“Espero mucho de AMLO, pero no sentado”
- “Espero mucho de AMLO, pero no sentado”
“Que 52% vote por un solo candidato por primera vez en este país me parece algo asombroso, pero el presidente electo es un reformista, se puede esperar mucho del México que va a vivir con él”: Felipe Cazals, cineasta. Foto: CARLOS REYES / EL UNIVERSAL.
Cineasta al fin, Felipe Cazals tiene una teoría sobre los más de 300 cadáveres descubiertos en dos contenedores que circularon por calles jaliscienses a mediados de septiembre.
“Tengo la impresión que estos últimos cientos de muertos son los que sabían de las víctimas anteriores y que ya no eran útiles. Hipótesis gratuita, de acuerdo, sí, pero muertos también están”, dice.
Cazals es conocido por sus películas basadas en hechos reales y cuyos guiones requerían de investigación por meses. Si para Canoa, la cinta que retrata un linchamiento de trabajadores universitarios, vio cómo el cura acusado cortó cartucho frente a él, para Las Poquinchis leyó decenas de notas alusivas a las hermanas que reclutaban jovencitas para prostituirlas.
“En mis tiempos accionamos como pudimos: unos en cine, otros en otra área, pero no permanecimos estáticos ante la realidad que veíamos, ni melancólicos, ni tuvimos esta actitud terrible de ‘ni modo, así es esto’”, recuerda el realizador de 81 años.
No dice por quien votó, pero sí que no lo hizo por PRI o PAN.
“Que 52% vote por un solo candidato me parece, por primera vez en este país, algo asombroso, pero es un reformista el presidente electo, se puede esperar mucho del México que va a vivir con él.
“Hablar del campo mexicano es hablar de algo que persiste en una lejanía donde se come una o dos veces al día y son 30 millones de ellos y que, si no han emigrado a EU, es porque sus familias sí y gracias a ese dinero que hace suma increíble, vive este país”, indica el realizador.
“Hay que esperar mucho, pero no sentados, no ver qué hace el presidente electo y creo, por fortuna, los jóvenes accionan con espíritu solidario”, considera Cazals.
A nivel gubernamental, la situación para Andrés Manuel López Obrador es complicada.
“Acomodar 150 o 300 cadáveres (en los camiones) que anteayer eran seres vivos, es muestra del poder de quienes van a compartir este país en los próximos años.
“Estamos frente a algo que va mucho más allá que el crimen organizado, aquí hay un germen de demencia, de una gravedad que no se va combatir con un pelotón de verdes o la policía municipal o el mando único; lo lamentable de la administración de Peña Nieto es no haber visto la dimensión de lo que tenía enfrente, es decir, combatieron con lo que se tenía habitualmente, pero se trataba de algo más complejo y grave, y más calculado, y esa es una pregunta para la siguiente administración”.
Con el cine
Cazals saluda la determinación de nombrar a la realizadora María Novaro (Danzón) al frente del Imcine, pero le habría gustado más que fuera el empresario Carlos Slim.
Sabe que es una barbaridad su idea, pero argumenta:
“Se necesita alguien que venda, no alguien que sabe de cine; alguien que sabe de mercadotecnia porque el asunto es que Imcine logre colocar lo que produce, no (sólo) en festivales, porque hay más festivales que películas. María es una productora, una cineasta respetable, no tengo nada contra ella”, aclara.
Advierte que debe cambiarse las manera en que se dan los estímulos fiscales. Actualmente una empresa puede destinar parte de su Impuesto Sobre la Renta a la producción de cintas, pero sólo las que les interesan, siendo principalmente comedias.
“Cuando todos pagamos nuestros impuestos no decimos qué queremos que vaya en lo desayunos infantiles ni de qué color deben estar las camas de los hospitales del Estado”, expresa.
Eso sí, en todo caso, ser más riguroso en los guiones a producir con fondos estatales.
“Hay que bajar los costos todavía más y que se vendan las películas, porque los chavos quieren ir al cine, que no me digan lo contrario porque yo lo he visto y no se puede desperdiciar al espectador.
“El nuevo cineasta no debe olvidar que el contenido de sus historias tiene que ser visto por el público, si se olvida del público, está perdido. Y no estoy hablando de hacer cine comercial, de eso no, para nada, sino de que los cineastas no trabajan para su satisfacción personal sino de quienes están sentados durante 90 minutos en una sala”, concluye.
"Se viene un verdadero cambio en México"
- “AMLO me asusta pero me gusta”
Hay muchas versiones de Kate del Castillo y en todas alguien busca separarla de México.
Está la Kate de La misma luna, una migrante que quiere reencontrarse con el hijo que, obligada, dejó en su país. Está la Kate de La reina del sur, la que huye a España amenazada por el crimen organizado. También la Kate de Ingobernable, acusada de asesinar al presidente, su esposo, por lo que se esconde de los políticos.
La de la vida real toma asiento en un hotel de Beverly Hills. Legalmente nadie la persigue, el año pasado la PGR —que la buscaba por haberse reunido con Joaquín El Chapo Guzmán en 2015— desestimó la investigación. Pero no se fía, volverá al país hasta diciembre: “Quería regresar (a México) y podía, pero mis abogados me dijeron que no hasta tener más garantías. Hasta que no se vaya este presidente (Enrique Peña Nieto) porque no confío en el gobierno”.
La entrevista con EL UNIVERSAL se da en el contexto de la nueva temporada de Ingobernable, que inicia este viernes por Netflix. Interpreta nuevamente a Emilia Urquiza, la esposa de un presidente ficticio que, tras ser acusada de asesinarlo, será capturada y amenazada para hacer valer la versión del gobierno.
La serie es ficción, ¿qué toma de la realidad?
Estamos viendo un México como es. Un México poderoso, hermoso, lleno de cosas bellas, y también todo lo contrario, con toda esa pobreza, ese abuso del poder y dinero. Estamos viendo la parte más pobre de México, que siempre son los más fregados, los más golpeados, los más adoloridos y, por eso, son los más guerreros. Es un México cansado, adolorido, golpeadísimo. Eso somos nosotros, ahí está la similitud.
Mi personaje lo vive en carne propia, le mueve todo por dentro y no va a parar, ella sabía de las injusticias pero nunca lo había vivido; no va a parar porque ya sintió el dolor de esta gente.
Tú has vivido tu propio periplo. ¿Recuerdas tu sentir en la primera temporada (cuando el gobierno abrió la investigación)? ¿Cómo es ahora?
Pues mira, de la primera ya ni me acuerdo. Porque pasé como de noche, estaba tan afectada emocionalmente por todo lo que pasaba que no me acuerdo de mucho, no la pude disfrutar tanto como disfruté esta segunda. Ahora estaba entera, con mucha emoción y ganas, y la disfruté como no tienes idea. Obviamente yo ya veía las cosas desde otra perspectiva, ya podía reír, hacer analogías con el personaje sin que me afectara. Y ahorita me siento súper entera, muy emocionada.
México está en otro momento al de la primera temporada, ¿cómo lo percibes?
No sé ni de restaurantes, la última vez que fui había puentes en todas partes y dije: “En qué momento”. Obviamente tengo familia y amigos que me dicen cómo está la gente, pregunto porque me interesa.
Creo que en México hubo un momento de miedo, pero ahorita está empezando a haber esperanza. De decir: “¡Uf, creo que ahora sí se viene un verdadero cambio en México!” Vamos a ver si es cierto, porque también hay que ponerle con todo a este señor (Andrés Manuel López Obrador). Decir: “¿Tú eres el verdadero cambio? ¡Ahora cambia!” Hay que estar sobres de él, así tiene que ser.
¿Qué opinas de Andrés Manuel López Obrador ya como presidente, de sus propuestas?
No tengo opinión al respecto porque no he escuchado su discurso, no he estado muy al pendiente y no quisiera decir algo que no deba. Sí puedo decir que me gusta, pero me asusta, pero prefiero que me asuste a que estemos como pazguatos, a que volvamos otra vez a tenernos que agachar con seis años más de lo mismo. No, algo que nos despierte y digamos: “Oh no, te vamos a exigir, te vamos a exigir el doble a ti y a tu partido (Morena) que llega por primera vez”.
¿A él le harías alguna petición?
Lo que siempre hay que mejorar en México es la educación, hay que cambiar porque un pueblo educado es difícil que sea engañado.
La serie fue realizada por Epigmenio Ibarra, muy activo en la campaña de López Obrador, ¿Cómo no hacer un panfleto político?
Es importante. Yo no quiero ni que me usen, ni usar a Netflix para mandar un mensaje político que no es el mío, y del que yo tendría que ser parte. Epigmenio era el correcto para esta serie porque sabe de política, está muy metido, independientemente de que me guste su manera de pensar o no, es un tipo que está bien enterado. Pero también sé que Netflix es un buen filtro, muy fuerte, y no iban a dejar que se fuera por otro lado.
¿Confías en algún político?
No, no hay ningún político al que yo le apostaría, no hay uno que no esté corrompido: es dinero, poder y la política, eso no me va. Me causa fascinación de la manera más negativa el 45 (el presidente Donald Trump). Ha demostrado que puede cambiar todo, aunque para mal. Hizo lo que se le hinchó.
¿Hay esperanza ante eso?
Siempre creo que hay una alternativa para todo, lo que pasa es que o somos flojos, o nos corrompemos en el camino, o no buscamos, o nos hacemos güeyes. Como ella (la protagonista de Ingobernable) que busca hacer las cosas bien porque las hizo mal, y perdió a su marido. Es integra y va más allá de su propia familia, porque no es una familia, son millones. Si podemos mandar ese mensaje es increíble: no sabemos cómo lo va a recibir la gente, pero no podemos hacer oídos sordos.
¿Qué opinas de la gente y sus reacciones hacia ti?
También tiene que ver con la congruencia, que es difícil, yo trato de ser congruente. Eso es diferente a cambiar de opinión, yo también cambio de opinión y también la riego mucho, pero creo que sí he sido congruente con lo que pienso y mis ideales, y de eso se da cuenta la gente, cuando no lo haces por pose o algo. Eso es padre porque la gente es bien inteligente, es súper inteligente, y se da cuenta de todo. Algunos me estiman gracias a mi papá y mi familia, es muy querido mi papá. Él me enseñó a hacer las cosas con congruencia.
Cuando regreses a México, en diciembre, ¿qué harás?
Me visualizo con muchos tacos, poder visitar a todos mis amigos, estar en casa de mis papás, tranquila; va a ser un momento padre para mí. Me había hecho a la idea de que cuando tenga que ir iré, ya no me afectó tanto pero al principio sí, hice mis rabietas. Pero uno no puede estar en donde no lo quieren.
Dices que no te quieren, ¿a quiénes te refieres?
Al gobierno, obviamente, hubo un momento en que me hice a la idea de no visitar mi país en donde no me quieren. El gobierno me dio palo con todo durante meses. Pensaba: “¡Para qué me arriesgo!”
Sabemos que regresas como La reina del sur, ¿te has planteado proyectos diferentes?
Hay muchos y diferentes, aunque quiza sí necesito una comedia ligera (risas). No quiero tanto drama en mi vida. Quiero dejar de correr.
"AMLO no podrá serenar al país de un día a otro"
- “AMLO debe sacar lado pragmático”
Los empresarios quieren que Andrés Manuel López Obrador sea un buen presidente y frente a los grandes pendientes del país debe demostrar ser más pragmático que predicador para atender prioridades como la inseguridad, la corrupción y combatir la impunidad, dice Claudio X. González Laporte, presidente del Consejo de Administración de Kimberly Clark en México.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el líder moral del sector privado y consejero de grandes compañías del país afirma que, aunque el presidente electo cuente con mayoría en el Congreso de la Unión, será distinto al Partido Revolucionario Institucional (PRI) hegemónico del pasado, porque ahora hay organismos internacionales, firmas calificadoras e instituciones que observan que se cuide y preserve la estabilidad macroeconómica.
El empresario, quien desde hace 45 años preside el Consejo de Administración de Kimberly Clark en México, comenta que para atraer inversión se requieren perspectivas positivas del futuro del país y solidez económica El también tres veces presidente del Consejo Mexicano de Negocios (CMN) y dos veces del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), afirma que la llegada del nuevo gobierno no significa que se resolverán las cosas rápidamente y pensarlo así es sobredimensionar.
Claudio X. González, consejero de grandes empresas del país, asegura que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, es un político muy hábil a quien los años le han dado mayor capacidad de reflexión. (FOTO: Juan Carlos Reyes. EL UNIVERSAL)
“Se espera que Andrés Manuel [López Obrador] resuelva muchas cosas muy rápidamente, pero creo que están sobredimensionadas [las perspectivas]. Aunque es un político muy hábil, y espero que presidente también, nadie puede serenar la inseguridad de un día para otro, y la expectativa es que al entrar las cosas se serenen y nadie puede hacer eso”, explica.
González Laporte, a quien por años López Obrador señaló como parte de la mafia del poder y de la minoría rapaz, afirma que lo conoce desde el siglo pasado, cuando fue presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
“Lo conozco desde que era presidente del PRD, en el siglo pasado. Conocí a su primera esposa, Rocío, muy buena persona. Cenamos una noche juntos en Palacio Nacional cuando el Rey Juan Carlos visitó México y el presidente [Ernesto] Zedillo le hizo una cena y nos tocó estar en la misma mesa”.
El empresario afirma que López Obrador es “un político muy hábil”, “un mago para manejar las expectativas” e incluso considera que “aunque es el mismo en campaña”, los años le han dado mayor capacidad de reflexión, de más madurez y hasta habla más hilado.
El también consejero de Grupo Carso añade que “espera que sea un buen mandatario. Queremos ser partícipes y contribuyentes positivos invirtiendo, generando empleos, haciendo que las empresas sean más innovadoras y competitivas, con mayor capacidad de crecer interna y externamente, y aplicar responsabilidad social a todo lo que hacemos, con el fin de que el país se vuelva más próspero e incluyente”.
Bono de apoyo
Reconoce que los más de 30 millones de votos que obtuvo Andrés Manuel López Obrador en la elección presidencial del pasado 1 de julio hacen “muy impresionante su victoria”, porque nadie esperaba esos resultados.
“Pueden ser muy buenos si se utilizan para bien y no tan buenos si no se utilizan para bien”, exclama.
Además, el presidente electo debe considerar que enfrentará cierta presión de la gente que le sigue desde hace años y que quiere hacer cambios que implican mayor gasto.
Es por eso que González Laporte considera que México atraviesa un momento histórico en el cual se debe cumplir con el compromiso de terminar con la inseguridad, acabar con la corrupción, con la impunidad y mantener la estabilidad macroeconómica, es decir, tener en cero el déficit fiscal, no crear nuevos impuestos y generar ahorros.
Con el PRI del siglo pasado “el país no estaba tan abierto a los mercados, el peso estaba fijo, una situación que ahora es imposible y anacrónica. Hoy el peso flota, los mercados están abiertos y México ha logrado una integración internacional muy fuerte, y creo que un contrapeso importante [en este gobierno] van a ser los mercados, el tipo de cambio y la inversión”, expone el empresario de 84 años de edad.
Tregua entre partes
Al cuestionarle si quedaron atrás los enfrentamientos entre el sector privado y López Obrador, González Laporte responde: “Espero que los calificativos producto de la campaña no sigan”. Con un mea culpa, admite que hubo empresarios que le aplicaron calificativos que no gustaron al político tabasqueño.
Comenta que en junio pasado, cuando los integrantes del Consejo Mexicano de Negocios se reunieron con el entonces candidato de la coalición Juntos Haremos Historia se le dijo que “no nos parecía bien que nos llamara minoría rapaz, rapaces, ni mafia del poder, a lo que el tabasqueño contestó muy serenamente: ‘Está bien, pero a mí tampoco me gusta que me digan Maduro o Chávez’. Me pareció una buena respuesta. No cabe duda que esos calificativos sí fueron usados por nosotros también”.
El empresario sonorense espera que la relación sea más tersa con el presidente electo y su equipo de trabajo.
“Hemos sabido que Andrés Manuel ha dicho a su gente, senadores y diputados electos que ya no más mafia del poder, porque los necesitamos para crecer”, añade.
“Entonces si eso ha sido así es un realismo muy claro de que todos tenemos que jalar parejo para adelante, de hacer que el país crezca y no se va a lograr crecimiento si no hay inversión y no habrá más inversión sin estabilidad económica y mayor seguridad, mejores instituciones y aplicación del Estado de derecho”, destaca.
Considera que fue muy sincero AMLO cuando el 1 de julio pasado en el Zócalo en vez de seguir un camino demagógico y populista “fue muy sincero, y muy él cuando dijo que quiere ser un buen presidente de México. Creo que fue un momento muy importante porque todos queremos que sea un muy buen presidente de México. Necesita una buena Presidencia”.
"Es tiempo de soñar y crear"
- Contrario a muchos, confía en que Manuel Barlett, ex priísta, quien se hará cargo de la Comisión Federal de Electricidad, haga un buen papel.
Luis Mandoki siempre ha estado cerca de Andrés Manuel López Obrador y no lo oculta.
El realizador, que ha dirigido a Charlize Theron (Atrapada), Andy García (Cuando un hombre ama a una mujer) y Jennifer Lopez (Mirada de ángel), fue también hacedor de un documental sobre el político tabasqueño llamado ¿Quién es el señor López? (2006), donde trataba de mostrarlo lejos de la imagen anárquica y violenta de la que se le acusaba.
Un año después estuvo tras el documental Fraude: México 2006 y siempre se lo vio apoyando al presidente electo.
En las pasadas elecciones federales, fue uno de los más felices al saber el resultado oficial. Y contrario a muchos, confía en que Manuel Barlett, ex priísta, quien se hará cargo de la Comisión Federal de Electricidad, haga un buen papel. Y hace votos para que se le dé un voto positivo a la nueva administración.
¿Qué se debe exigir al nuevo gobierno?
Llevamos décadas viviendo sin exigir nada al gobierno porque no hemos sentido que hay uno al que le importe México. Creo en este momento es más bien de cómo me exijo yo apoyar para que el potencial que tiene nuestro país vuele.
Hay muchas expectativas y estas siempre son mucho más altas que las posibilidades. Este gobierno va a hacer todo lo que pueda dentro de lo que es humanamente posible, pero muchas veces somos pasivos como sociedad civil y exigimos pero no pensamos qué nos toca dar y participar en esta transformación del país.
¿Qué se debe hacer desde la sociedad civil?
De entrada ¿por qué la actitud negativa de que haya cuentas malas? ¡Gobernar no es fácil! Lo entiendo como director de cine cuando estás a cargo de una producción y que es un universo pequeño comparado con un país. Ahora hay un gobierno que quiere la inclusión, que no nos está sacando de la jugada, sino que nos necesita. Es tiempo de soñar y crear.
Director de cine, Luis Mandoki. Foto: Juan Carlos Reyes. EL UNIVERSAL
¿En algún momento sentiste algo negativo hacia tu carrera por apoyar abiertamente a AMLO?
Digamos que fue toda una época en la que apoyar a López Obrador no era bueno: se te cuestionaba mucho y yo veo que a mucha gente le sorprende el cambio de discurso de él, que ahora es más conciliador. Había mucho temor, incluso, de que el dólar se iba a 25 o a 30 pesos y lo que ha pasado es al contrario. Lo conozco bien y sé que es una persona que ama a México pero también responsable y sensato.
¿Cómo ver la presencia de Barlett en un cargo importante?
Como es un cambio grande y hay tanta expectativa, siempre van a haber los que van a estar buscando la falla o lo que no está bien. Creo que hay que dar un voto de confianza, no ciego, pero sí de confianza, de no nada más buscar la crítica por la crítica, sino que debemos ver qué hace esta persona y después hablar.
Varios te veían al frente del Imcine por tu cercanía con López Obrador ¿te lo ofrecieron?, ¿cómo ves a María Novaro al frente ahora del Instituto?
A María la conozco poco, pero la veo bien y la verdad es que para mí gente como ella, que tome esa función, esa responsabilidad, es muy valioso. Para mí no es mi vocación ser funcionario, porque si lo hago es dejar de hacer lo que es mi pasión y no es que no lo pudiera o quisiera hacer, pero en los años que me queden de vida quiero seguir haciéndolo y no administrándolo nacionalmente.
¿Te pidieron opinión de quién pudiera ser?
Sinceramente se me ha invitado a participar, no quiero decir exactamente dónde, pero no soy una gente que funcione dentro de una oficina y voy a apoyar desde mi trinchera, que es la de un cineasta.
¿Vas a hacer un nuevo documental sobre su triunfo o capítulo cerrado?
