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Puebla. La génesis del huachicol|

Puebla es el ejemplo más acabado de lo que puede pasar en México cuando la negligencia de la autoridad, la corrupción y la pobreza se combinan para transformar un delito insignificante y anecdótico en una amenaza a la seguridad nacional. No siempre fue este estado, como hoy, escenario de choques sangrientos entre soldados y ladrones de combustible que llevan años sacando millones de pesos de la ordeña clandestina de los ductos por los que Pemex bombea sus combustibles.

Fecha de Publicación
13 / 05 / 2017

En el año 2000 había 15 tomas clandestinas en la entidad.

Al cierre de 2016 eran ya mil 533, de acuerdo con Pemex.

Esa empresa habría perdido cerca de 100 mil millones de pesos por las extracciones ilegales tan sólo entre el 2012 y 2016. Durante años, los chupaductos o huachicoleros robaron combustible a placer y prácticamente sin consecuencias. La percepción de impunidad, de castigos inexistentes, cundió.

Policías, regidores, presidentes municipales, empleados de Pemex… de todos lados surgieron personajes interesados en entrar al negocio, que creció y creció sin que nadie le pusiera un alto.


“Era evidente la debilidad de la autoridad, y cuando hay esa debilidad, en cualquier lado, se vuelve posible casi todo”, dice Alejandro Hope, experto en temas de seguridad.

El delito se propagó y sus réditos, cada vez más cuantiosos, convencieron a amplios segmentos de la población poblana, especialmente en la zona del Triángulo Rojo, de hacerlo su modo de vida. La vecindad con Veracruz, un estado con probada actividad de grupos criminales tan poderosos como Los Zetas o el Cártel Jalisco Nueva Generación, facilitó las cosas.
Muchos líderes de esos grupos, por cierto, encontraron en Puebla una guarida segura para ellos y sus familias en años recientes.
Con el tiempo y a la usanza de los más tradicionales cárteles de la droga, los huachicoleros se erigieron en benefactores de la gente.


“Establecieron redes de complicidad con autoridades de todos los niveles y, más importante aún, con la sociedad… Se volvieron sus benefactores, les dieron empleo, la posibilidad de salir de la pobreza”, dice el periodista local Ernesto Aroche.

Ya con el niño ahogado, el gobierno envió fuerzas federales para intentar tapar el hoyo. Un Ejército con 10 años a cuestas de una guerra contra el narco que le ha pasado costosas facturas en términos de imagen y credibilidad, llegó a las comunidades poblanas a enfrentarse con civiles armados que, según versiones de prensa, y del propio Ejército, no tienen empacho en usar a niños como escudos humanos.


“Ha muerto gente inocente, niños… el uso de la fuerza es una atrocidad por parte del gobierno federal”, dice el diputado local perredista Ignacio Mier Bañuelos.

De manera paralela, Puebla se convirtió en uno de los estados con más feminicidios. El presidente Peña Nieto exigió recientemente a los responsables de la seguridad del país y a los responsables de Pemex que elaboren un plan para poner fin al problema de inmediato.

Hope cree que el gobierno federal llega tarde y mal. Los resultados obtenidos hasta ahora en la lucha contra el crimen organizado, luego de 10 años de hostilidades, no son halagüeños y la crisis de los huachicoleros, dice el especialista, ni siquiera ha empezado realmente.

Ruta al descontrol

Estos son algunos datos y explicaciones que podrían hacer más fácil de entender la ruta de Puebla hacia el descontrol.

Significado de
“huachicol”

Originalmente la palabra se refería a una bebida adulterada de alcohol de caña. Luego se usó para referirse al combustible robado porque éste se contamina durante su extracción. Huachicoleros son quienes roban el combustible.

¿Cuándo comenzó el robo de combustible en Puebla?

En el año 2000 se reportaron apenas 15 tomas clandestinas en la entidad. La extracción era casi anecdótica. Con los años, el delito se salió de control.

¿Dónde se concentra en Puebla el robo de combustible?



En una zona conocida como El Triángulo Rojo, que incluye los municipios de Tepeaca, Palmar de Bravo, Acajete, Quecholac, Acatzingo y Tecamachalco. Hasta nueve de cada 10 tomas clandestinas en el estado se concentran en esta zona.

¿Cómo creció este delito?

La ordeña de los ductos de Pemex se agravó de tal manera que entre 2009 y 2016 representaron una pérdida para Pemex de 160 mil millones de pesos.


¿Cómo creció el problema en Puebla?

- En 2010, último año de administración del gobernador Mario Marín, en el estado había 49 tomas clandestinas.


- Al cierre de 2016, al final del gobierno de Rafael Moreno Valle, el número de tomas clandestinas en la entidad era de mil 533, de acuerdo con información de Pemex entregada al sitio de noticias Lado B.

¿Por qué todo se salió de control en Puebla?

Especialistas en seguridad y funcionarios locales coinciden en que son varios los factores que explican la descomposición que se vive hoy en el estado:


Enfrentamiento y toma de autopista

Durante uno de los enfrentamientos en Quecholac, un militar habría ejecutado a un presunto huachicolero detenido y desarmado, de acuerdo con un video difundido profusamente en Internet. La Sedena informó que investigaba la autenticidad del video.

Antes de Palmarito

El del 3 de mayo no ha sido el único enfrentamiento.
Un recuento del último año muestra un incremento consistente de la violencia en el estado relacionada con la ordeña ilegal.

El huachicol en números:

17 mil kilómetros

La longitud de la red de ductos de Pemex en el país.

100 mil millones de pesos

habría perdido la empresa por la extracción clandestina en los primeros cuatro años de gobierno del presidente Peña Nieto.

6 mil 873

Tomas clandestinas reportadas en 2016.

Mil 646

Las tomas clandestinas instaladas en los ductos de Pemex en los dos primeros meses del año.

28

Las perforaciones ilegales que se realizaron al día en promedio en los ductos de Pemex entre el 1 de enero y el 28 de febrero.

23

El número de estados del país donde se roba el combustible.

8 pesos

Costo por litro del huachicol Premium.

7 pesos

Costo por litro del huachicol Magna y diesel.

Puebla, ¿edén de capos?

En marzo de 2002, en el fraccionamiento La Escondida de Camino Real a Cholula, fuerzas especiales del Ejército detuvieron a Benjamín Arellano Félix, en ese entonces uno de los líderes del Cártel de Tijuana. El capo vivía desde hacía tiempo en Puebla.

Pero ese fue sólo uno de varios eventos que demostraría una predilección por el estado de Puebla por parte de personajes vinculados al mundo criminal.