciones.

“Una barda no evita que una calle se vuelva un marchódromo, hoy lo hay, hay manifestaciones en la entrada, en la banqueta, el parque, en la reja. Lo que se afecta es la vialidad (...) que pueda volverse esta plaza pública en un marchódromo (si), como cualquier espacio en el Distrito Federal”.

Finalmente se trata de garantizar la libre expresión, recuerda.

Ese es el eje social del proyecto pero también está el económico –al ser razonablemente financiable- y uno ambiental, indica.

Las torres serán edificios inteligentes, habrá ahorro de energía pues se proyecta la generación de energía solar a través de celdas fotovoltaicas; se prevé un sistema de captación de agua pluvial para alimentar mingitorios, excusados y áreas de riego, además de una planta de reciclaje de aguas negras.

La edificación árida que hoy tiene el INE, señala, se piensa convertir en un área amigable para el visitante y el trabajador, para el que habrá zona deportiva, con canchas y ciclopista interna, para mejorar el clima laboral y la productividad.

Incluso ante la posibilidad de fallas en la planeación de la obra, como el edificio vecino, el de Ciencias Genómicas –caracterizado por la inundación de su estacionamiento subterráneo- el INE mandó a hacer, informa Montiel, el estudio de mecánica de suelos y geología, “no quisimos correr riesgos”, dice.

También se previeron –con autoridades delegacionales y del gobierno de la ciudad de México- las necesidades de agua, luz, permiso de uso de suelo, áreas permeables, altura de construcción permitida y necesidades de estacionamiento para no avanzar en un diseño que no fuera viable legalmente, y todo esta en orden, asegura.