No lo cerré, pero ahorita estoy metido en mis guiones y en hacer mi próxima película.
¿Hay que seguir buscando que el cine mexicano salga del TLC?
Sí se necesita apoyar al cine mexicano, pero también, y es difícil decirlo, no puede apoyarse a un cine que no tenga calidad. Por ejemplo, con el artículo 189 (de la ley del Impuesto Sobre la Renta) me parece muy bien haya esos incentivos, pero luego se utilizan no para hacer una película de calidad, sino para que los productores a veces lucren con ese dinero.
Entonces no le puedes pedir a un exhibidor que exhiba un cine que a la gente no le guste o que vea pocas personas.
Desde que empecé he dicho que para que el cine mexicano crezca necesita hacer un cine universal, que le interese al espectador de todo el mundo y así surgió Gaby: una historia verdadera (1987) y terminé siendo el primer director de cine que tuvo que irse a Hollywood porque aquí no había posibilidades.
Ahora veo que hay muchísimas películas que están siendo muy comerciales de comedia, pero no nada más se está haciendo eso y precisamente lo que debemos apoyar es que los guiones funcionen.
"AMLO no resolverá los problemas del país"
- El historiador Lorenzo Meyer Cossío confía que en el próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador habrá una mayor sensibilidad y atención hacia los grandes problemas nacionales
El historiador Lorenzo Meyer Cossío confía que en el próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador habrá una mayor sensibilidad y atención hacia los grandes problemas nacionales, pero advierte que el futuro presidente no podrá resolver graves flagelos para la sociedad, como son la inseguridad y la corrupción.
“Espero que haya una mayor sensibilidad, mayor atención. Pero no va a resolver ninguno de los problemas. No puede. En la intención es donde está el meollo de su política. En que lo intente y que la sociedad mexicana entienda que lo intenta”.
En entrevista con EL UNIVERSAL, en su casa de Magdalena Contreras, el investigador de El Colegio de México (Colmex) lanza una serie de cuestionamientos sobre cómo resolver la corrupción endémica o que “los sicarios se vuelvan becarios”, como propone el político tabasqueño.
“Resolverlos, ¿cómo?, ¿quién? ¿Dios podría con el problema de la violencia? Podría, si todos los que son sicarios estarían dispuestos a ser becarios, como dice Andrés Manuel, [pero] muchos no van a estar en eso y van a considerar que jugarse la vida vale mucho más la pena que un trabajo normal”, dice.
Asegura que tras el tsunami electoral de Morena que barrió a los partidos políticos, algunos como el PRI deberían “morir”, porque no tienen sentido, porque se han quedado sin bases; en contraste, dice que el PAN se mantendrá. “Ahora dice César Augusto Santiago: ‘Vamos a rehacerlo, a volver al origen’.
¿Lo dice en broma o en serio? El origen no puede repetirse porque fue la Revolución y, en última instancia, fue en 1929, cuando [Plutarco Elías] Calles tenía el control del Ejército y lo poco que estaba organizado México. La partidocracia se queda sin bases”.
Asegura que así como el general Lázaro Cárdenas, López Obrador tiene años buscando que el mexicano común y corriente sienta que el nuevo gobierno será suyo, por eso es el primero en “pasarse cuchillo” y decir que se bajará el sueldo, que no vivirá en la Residencial Oficial de Los Pinos y no usará el avión presidencial.
¿Cómo deja el presidente Enrique Peña Nieto el país?, ¿tras las reformas estructurales cambió algo?
—El país antes de Peña Nieto y el país que deja ahorita se parecen mucho. La reforma energética hace que aparezcan gasolineras que no son de Pemex, pero en la vida cotidiana, para el mexicano normal, el suministro de energía es más caro.
La reforma educativa, ¿usted ha visto que un niño salga mucho mejor que antes?; las reformas en telecomunicaciones, yo lo veo más o menos igual que antes, no veo unas reformas que hayan transformado a México.
¿Y en la vida política del país ve algún cambio?
—Si hay algo en donde sí se ve que las cosas fueron de mal en peor es en una parte sustantiva de la razón de ser de los Estados. El Estado tiene la obligación de mantener el orden para que la vida de la sociedad civil se pueda llevar más o menos a cabo, pero la violencia rebasó al Estado. Las cifras que publicó el Inegi —que el número de asesinatos en 2017 aumentó casi 25% respecto del año anterior y que probablemente en el primer semestre de 2018 aumentó más en relación con el año pasado— señalan el fracaso del sistema en este punto crucial. Lo de las reformas, se puede decir que van a venir los buenos resultados en un tiempo, no se puede esperar de la noche a la mañana la transformación, pero en el caso de la violencia criminal, no se ha mitigado de un sexenio a otro. Peña Nieto fracasó completamente.
¿Esos factores detonaron el enojo social del que hablaba el presidente Peña Nieto?
—El factor de la corrupción, que se hizo más claro, probablemente, con el caso de la Casa Blanca —que no es gran cosa, 7 millones de dólares para una casa de una familia presidencial— no creo que sea el primero, pero la forma en cómo se trató y cómo se le quiso resolver, poniendo en la Secretaría de la Función Pública a un subordinado del Presidente para que investigara al propio Ejecutivo, fue una burla para todos.
En el caso de la seguridad, la parte que fue detonante fue el caso de Ayotzinapa, no es la primera vez que desaparecen 43 personas, ya vimos la masacre de San Fernando, Tamaulipas, eso fue una brutalidad, pero se combinó la magnitud del hecho, el que fueran jóvenes estudiantes de primer año de una carrera, de una de las partes más pobres de la sociedad.
Lorenzo Meyer Cossío Investigador de El Colegio de México (Germán Espinoza. EL UNIVERSAL)
Ese es el país que recibirá Andrés Manuel López Obrador, ¿cuáles son los retos inmediatos?
—Muchísimos, todos son inmediatos. El problema de la seguridad es el que más se ve y [será] muy difícil resolverlo, porque está ligado al narcotráfico y éste a una estructura internacional en donde México no tiene capacidad de controlar el mercado. Ahora todo eso mezclado con la corrupción endémica, no cultural, como dice Peña Nieto.
Seis años son pocos para transformar un país, pero para que los ciudadanos vean un cambio real o se sienta en el bolsillo, ¿qué tiempo sería razonable?
—A lo mejor no se necesita que se sienta en el bolsillo. Hay momentos especiales, como en una guerra [cuando] [Winston] Churchill les promete a sus conciudadanos sangre, sudor y lágrimas, eso le gana apoyo, porque lo que está en juego es la supervivencia frente Alemania. Si el líder tiene la capacidad de crear la confianza, puede posponer lo del bolsillo.
¿Andrés Manuel López Obrador tiene ese liderazgo?
—No lo sé. Hasta ahorita parece que sí, de lo contrario no le hubieran dado 30 millones de votos, porque se les dieron sin dar nada a cambio.
¿Qué golpe tendría que dar el nuevo gobierno para decir que ellos son diferentes a sus antecesores?
—Por ejemplo, Lázaro Cárdenas toma el poder, en cierto sentido, en un golpe de Estado, porque no se esperaba que hiciera ninguna reforma, sino que siguiera los dictados de [Plutarco Elías] Calles, y, ¡túmbale!, echa para afuera al Jefe Máximo y usa la reforma agraria para modificar la forma de vida de los campesinos y hacer que vean en el gobierno a un aliado.
Eso es lo que Andrés Manuel busca desde hace tiempo: que el mexicano común y corriente sienta que este gobierno es suyo, cosa que no ha sentido después de [Lázaro] Cárdenas.
Vender el avión presidencial, bajar el sueldo de los altos funcionarios, no vivir en Los Pinos, ¿en política son tomados en cuenta o son simplemente ocurrencias?
—¡Claro que cuentan! El avión presidencial, en el gran gasto del gobierno no es nada, además van a tener que venderlo más barato, van a rematarlo, pero van a ganar un montón. Hay alguien en Paquistán que está imitando a Andrés Manuel, diciendo que no ocupará el palacio presidencial. Eso es muy simbólico, la política es de símbolos.
En el caso de Churchill no promete nada bueno y, sin embargo, es algo simbólico el lanzarse contra la alta burocracia. Habrá injusticias, porque algunos sí funcionan y hacen su trabajo, los que no funcionan son los que están arriba, pero lo interesante es que se va a pasar cuchillo a sí mismo. El primer sacrificado es él: ‘Yo, Andrés Manuel [López Obrador] voy a reducirme el ingreso y los que están conmigo también, no voy a usar el avión, ni Los Pinos’. La fórmula es empezar con el ejemplo.
¿Y eso qué resuelve?
—No está solo ahí el problema de la inequidad y la desigualdad, está en las clases altas que son los que acumulan un montón de recursos. Quien va a ser subsecretario de Hacienda, Gerardo Esquivel, publicó un texto sobre la concentración de la riqueza, donde pone a cuatro familias —Slim, Larrea, Bailléres y Salinas Pliego— que concentran una cantidad equivalente entre 8% y 9% del PIB mexicano, un país de 120 millones de habitantes y sólo cuatro familias, ¿a esas qué se les hace?
¿Qué pasará con el Congreso ahora que será controlado por Morena?
—El PRI tenía la mayoría porque controlaba la vida pública desde que nació. Esta mayoría de Andrés Manuel la saca de la votación, que no fue comprada, no se usó Monex [tarjetas para movilizar recursos], es una votación, el ciudadano mexicano se la dio, se la ganó, pero el ciudadano ya sabe que tiene el poder y que puede cambiar la naturaleza del sistema político mexicano. Esa mayoría que tenía el PRI, diputados y senadores, no se representaban más a que a sí mismos. Esto será diferente.
¿Qué se puede esperar de esta nueva oposición?
—Algunos deberían morir, como el PRI, ya no tienen mucho sentido. Ahora dice César Augusto Santiago [priísta]: ‘Vamos a rehacerlo, vamos a volver al origen’. ¿Lo dice en broma o en serio? El origen no puede repetirse porque fue la Revolución y, en última instancia, fue en 1929, cuando [Plutarco Elías] Calles tenía el control del Ejército y lo poco que estaba organizado en México. La partidocracia se queda sin bases.
¿Cuál será el futuro de Acción Nacional como oposición?
—El PAN mantendrá sus bases. Siempre fue de derecha y tiene un campo que aprisionó, porque ahora la política se irá hacia el centro y la izquierda, no a una izquierda radical, entonces el PAN tiene que defender su alternativa de derecha, ahí tiene a las clases medias.
El PRD nació como una opción de izquierda y tuvo su peor votación, ¿es triste?
—El PRD es Morena. Había una izquierda, quienes controlaron al PRD hasta el final fueron separándose de esa izquierda y uniéndose al gobierno. El tsunami electoral los barrió. El papel que tenía el PRD, cuando Cárdenas, cuando se rompió la estructura del PRI, ese papel ha ido yéndose a Morena. El PRD en el papel puede tener una presencia, pero, ¿qué ofrece esa izquierda que se corrompió? No tiene nada qué ofrecer.
¿Cuál será el papel de Morena en el Congreso?, ¿serán una mayoría avasalladora como la del PRI?
—¡Uf!, [tiene una gran mayoría], pero no tienen la estructura del PRI. Ahí habrá muchos [legisladores que] se van a ir por la libre, se van a ir de manera independiente. Habrá algunos que no acepten los lineamientos de López Obrador, no es un partido en el sentido tradicional, no creo que tengan disciplina, es una pluralidad, Morena tiene todo: de chile, de dulce y de manteca. Es movimiento a la vez que es un partido.
A López Obrador se le ha criticado por designaciones como Manuel Bartlett en CFE, ¿eso puede manchar su Presidencia?
—[Risas.] Yo también me quedo atónito con lo de Manuel Bartlett. Por un lado, Andrés Manuel lleva muchos años en la política y en el lado más duro que es la oposición. Estar en política y contra la corriente, con que uno se tienda de panza ahí va. Andrés Manuel se ha ido como el salmón, en contra de la corriente, ha aprendido muchísimo de sus fracasos.
Si él puso a Bartlett no sé qué razón tendrá, a mí me sorprende, algo le ha de aportar, no lo puso sólo porque sí. Lo que le reconozco a Bartlett es su nacionalismo, siempre estuvo en contra de la privatización de la energía, es un vocero desde el PRI y, sobre todo después de que se fue al PT, del nacionalismo, en materia de energéticos, eso le debe aportar.
Andrés Manuel López Obrador siempre ha sido oposición, ¿ahora sabrá ser Gobierno?
—Él fue oposición, pero cuando estuvo al frente de la Ciudad de México no fue oposición, fue gobierno. Fueron pocos años [de ser oposición], como cinco, en este van a ser seis, ya tuvo un tiempo más o menos equivalente en una ciudad que es la más compleja del país, políticamente hablando y lo pudo hacer con las limitaciones que tiene ser jefe de Gobierno, que no es el jefe de la estructura política.
En el papel constructivo creó un partido de la nada. No es lo mismo crear al PRI cuando se tiene el apoyo del Ejército, que crear Morena cuando se está en la oposición y luego llevarlo a la victoria sin tener los recursos económicos que tenían los otros partidos. Es que supo entender a su electorado, supo comunicarse con él como ninguno. Sí tiene esa capacidad para entender qué es lo que pasa en la sociedad, a diferencia de Peña Nieto y los anteriores, ellos vivieron en un mundo enrarecido desde niñitos, en escuelas particulares, en círculos alejados de la vida cotidiana, Andrés Manuel no se ha alejado de la vida cotidiana, ha sido una decisión de él no quedarse en la burocracia.
¿Qué espera en los próximos años del nuevo gobierno?
—Una mayor sensibilidad, mayor atención, pero no va a resolver ninguno de los problemas. No puede. En la intención es donde está el meollo de su política. En que lo intente y que la sociedad mexicana entienda que lo intenta, pero resolverlos, ¿cómo?, ¿quién? ¿Dios podría con el problema de la violencia? Podría, si todos los que son sicarios estarían dispuestos a ser becarios, como dice Andrés Manuel, [pero] muchos no van a estar en eso y van a considerar que jugarse la vida vale mucho más la pena que un trabajo normal.
"La clase política es rica, inmoral e impune"
- El ensayista dice que los mexicanos, igual que los políticos, despreciamos la ley y propiciamos la impunidad. “Sólo queda preservar la democracia”
Guillermo Sheridan avisora para México una dictadura aún más perfecta. “Si no fuera un cínico, diría que en 2018 se iniciará ‘la regeneración de la patria’ que decretó AMLO. Temo que lo que se regenere sea una dictadura aún más perfecta, un partido-movimiento de un súper tlatoani rodeado de bastantes líderes sindicales perpetuos”, señala el escritor en entrevista desde Austen, Texas, vía correo electrónico.
El ensayista y académico habla de Paseos por la calle de la amargura y otros rumbos mexicanos (Debate, 2018), un libro que reúne textos publicados en EL UNIVERSAL y Letras Libres, que trata sobre asuntos de política, sociedad y literatura. Asegura que estos textos se nutren de la amarga experiencia de haber vivido cinco décadas a la sombra del PRI, dos más bajo el “solazo” de Andrés Manuel López Obrador, y dos sexenios en el eclipse del PAN.
Sheridan acaba de concluir también un libro sobre las revistas literarias modernas de México y terminó el último volumen de sus estudios sobre la poesía y vida de Octavio Paz. Dice que quiere hacer un libro para los dreamers mexicanos en Estados Unidos, pero ya verá.
¿Considera que este es su libro con un perfil más político?
-El libro reúne escritos que tienen en común tratar asuntos sobre política y sociedad, historia política y cultural. De todo un poco. Aparecen en él políticos y líderes, ricachones y candidatos, espías de la KGB y de la CIA (incluyendo a unos que eran agentes de la CIA y en sus ratos libres eran presidentes de México). Hay algo sobre el asesinato de Trotski. Figuran las observaciones que comencé a hacer hace años sobre AMLO. Reviso un aspecto que suele ignorarse sobre lo ocurrido en Ayotzinapa. Hay un repaso de las discusiones políticas entre Octavio Paz y Carlos Fuentes en los años 60 y después. En fin. Hay hasta unos episodios sobre la represión contra los gay en la revolución cubana.
El escritor acaba de concluir un libro sobre revistas literarias modernas de México y el último volumen de sus estudios sobre la poesía y vida de Octavio Paz (ARCHIVO EL UNIVERSAL)
¿Cómo define esta etapa histórica de México que ahora reúne en un libro?
-Caramba. Es difícil... ¿“Los años de la transición hacia la transición”? ¿“La era del nosocomio”? Todo lo que se me ocurre está relacionado con una sala de partos o con su opuesto, la morgue. Seamos objetivos y dejémoslo mejor en “Los años de cuidados intensivos”. En una carta, Carlos Fuentes le dice a Octavio Paz que la disyuntiva es la dictadura militar de derecha de Miguel Alemán o el liberalismo burgués de Emilio Martínez
Manautou; ¿hoy estamos frente a otra disyuntiva radical?
-Fuentes y Paz reflejaban el temor de muchos: que antes de apostar por los riesgos de la democracia, prevaleciesen en el gobierno quienes preferían la mano dura militar. No era para menos, luego de lo ocurrido. Cuando publica Posdata, en 1971, Paz aún cree que ante la crisis del sistema hay quienes desean la opción militar a la alternativa de reforma democrática y social.
Es curioso que la crisis de ahora, como todo parece indicarlo, se resolverá volviendo al PRI clásico y se cierre el círculo. En el 68 luchamos por la democracia, 50 años más tarde los ideólogos ultra de AMLO dicen que la democracia que hemos logrado —frágil y desaseada y todo— no es “democracia verdadera” y por tanto es desechable. Mejor el tlatoani, el jefe mandamás, y ahora encima con la novedad del aspecto religioso.
¿México siempre ha estado en el centro de sus reflexiones?
-Bueno, no. El centro de mis reflexiones (que en mi caso suena muy pomposo) es mi trabajo académico. Lo demás es periferia. Soy un periodista accidental. Mi primer libro de crónicas se llamó Frontera norte y salió en 1988. Una tercera parte está dedicada a criticar al PRI. Eran tiempos en que agraviar al PRI suponía tomar riesgos. Qué bueno que ya no es así. Espero que criticar a Morena no vaya a suponer riesgos.
¿Qué futuro viene para México teniendo esta historia de una clase política tan pobre?
-La clase política no es pobre, es bien rica y es inmoral y en la mayor parte de los casos es impune. Y como en México la impunidad viene de fábrica... En México, hasta la gente que está en la cárcel puede tener impunidad. La clase llamada “pudiente” no se queda atrás. ¡Qué catálogo de esperpentos! La “socialité” (para emplear esa palabreja hedionda) es una manada cruel y chabacana. En México ser un ricachón que aumenta su riqueza explotando criminalmente a sus empleados y evadiendo impuestos es motivo de orgullo.
¿Cómo ve a México, a la política y a los políticos?
-Para decirlo con apego al realismo-socialismo, la política es un asco. Cualquier otra cosa sería ciencia ficción. Y los mexicanos no estamos lejos de los políticos en general. Como ellos, despreciamos a la ley y propiciamos la impunidad cotidianamente. Es el caldo de cultivo ideal para la violencia. Tampoco entendemos nociones básicas como el bien común. Claro, si hay un temblor se echa a andar la famosa solidaridad, que es muy encomiable, y hay quienes ponen en riesgo su vida por los otros. Pero al día siguiente regresa la normalidad de poner en riesgo a toda la gente que se pueda.
De los aztecas en adelante, México ha sido un país de depredadores en el que la ley no pasa de elemento decorativo. No entendemos que hay una relación de causa efecto entre la violencia intrafamiliar y la criminal, etcétera. En el libro hay unos artículos sobre eso; 70% de las mujeres de la Ciudad de México han sido maltratadas en sus casas. En 50% de las secundarias del país se practican formas de violencia. Son tiempos amargos y además los hacemos hereditarios.
Parafraseando el título del último texto de su libro ¿y ahora qué nos queda por hacer?
-En teoría, preservar la democracia y fortalecerla, lograr un Poder Judicial autónomo y eficiente, ponerle límites a los poderes Ejecutivo y Legislativo, acrecentar la clase media. Y claro: educación, educación y más educación. Pero ¿cómo si la CNTE y Elba Esther y etcétera? El dinosaurio amanece cada día más orondo.
¿Qué opciones tiene México y cuál podría ser el mejor escenario a partir del 2 de julio?
