Volkswagen, una de las joyas más preciadas de la industria alemana, admitió que engañó a las autoridades de EU al instalar en las versiones diesel un software para esquivar los controles medioambientales en sus autos. Ahora, la firma puede enfrentar millones de dólares de multas. El escándalo ha abierto una herida en el orgullo de un país que ha presumido de la calidad como marca.