-Que AMLO controle a su jarrito en el que demostró que todo cabe y en el que supo acomodar a los seres más antitéticos e irreconciliables. Frankenstein es un himno a la armonía en comparación con ese jarrito. La carnicería interna va a ser muy desgastante para el dueño único del jarrito múltiple. Ojalá que las partes moderadas no sucumban a las partes ultras, o no demasiado rápido. Será difícil, pues gracias al asistencialismo los ultras manejarán a millones de personas.
Si los caricaturistas reaccionan a los exabruptos del día a día con un cartón, usted reacciona con un texto ¿Qué posibilidades le ha dado el humor y la ironía?
-El cartón político, el humor cruel y la ironía ácida es la que practican los políticos y los ricachones con nosotros. Nosotros somos el objeto de sus cartones. Somos su público cautivo, sus títeres, y son ellos los que se ríen. Por otro lado, no se puede satirizar a los políticos mejor de lo que lo hacen ellos mismos. Un político que no trae incluida su propia parodia nomás no funciona. Eso no impide que el sentido del humor ayude a vivir en general. En mi caso, creo que es una forma de defensa personal, algo que atenúa la sensación de incongruencia.
¿Ya acabamos de saber cómo se infiltró la CIA y la Fundación Rockefeller en México o no les hemos dado la verdadera importancia que tuvieron para la cultura y para México?
-Bueno, la Fundación Rockefeller no se infiltró. Hizo cosas admirables que yo ignoraba. Desde combatir enfermedades en la década de los 20 hasta patrocinar estudios de lenguas indígenas, subsidiar a Cosío Villegas y a Alfonso Reyes, a El Colegio de México y hasta a la UNAM. El libro éste querría invitar a escribir esas historias que ocurrieron en México, las que urdió la CIA y aquellas, admirables, que propició la Fundación Rockefeller.
¿Cuáles son los temas urgentes en el arte y el quehacer cultural para el próximo Presidente?
-Yo creo que el gasto cultural debería dedicarse íntegro a crear orquestas y coros infantiles y juveniles. Estar afinado y tocar bien la parte que le corresponde a cada quien es bueno para el alma, la individual y la colectiva; fomenta la conciencia del bien común, desarrolla la personalidad, etcétera.
"Fascinante, que los mexicanos estén hartos del PRI"
- La científica habla de los candidatos a la Presidencia, de la situación del país y de cómo la ciencia aplicada puede enfrentar problemas como pobreza, violencia, corrupción
Los problemas que enfrenta México: pobreza, violencia y corrupción se pueden enfrentar con el conocimiento. Pero la falta de aplicación de conocimiento ha caracterizado a los últimos gobiernos y el resultado es bastante obvio.
El diagnóstico es de la astrónoma y divulgadora de la ciencia Julieta Fierro, una de las científicas más reconocidas en el país: “Lo primero que hay que hacer para que una nación prospere es invertir en ciencia básica, en todas: en matemáticas, en biología, en química, en inteligencia artificial, en todo eso que parece que no sirve para nada, porque eso va a generar tecnología y esa tecnología se va a traducir en innovación, y la única solución que tiene la humanidad para sobrevivir es la innovación”, dice Fierro en entrevista. La investigadora de la Instituto de Astronomía de la UNAM hoy promueve la divulgación de la astronomía en clases a distancia a través de YouTube con un convencimiento claro: “Quiero entusiasmar a la gente hacia la ciencia y que vean que es divertida, bonita y se entiende”.
¿Qué sensación tiene de México en este momento?
Siento que es un país muy complicado y que desafortunadamente se ha ido complicando los últimos sexenios por causas internas y externas. Creo que a quien le toque gobernar va a tener serios problemas por esa razón; no va a ser sencillo resolver los grandes problemas de México. Sin embargo, siento, como científica, que muchas de las soluciones están en aplicar el conocimiento que se tiene a nivel mundial, se han hecho muchísimos estudios sobre antropología, comportamiento humano, delincuencia, corrupción, manejo de la justicia, y sobre todo sobre educación, ciencia y tecnología, y si aplicamos el nuevo conocimiento a la problemática de México, desde un punto de vista incluyente, podríamos empezar poco a poco a resolver nuestras necesidades.
De 1 a 10: ¿qué tanto aplicamos en el país el conocimiento?
Pues no sé. Creo que en algunas áreas sí, y en otras, por desgracia, no. No se aplicó suficiente conocimiento ante la problemática del crimen organizado, aunque existía; no se ha aplicado en problemas de salud, en problemas de embarazos juveniles o de enfermedades en la mujer; no se ha aplicado el conocimiento en redes de distribución de alimentos, se empieza a aplicar en la agroindustria, pero no en todos los sectores productivos.
¿Qué tanto se aplicó durante las administraciones del PAN y luego, otra vez con el PRI?
Yo creo que el presidente Fox no era muy proconocimiento; el presidente Calderón cometió un error muy grave al no atender la educación básica ni la educación, aunque es un hombre educado; prefirió pactar políticamente que utilizar los nuevos conocimientos en educación y en pedagogía para mejorar la educación en México. Ahora se hizo un intento por mejorar la educación y se empezó por la parte política, cosa necesaria, poner en orden la SEP ¿no? Pero faltó la parte académica, todavía no empezamos a formar maestros de nuevas maneras.
En Protección Civil, es increíble que no estemos aplicando el conocimiento, por dar un ejemplo.
Sabemos que en México va a ocurrir un cambio climático más fuerte que el que hemos padecido, es decir, huracanes de mayor intensidad, más sequías, más lluvias, y tampoco hemos utilizado las nuevas tecnologías en materia de prevención contra sismos y volcanismo.
En el caso de los sismos, ya son nueve meses, y una vez más no se está aplicando el conocimiento…
Exactamente. Sabemos que va a temblar. Va a temblar en Guerrero, un temblor muy grande, por eso se hizo la alarma sísmica, entonces a nivel de país, de ciudad y de estados deberíamos estarnos preparando.
Podemos prevenir. Es mucho más barato prevenir los problemas de salud, que curarlos; es mucho más fácil prevenir la violencia que remediarla una vez que existe; es mucho más fácil prevenir la corrupción, que tratar de remediarla.
¿Como ve la política de ciencia de este gobierno?
Empezó muy bien, el Presidente decidió aumentar a 1% el apoyo a ciencia, tecnología e innovación; desgraciadamente en ese 1% incluyó cosas que para los científicos no son ciencia, tecnología e innovación, por ejemplo, el cambio de analógico a digital. Es muy triste que no se hayan aumentado los recursos. El país necesita un Plan Nacional de Desarrollo de largo plazo, no pueden ser planes sexenales. Y no esperar soluciones inmediatas, eso no va a suceder. Tenemos que trabajar todos juntos como mexicanos para construir un buen país, y aliados de los mexicanos son la ciencia, la tecnología y la innovación.
La investigadora destaca el tema de la prevención en varios sectores, uno de ellos, en la protección civil, por lo que sugiere aplicar las nuevas tecnologías en esa materia. Foto: Alejandra Leyva. EL UNIVERSAL
¿Cómo ve la contienda por la Presidencia del país?
Me parece muy interesante que los mexicanos ya estén tan hartos del PRI y que esté pasando lo que está pasando. Desde el punto de vista antropológico es verdaderamente fascinante.
¿Qué piensa de los candidatos?
Me parece que Meade es un buen hombre, un tipazo, bien educado, cuando he estado con él, me ha parecido una persona sensata, pero bueno, como todo el mundo sabe, lleva a cuestas el PRI, y aunque sea una persona inteligente, preparada, que sabe resolver problemas, no tiene oportunidad de ganar por los horrores —las omisiones básicamente— que ha cometido el PRI: no atender los problemas de la pobreza, por ejemplo.
A Anaya lo veo joven, talentoso, con ganas de hacer cosas, dinámico; a mí, lo que me asusta es la derecha. Yo soy pro muerte digna, pro aborto, pro igualdad de oportunidades para todos; estoy por traer más microeconomistas a México para que se redistribuya la riqueza. Es decir: para que haya mejor educación, mejores condiciones de salud en todo el país, mejor distribución de alimentos, para que todos los niños mexicanos tengan las mismas oportunidades desde el arranque.
Y López Obrador me parece un hombre inteligente, que se ha movido bien políticamente. Ojalá, de veras, se alíe con los grandes talentos mexicanos para resolver los problemas. Ojalá delegue, ojalá de veras haga grupos de trabajo para resolver los problemas que enfrenta México, y escuche, y si realmente llega a tener poder de la Presidencia, de las Cámaras, ojalá tome decisiones tomando en cuenta a las mayorías, y decisiones sabias, basadas en conocimiento.
Usted habla de que no se escucha a la academia, hay quienes cuestionan que la academia debe abrirse más a otros sectores ¿se cierra la academia a veces?
Estoy totalmente de acuerdo. Los científicos nos hemos acercado a la industria, por ejemplo, en un plan un tanto presumido, un tanto: ‘Miren, ustedes, todo lo que sabemos hacer, escojan’. Y yo creo que es un acercamiento muy inadecuado. Deberíamos reunirnos con los industriales y escucharlos. Los científicos lo que sabemos es pensar, resolver problemas; si nos tomáramos el tiempo de escuchar a los industriales, de trabajar con ellos en términos de igualdad y de confianza, podríamos solucionar muchos de los problemas de la industria, a través de innovación.
¿Cómo le parecen a usted las propuestas de los candidatos en el tema de ciencia?
Pues todavía están un poquitín desdibujadas. La única que habla bien de esto es Claudia Sheinbaum, candidata a jefa de gobierno de la Ciudad de México.
¿Podría detallar esas problemáticas del país para las cuales la ciencia tiene herramientas y que no se están aplicando?
Déjame ir más atrás. La ciencia lo que busca es aumentar el conocimiento. Ahora, ¿por qué las grandes potencias del mundo apoyan tanto a la ciencia? Un celular tiene una memoria enorme y la tiene gracias a la astronomía, porque la astronomía necesita una memoria enorme para almacenar datos, todo el Universo. Las grandes naciones apoyan la ciencia básica porque la ciencia básica produce tecnología, y esa tecnología sirve para innovación, y la única solución que tiene la humanidad para sobrevivir es la innovación: productos ligeros, sencillos, multifuncionales.
Ahora, también hay que apostarle a las ciencias aplicadas para resolver los grandes problemas nacionales, ¿cuáles son?: la pobreza. ¿Cómo le vamos a hacer para que llegue comida a todo el país?, ¿cómo le vamos a hacer para que llegue salud, educación de calidad, a todo el país? La ciencias básicas y las ciencias antropológicas y sociales tienen soluciones para eso. ¿Cuál es el otro gran problema del país? La violencia y la inseguridad. ¿Las humanidades y las ciencias sociales tienen soluciones para esos problemas? Sí. ¿Cómo abatimos la corrupción? También hay soluciones para eso. Son de largo plazo, son difíciles de aplicar, pero hay que empezar.
¿Qué está haciendo en el campo de divulgación de la ciencia?
Estoy medita haciendo cursos de astronomía a distancia; haciendo clases de licenciatura, clases para secundaria —siento que es la parte más desprotegida de la educación básica—, y para primaria, que acabo de empezar. Me encanta, porque la astronomía es una ciencia que todavía no se aborrece —como no se enseña— y además es tan bonita que aunque no entiendas nada, simplemente ver una galaxia... Si pones en YouTube… Astronomía Julieta Fierro, hay un montón.
¿Es youtuber?
No, no, no. Yo tengo un hijo que trabaja en MIT, es subcoordinador de humanidades, y me platicó hace años cómo las universidades norteamericanas (Stanford, MIT, Harvard) habían decidido dar cursos masivos a distancia y armaron hiperequipos para que sus grandes maestros dieran clases. Son gratis. Yo lo estoy haciendo en la Facultad Ciencias, con el director, le pedí un equipo… Se dieron cuenta de que iba en serio, me lancé, como la loca, y me pusieron un equipo de chavos. Yo lo que quiero es entusiasmar a la gente hacia la ciencia y que vean que es divertida, bonita y se entiende.
“Candidatos toman más en serio tema ambiental”
La elección de la bióloga Julia Carabias Lillo como nueva integrante de El Colegio Nacional, institución a la que ingresará a finales de agosto, se da en medio del proceso electoral en el que ella ha estado muy activa impulsando una discusión e incorporación del tema ambiental a las plataformas de los candidatos a la Presidencia, y con sorpresa asegura que hay una buena recepción de las coaliciones.
La investigadora y académica que desde 1977 ha impartido cursos en la Facultad de Ciencias de la UNAM, así como en otras instituciones académicas, en materia de ecología, manejo de recursos naturales, restauración ambiental, conservación de ecosistemas y políticas públicas, asegura que para su sorpresa, los representantes de las tres coaliciones a la Presidencia de México han mostrado un gran interés en el tema ambiental, se han reunido con muchas ONG y están emitiendo nuevos documentos que vienen a enriquecer las plataformas originales de los candidatos.
“Creo que escucharon las preocupaciones de muchos mexicanos en este tema y han abordado los temas con mayor seriedad, ahora falta entrar a un análisis muy preciso para ver dónde están las coincidencias que tenemos todos los mexicanos para conservar nuestro medio ambiente y ojalá logremos un piso de entendimiento común entre todos”, señala en entrevista con EL UNIVERSAL.
La reconocida científica mexicana, que presidió el Instituto Nacional de Ecología y entre 1994 y 2000 fue Secretaria de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca durante la presidencia de Ernesto Zedillo, afirma que el interés que los representantes de los candidatos a la Presidencia han puesto en el tema ambiental le han llevado a cambiar sus opiniones.
“Sí tengo que hacer, afortunadamente, un ajuste de mis opiniones emitidas en meses pasados porque he tenido la oportunidad de hablar en varios espacios en los últimos meses y he señalado reiteradamente que el tema ambiental en las plataformas políticas que fueron presentadas por las coaliciones y en su momento por la candidata independiente, habían sido plataformas cuya atención al tema ambiental era muy marginal”, afirma la integrante de la Comisión sobre los Países en Desarrollo y el Cambio Global y presidente del Panel Técnico Científico del Fondo Mundial Ambiental (GEF).
Para la destacada bióloga, uno de los grandes pendientes es el incremento del presupuesto asignado a ciencia. (ARCHIVO EL UNIVERSAL)
Julia Carabias (11 de agosto de 1954, Ciudad de México) reconoce que en abril, cuando se realizó el foro “Medio ambiente, cambio climático y sustentabilidad México 2018: Desafíos de la nación”, donde científicos universitarios y representantes de los candidatos analizaron las propuestas en la materia, ella señalaba que las plataformas estaban muy por debajo de lo que nuestro país necesita en el rubro de medio ambiente.
En ese encuentro realizado en la UNAM, los representantes de las coaliciones reconocieron que en sus plataformas el planteamiento ambiental había quedado muy corto.
A partir de entonces se han generado muchos foros con varias organizaciones no gubernamentales donde han podido elaborar un planteamiento general.
“Por lo menos hubo una receptividad, se han reunido con muchas ONG y están emitiendo nuevos documentos que vienen a enriquecer las plataformas originales, por lo menos de las tres coaliciones; el día de hoy (ayer) ha sido presentada una de ellas en Mérida, hace unos días se presentó otra por parte de la alianza del PRI-Verde y hay también una muy enriquecida del PRD-PAN, entonces sí existe una receptividad.
“Creo que escucharon la preocupación de muchos mexicanos en este tema y han abordado los temas con mayor seriedad, ahora falta entrar a una análisis muy preciso para ver dónde están las coincidencias que tenemos todos los mexicanos para conservar nuestro medio ambiente y ojalá logremos un piso de entendimiento común entre todos” señala la estudiosa que en 2000 recibió el Premio Getty otorgado por Word Wildlife Fund y en 2004 el Internacional Cosmos.
Los pendientes. Sin embargo, Carabias Lillo indica que aún es necesario que México fortalezca su marco normativo. “La Ley General de Biodiversidad fue discutida pero no con la suficiente amplitud; se logró un documento que constituía muchos avances, pero finalmente no fue votada en la Cámara de Diputados, salió de Senado pero no de Diputados, esto quedará como un asunto pendiente; hay muchos avances allí, por supuesto, hay cosas que faltan, pero creo que hay que ir construyendo sobre los avances y el marco normativo en materia ambiental; es necesario fortalecerlo sin duda alguna”.
La científica mexicana reconoce que han pasado ya 20 años de la reforma que hicieron en 1997 a la Ley General del Equilibrio Ecológico y laProtección al Ambiente, que se reformó junto con la legislatura que encabezaba en el Senado Luis H. Álvarez, al frente de la Comisión de Medio Ambiente; pero sin duda es una Ley que ahora tiene que volverse a revisar de conjunto.
“Se han hecho muchas reformas, pero están fragmentándose, y es muy importante que logremos nuevamente un fortalecimiento al marco normativo que nos da la Ley General del Equilibrio Ecológico, independientemente de que luego las leyes más específicas de materias ambientales en detalle puedan ir mejorando, pero el marco general de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente debe de ser fortalecido”, indica la integrante de la Comisión sobre los Países en Desarrollo y el Cambio Global, que produjo el reporte de For Earth’s Sake para la Conferencia de Naciones Unidas de Medio Ambiente y Desarrollo en Brasil en 1992.
Carabias también mantiene su llamado sobre la necesidad de incrementar el presupuesto a ciencia. “Los recortes que se han hecho en estos temas tanto ambientales como en la parte de la ciencia son una hipoteca de largo plazo, hacia lograr que México verdaderamente logre un desarrollo sustentable y tenga las capacidades necesarias para enfrentar la problemática nacional”.
Abrir puertas. Carabias, quien llega a El Colegio Nacional para ocupar una de las vacantes que no se han cubierto tras las muertes del filósofo Ramón Xirau, el médico Jesús Kumate y el físico Octavio Novaro, reconoce que esa institución está fundamentalmente representada por miembros del sector masculino y eso es un reflejo del país, en todos sus sentidos, pero esto se está equilibrando poco a poco, aunque en bachillerato ya se empiezan a ver las desigualdades.
Asegura que en México lo que tenemos más equilibrado es la primaria y la secundaria y aunque en la preparatoria ya no, cada vez más en la Universidad empiezan a reflejarse procesos de equidad muy interesantes.
“Los indicadores muestran que las mujeres profesionistas están teniendo un índice terminal superior al de los hombres y que las becas para estudiantes son mucho más para mujeres; datos que en unos años tienen que generar cambios sustantivos en el sistema nacional de investigación”.Reconoce que a ella no le ha costado abrirse paso. “Me tocó ser una de las pocas miembros del gabinete del presidente Zedillo, una de las primeras profesoras que abrió los temas de recursos naturales y trabajo en el campo y con las comunidades, también los años que milité en el Sindicato de Trabajadores de la UNAM y después en partidos políticos; en el Partido Socialista Unificado de México siempre era verdaderamente minoría. No he tenido obstáculos, ha sido ir un poco con mis colegas abriendo puertas para que todas las mujeres tengan oportunidades, porque no es un asunto de capacidades sino de oportunidades y yo, afortunadamente por la cobertura y arropaje de mi familia, tuve la oportunidad de una educación y fui aprovechando todas las oportunidades que se me presentaron con mucha convicción en los temas a que me he abocado toda mi vida: el medio ambiente”, concluye la bióloga que en 2005 fue reconocida por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
“La ciudadanía unida debe decir qué país y gobierno quiere”
El compositor Federico Ibarra consolida un sueño más en su próspera carrera: el estreno mundial en su versión escenificada y orquestada de una de sus óperas más ambiciosas y con una poderosa crítica social, El juego de los insectos. La escribió entre 2008 y 2009, cuando el país se sobreponía a la división social tras las elecciones de 2006, se enfrentaba a una guerra contra el narcotráfico y vivía una emergencia sanitaria por la influenza.
Ahora, el estreno encuentra a un mundo que atraviesa crisis políticas y económicas que no han podido solucionar ni gobiernos de izquierda ni de derecha, y a un México que “vive infinidad de problemas”.
“Estamos llenos de problemas y esperamos que alguien llegue a solucionarlos, pero somos los ciudadanos los que debemos tener el valor de demostrar lo que queremos y lo que no. Vivo en la Condesa, estábamos muy bien, tras el sismo de septiembre todo cambió, se destruyó una parte de la colonia. Vi que los vecinos fueron solidarios, por eso pienso que toda esa fuerza que hubo en esos días, especialmente la de los jóvenes, podría unirse para decir qué país quiere, quién quiere que los gobierne y cómo quiere que los gobierne”.
Ibarra es el compositor mexicano vivo que más óperas ha escrito: nueve. La más reciente, El juego de los insectos, con libreto de Verónica Musalém, hará el estreno mundial de su versión orquestada y escenificada los días 3, 7, 10 y 12 de junio en Bellas Artes. Es una ópera crítica a la sociedad de su época a través de la metáfora de los insectos. Hormigas que trabajan para la guerra o mariposas burguesas indiferentes a la realidad social. Los insectos muestran los peores defectos de la humanidad. Es una crítica social a la actualidad, desde la actitud de los adolescentes y adultos, hasta las guerras, el calentamiento global y la degradación del medio ambiente.
Esta ópera basada en la obra teatral homónima checa de los hermanos Karel y Joseph Kapek, escrita en 1921, tuvo un estreno en versión acompañada al piano en julio de 2009, también en Bellas Artes. Es una coproducción de Julián Robles y el INBA, con el apoyo de Efiartes; contará con 18 solistas, además de coro, bailarines y actores. En escena habrá más de 80 artistas más la orquesta del Teatro de Bellas Artes. La nueva producción tendrá en la dirección de escena a Claudio Valdés Kuri y en la dirección concertadora a Guido Maria Guida.
"Ojalá hubiera uno que cumpliera con todas las expectativas. Pensemos en los últimos años, yo no voté por Vicente Fox, pero me pareció espléndido que la gente haya querido votar por él y por otro partido. Lo malo fue que ese partido no cumplió con todas las expectativas que tenían en sus manos".
¿Cómo fue la escritura de El jardín de los insectos?
La escribí hace 10 años y fue muy divertido. El texto y, sobre todo la obra de teatro de Kapek, son extraordinarias. Fue un trabajo espeluznante el poder escribirla porque lo hice todo con mis manitas, no usé computadora. Las millones de notas que escribí para la duración de esta ópera... no sabe lo que significa, la cantidad de horas que pasé escribiendo fueron terroríficas, incluso algo pasó con mi mano, uno de los dedos ya no funcionaba bien por la presión que hacía al escribir. Un ejercicio así lo puede soportar la mano pero sólo por un tiempo, pero la mente no se cansa. Yo la quería terminar y fue un esfuerzo bruto.
Y sin embargo, este trabajo conjuga todos los elementos por los que usted escribe ópera.
Así es. Yo no escribo sólo para las voces, pienso en lo que las voces tienen que decirnos y en lo que se tiene que ver en escena. En este sentido, creo que Valdés Kuri se ha encontrado con los personajes. Es una ópera que había estado esperando escuchar a su director de escena, porque no se trata sólo de marcar en qué momento se entra o se sale, sino de entender su concepto. Yo no escribo una ópera que no tenga un juego escénico. Para mí, la ópera es teatro y el teatro hay que recuperarlo.
Para este montaje ha tenido que releer la partitura. ¿Ha sido una experiencia gozosa?
No. Dan ganas de cambiarle algunas cosas, pero ya no lo debes hacer porque nunca estará listo tu trabajo. También he encontrado pasajes que están muy bien. Es para mí una zozobra releer un trabajo que hice hace mucho tiempo, pero también me ha dado muchas alegrías porque veo cosas que están bien hechas.
Su ópera ha esperado 10 años, pero hay otras que han esperado décadas. ¿Qué necesita la ópera mexicana para ser estrenada?
Hay que insistir en que se puedan ver los trabajos que se han hecho. Hay compositores del siglo XIX que siguen esperando que sus obras se estrenen, incluso hay muy grandes compositores, como Melesio Morales, que siguen esperando. Me interesa abogar por la obra de ellos, pero también me interesa que mis óperas se estrenen. Se tendría que hacer una campaña para que conozcamos nuestro importante pasado musical, que conozcamos no sólo la ópera sino muchas cosas más. Las instituciones tendrían que estar trabajando en esto. La ópera es muy cara y por eso siempre se está pensando en poner los títulos que todo mundo conoce para que se llenen los teatros y se recupere tanto gasto, pero desafortunadamente no se ha tomado en cuenta que se pueden hacer esas óperas y también se puede recuperar nuestro pasado musical y se puede hacer ópera contemporánea. El patrimonio musical del país tiene que enriquecerse.
El juego de los insectos aborda la condición humana y es crítica de una sociedad.
Eso fue lo que me interesó. Si vemos la obra de Kapek por encima, sólo hay insectos, pero si profundizamos, nos damos cuenta de que a través de los insectos hay una crítica social terrible y creo que la ópera tiene que abordar estos temas. Me interesan este tipo de preocupaciones, ninguno de nosotros es ajeno a los problemas de la sociedad. Hace años la leí, luego la vi con la ENAT y me sorprendió más. Mucho después me di cuenta de que era momento de escribir la ópera.
Cuando la escribió y tuvo su estreno musical, México atravesaba por tiempos convulsos.
Sí, eran los tiempos en los que empezamos a prever la guerra en la que estamos, una guerra innecesaria para el país.
Ahora, 10 años después llega el estreno escenificado y orquestado. ¿Qué México verá esta ópera?
Esta obra de teatro se estrenó en la década los 30 en Europa, antes de la Segunda Guerra Mundial pero ya se veía que podría suceder. Fue un éxito desmesurado porque retrataba no sólo el presente, sino también el futuro. En este sentido espero que no se dé el mismo caso en México, pero sin duda retrata lo que estamos viviendo.
Federico Ibarra, el mexicano vivo con más óperas escritas (nueve), afirma que ni los gobiernos de izquierda ni de derecha han solucionado la crisis que vive el mundo. Foto: Lucía Godínez. EL UNIVERSAL
Habla de una juventud burguesa, indiferente. ¿Así es nuestra juventud?
Sí, claro. En la primera escena se habla del hastío de la juventud, un hastío que ha tenido en muchos momentos. La juventud no sabe en qué dedicar su tiempo ni para qué está aquí ni cuál es el propósito de su existencia dentro del planeta. Creo que las cosas han cambiado a lo largo de los años, pero en esencia seguimos viendo que hay juniors a los que no les interesa el país para nada, que siguen a disgusto en el país a pesar de tener oportunidades.
Por supuesto que las oportunidades para los jóvenes de todos los sectores no son las mismas que había hace 10 o 20 o 30 años, sobre todo porque la población ha crecido de manera desmedida; pero también es cierto que todas las juventudes de todas las generaciones se han enfrentado a muchos problemas y han tenido que trabajar y estudiar mucho para salir adelante.
¿Y quiénes representarían a los parásitos de su ópera?
¡Uhhh! ¿¡Quién no!? Para qué quiere que le platique de eso.
¿Y las larvas?
La larva es un personaje muy curioso, son los niños mimados en exceso, que ya no pueden tener más de nada pero se siguen quejando de todo. El tenor canta en falsete todo el tiempo. Es algo muy extraño, es una caricatura musical y no es muy común. Es un personaje que no ha nacido y ya está en contra de todo.
¿Las hormigas?
Representan la situación en la que estamos viviendo, pareciera que son únicas pero tienen partidos, unas son amarillas, otras son verdes, negras, y todas están preparándose para la guerra.
¿Hay cabida para la esperanza?
Sí. La crisálida es la esperanza y está esperando que con su vida pueda arreglar muchas cosas.
¿Cómo vislumbra el país?
México ahora tiene la particularidad de que pronto vivirá unas elecciones, pero lo que veo es que nuestro país y una gran parte del planeta atraviesa por muchos problemas. Pensemos en los países europeos que se han ido por la derecha, otros por la izquierda y ninguno ha solucionado sus problemas, esto es preocupante.
¿Y qué me dice de los candidatos a Presidente?
Que ojalá hubiera uno que cumpliera con todas las expectativas. Pensemos en los últimos años, yo no voté por Vicente Fox, pero me pareció espléndido que la gente haya querido votar por él y por otro partido. Lo malo fue que ese partido no cumplió con todas las expectativas que tenían en sus manos. Hubo un regreso al PRI y creo que ocurrió porque los mexicanos somos de acción y reacción. Y si ya ninguno de los partidos ha cumplido con las expectativas, quizá la gente quiera ver ahora otra opción.
¿Y qué papel juega el ciudadano?
En Argentina la gente salió con sus cacerolas a la calle a exigir que las cosas cambiaran y yo aplaudí mucho esas manifestaciones, como he aplaudido las manifestaciones en otros países como España. Y no hablo de marchas, hablo de toda una sociedad en las calles. ¿Se arreglaron las cosas en Argentina o España? Desafortunadamente vemos que no. Y siempre estamos pensando en que la crisálida nos va a resolver todo. Usted y yo, y todo el mundo queremos un país mejor, sin duda.
“Foco electoral, en evangélicos, no en católicos”
La Iglesia católica está tan alejada de su feligresía que difícilmente puede influir en el voto de los creyentes, por lo que ahora el foco se encuentra en los evangélicos pentecostales, afirmó Bernardo Barranco, especialista en religiones.
Barranco asegura, en entrevista con EL UNIVERSAL, que “sea cual sea el resultado de las votaciones del 1 de julio, los evangélicos ya ganaron en este proceso electoral”. (Según datos del Inegi, en México existen 8.3 millones de protestantes o evangélicos).
Sobre su reciente libro, El infierno electoral. El fraude del Estado de México y las elecciones de 2018, considera que la alianza electoral entre Morena y PES “es un pragmatismo fuerte” y afirma que los comicios presidenciales comenzaron en el Estado de México en 2017, cuando se presentaron las prácticas más antidemocráticas en la historia del país.
¿Cuál será el papel que jugará la Iglesia católica el próximo 1 de julio?
—El foco no está por ahí, el foco está en los evangélicos pentecostales. En la elección de 2016, cuando el PRI perdió muchas gubernaturas, se dio un proceso en el cual la Iglesia jugó un papel muy crítico [hacia] Enrique Peña Nieto, porque en mayo se abrió el tema de los temas igualitarios (...), fue un voto de castigo.
Bernardo Barranco. Foto: Iván Stephens. EL UNIVERSAL
La Iglesia católica tiene el peso político entre las élites, pero está despegada de la feligresía, [lo que hace] que difícilmente un obispo pueda determinar el voto. Quizás los curas en zonas rurales tengan más influencia. Los evangélicos en los últimos años han crecido mucho y los pastores en estas iglesias juegan un papel fundamental: deciden con quién te casas, tu trabajo, ayuda, salud, intervienen de manera muy directa en las historias personales de los miembros y por supuesto que el voto puede llegar a ser corporativo, orientado hacia un partido dependiendo de las posturas de la Iglesia.
¿Los evangélicos saldrán ganadores en la elección?
—Los evangélicos pentecostales son el gran ganador del proceso de 2018, sin conocer el resultado, sin saber si gana Andrés Manuel López Obrador, con quienes hicieron alianza a través del PES, pero sea cual sea el resultado ellos son los ganadores porque van a tener, probablemente, la mayor bancada que jamás hubieran imaginado, ha negociado un número importante de escaños en las diferentes cámaras.
Es un fenómeno latinoamericano. En Brasil son cerca de 100 diputados evangélicos, tienen una gran presencia en Colombia, al grado que impidieron el “Sí” en la consulta sobre la paz en Colombia, porque había un enfoque de género muy fuerte, y en Costa Rica en estos días se va a decidir el futuro del país y el puntero es un pastor ultraconservador.
La Iglesia católica sigue siendo mayoría en el país, pero ya no tienen los mismos números que antes, ¿cómo impactan en este sentido los llamados, la jerarquía en estos comicios?
—Ahí el punto es la caída de la feligresía, pero sobre todo la pérdida de credibilidad que ha tenido la Iglesia [católica], mayormente con temas de pederastia, un tema global que hoy está empezando a salir. Recientemente un cura fue sancionado con 63 años [de prisión] y hay muchos otros.
Creo que la jerarquía católica tiene sobre todo una gran intención de incidir en la agenda pública, de introducir su agenda particular, pero no tiene el alcance o la fuerza que tuvo años atrás y no tiene la gravitación en la intención del voto del feligrés o del ciudadano.
¿Qué impacto pueden tener las movilizaciones de 2016 contra los matrimonios de personas del mismo sexo?
—Las marchas que tuvimos en septiembre de 2016 fueron una extraña alianza entre católicos y fundamentalistas pentecostales, lo cual nos podría estar preanunciando la construcción de una derecha política extremadamente conservadora, lo que es peligroso.
¿Podremos ver esos actos en los siguientes meses?
—No creo, a no ser que algún candidato se salga de los rediles, pero más bien todos los candidatos se han puesto muy piadosos, muy religiosos: Meade con la familia, hablando de adviento con mujeres en el Estado de México; López Obrador con su famosa “constitución moral”, con códigos del bien inspirado en acciones de Jesucristo. Estamos en un momento en el que hay un giro conservador de los partidos políticos y de la clase política.
Un giro conservador religioso, a dónde nos va a llevar, no sé, pero como analista en temas religiosos y políticos me estoy frotando las manos porque voy a tener un trabajo para el futuro.
¿Cuál es su opinión sobre esta alianza que hace el partido Morena con un partido como el PES al que se le vincula con organismos religiosos?
—El tema ahí es un pragmatismo fuerte. La figura del mismo Andrés Manuel López Obrador es muy enigmática, no sabemos a ciencia cierta si es católico, si es cristiano, cristiano evangélico, pentecostal, él indistintamente se dice y le gusta esta ambigüedad.
En temas álgidos como el aborto se va por la vía fácil: “Que sea una consulta popular”, lo mismo en temas de matrimonios igualitarios.
La alianza con el PES es una alianza pragmática: ese partido tiene peso social donde Morena no lo tiene, sobre todo en el norte, y un público creciente que le garantiza un número de votos importantes. Si [Encuentro Social] quiere mantener su registro con 3% de la votación, le va a dar más de 2 millones [de sufragios] lo cual puede ser importante para las presidenciables.
Lo que ha sacado totalmente de balance es su propuesta de un código moral de convivencia, porque se ha prestado a mucha burla, ya sea de unos políticos que le quieren pegar, algunos más serios, diciendo: “Miren hay un carácter mesiánico”, entendiendo el mesianismo como el mandato que Dios da a una persona para que sea ejecutado con el pueblo, es el mesías, es aquel que es intermediario entre Dios y el pueblo, entonces [se ve] esta actitud mesiánica que ya Enrique Krauze le criticó en el proceso anterior, como él le llamó: Mesías tropical.
La novedad que plantea López Obrador es en este divorcio, sobre todo en la clase política, entre ética y poder, ese pragmatismo absoluto que existe entre principios y valores con la práctica política.
Jóvenes, pesimistas, pero con esperanza en 2018: rector de la Ibero
La situación actual del país tiene a los jóvenes pesimistas, pero esperanzados en la convicción de que es necesario actuar para cambiar las cosas, confió el rector de la Universidad Iberoamericana, David Fernández Dávalos.
Desde su oficina en el campus Ciudad de México, en Santa Fe, el sacerdote jesuita confía que los jóvenes están conscientes de lo que México se está jugando en este proceso electoral y por eso participarán en el mismo.
Su situación es crítica y tienen poca confianza en el futuro, pero mantienen la esperanza de que desde la colectividad pueden cambiar el rumbo del país.
Sobre las elecciones presidenciales, pidió confiar en el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pero llamó a imponer controles ciudadanos para garantizar que actúen con “imparcialidad y pulcritud técnica”.
¿Cómo ve a los jóvenes en este proceso electoral?
Involucrados. Se ha dicho que las nuevas generaciones son apáticas respecto a lo público y lo político. Creo que no es así, tienen otros modos de participación y convocatoria, les interesan cosas distintas pero están involucrados, conscientes, saben de qué se trata. Algunos no han decidido su voto, pero independientemente de la clase social, que puede tener diferentes simpatías, todos están atentos a la coyuntura y con muchas ganas de participar. Hay efervescencia entre los jóvenes: claramente están conscientes de lo que se está jugando en el país en estas elecciones.
¿Qué le espera a este sector poblacional ante tragedias como Ayotzinapa y los estudiantes de cine de Jalisco?
En los últimos sexenios, los jóvenes han sido desatendidos y agredidos. No ha habido una propuesta que genere trabajos para ellos. Solo una minoría, apenas 37% de jóvenes, tiene posibilidad de acceso a la universidad; los otros están en empleos precarios y sin atención del Estado.
Son víctimas de la violencia...
También son las víctimas de la guerra: los sicarios o los estudiantes de Jalisco, los que están desaparecidos en Oaxaca, Tierra Blanca, Ayotzinapa: víctimas que no tenían nada que ver con la confrontación; o bien como efectivos militares o policías. En realidad 80% de los 200 mil muertos que llevamos son jóvenes, las víctimas más importantes de lo que se ha llamado la guerra contra el narcotráfico.
¿Es un panorama de desesperanza?
Los jóvenes son conscientes de que estudiar una carrera no les garantiza trabajo y condiciones mejores que las de sus padres. Son pesimistas, pero al mismo tiempo están activos tratando de transformar la realidad, participando en pequeños colectivos, en organizaciones sociales, proyectos populares. Hay esperanza, no porque tengan certeza de que las cosas van a mejorar, sino porque tienen la certeza de que deben hacer algo para irrumpir en este momento de una manera decisiva y cambiar el rumbo de lo que ha ocurrido en los últimos años.
En 2018 se cumplen 50 años del movimiento estudiantil de 1968, ¿se puede comparar la juventud de ahora y la de entonces?
Son circunstancias distintas. En ‘68 se luchaba por espacios democráticos, de expresión y participación, por derechos civiles y políticos. Hoy, los jóvenes también están luchando por acceso a información objetiva, participación en los medios,salarios suficientes y dignos, trabajos para todos en condiciones de decencia, un medio ambiente sano. Son otras reivindicaciones y momentos distintos, no hay un paralelismo y no tenemos el Estado desvergonzadamente autoritario que teníamos entonces. El espíritu generoso, participativo, abnegado y comprometido de los estudiantes ha permanecido.
¿Por qué no se ha podido repetir una movilización como la de 1968?
Hay muchas explicaciones: las pantallas en las que estamos involucrados culturalmente todos y todas: a veces el muchacho entiende que participar en las redes sociales es lo mismo que participar políticamente, cuando no [es así].
Hay formas de participación que no afectan al poder y eso es lo que tenemos que evaluar. Por el otro lado, la historia de la Revolución, la cristiada y la represión de 1968 ha dado una cierta sabiduría al pueblo de México: hay experiencias sangrientas y la gente intenta por todos lados cambiar las cosas.
Cuando éstas ya no puedan cambiar o cuando estemos en el abismo absoluto, yo confío en que los jóvenes saldrán a la calle nuevamente.
¿Esas son las únicas explicaciones?
Nos han hecho creer que el éxito es individual y que el cambio está dentro de ti mismo. Esa ideología es abrumadora para muchos muchachos: despolitiza y desmoviliza, porque te culpa de tu condición social. El mayor triunfo de la ideología neoliberal es hacerles creer a los pobres y a los que trabajan, que ellos tienen la culpa de su condición. Eso es mentira.
¿Esto es algo que se les puede reprochar a los jóvenes?
No en realidad. El sistema funciona así: nacen dentro de él, lo encuentran y se acomodan, es lo que nos han hecho creer y lo hemos internalizado. Hay que abrir posibilidades de reflexión crítica en las pantallas, las escuelas, las familias, desde el Estado. Puede haber complicidades: aquí tenemos estudiantes que dicen “yo soy hijo de fulano de tal y apoyo los valores del modelo actual”, esta es una opción libre, cuando has tenido posibilidades de tener una distancia crítica de lo que funciona hoy de manera hegemónica.
“Existe la posibilidad de cambiar de rumbo respecto a los últimos 35 años”
¿Cómo ha visto el proceso electoral?
Me parece que los mexicanos están involucrados e interesados. Hay un ambiente de expectativa y de participación como no se había visto. No es gratuito: existe en el país la posibilidad de cambiar de rumbo respecto a lo que ha sido el modelo económico y el régimen en los últimos 35 años. La gente está atenta.
Hay un desbalance respecto a las actuaciones de los candidatos y si bien ha habido propuesta, se ha dedicado mucho más a las anécdotas que a los programas [de trabajo]: la reforma educativa, el aeropuerto, la amnistía. Las campañas tendrían que estar enmarcadas en un programa general de gobierno y desde ahí valorarlas pero se han perdido por las ramas.
Las autoridades electorales han quedado a deber, más escandalosamente en el caso de El Bronco: dejaron pasar algo que deslegitima el proceso de certificación de los candidatos.
Los spots que estamos viendo son verdaderamente escandalosos en lo que tienen de mentira, falsedades, ataques infundados y eso me parece que es problema de la autoridad electoral.
¿Qué le pediría al árbitro?
Imparcialidad, pulcritud técnica, despolitización absoluta de su tarea.
¿Se puede confiar en las autoridades electorales?
Hay que poner controles sociales para que las instituciones sean confiables: no es un cheque en blanco. Hay que pedir medidas para garantizar la participación y la no abstención.
Hay espacios de maniobra, pero frente a esto, el INE no ha hecho nada. Como sociedad necesitamos presionar a las autoridades para que hagan su trabajo y tener una mirada crítica y alternativa, no porque partamos de la desconfianza, sino porque tenemos que hacer que las instituciones sean confiables.
¿Ha visto un escenario polarizado y qué repercusiones podría traer?
Hay el peligro de la polarización electoral. En realidad se están confrontando dos proyectos de país y es cuando surgen las polarizaciones. De alguna manera es natural que la gente tome partido en torno al proyecto de país que queremos, lo que no es normal es que esta polarización pueda ser acompañada por llamados a la violencia, a la abstención o a la sanción.
“Una nueva estrategia de seguridad”
Empiezo por enviar mi solidaridad a las familias y amigos de los estudiantes de cine asesinados cobardemente en Jalisco y a quienes, en todo el país, sufren todos los días el dolor y las consecuencias de una violencia a la que podemos y debemos poner fin.
México debe cambiar. Y debemos comenzar por cambiar la estrategia de seguridad porque ésta ha fracasado. No podemos seguir siendo víctimas de los delincuentes y víctimas del miedo. El nivel de inseguridad actual pone en peligro a nuestros hijos y nos amenaza en nuestras casas, en la calle, en el transporte y en los caminos. Los mexicanos sufrimos millones de delitos cada año, tan sólo los que se denuncian son casi 2 millones y lo más preocupante es que sólo 3 de cada 100 ilícitos se resuelven.
Estoy decidido a trabajar contigo para que esto cambie y podamos recuperar la tranquilidad. El tiempo para acabar con la inseguridad es ahora. Y ello exige que demos cárcel a quien la merece; ni tregua ni perdón, muchos menos amnistía para los delincuentes.
Como presidente de la República, voy a ir un paso adelante de la delincuencia para que puedas vivir sin miedo. Lo haré garantizando a quienes hasta el día de hoy han sido marginados de los beneficios del desarrollo, a fin de que tengan oportunidades y apoyos para salir adelante; asegurando que haya alumbrado público suficiente y cámaras de seguridad que vigilen nuestras calles, elementos que te protejan en el transporte público, espacios públicos para que tú y tus vecinos puedan convivir. Habrá al menos un parque o espacio público en cada colonia. Para que los criminales no tengan dónde esconderse, estableceremos un nuevo Sistema Integral de Identificación. Con mayores recursos, a través de las mejores y más novedosas tecnologías, sabremos quiénes son, cómo y dónde operan. Habrá, por supuesto, con-trol pleno del Estado sobre los penales para que no sean escuelas del crimen, que no sean causa del delito sino su consecuencia innegociable.
"Una nueva estrategia de seguridad"
Es urgente generar condiciones para que quienes salgan de la cárcel después de haber cumplido su condena no se vean orillados a delinquir por falta de oportunidades. Impulsaré asimismo una nueva cultura cívica que recupere los valores familiares y reconstruya nuestras comunidades con base en ellos. Empezando desde el hogar, la escuela, el trabajo y las comunidades, habrá cero tolerancia a quien le falte el respeto a una mujer.
Para detener a los criminales para que tu familia esté segura, duplicaré el número de policías en el país y cuidaré que nuestras policías estén formadas de elementos honestos, preparados y capacitados, bien pagados para protegerte. Tendrán mejores sueldos y becas para sus hijos. Tendrán también nuestro reconocimiento, así como un verdadero plan de vida y de retiro que hará que estén —y todos estemos—orgullosos de su trabajo y de la protección que te brindarán a ti y tu familia. Reconoceré el trabajo de las Fuerzas Armadas y les daremos certeza tanto a ellos como a la sociedad, sobre el tiempo, el modo y la circunstancia de su actuar para protegernos. Blindaremos las fronteras con tecnología y todos los recursos a nuestra disposición para evitar que entren armas ilegales que acaben en manos de los delincuentes. Con inteligencia financiera y una ley que permita recuperar el dinero y los bienes mal habidos, le pegaremos a la delincuencia donde más le duele.
Y, en tercer lugar, combatiré con éxito la impunidad, para que nadie crea que al delinquir podrá salirse con la suya. Para ello, federación, estados y municipios trabajaremos siempre juntos gracias a que impulsaré en los primeros 100 días de mi gobierno, la adopción de un código penal único en el país que dará igual castigo a quienes cometan el mismo delito. Además de crímenes como el secuestro y la trata, impulsaré que el robo, la extorsión, el homicidio y el feminicidio se definan y sean sancionados de la misma manera para que los delincuentes no puedan escapar de ser castigados con argucias legales. Voy a crear una Agencia de Investigación especializada en dichos delitos. Para acabar con la impunidad, voy a cuadruplicar la capacidad de investiga-ción del Estado. Con ley y sin impunidad, recuperaremos la seguridad.
Nada ni nadie por encima de la ley. Ese es mi compromiso. Cuenta conmigo para prote-gerte a ti y a los tuyos. Como Presidente, de la seguridad de tu familia yo me encargo.
“México debe reinventar su estado de derecho”
- El activista del Mayo del 68 dice que no es fácil acabar con la violencia; opina que una propuesta de amnistía debe incluir mejoras sociales y educativas
El sociólogo francés Michel Wieviorka (París 1946) fue uno de los jóvenes que participó en la revolución estudiantil de París de mayo de 1968 y hoy es considerado una autoridad mundial en temas como el terrorismo, violencia y racismo. Hace unos días visitó México para impartir conferencias en la UNAM y El Colegio de México sobre los inicios del estado laico en México y su relación con la Ley francesa de separación de la Iglesia y el Estado de 1905. En entrevista con EL UNIVERSAL en la Embajada de Francia en México, el profesor en la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales en París habló de la violencia en México y de la amnistía que defiende el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, como una salida al problema que aqueja al país. “Lo que debe interesar no es la propuesta de amnistía, sino el contenido de lo que viene con ella”, asegura.
Autor de libros como La fabricación del terrorismo ( 1993 ), Violencia: una nueva aproximación (2009) y Mal (2012), el sociólogo sostiene que no hay una salida fácil para la violencia. “Si quieres hacer justicia, quizá no vas a obtener la paz”, plantea.
Usted suele marcar siempre la diferencia entre violencia y conflicto. ¿Cómo explica esa diferencia?
Hay una dimensión de vocabulario. En el mío, el conflicto es la oposición constructiva con negociación, con posibilidad de discutir, de introducir elementos nuevos hasta que haya un acuerdo. La violencia viene cuando el conflicto no es posible, cuando el conflicto no funciona. La violencia es la ruptura, es matar, es destruir, es otra cosa que discutir, negociar, acceder o escuchar lo que se puede modificar. Hay muchas situaciones en las que se mezclan el conflicto y la violencia. La violencia viene cuando el conflicto es débil, cuando los actores son débiles y no son capaces de movilizarse. El caso francés de hoy es muy interesante, las lógicas del conflicto son débiles. Por un lado, el gobierno no discute con los sindicatos, no escucha a la sociedad civil; por el otro, los sindicatos son débiles, las asociaciones no son tan fuertes. El 1 de mayo en París, a las protestas de los sindicatos llegaron pocos sindicalistas, tal vez 15 o 20 mil, y unos mil 200 jóvenes de la ultra izquierda que iban en capucha y destruyeron cosas. Eso no ha pasado nunca en París y quiere decir que el espacio de negociación de los huelguistas es débil y, cuando eso pasa, hay lugar para actores violentos que sólo quieren destruir y nada que proponer.
¿Qué percepción tiene de la vio-lencia en el caso de México?
No soy como esos intelectuales que llegan a un país y después de dos días regresan a su país y escriben un libro gordo para decir lo que es México. Yo quiero ser prudente, tengo una imagen muy general, pero creo que el primer gran problema es reconstruir el estado de derecho, reconstruir un estado capaz de imponer los derechos, capaz de proponer realmente una seguridad, capaz de controlar sus territorios. Por ejemplo, me han dicho que después del discurso de un candidato que dijo que hay que cortar las manos (El Bronco), hay delincuentes en Acapulco que escucharon ese discurso y cortaron las manos a un ladrón. Eso significa que el estado está débil, que no puede controlar eso. Si me pregunta cuál es mi percepción, creo que es un país que necesita reforzar, reinventar su estado de derecho.
¿Es posible mediar, crear un conflicto en los términos que usted lo plantea, con grupos delictivos?
No es posible. No digo que el conflicto es siempre posible, pero tal vez es posible introducir nuevas lógicas, de construir actores políticos locales que no aceptan las mafias ni narcotráfico ni la corrupción de los poderes políticos. Es posible imaginar un cambio, es posible imaginar una sociedad civil más activa, que se desarrollen actores que quizá no van directamente a crear un conflicto con los delincuentes, pero que van a contribuir a transformar el sistema institucional, político y, tal vez, a debilitar las fuerzas de la violencia, del mal.
Michel Wieviorka en la Embajada de Francia en México. El especialista en temas de violencia y terrorismo estuvo en el país para impartir conferencias en la UNAM y El Colegio de México.
Las propuestas sobre el tema de violencia que hemos escuchado de los candidatos en México son o seguir combatiendo a los criminales o la de una amnistía a algunos actores, como campesinos que producen o los que están presos por posesión de drogas. ¿Qué piensa de eso? ¿Funcionaría un esquema de amnistía?
Yo soy muy escéptico, pero hay que ver, porque la amnistía significa un proceso político, no es únicamente decir: “Ustedes van a salir de la cárcel, todos pueden vivir de manera libre”. La amnistía no funciona así. Desde mi punto de vista, es el contenido de la amnistía, las condiciones y lo que va a pasar después lo que debe interesar. Si tienes en la cárcel a un joven que se dedicaba al tráfico de drogas y sale libre, el problema es ver qué hará esa persona cuando salga de la cárcel. Si no tiene nada de nuevo en su existencia, ninguna posibilidad de empleo, saldrá pero después de tres meses volverá a lo mismo porque es lo que sabe hacer. Si la amnistía significa nuevos procesos de medidas sociales, de educación para los más jóvenes, es diferente. Lo que debe interesar no es la propuesta de amnistía, sino el contenido de lo que viene con ella, si es que la hay.
Uno de los últimos actos de violencia ha sido el de unos estudiantes disueltos en ácido; hubo conmoción social ¿Cómo debería enfrentar la sociedad esos episodios extremos de violencia?
Cuando se descubren este tipo de horrores hay una fuerte emoción, pero la emoción no es la que va a transformar el paisaje del país. Lo importante es cómo podemos pasar de la fuerza de la emoción a la fuerza de una acción organizada, capaz de proponer cosas, de negociar con el gobierno, de ejercer una presión social sobre los partidos políticos. Ahora que están en campaña política es el momento para la sociedad civil, para las asociaciones de derechos humanos y las familias de esos estudiantes de hacer algo, que no se quede en el llanto. Es necesario transformar la emoción en presión política para que haya cambios.
¿Qué riesgo corre una sociedad que ve a la violencia como algo cotidiano?
Es terrible. Son procesos que nunca se acaban, todos los días hay muertos, familias destruidas, jóvenes que son asesinados. El riesgo es que ese proceso nunca pare. No conozco bastante bien este país y no puedo ser más preciso, pero es claro que hoy, meses antes de la elección, es momento de que la sociedad civil exija más, con reivindicaciones claras, negociables, no cosas totalmente locas. En Francia ahora hay estudiantes que protestan y piden el fin del capitalismo. Estoy de acuerdo en que el capitalismo no está bien, pero si fuera estudiante, pensaría que es más eficiente protestar para que haya otra manera de hacer la selección de estudiantes a la universidad pública.
¿Hay una salida para la violencia?
No se puede cambiar de la noche a la mañana. Lo que hay son procesos que permiten reducir la violencia y apostar por otras formas de debate sin violencia. Es posible mejorar, pero no hay una solución pura y simple. Cuando hay actores que transforman la violencia en conflicto es mucho mejor, pero no siempre es posible, no hay soluciones inmediatas, pero hay posibilidades de minimizar o buscar otras salidas. No siempre es fácil porque además hay una contradicción entre la paz y la justicia. Si quieres hacer justicia, quizá no vas a obtener la paz. Por ejemplo, tomemos el debate colombiano, los ciudadanos de Colombia querían justicia, las FARC mataron a personas; la gente de las FARC no iba a aceptar acabar con las armas y dirigirse a la muerte. Entonces, si quieres justicia no vas a obtener paz. Y si quieres paz, debes aceptar amnistía, debes aceptar ciertas cosas, pero si tu mamá o tu papá fue asesinado por esas personas, ¿te gustaría la paz sin la justicia? No es aceptable. No es fácil, acabar con la violencia implica siempre cosas muy difíciles y a veces no son estables o definitivas, pero a veces son necesarias.
Participó en el Mayo del 68 en Francia, ¿qué cree que ha dejado ese movimiento a 50 años?
Desde mi punto de vista, el legado más importante es cultural; políticamente dejó pocas cosas, socialmente algunas cosas, pero culturalmente ahora vivo en un mundo donde hay menos autoritarismo, donde el arcaísmo ya no es posible, donde se puede comunicar, discutir. El 68 también fue un momento de fraternidad; en las calles de París en mayo del 68 toda la gente hablaba con los demás, era muy agradable, el tiempo era maravilloso, podías hablar con la gente de cosas muy variadas. Yo coincido con Edgar Morin, quien habla de una brecha cultural, algo se abrió en el 68 que nunca se cerró después.
Francia vive ahora manifestaciones de diversos sectores y se da justo 50 años después del 68. ¿Es posible comparar lo que pasa ahora con lo que pasó entonces?
Es muy difícil hacer una comparación. El Mayo del 68 empieza con una revuelta cultural y estudiantil. No queríamos más el arcaísmo de los profesores, del poder político, el autoritarismo de los medios, todo fue sin violencia, no hubo muertos, hubo solo uno, en Lyon; después de que inició la manifestación cultural se abrieron las puertas al movimiento obrero, a los sindicatos. Los sindicatos eran muy importantes y los estudiantes apoyaron ese movimiento, se obtuvieron resultados muy importantes socialmente... Los movimientos de Francia ahora son muy distintos. Son luchas para defender un viejo modelo social que funciona cada vez menos, es el caso de la huelga en los ferrocarriles; hay otras luchas corporativistas, como la de los pilotos de Air France, quienes dicen que no ganan lo suficiente y quieren más. Además, en las universidades hay tensiones y actos violentos. Pequeños grupos que, contrario al 68, actúan de manera violenta, sin abrir debates importantes. No hay propuestas y no hay convergencia entre esos movimientos.
“El autoritarismo de AMLO es muy preocupante”
- No hay que entregar el poder a una sola persona
México debe ver a Venezuela como moraleja del daño que provocaría a la democracia entregar el poder absoluto a una sola persona, asegura el historiador Enrique Krauze.
Sostiene que un eventual triunfo de Andrés Manuel López Obrador el 1 de julio puede presagiar un futuro difícil para nuestra aún imperfecta, pero indispensable democracia.
En entrevista con EL UNIVERSAL, a propósito de su reciente libro El pueblo soy yo, que se presenta mañana, el intelectual reconoce en López Obrador su genuina vocación social y su oposición a la corrupción. Pero también advierte que ve en el candidato presidencial de Morena impulsos religiosos y rasgos autoritarios altamente preocupantes. “La tolerancia no es su fuerte”, señala.
Llama la atención el título de su libro El Pueblo soy yo...
Yo no quise poner la palabra populismo en el libro, es una palabra muy gastada. Se me ocurrió esa frase que además repiten muchos populistas. Una de las características principales de este tipo de liderazgo es que entienden, muchas veces de manera genuina, que encarnan al pueblo y éste a su vez siente que esos líderes lo encarnan a él.
¿El populista es uno o hay varios tipos de populistas?
Hay cosas en común y hay diferencias, pero el populismo no se caracteriza por tener una bandera ideológica. Lo estamos viendo en nuestro tiempo. Populista es el presidente Donald Trump y el líder húngaro Viktor Orbán. Populista fue Hugo Chávez, de izquierda radical. El populismo es básicamente la liga entre el líder carismático y el pueblo por encima de las instituciones, las leyes y las libertades. Eso es lo que es. El liderazgo carismático del que hablaba Max Weber puesto al día.
"El autoritarismo de AMLO es muy preocupante"
En su libro señala que el populista se sirve de la democracia...
Sí, la democracia es un arreglo político de naturaleza inestable, muy difícil, latoso, rijoso, imperfecto. Entonces, la gente no entiende que esa imperfección es lo normal. Si no se le entiende bien, lo natural es que las sociedades digan: ‘Esto es tan complejo que mejor elegimos a una persona que arregle todo’. Puede llegar el líder democráticamente, pero su designio es acabar con ella.
Usted dedica también capítulos a Cuba y a Venezuela...
Cuba es la isla de la pesadumbre y la inmovilidad. No veo voluntad de cambio con la llegada de Miguel Díaz-Canel. Venezuela está ligada a Cuba. He estudiado el caso venezolano desde 2007.
Estoy convencido que haber entregado todo el poder a Hugo Chávez en una especie como de euforia histórica, una fiesta infinita, todo eso terminó en ruinas.
¡Los mexicanos no tenemos ni idea de la tragedia! Venezuela está en ruinas y el responsable tiene nombre y apellido, Hugo Chávez. Nicolás Maduro sólo es el sepulturero.
La moraleja es clara. Una cosa es llegar a la Presidencia y otra es entregar el poder absoluto a una sola persona. Es algo que hay que prevenir siempre.
¿Es un mensaje a México?
Este es justamente el mensaje central del Pueblo soy yo. Cuidado con entregar el poder a un hombre que dice representar él solo al pueblo, que pronuncia tácitamente la fórmula ‘el pueblo soy yo’.
Derecho a gobernar tendrá el que gane la elección, en este caso López Obrador, claramente, sí es que las tendencias se sostienen, como creo que se sostendrán, pero gobernar dentro del marco de las instituciones republicanas y las autónomas, las leyes y las libertades.
¿Qué le preocupa?
Esta falta de distancia con respecto a Chávez y a Maduro. La imposibilidad de decir claramente que aquello es una dictadura. Es algo que yo le reclamo al grupo de López Obrador.
Usted toca también el caso del presidente Donald Trump...
Yo advertí lo de Trump desde 2015, artículo tras artículo. Me pareció deplorable y un error histórico del presidente Enrique Peña invitarlo a México. Le regaló la imagen de ser presidencial y eso es algo que la historia no le perdonará.
Trump es un enemigo de México. Espero que el próximo gobierno entienda que esa idea de: ‘Lo vamos a hacer entrar en razón’, bueno, parafraseando a López Obrador, esa idea no la tiene ni el Papa.
En el caso de López Obrador, dice usted que no le cambió ni una coma a su ensayo El mesías tropical ¿Por qué?
No le cambio ni en los elogios ni con las críticas. Algunos lectores han preferido quedarse con el título que consideran denigratorio cuando no lo es.
Es un título descriptivo. Por otro lado, olvidan los varios puntos a favor que señalé, y que vengo señalando siempre, como su permanente protesta ante la llaga de la corrupción, su indudable y genuina vocación social y preocupación por los más pobres.
Al mismo tiempo, como liberal y demócrata que soy, señalo que el impulso religioso que mueve sus declaraciones y sus actos, así como ciertos rasgos de autoritarismo, son altamente preocupantes. Pueden presagiar un futuro difícil para nuestra democracia.
No creo mucho que con los antecedentes políticos a lo largo de muchas décadas de este luchador social, admirable por varios motivos, podamos estar tranquilos los demócratas mexicanos.
¿No compra esa idea del amor y paz, la República amorosa?
Es que yo preferiría que López Obrador hablara de respeto y de tolerancia, no de amor y paz. La política, y sobre todo la democracia, no es el territorio del amor y la paz. No me gusta ese mensaje transferido a la política.
Como dijo Max Weber, quien quiera su salvación que no la busque en la política, sus caminos son mucho menos sublimes.
Hay quienes ya no lo consideran un peligro para México...
Yo tampoco lo consideré un peligro para México, nunca usé esa palabra.
¿Cómo cree que se adaptaría a las instituciones republicanas?
Espero que el Poder Judicial siga siendo independiente, que en el Congreso se sigan peleando entre sí. Eso es lo mejor porque al poder hay que dividirlo, no hay que integrarlo.
Espero que el Presidente tenga muchas acotaciones y que si López Obrador llega a la Presidencia tenga genuinos diques de contención. ¿México tiene la suficiente solidez institucional para que estemos tranquilos con eso? Por supuesto que no.
¿Usted advierte rasgos o riesgos?
De una concentración de poder, si no absoluto, sí muy considerable en la figura del Presidente, y que esta concentración del poder sea una regresión al siglo XX, además con un tinte muy marcado redentorista y religioso. Sí, tengo temor de eso.
¿La posibilidad de perpetuarse?
La veo muy difícil porque está en el ADN mexicano la no reelección. Un hombre que invoca a Francisco I. Madero, quien luchó contra la no reelección, intentara reelegirse él o por interpósita persona... lo veo muy difícil.
Espero que las instituciones se vayan perfeccionando y creciendo. Espero que sigamos siendo una democracia aún con todas sus imperfecciones e incomodidades.
La unanimidad es indeseable, opresiva e imposible. Ojalá no lleguemos al país de la unanimidad.
"Jamás le rendiré pleitesía a un partido político"
- Para el artista, el próximo Presidente debe hacer un cambio en la repartición de la riqueza, reintegrar a las instituciones y dejar la sumisión ante Trump
Horacio Franco no tiene pelos en la lengua. A lo largo de 40 años de trayectoria ha hecho lo que ha querido y ha dicho lo que ha querido. Ha luchado a favor de los derechos civiles, por la comunidad LGBT, por el derecho al aborto, en contra del VIH, ha sido un gran activista y lo mismo se ha presentado en el Palacio de Bellas Artes que en las zonas marginadas del país. Hoy se le reconoce como uno de los máximos exponentes de su instrumento, la flauta, y como uno de los mejores músicos de su generación. Y, ante las próximas elecciones, hace un llamado al voto crítico y consciente.
Para celebrar 40 años de actividad artística como solista y 25 de haber fundado el grupo Capella Barroca de México, ofrecerá el concierto titulado Horacio Franco, 40 años de carrera. Conciertos de Antonio Vivaldi, que se llevará a cabo el próximo 14 de abril a las 19 horas en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.
En entrevista, Franco ofrece su visión sobre las próximas elecciones. Todos, dice, tendrán que convocar a los más diversos sectores del ámbito cultural para perfilar sus plataformas en ese sector. “Cada uno tendrá que ser incluyente y tendrá que ver en la cultura y en el arte un factor de desarrollo social y económico”, dice.
A José Antonio Meade lo vislumbra con un hombre preparado, pero lamenta que se haya presentado como candidato del PRI, “un partido que le ha hecho mucho daño al país”. A Andrés Manuel López Obrador lo percibe como el candidato que debería ser firme en el apoyo a la comunidad LGBTI y a los derechos conseguidos, como el matrimonio homosexual y el aborto. A Ricardo Anaya lo define como un “chavo movido”.
Y afirma que los políticos tendrán que centrarse más en los “grandes despojados de México, que son los jóvenes”. “Cuando se piensa en los niños, todos tienen ideas realizables o no; pero cuando se piensa en los adolescentes, en los jóvenes, nadie sabe qué hacer con ellos. No se han dado cuenta de que serán ellos, por ejemplo, los que puedan determinar quién será el próximo Presidente”.
Son 40 años de carrera. ¿Miras hacia atrás y qué encuentras?
-Tengo una condición física de una persona de 30 años y la mente de uno de 70 años, ¡qué mejor! Así que miro hacia atrás y sólo puedo pensar en que el tiempo pasa muy rápido, que he hecho muchas cosas, que estoy realmente contento con todo lo que hago y que deseo seguir trabajando en paz, con la gente que quiero; que quiero hacer muchas cosas nuevas, experimentos sonoros. Me interesa seguir dirigiendo orquestas sinfónicas y barrocas, tocar música del siglo XIX. Tengo proyectos de aquí a 20 años.
El artista, quien celebrará 40 años de trayectoria con un concierto el 14 de abril en Bellas Artes, hace un llamado a la población para emitir un voto crítico y consciente en las próximas elecciones. EL UNIVERSAL
¿Lo has conseguido todo?
-Sí, para mí sí. Lo único que no he conseguido tiene que ver con la Capella Barroca en México, la institucionalización de un grupo. Hoy existe una que sí cuenta con el apoyo de la UNAM y está muy bien, pero es un proyecto escolar. Hay personas de entre 30 y 45 años que no pueden vivir de esta música. No pude hacer una orquesta como quería que fuera. Ha sido desgastante intentar que exista, no se pudo, no hubo dinero; Rafael Tovar también quería, no pudo. No era para mí sino para los músicos.
¿Apoyo de la iniciativa privada?
-Conseguir apoyos de ese sector sería más posible si hubiera mayores facilidades para que puedan deducir impuestos. Traté que este concierto de 40 años estuviera en los EFIS, los estímulos fiscales para las artes, pero es más difícil conseguir un EFI por las cuestiones burocráticas, que conseguir un millón de firmas para ser candidato presidencial. Lo juro. Es impresionante. ¡Son proyectos de arte! ¡No estaba planeando irme a Júpiter en una misión tripulada! Se lo dije al propio Meade en una cena a la que fui invitado, pero cuando se lo comenté ni yo tenía idea del nivel de complejidad.
¿Y los legisladores?
-También lo traté de hacer con los famosos etiquetados, pero después me di cuenta de que varias personas que lo han conseguido le han tenido que dar moches a los diputados y yo no me meto con eso. En mi experiencia, cuando estuve en la Constituyente empecé a faltar porque tenía que trabajar y me dijeron que me contrataban, es decir, que cancelara mis conciertos y ellos me daban dinero, o que me daban asesores con sueldos de 40 mil pesos. No acepté. Yo entré a la Constituyente por idiota. Es la más grande decepción que he tenido. Jamás le rendiré pleitesía a un partido político, ni a Morena que es el que me gusta. Yo acepté porque pensé que iba a ser un asesor, no sabía que iba a ser constituyente, no me quise echar para atrás, pero fue increíble ver que no había una comisión de cultura y que las artes jamás se mencionaron. Mi nombre en el museo constituyente está mal escrito. Somos un país riquísimo, pero estamos inmersos en un sistema corrompidísimo.
¿Queda trabajar desde nuestras trincheras?
-Sí, todos tenemos que trabajar, todos tenemos que pagar impuestos, pero cuando tus impuestos van a dar a los bolsillos de los Javier Duarte... ¿vamos a seguir pagando para que haya gentuza que se robe nuestro dinero? No nos queda otra, hay que pagar, pero nos queda el resentimiento. Hay quien cree que sí se han hecho hospitales, caminos, escuelas, pero no tenemos por qué agradecerlo, ese es justo su trabajo.
¿Qué opinas del proceso electoral?
-Tenemos que tener un Presidente, una Asamblea Legislativa y una Cámara de Diputados. Nuestra obligación es elegir lo que más le conviene al país, no a los individuos o a un determinada clase social. Debemos ser muy críticos y estar muy conscientes si queremos un cambio en la manera de gobernar. Todos los candidatos que nos dicen que van a erradicar la corrupción están equivocados porque no es fácil, pero sí tienen que poner un proyecto de educación a 20 años para ver resultados en más de una década. No se puede hacer nada por México que dure sólo seis años, así que tenemos que elegir al que proponga las cosas a largo plazo. Yo estoy con la izquierda y espero esa propuesta.
Y si gana la izquierda, ¿cómo tendrá que ser la oposición?
-Es muy difícil de saber. ¿Dónde está la izquierda? Hace 12 años era muy claro, hoy pensar en una izquierda es algo casi descabellado. Tenemos una izquierda que se alió con el Partido Encuentro Social, que es de ultraderecha, tenemos a otro partido de izquierda que se alió con la derecha. Ya no sabemos si podemos pensar en partidos de izquierda. Lo único que le queda al que nos va a gobernar, se llame como se llame, es que sea congruente con lo que el país necesita: un cambio en la repartición de la riqueza, reintegración de las instituciones, que las reformas —muchas de ellas saqueadoras— realmente funcionen y que deje de ser sumiso ante la mala broma llamada Donald Trump. El nuevo gobierno no debe tenerle miedo a un hombre con Trump. Hay que atreverse a contestarle. En este sentido, me gustó que Andrés Manuel López Obrador haya hablado de una valla humana.
¿Y qué opinas de Anaya?
-Lo conozco poco. Se ve que es un chavo inteligente, capaz, muy movido. Pero el problema son los partidos. El PAN no está bien y se alió con el PRD por una mera necesidad imperiosa de bloquear todo lo que tenga que ver con Morena. Yo lo viví en la Constituyente, los del PRD y el PAN quieren borrar de la faz de la Tierra todo lo que tenga que ver con Morena. Así que no me interesa eso.
¿A Meade?
-A José Antonio Meade lo veo también como un hombre muy sólido, muy capaz, ha sido secretario de Estado. Su error fue el gasolinazo, pero creo que lo obligaron a impulsarlo. Meade tal vez no iba a denunciar lo que vio en la Estafa Maestra, pero no renunció, ahí se quedó. Me enteré de su candidatura hace un año, en una cena, pero no dijo que iba a ser con el PRI, y pensé que tal vez iba a ser un buen candidato. Lástima que va con el PRI.
¿A López Obrador?
-Es un político muy consumado, ya le toca ser Presidente. Tiene un colmillo impresionante y tiene ya un proyecto de nación. Creo que lo que necesitaba era aliarse con gente que quizá no le gusta mucho, pero ya tiene esas alianzas. Hay muchas cosas que no me gustan y nunca me han gustado, siempre lo he dicho. Cuando boicoteó la sociedades de convivencia dije abiertamente que no me parecía. En 2006 se iba a reunir con la comunidad LGBT y Jesusa Rodríguez me llamó para invitarme, acepté, yo estaba con su proyecto y quería saber de primera mano por qué había boicoteado las sociedades de convivencia y quería saber si era homófobo o no. Una vez que acepté, Jesusa me dijo que se iba a llevar a cabo un domingo en la noche en un lugar muy privado, muy escondido y con la condición de que la prensa no se enterara. Me negué a ir porque yo no soy un apestado. La reunión al final no se hizo y creo que Jesusa también estaba muy enojada por cómo querían las cosas. Sin embargo, lo admiro. Le reconozco la solidez política y no veo otra salida para México, él puede ser un nuevo enfoque en el gobierno. El que tenemos actualmente no resiste un día más, tenemos que tener otro de manera urgente.
Tú has sido activista, pero la comunidad cultural suele preferir el silencio. ¿Coincides?
-Tienen miedo. Con excepción de los escritores, casi todos los demás esconden la cabeza como avestruz. Los escritores trabajan con la palabra, tienen la mentalidad crítica, aunque digan pendejadas como las que últimamente dice Vargas Llosa; pero hay otros creadores como los músicos, a quienes les cuesta hablar y si no tienen sindicato se dejan dirigir por gente que los humilla. Las orquestas también son reflejo de la sociedad, todas están polarizadas. Yo hablo por lo que vi en Holanda.
“Delitos, impunes por vacíos en la ley”
- Corrupción es parte de los usos y costumbres de la vida política del país, afirma el empresario
- Para resarcir debilidades, los sectores público y privado deben trabajar en conjunto, considera
Valentín Diez Morodo, socio de Grupo Modelo, una de las 50 empresas más importantes de México, asegura que uno de los grandes pendientes del país son el combate a la corrupción y la impunidad.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el consejero de grandes firmas nacionales y extranjeras, dice que mientras en América Latina y Centroamérica han habido acciones contra involucrados en casos ilícitos, en México las lagunas en la ley dejan los casos impunes.
El empresario no da nombres sobre los asuntos de corrupción en otros países de la región; sin embargo, son sabidos los casos como la salida del presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina, para enfrentar un juicio por corrupción,la destitucion de Dilma Rousseff, en Brasil, y el proceso de destitución del mandatario peruano Pedro Pablo Kuczynski, por el presunto tema de corrupción con la firma constructora Odebrecht.
Diez Morodo afirma que uno de los graves problemas en México es que la corrupción es parte de los usos y costumbres de la vida política del país.
Para el socio de Grupo Modelo, perteneciente a AB InBev, es necesario fortalecer las instituciones del país, trazar políticas e iniciativas que mejoren el combate a esos flagelos.
De acuerdo con la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), la corrupción e impunidad en el país cuestan 10 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), además de que las empresas tienen que destinar entre 2% y 10% de su presupuesto anual para personal y capacitación contra la inseguridad, según datos de la Ameri-can Chamber Mexico.
¿Qué cambios deben hacerse para lo-grar terminar con la corrupción y la inseguridad?
—El Foro Económico Mundial ha señalado que tenemos debilidades en materia de la calidad de los servicios públicos en México, motivo por el cual tenemos que trabajar juntos de manera coordinada sector privado y gobierno para buscar iniciativas que nos permitan mejorar su nivel, buscando una mayor especialización y profesionalización para definir estrategias y políticas públicas que generan mayor eficiencia y, consecuentemente, mayor bienestar para los grandes núcleos de la población que históricamente se han visto marginados del desarrollo.
Este proceso deberá ser complementado con un combate riguroso a la corrupción, y a la impunidad que permiten las lagunas de la ley, tomando como ejemplo algunos de los casos que se han dado en América Central, y exigir a los nuevos funcionarios ejercer sus actividades con la rectitud que lo demanda la ley y su compromiso con la sociedad.
Diez Morodo, integrante del Consejo Mexicano de Negocios, una de las organizaciones que agrupa a aproximadamente 50 grandes firmas nacionales, comenta que desgraciadamente la inseguridad es resultado de la falta de ataque a la corrupción que existe en el país.
“Hay que luchar fuertemente para que verdaderamente se combata la corrupción y atender a la población en situaciones económicas adversas, en extrema pobreza. Porque de lo contrario nosotros mismos estamos propiciando que la inseguridad surja por un lado y la corrupción también”, expone.
En muchos estados se viven “situaciones de extrema inseguridad, hay estadísticas que hablan de cómo crece la criminalidad y la inseguridad”. Lo que se observa es una falta de coordinación entre los distintos niveles de gobierno, federal, estatal y municipal.
“Estamos en un momento que o nos coordinamos y vamos de la mano iniciativa privada y gobierno o van a surgir problemas de inseguridad, corrupción como todos los que vemos. Llegó el momento de decir solos no vamos a llegar a un lado, hay que ir todos hacia el mismo fin”, añade.
Contraatacar informalidad
El consejero de al menos una decena de empresas nacionales y extranjeras afirma que para combatir la inseguridad “hay que crear puestos de trabajo, confrontar la informalidad y transformarla en formalidad, porque mucho de lo que ocurre tiene que ver con la informalidad”.
Destaca que “mucha gente se aprovecha y utilizan a los informales para muchas cosas. Hay que trabajar juntos, en equipo y coordinados” para revertir la situación, además de considerar que vía el sistema educativo se pueden formar a generaciones dándoles una guía de la mejor forma de actuar.
Ante la proximidad de las elecciones presidenciales de julio próximo, considera que es necesario que quien llegue al poder defina con claridad qué queremos y hacia dónde vamos.
Valentín Diez Morodo - Socio de Grupo Modelo y presidente del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior (Comce). EL UNIVERSAL
Un cambio del partido político en el poder es la opción para dar el verda-dero giro o hace falta trabajar en un cambio cultural en el país?
—Independientemente de un eventual cambio político, lo más importante es definir con claridad los objetivos, la estrategia y los instrumentos que debemos utilizar para mejorar la situación económica del país, a fin de que esos grandes núcleos de la población que han quedado marginados puedan incorporarse y disfrutar de los beneficios de vivir en un país muy atractivo como es México.
Sin duda se requiere también un cambio cultural, pues la corrupción se ha vuelto una parte importante de los usos y costumbres de la vida política y cotidiana de México y tenemos como miembros de nuestra sociedad combatirla en todos sus frentes.
Reformas, agilizar su implementación
Morodo, quien se refiere también a las reformas estructurales hechas en México durante esta administración, dice que hubo un “enorme retraso” en su aprobación y no lograron dar el crecimiento esperado de 5% a la economía mexicana.
No obstante, expone el crecimiento mayor a 2% no sucedió por factores externos y agrega que es necesario completar la estrategia y apresurar la implementación de políticas públicas que creen mejores condiciones que lleven a México acrecer a mayores tasas.
“Aunque con la aprobación de las reformas estructurales al inicio del sexenio, logramos avanzar 15 lugares en competitividad, no hemos podido completar todas las condiciones para que la planta productiva nacional pueda desarrollar sus actividades en un nivel óptimo y, consecuentemente, generar empleos y riqueza en función del crecimiento natural de la población, ni para lograr mayor bienestar”, expone valentín Diez Morodo.
Para el empresario no se trata de cambiar de modelo económico, sino completar la estrategia y apresurar la implementación de políticas públicas.
“El modelo económico que vivimos en México lo tienen otros numerosos miembros de la comunidad internacional que han sido verdaderamente exitosos, como consecuencia, no vemos que se requiera un nuevo modelo económico”, detalla.
Sin embargo, menciona que si bien se adoptó un proceso de apertura para incorporarnos a la globalización “se falló al adoptar la implementación de las teorías, de los idealismos que desviaron nuestra ruta y, consecuentemente, nose han logrado los objetivos deseados”.
La importancia del TLCAN
El hombre de negocios, quien también es presidente del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, uno de los organismos con participación en las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TL-CAN), destaca que en el país no se puede pensar en no tener un tratado comercial con Estados Unidos y Canadá a pesar de la diversificación.
Además de que es mejor terminar la renegociación antes deque se contamine con las campañas, aunque incluso cuando siga a la par del proceso electoral no pasara nada, el comercio no se detiene.
“El Tratado de Libre Comercio de América del Norte ha sido el proyecto más importante para el desarrollo de México y los resultados han sido excelentes y distintos sectores se han beneficiado. Siempre se oye del éxito en la industria automotriz, que es el eje del TLCAN, pero en todos los sectores hay ganancias”, asegura.
Diez Morodo reflexiona “¿Qué va a pasar en las negociaciones? El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, dice que van a haber avances. Si me preguntas cuándo creo que se termine todo, lo ideal es que en abril descansáramos tranquilos”.
Agrega: “si no, lo que ocurrirá es que se mezclará lo político con el TLCAN. Que tampoco pasará nada, porque no se han frenado las exportaciones, éstas siguen creciendo. Va muy bien el comercio exterior”.
“Las empresas se siguen instalando. No va mal. Pero si viene una situación política que pueda afectar a algunos inversionistas hay que estar pendientes”.
El empresario añade que si dentro de la negociación se ponen demasiados requisitos o condiciones que México no pueda cumplir “también afectará”.
¿Qué tan preparado está México para una posible alternancia?
Creo que México está preparado. Ya la hemos tenido. Lo que necesitamos es una alternancia exigente que produzca un verdadero cambio.
¿Cuáles serían los riesgos que viviría el país ante una alternancia política?
El riesgo no deriva de la alternancia, sino de la pluralidad política del país. Nadie va a ganar con 60% de los votos y tenemos que aprender a vivir en esta condición propia de la democracia. Se requiere construir consensos. La democracia es una forma de gobierno en la que nadie se lleva todo; el riesgo, y es obvio, es que ante esa realidad se quiera actuar con autoritarismo, volviendo a tener condiciones de gobernanza que ya no existen en el país.
Esto lo vemos en los estados. Es en ese nivel donde no hemos podido construir condiciones de alternancia efectiva, tan es así que hoy estemos sufriendo consecuencias de estados donde los controles democráticos no funcionaron y tuvimos los excesos de todos los partidos en la gobernanza. Dicho de otra manera, el problema del país no está en el gobierno federal, sino en la incapacidad de generar gobernanza democrática en entidades federativas y en las ciudades.
¿Tiene que haber TLCAN, no podemos pensar en que no haya?
—No le veo, no podemos terminarlo por más que diversifiquemos los otros tratados, contesta el también consejero de Pro México, organismo encargado de promover las exportaciones y atraer inversiones al país.
Menciona que sin duda el TLCAN era el proyecto más importante para el desarrollo del país, pero a pesar de los excelentes resultados que se cosechan en diversos sectores, no se aprovecha todo su potencial.
“Debemos impulsar la utilización de los demás tratados comerciales que tenemos firmados para diversificar nuestras expor-taciones y alcanzar otros mercados, que si bien en el papel no parecen tan atractivos, pueden incrementar nuestro comercio exterior, lo que sin duda alguna redundará en beneficios como la generación de nuevas fuentes de trabajo, mayor intercambio de capitales y de tecnología”.
El también primer presidente y miembro fundador del Consejo Empresarial Hispano Mexicano dice que se debe seguir la diversificación como se hace a través de la Alianza del Pacífico, acuerdo en cuyo capítulo de negocios está a cargo de Diez Morodo y al cual se sumaron como asociados Nueva Zelanda, Australia, Canadá y Singapur.
Además de la diversificación que se tendrá con los 11 países del antes llamado Acuerdo de Asociación Transpacífico, ahora conocido como TPP-11.
Afirma que la modernización del tratado con Europea debe de concretarse a pesar de las “pequeñeces” o detalles por el problema de las denominaciones de origen en quesos, a fin de sacar el mayor provecho a la relación con los socios comerciales que tiene México y con los que se vayan sumando.
“Se requiere alternancia exigente para un cambio”
- Quien gane la Presidencia debe colaborar con las instituciones, dice
- Afirma que la legitimidad será el mayor reto en las elecciones
Impunidad, corrupción, inseguridad y bajo crecimiento de la economía son los cuatro problemas que más aquejan al país y resolverlos no es cosa de una sola persona, dice Sergio López Ayllón, director del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
En entrevista con EL UNIVERSAL, explica que quien gane la Presidencia de la República en la elección de julio próximo deberá trabajar de manera coordinada con el Congreso de la Unión y el Poder Judicial, y asumir que la obtención del cargo no se dio por unanimidad, puesto que nadie logrará 60% de los votos.
Enfatiza que instituciones como el CIDE, la UNAM, el IPN y El Colegio de México pueden aportar conocimiento e ideas para que en el contexto electoral el debate “no sea superficial y de ocurrencias, sino que contenga información y pueda generar políticas públicas responsables”.
Confía en que la contienda electoral se realizará de manera transparente y legítima, y que el pleito político no será el protagonista. Sobre una posible alternancia política en la Presidencia, considera que los mexicanos estamos preparados y “lo que necesitamos es una alternancia exigente que produzca un cambio”.
El mayor reto, afirma, no se encuentra en la aceptación de una alternancia, sino en la de una democracia que requiere construir consensos. “Es una forma de gobierno en la que nadie se lleva todo; el riesgo, y es obvio, es que ante esa realidad se quiera actuar con autoritarismo, volviendo a tener condiciones de gobernanza que ya no existen en el país”.
Expone como ejemplo los desfalcos a las arcas públicas de diversas entidades federativas: “Es a nivel estatal donde no hemos podido construir condiciones de una alternancia efectiva. Hoy estamos sufriendo las consecuencias en estados donde los controles democráticos no funcionaron y tuvimos excesos de todos los partidos en la gobernanza. Dicho de otra manera, el problema del país no está en el gobierno federal, sino en la incapacidad de generar gobernanza democrática en entidades federativas y en las ciudades”.
Como director del centro de investigación se compromete a que el CIDE siga siendo una institución de vanguardia “que tenga incidencia, rigor, credibilidad y siga formando cuadros de alto nivel que tengan un compromiso social basado en méritos y sean líderes que puedan transformar el país”.
¿Cuál es el panorama de México frente a las próximas elecciones?
Pienso que el país enfrenta un momento complejo por el divorcio a nivel mundial entre la clase política y las promesas de la democracia, por ese desencanto que existe entre la población, frente a la política y la democracia.
El problema que enfrenta el país es que no hay respuestas claras y contundentes. Creo que lo que tenemos que hacer es volver a conectar, encontrar una articulación, un diálogo entre política y sociedad, asumir que tenemos muchos problemas por resolver, pero que esto no lo hará en ninguno de los casos una sola persona.
No importa quién gane la Presidencia, no podemos seguir con esa visión de que el Presidente lo puede todo. Vivimos en un país en el que la Presidencia es muy importante, pero debe trabajar con el Congreso y el Poder Judicial. Tenemos un gran camino por recorrer para corregir los problemas que aquejan a la República como la impunidad, la corrupción, la inseguridad y el bajo crecimiento económico.
A estos problemas tenemos que entrarle de fondo y ahí es donde las instituciones como el CIDE, la UNAM, el IPN y el Colegio de México podemos aportar conocimiento e ideas para que el debate no sea superficial y de ocurrencias, sino uno que contenga información y pueda generar políticas públicas responsables. Esto es cierto para todos, para los seis candidatos que hay.
¿Qué sucederá en la elección?
—En este momento es impredecible, faltan muchos meses y en política es mucho tiempo. Hay muchas variables, algunas internas y otras externas. Es muy difícil hacer un pronóstico, si bien las encuestas marcan una tendencia clara, que entren independientes modifica las coordenadas y así va a seguir sucediendo.
Lo importante es que confiemos en que serán elecciones en las que los votos cuenten, en las que la decisión que tome la mayoría de los mexicanos sea clara y podamos confiar en ella. Que quien gane entienda que no llegó por unanimidad, sino con una parte de los votantes y la otra parte debe ser incluida en el proyecto.
Sergio López Ayllón - Director del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). EL UNIVERSAL
¿Cuáles serán los retos en este proceso electoral?
El reto es que sea un proceso legítimo y confiable. Añadiría que sea uno con ideas y propuestas, no con ocurrencias o mero pleito político.
¿Cómo lograr que la ciudadanía confíe en este proceso?
Con transparencia en las instituciones electorales. Son ellas las que nos deben generar esa confianza al informar, comunicar y rendir cuentas. Va a ser muy importante tener resultados confiables rápido y que se construyan condiciones que permitan que los candidatos acepten el resultado de la elección.
En cuanto a los electores, ¿qué es lo más complicado?
Elegir. He escuchado que la gente dice: “No sé por quién votar, no tengo confianza en ninguno de los candidatos”. Esto tiene que ver con ese divorcio entre el discurso político y la sociedad.
El discurso político no le está hablando a la sociedad y esto lo quiero subrayar, no sólo estoy hablando de la Presidencia, porque es lo más visible, pero tenemos elecciones de gobernadores, senadores, diputados y municipales. Es todo eso.
¿Qué tan preparado está México para una posible alternancia?
Creo que México está preparado. Ya la hemos tenido. Lo que necesitamos es una alternancia exigente que produzca un verdadero cambio.
¿Cuáles serían los riesgos que viviría el país ante una alternancia política?
El riesgo no deriva de la alternancia, sino de la pluralidad política del país. Nadie va a ganar con 60% de los votos y tenemos que aprender a vivir en esta condición propia de la democracia. Se requiere construir consensos. La democracia es una forma de gobierno en la que nadie se lleva todo; el riesgo, y es obvio, es que ante esa realidad se quiera actuar con autoritarismo, volviendo a tener condiciones de gobernanza que ya no existen en el país.
Esto lo vemos en los estados. Es en ese nivel donde no hemos podido construir condiciones de alternancia efectiva, tan es así que hoy estemos sufriendo consecuencias de estados donde los controles democráticos no funcionaron y tuvimos los excesos de todos los partidos en la gobernanza. Dicho de otra manera, el problema del país no está en el gobierno federal, sino en la incapacidad de generar gobernanza democrática en entidades federativas y en las ciudades.
¿En este proceso electoral hay una apertura política?
Creo que si se confirma que tenemos tres independientes, es buena noticia; les toca a ellos mostrar que son independientes y que son capaces de articular una propuesta distinta y viable. Es una buena noticia que haya independientes.
¿Hay piso parejo para ellos?
Como están construidas, las reglas no generan condiciones de piso parejo y ahí hay un tema por resolver. Debería haber condiciones de piso parejo pero tenemos que seguir avanzando, es la primera vez que tenemos independientes. Veamos cómo funciona y ya se ajustarán las reglas.
Este sexenio se implementó una serie de reformas constitucionales, ¿cuáles se consolidaron?
Consolidar como tal, ninguna. Esto porque todas son estructurales y requieren continuidad. El mejor ejemplo es la educativa, puesto que es un proyecto que no es de un sexenio. La reforma energética es un camino trazado que empieza a mostrar resultados. Mientras que las políticas no producen resultados de un día al otro, ojalá que las campañas políticas pudieran poner esta pregunta en la mesa.
Creo que uno de los grandes problemas del país es reinventarlo cada seis años. Sabemos que uno de los candidatos ha dicho que quiere acabar con las reformas, pero no sabemos a dónde quiere ir y los otros las quieren mantener, pero no han dicho cómo las evalúan.
¿Las reformas estarían en riesgo en caso de una alternancia?
Todas las reformas implicaron modificaciones constitucionales y legales, cambiarlas implicaría en el Congreso un debate que será dividido y sin mayoría, y habrá que redebatirse. Eso está muy bien si se hace en ese marco institucional, por eso digo que ningún candidato podrá hacer todo lo que dice como presidente porque antes tendrá que pasar por el Congreso.
¿Qué hay del sistema de justicia?
¡Uy!, es el gran pendiente, ahí más que cambios normativos se requieren políticas de implementación mucho más sólidas, robustas y de largo tiempo.
No es sólo el sistema de competición de justicia, esto tiene que incluir la reforma de las policías, la implementación del nuevo modelo procuratorio, reforzar el nuevo sistema acusatorio y el sistema penitenciario. Si no entendemos que son cuatro eslabones que deben articularse, no tendremos grandes resultados.
Es un gran reto para el país y ojalá que sea prioridad para los candidatos. En esta lógica el CIDE, el Inacipe [Instituto Nacional de Ciencias Penales] y la UNAM hicimos un estudio y tenemos una propuesta de cómo avanzar.
Explicamos que se debe pensar que el nuevo modelo no es el cambio. El fiscal es importante, pero es lo de menos. Lo valioso es reestructurar completamente el cómo operan las procuradurías, no sólo la PGR, sino todas las procuradurías o fiscalías estatales en una nueva estructura que permita modelos adecuados cuando lleguen los casos al sistema acusatorio.
¿Qué opina acerca de la violencia?
Es un problema gravísimo en el país, multicausal y que no es igual en todo México. Tenemos que hacer algo rápido y contundente para contener la violencia. No hay receta mágica ni bala de plata, la violencia y la corrupción son los factores que están erosionando la cohesión social y la credibilidad en las autoridades. Hay que reconstruirlas.
Sobre su reelección como director del CIDE, ¿cómo fue el proceso?
Es un proceso que está regulado por el Estatuto General del CIDE y que implica que la comunidad identifique candidatos al puesto; en segundo lugar, hay un proceso de auscultación interna y luego un proceso de auscultación externa. Estos elementos se ponen en la mesa del director general del Conacyt, quien toma la decisión y tiene que presentar director.
Como el CIDE es una institución plural, es normal que estos procesos sean competidos, que haya diferentes puntos de vista, lecturas y cierta visibilidad. Es normal que se generen rumores, creo que lo más importante es que el proceso está diseñado bajo la condición del Conacyt.
En cuanto a lo complicado del proceso, hubo rumores. En este contexto electoral es muy fácil que existan, pero la madurez de la comunidad mantuvo este proceso como interno, así lo condujo Conacyt y logramos el mejor resultado porque nos permite seguir trabajando bajo la misma lógica que se ha hecho.
¿Cómo mantener al CIDE como referente en investigación y docencia?
Debemos mantener estándares de alta calidad en la producción de investigación y recursos humanos, esto supone que el CIDE tiene que mejorar los mecanismos de evaluación de todas sus actividades.
La fuerza de la institución y su credibilidad se deben a que tiene procesos de producción con evaluación y el espacio de libertad de una institución académica como el CIDE.
¿Qué retos enfrenta en esta segunda administración?
Preparar al CIDE para que sea una institución de vanguardia con incidencia, rigor y credibilidad, que siga formando cuadros de alto nivel con un compromiso social basado en méritos y que sean líderes que puedan transformar el país.
“Los candidatos a Presidente son gente inculta”
- El poeta, que mañana recibirá el Premio Excelencia en las Letras “José Emilio Pacheco”, ve un México desbaratado, doliente. “No soy optimista”, afirma
David Huerta, el poeta, ensayista y traductor que mañana recibirá el Premio Excelencia en las Letras “José Emilio Pacheco”, se define como un pesimista ante la realidad mexicana y un desencantado frente a los políticos que aspiran a la Presidencia, a quienes califica como gente inculta y desinteresados en la cultura.
El colaborador de EL UNIVERSAL que asegura estar emocionado por recibir un premio que lleva el nombre de José Emilio Pacheco, a quien considera “un hermano mayor”, asegura que él no puede más que ver a México desbaratado. “Lo veo desbaratado y doliente”, señala el autor de Incurable, libro que acaba de cumplir 30 años de su publicación y que fue celebrado por el jurado del Premio que otorga la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y UC-Mexicanistas —a través de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY)— como un poema extenso en el que David Huerta manifiesta la riqueza y creatividad de su fuerza poética.
¿Cómo ves a México?
Yo no soy optimista por desgracia, todos nos han fallado, menos unos cuantos, gente como Javier Sicilia, la gente habla mal de él a la menor provocación, y quienes lo hacen, lo hacen desde la cobardía moral o desde la tontería o desde una corrupción política que me resulta francamente repugnante.
El Padre Solalinde y Javier Sicilia son de los pocos que nos hacen pensar que aunque el país está desbaratado, probablemente todavía vale la pena vivir en él porque ellos andan por ahí.
¿Se salva algún candidato?
—Voy a votar por quien no tengo más remedio que votar, pero no con entusiasmo ni con entera convicción, es decir, es un voto muy imperfecto, no quiero un candidato perfecto pero quiero unos candidatos mucho mejores de los que hay, por Dios Santo.
Gente inculta, gente que maltrata el español a la menor provocación, gente que no tiene un proyecto de cultura, que es una de los grandes cosas que hay en este país, un proyecto claro, un proyecto no demagógico, un proyecto bien perfilado para que no perdamos todo lo que buenamente hemos ganado a pesar de la corrupción, en eso mucho han tenido que ver los escritores; a la gente se le olvida que el Conaculta y lo que ahora es la Secretaría de Cultura fue una iniciativa de los escritores mexicanos, de los artistas plásticos y de los cineastas encabezados por Octavio Paz.
En instalaciones de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, el escritor David Huerta asegura que la poesía no es un género, sino la literatura misma. (GERMAN ESPINOSA. EL UNIVERSAL)
¿Pero es posible un mejor futuro para México?
Yo no soy optimista, no sé lo que vaya a pasar, pero me temo que lo que vaya a pasar no sea una mejoría; ojalá me equivoque, de verdad que no sé cómo hacer para pensar de otra manera o sentir de otra manera, pero lo que veo alrededor y lo que veo en las campañas es muy desolador.
¿México sigue doliente?
Claro, México es un panteón de muertos, hay una violencia increíble que llegó a la capital. Cómo es posible que este gobierno metropolitano lo haya permitido. Los pretextos me parecen verdaderamente basura: “Ay, que los jueces dejan salir a los delincuentes”, “que los reincidentes están en la calle”. Pues hagan algo, pero no, se tiran la bolita, jueces, magistrados, el jefe de gobierno, sus colaboradores.
Por suerte tiene la poesía y ahora se la premian
El Premio Excelencia en las Letras “José Emilio Pacheco” se da a quien haya cultivado varios géneros de los que el propio Pacheco cultivó a lo largo de su vida; se habla en mi caso de la poesía, naturalmente, pero también del ensayo, del artículo periodístico, de las colaboraciones que he tenido, de las producciones que he hecho y bueno, eso me da muchísimo gusto porque efectivamente he trabajado en periódicos, suplementos culturales, en revistas y en editoriales también a lo largo casi de toda mi vida, como lo hizo José Emilio —no quiero compararme con él en absoluto—, pero es un rasgo que compartimos muchos escritores mexicanos y latinomericanos.
¿La poesía es el género mayor?
La poesía no es para mí un género, la poesía es muchísimo más, la poesía es la literatura misma, eso me gusta decirlo y lo repetiré sin fatiga a lo largo de lo que me reste de vida. No es un género, no está al lado de la novela, el cuento, el teatro, no digo que encima de todo sino que los engloba a todos.
Es el criterio para juzgar la literatura, el trabajo literario, las obras que resultan de los afanes de los escritores, esa es la vara con las que se mide el valor de las obras. Si queremos llamarlo género, entonces es el súper género, el gran género que engloba a todos.
¿Ese es un precepto que rige a los poetas jóvenes?
No conozco mucho la poesía joven, me he separado de los poetas jóvenes, los traté asiduamente cuando eran jóvenes los que ahora son cincuentones, cuarentones, pero ya no tengo contacto con los poetas jóvenes.
¿Y ahora publica un libro con menos poesía y más prosa?
Es un libro de poemas en prosa, alguna fabulillas y hasta cuentos que me atrevo a publicar. En Era me tienen mucha paciencia, me tienen muy buena ley, yo se los agradezco.
El libro se llama El ovillo y la brisa, yo insistí en que ese fuera el título, aunque me hicieron ver que es uno de tantos títulos que presentan una pareja, pero no me importa, me gusta. Tiene de todo, cosas que he publicado en España en la edición de arte Los grandes almacenes, pero la mayor parte de los textos son inéditos. De modo que a ver cómo me va, espero que bien.
“Prefiero mi mundo mágico a la política”
- El narrador se dice escéptico del proceso que viene para México
- El narrador y dramaturgo mexicano asegura que en nuestro país “estamos rodeados de fieras"
El narrador y dramaturgo mexicano asegura que en nuestro país “estamos rodeados de fieras. “Este es un zoológico donde las fieras andan sueltas”. Esa realidad brutal lo ha llevado a refugiarse en las fugas ascendentes, como el arte, la literatura, la pintura, el espiritismo, el misticismo, la religión y la vida después de la vida. “Ante mi pobre realidad cotidiana, me he refugiado en ese mundo mágico”.
¿Entre sus preocupaciones no está la realidad?
Prefiero esconderme del mundo de afuera, de la política, y refugiarme en mi mundo mágico. Empiezo el día leyendo EL UNIVERSAL, lo recibo tofos los días porque colaboro en él, y siempre empiezo por la sección de espectáculos y la sección cultural, porque ya después encuentras todo el terror; es que llega un momento en que si tú te clavas en ese mundo sientes pánico de salir a la calle.
¿Es la realidad sólo de México?
Yo, de alguna manera, sí creo en la frase de André Malroux, que dice: “El siglo XXI será religioso o no será”, al final creo que sí tendremos que ver la salida. Hay dos grandes revoluciones que se tienen que realizar en el siglo XXI; una que ya se está manifestando claramente que es la revolución feminista.
La revolución feminista nos va a cambiar brutalmente el mundo, sí, porque la liberación de la mujer va a ser algo que no sospechamos; y la otra revolución es el mundo de la espiritualidad, que espero que de alguna manera llegue a trasminarse a esta pobre realidad terrible.
Asegura que en nuestro país “estamos rodeados de fieras"
¿Le interesa la política? ¿los políticos?
La política me da absolutamente terror, me da pánico. Estoy atento, pero como estoy atento a la página roja.
¿Y cómo mira este año electoral para México?
Soy muy escéptico por el loco que está en Estados Unidos. De alguna manera la locura se contagia y la locura es como una piedra en el agua que crea ondas y contagia a todo lo que está a su alrededor, entonces con ese loco allí soy muy escéptico ante lo que pueda pasar.
Con ese loco allí no puede haber nada bueno en el mundo en general, y en México menos.
¿Qué necesitaríamos en México para contrarrestar esa locura, para enfrentarla?
Soy muy escéptico en ese sentido, creo que el daño ya nos lo está haciendo y que nos va a hacer más.
Leí una encuesta de que el 40% de los norteamericanos creen que no termina su período, pero el daño que ya nos hizo y que nos va a hacer ése no tiene remedio, toda locura destruye; se trataba de tener un mundo en el cual construir, no destruir.
¿Y México frente en todo el continente, más allá de Estados Unidos?
Hay un escepticismo enorme porque como decía mi amigo José Emilio Pacheco: “Se ve mal pero se ve que se va a poner peor”. La verdad es que siento un gran escepticismo frente a todo, también con respecto al proceso que vamos a vivir. Siento escepticismo, creo que viene una época difícil.
¿La tenemos muy complicada?
La tenemos muy complicada, mucho más a veces de lo que suponemos; pero aquí está la lucecita chiquita que es el arte y que por suerte todavía hay personas, hay comunidades donde todavía prende la llamita que de alguna manera nos permite ver otras cosas, tener esperanza en otras cosas.
Porque en un cuarto oscuro tú prendes una vela e ilumina, pero si prendes más velas se agrega la luz, entonces con que hubiera esa llamita estaríamos del otro lado. Ojalá.
¿Pero ante la terrible realidad usted tiene la literatura y la religión?
A veces creo que más bien no será porque ya religioso no parece con los falsos profetas y con los que utilizan la religión como bandera política. Qué horror.
Porque en un cuarto oscuro tú prendes una vela e ilumina, pero si prendes más velas se agrega la luz, entonces con que hubiera esa llamita estaríamos del otro lado. Ojalá.
Yo por eso creo que un pintor, un poeta, un músico, un escritor, un cuentista, un novelista, de alguna manera nos abren una ventanita a algo más, y ese algo más es el otro mundo. ¡Qué aburrido si no! El otro mundo, cuando lo vislumbras y cuando lo supones, ya se vuelve un vicio, es una fuga como podría ser una droga.
¿Las fugas ascendentes y descendentes?
¿Sabes cuál es mi problema? Que creo en el mundo mágico. O sea, creo en todo lo mágico, lo único que me parece insoportable es la realidad real, esa me parece insoportable, todas las fugas son mejor. Claro hay fugas ascendentes y fugas descendentes.
Las fugas descendentes son las drogas, el alcohol, la política, los que están clavados en la política viven en un mundo plano, horrible, clávate en la política y será como sentir el desierto a tu alrededor.
En cambio, hay fugas ascendentes como el arte, la literatura, la pintura, el espiritismo, el misticismo, la religión, la vida después de la vida. ¿Entonces cómo lo vivo? Pues lo vivo leyendo a autores que tienen que ver con eso, tengo un libro sobre Julio Cortázar que es mi maestro, y que si alguien creía todo eso era él. La vez que lo vi y que le hice una entrevista me habló de fantasmas y de los muertos. Luego ya se preocupó mucho por la política y eso, la verdad te confieso, me decepcionó.
Pero insisto, siempre tiene la religión, el misticismo, eso abunda en estos cuentos...
Bueno es que me interesa todo lo que tiene que ver con el ocultismo, el espiritismo, el misticismo, la religión y en este libro está muy concentrado todo eso, lo mágico, lo insospechado, lo que no calculas.
Yo duermo poco pero mal, entonces íntimamente estos cuentos son inseparables de mi vida cotidiana porque están hechos con el verdadero pavor de las pesadillas y del insomnio.
"Los ideales casi me cuestan la vida"
- El actor ha hecho crítica en sus programas de comedia como ¿Qué nos pasa?
- El actor dice que está harto no sólo de los políticos, también de que los mexicanos no se esfuercen por provocar un cambio
El actor Héctor Suárez se ha caracterizado por ser incisivo y duro en su crítica sobre los acontecimientos que afectan al país, actitud que muchas veces ha trasladado a su trabajo en cine, televisión o teatro; cómo olvidar el programa ¿Qué nos pasa?, que en 1986 fue en parteaguas al realizar en cadena nacional algo impensable en ese momento: evidenciar con humor la burocracia y demagogia de los políticos y servidores públicos.
En la actualidad, Suárez asegura que esos tiempos han quedado atrás y ahora prefiere enfocarse en su labor en los escenarios, sobre todo después de haber sufrido el año pasado el ataque de unos desconocidos que, pistola en mano, le exigieron dejara de expresar su opinión sobre temas políticos. Pero su propia naturaleza, en la que quedarse callado ante la injusticia no ajusta, le permite dar su visión de este 2018.
¿Qué opina de los políticos?
—Los políticos son los mejores comediantes en cualquier país; son unos cínicos y unos sin vergüenzas, lo digo en serio y hablo parejo, el que no roba de una manera roba de otra, el que no, hace tráfico de influencias, pero todos abusan del puesto que tienen y hacen todo menos su trabajo.
Ya empieza a oler a mierda por toda la ciudad, que hacen popó en todos lados, con todas las cochinadas y trampas que hacen; preparémonos porque va a ser un olor espantoso, no les importa lo que suceda, el poder es lo único importante, ya ningún partido ofrece nada, ni el verde o el colorado o el tutifruti, lo único que quieren es quedarse con el poder a como dé lugar. Va a ser un año difícil.
Como ciudadano preocupado por lo que sucede en este país, ¿cuál es su perspectiva para este 2018?
-He estado tres veces a punto de perder la vida, esta última vez fue fuerte. Con el pavor, el terror y el pánico que tenía comencé a proteger a los malandrines; en público no dije cómo fue, donde sí lo dije fue en la Procuraduría, cómo fue de violento y de fuerte. He llegado a la conclusión de que creo no vale la pena arriesgar la vida de mi hija de seis años, de mi hijo de 18, de mi hijo de 48, de mi hija mayor y de mi esposa, no vale la pena.
Hasta que deje de respirar va a dejar de preocuparme este país que tanto amo.
¿Qué necesita el país?
-Para salvar una nación no se necesita estudiar cualquier carrera, se necesita amor, amar a tu país y estoy cansado ya de esta indiferencia que mostramos, no reclamamos nada, no hay cultura del reclamo. Estoy harto de esa actitud, ¿por qué me la voy a jugar yo cuando está lleno de imbéciles que no dicen nada? Aquí para lo único que tenemos valor es para gritarle pu… a un portero cuando va a despejar, para eso sí tenemos valor y (estamos) perdidos en el anonimato.
No nos descalifiquen de un mundial por un penalti que no fue, porque entonces ahí sí la hacemos de pe… salimos a la calle a reclamar, pero cuando nuestros derechos son pisoteados nos quedamos callados, mudos, quietos; ya estoy harto, no pienso arriesgar mi vida más, ni la de mis hijos diciendo más, no vale la pena. No es una actitud comodina, yo he llegado a esto para no perder la vida; sigo enfermo, mi vida no ha sido la misma, me entran ataques de ansiedad desde que me amenazaron de muerte, lograron amedrentarme.
¿Cree todavía en la democracia de este país?
—¿Cuál democracia? No existe, tenemos una simulada, todo es simulado aquí. A ver si reaccionan y hacemos algo, es un momento definitivo y decisivo para México, lo único que voy a decir es que hay que votar a como dé lugar, hay que votar ahora más que nunca, porque lo que no quieren es que votemos para que gane el PRI, no lo permitamos.
Los ideales casi me cuestan la vida: Suárez.
Si pudiera solicitar algo al siguiente gobernante, ¿qué le pediría por este país?
-Es un sueño que tengo y que ocurre en San Lázaro, en el palacio legislativo, que estén todos dentro y caiga una pinche bomba, México se salvaría de esa gentuza, eso pediría, que desaparezcan todos esos a los que no les importa México, que son capaces de vender a su propia madre, no tienen moral.
¿En algún momento pensó en ser candidato? Ya lo habían invitado al Partido Encuentro Social
-Yo siempre he dicho que la política no me gusta y no puedo porque no sé decir mentiras yo digo la verdad, pero si en algún momento me llamara alguien honrado, que yo vea que ama a mi país, que vea que quiere defenderlo, claro que entraría a ayudar, a sanar, a limpiar todo esto y a luchar por mi país y mis hermanos mexicanos.
"Todos estamos corrompidos"
- El autor habla de la publicación de tres libros que analizan su obra; además reflexiona sobre la situación que vive el país y asegura que la democracia en México llegó para quedarse
- "La clase política es reflejo de la sociedad mexicana", afirma el escritor
Enrique Serna se ha convertido en uno de los escritores más importantes de su generación y, según la crítica, es un autor que atrapa a los lectores con sus historias truculentas y atractivas, además devela los bajos fondos de la sociedad para mostrar los claroscuros de la condición humana. Es, en suma, un gran seductor de lectores.
El escritor de obras como El seductor de la patria, Señorita México y Fruta verde, argumentista de exitosas telenovelas y autor de ensayos, biografías, cuentos y artículos de opinión, ha inspirado la publicación de tres libros de análisis. La sonrisa afilada. Enrique Serna ante la crítica (Literatura UNAM), coordinado por Martín Campos; Seducciones y polémicas. Lecturas y críticas sobre la obra de Enrique Serna (Universidad Veracruzana), coordinado por Magda Díaz y Norma Cuevas Velasco; y La crueldad cautivadora. Narrativa de Enrique Serna (Universidad Autónoma de Baja California Sur), todos escritos por profesores e investigadores en literatura, ciencia sociales y humanidades, que serán presentados hoy a las 13 horas en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.
Los títulos se convierten en una radiografía del universo de Enrique Serna para ofrecer detalles de su fascinación por el cuento “cruel”, de su refinado uso del humor, la ironía y la sátira, y de su capacidad para ser un mordaz observador de la realidad.
En entrevista, Serna habla de su obra, de México y de cuál ha sido su búsqueda literaria. “Estos estudios académicos ponen la obra del escritor en una mesa de operaciones, uno se siente como si le estuvieran practicando una operación a corazón abierto con un instrumental teórico que puede coincidir o no con las intenciones conscientes del autor”.
La crueldad cautivadora hace énfasis en su humor negro.
—Sí, creo que se refieren al humor negro, a la acidez, al carácter corrosivo de lo que he escrito, pero al mismo tiempo he tratado de seducir a los lectores, de cautivarlos. Yo empecé a escribir como una manera de borrar las barreras que me separaban de los demás porque era un inadaptado antisocial, como los enamorados, que en lugar de declararse escribían cartas a la novia, yo buscaba la comunicación por medio de la palabra escrita. Ahora con estos libros de ensayos sobre mi obra me siento muy contento, noto que pude escaparme de ese encierro psicológico y comunicarme con otros inadaptados que seguramente son los que escribieron esos ensayos. Y me da gusto que haya ensayos sobre mis ensayos porque en muchos hay una crítica muy dura hacia los estudios literarios, sobre todo hacia la dictadura de la teoría literaria en las universidades. Ahora me he dado cuenta que dentro de las propias universidades hay un movimiento de protesta contra esta jerigonza académica que excluye a los lectores comunes, porque muchos de estos hispanistas no quieren escribir ensayos tan especializados que no pueda comprender cualquier lector.
El interés por su obra ha sido constante por muchos años.
—He tenido suerte, creo que depende del tipo de literatura que escribo, es una literatura que trata de cautivar, no busca poner barreras. El escritor es como un encantador de serpientes y lograr ser así es difícil. La literatura que parece ligera no es fácil de escribir, a veces la literatura difícil es difícil porque el escritor no se tomó el trabajo de pulir su estilo o de crear una trama que atrape, y el escritor pasa a los lectores las dificultades que no atendió. Quizá por eso me he mantenido vigente por 35 años.
¿Y esa capacidad de seducción le viene por su trabajo en la publicidad?
—Puede ser, cuando era publicista de películas mexicanas escribía la sinopsis de las cintas y era un ejercicio literario que hasta cierto punto te obligaba a llamarle la atención de algún modo al público; también he pasado por muchas experiencias de trabajo, como ser argumentista de telenovelas, biógrafo de ídolos populares, esto me han tenido cerca de los gustos del lector.
¿Lo estimulan estos libros?
—Sí, me dan una réplica y una retroalimentación que me ayuda a querer seguir adelante. Cuando vas envejeciendo te vuelves más autocrítico, hay temor a las repeticiones inconscientes y una mayor tensión nerviosa, además la capacidad se va mermando. Cuando un escritor tiene 14 libros, como yo, siempre piensa si no se está repitiendo y empiezas a preguntártelo de manera neurótica.
¿Qué opina del México que no le ha tocado vivir?
—En lo que se refiere a la prensa es muy alarmante el tremendo gasto de publicidad del gobierno de Peña Nieto, la cooptación masiva de periodistas, la censura de los periodistas disidentes en este sexenio. Ha habido un intento de retorno a la dictadura perfecta que tenía controlados todos los medios, pero es una intentona que no va a prosperar porque la democracia en México llegó para quedarse. Espero que esos intentos sean castigados con el voto en las próximas elecciones y espero que el corporativismo del PRI ya pase al basurero de la historia. Las encuestas apuntan en ese sentido.
Ojalá que las encuestas no cambien y se hundan ya para siempre.
Las encuestas ponen a Anaya y a López Obrador. ¿Cómo los ve?
-Son alternativas que se han ido contaminando bastante, me alarma que Ricardo Anaya le dé una candidatura al senado a Miguel Ángel Mancera, garantizándole fuero para que queden impunes todas sus corruptelas, y haya arropado a asambleístas que se están robando donativos para la reconstrucción tras el sismo. ¿Cómo le creemos a Anaya sus promesas de acabar con la corrupción? Y también me preocupa que el Peje esté incluyendo en su lista de senadores a gente como Napoleón Gómez Urrutia. Si estas dos personas que son los candidatos del cambio, le fallan a la sociedad, entonces vamos a caer en un círculo vicioso.
¿Este contexto social es un detonante de escritura?
-Sí, pueden serlo, para mí lo fueron. En mi anterior novela, La doble vida de Jesús, narro la historia de un candidato a la alcaldía de Cuernavaca que estaba enamorado de un travesti. La realidad me rebasó porque llegó a la candidatura Cuauhtémoc Blanco. Los escritores en México tenemos el problema de que la vida real es más grotesca que nuestras fantasías más delirantes.
¿Cómo se escribe desde esa realidad delirante?
—Lo que busca la novela es ver cómo se articula la vida privada con la pública, la intimidad y la vida social. La novela no es un instrumento de denuncia, pero trata de ver cómo repercuten esas circunstancias en casos concretos y cómo modifican el alma de los seres humanos. Pero es evidente, la podredumbre de las instituciones, la expansión del crimen organizado, son temas de nuestra época. Ojalá haya un escritor que logre hacer una gran novela con esto.
“alternativas que se han ido contaminando bastante”: Enrique Serna.
Tras el sismo se habló de una sociedad solidaria... con el tiempo se ha desdibujado esa idea.
-Creo que es falsa la idea de que la sociedad mexicana es una gran reserva de virtudes cívicas, mientras que la clase política es un albañal; creo más bien que la clase política es un reflejo de la sociedad mexicana, porque está también corrompida, es indolente, no defiende sus derechos, es corruptora y corruptible, de modo que la clase política es consecuencia de esta realidad. ¿Cuál es la manera de erradicar a todas estas lacras? Que haya escarmiento para los corruptos y esto es lo que le ha faltado a México, esta impunidad tan atroz que tenemos en épocas donde países que estaban más atrasados que nosotros como Guatemala, Honduras, están encarcelando a ex presidentes, ¿esto cuándo va a pasar en México?
¿El 1 de julio tendremos una oportunidad?
-Espero que sí y espero que también se concrete la Fiscalía anticorrupción, que la PGR sea independiente y autónoma, esto de verdad podría provocar un cambio en México.
“Educación y empleo para jóvenes, retos del próximo presidente”
- Pide a candidatos devolver confianza que se les da con el voto; toda la sociedad contribuye a fomentar la corrupción, asegura
- Toda la sociedad contribuye a fomentar la corrupción, asegura
El próximo Presidente, que será electo en los comicios del 1 julio, enfrentará tres grandes problemas que aquejan a los jóvenes mexicanos: acceso a la educación superior de calidad, que las carreras que estudien tengan relevancia en el mercado laboral y que consigan empleos bien pagados y de calidad cuando terminen la escuela, dijo el director general del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Mario Alberto Rodríguez Casas. “Los jóvenes quieren educación, empleo, justicia y transparencia”, dijo en entrevista con EL UNIVERSAL.
A menos de dos meses de haber sido nombrado el titular de esta casa de estudios pide a los candidatos y partidos políticos que devuelvan la confianza a los ciudadanos que voten por ellos, “que los compromisos que establecieron los cumplan una vez que llegaron. [Ni] mi voto, ni el voto de nadie es un voto en blanco, es de compromiso”.
Desde su oficina en la Unidad Profesional Adolfo López Mateos, conocida como Zacatenco, el director del Politécnico recuerda a los ciudadanos que es su obligación asistir a las urnas y les pide que no se queden sólo ahí, sino que vigilen el actuar y cumplimiento de los funcionarios públicos. “Tenemos la responsabilidad de seleccionar a los mejores candidatos y, por lo tanto, al mejor gobierno”.
En esa medida habrá “menos problemas de los que están por ahí surgiendo”, dijo, en referencia a los escándalos de corrupción que han enfrentado todos los partidos, aunque, señaló, no corresponden a “toda la clase política, no son todas las instituciones”.
Rodríguez Casas se refirió al caso del joven Marco Antonio Sánchez Flores, puesto que, aunque no pertenece al Politécnico, tiene la edad de miles de los estudiantes de esa institución y de millones de jóvenes mexicanos. Señaló que es un caso que debe ser condenable, independientemente de quién lo haya perpetrado. Pidió a los jóvenes que tomen precauciones ante eventos que, como éste, no pueden controlar.
“Hemos visto las fotografías en los medios y por supuesto que es lamentable y lo condenamos, lo haya perpetrado quien lo haya perpetrado. Independientemente de eso, son hechos que deben ser condenables, pero que los jóvenes y todos debemos tomar nuestras precauciones, porque estamos en una ciudad con muchísimos habitantes”.
¿Cuáles serán los desafíos más importantes que tendrá que enfrentar el país?
—El Politécnico está trabajando en generar una agenda que queremos presentarle a los candidatos para plantearle una visión de México para los próximos años en el aspecto educativo, tecnológico, en educación, en posgrado. Qué oportunidades tenemos en el aspecto energético, de sustentabilidad, de infraestructura, en salud. Quisiera verlo desde la óptica institucional, de cómo quiere el Politécnico al México del próximo sexenio o de los próximos años, te diría que la planeación no debe hacerse sólo a seis años, sino de largo alcance. No podemos trabajar en este país con proyectos de mira corta, tenemos que ver hacia dónde queremos el país en todo aquello que nos impacta a los mexicanos.
¿Qué retos enfrentará el próximo Presidente de México?
Tenemos una demanda creciente de estudiantes de educación media superior y superior, tenemos que brindarles educación de calidad. La reforma educativa está avanzando y dentro de un tiempo muy corto le va a impactar al nivel medio superior, tenemos que trabajar para esta nueva generación de jóvenes que va a llegar exigiendo educación diferente a la que estamos ofreciendo.
Necesitamos crear más fuentes de trabajo, a estos jóvenes que estamos recibiendo en educación superior los vamos a insertar en el mercado laboral y debemos estar preparados para darles la oportunidad de tener trabajo y evitar que puedan tomar rumbos diferentes a los que el país requiere.
Tenemos que trabajar de manera coordinada con el sector empresarial, pero también es responsabilidad de las instituciones de educación superior tener carreras pertinentes, que los sectores social y productivo estén demandando, porque en esa medida, los jóvenes se van a poder incorporar a este sector.
Las universidades les estamos prometiendo a los jóvenes que si egresan, van a conseguir trabajo. Esto no depende de las universidades directamente, pero sí hay una corresponsabilidad de formar profesionistas en carreras pertinentes, que estén siendo demandadas por los sectores social y productivo.
Mario Alberto Rodríguez Casas - Director general del Instituto Politécnico Nacional (IPN). EL UNIVERSAL
¿Cómo llega el país al final de este sexenio? ¿Cuál es su balance?
—Yo veo un balance positivo en lo económico, veo, sobre todo, un México con esperanzas, dispuesto a trabajar, trabajando a diario por hacer un país más grande. Lo veo con una gran cantidad de oportunidades de mejora por la reforma educativa, la energética, lo veo con un sector productivo comprometido con el país. Así me gusta ver a mi país, con mucho optimismo.
¿En otros aspectos qué retos encontraría en el país?
Tenemos problemas de sustentabilidad, de cambio climático y con energías renovables. Ese es otro de los retos, por eso coincidía mucho con las reformas que se han estado promoviendo y no lo quiero decir, desde ningún punto de vista, de algún partido político.
Tenemos problemas de salud que en este momento son emergentes, pero que van a ser problemas de muchos millones de mexicanos, como la obesidad; que cada vez hay muchos más adultos mayores y no estamos preparados, ni en lo sicológico ni en lo familiar, y tenemos un gran reto en el sector salud para dar atención a esta gran cantidad de adultos mayores, con un sistema específico, porque no es la misma atención que se le tiene que dar a un adulto o a un niño.
En materia de los retos del país, ¿qué papel juega la corrupción?
Es un término que permea en todas las sociedades y en todos los niveles, no es algo que sea propio de ninguna instancia en este país. En diferentes medidas, todos contribuimos a participar en esa práctica tan indeseable. El reto fundamental es crearnos una conciencia de que en la medida en que no caigamos en prácticas como esas, podremos contribuir a que crezca nuestro país.
Si los recursos los direccionamos, no los desviamos, se pueden aplicar, pero la corrupción no son solamente recursos y muchas veces con nuestra práctica diaria contribuimos a ese flagelo de todas las sociedades, que no es privativo de México. Es una responsabilidad de todos y cometemos el error de querer que alguien la resuelva con una varita mágica.
¿Considera que los escándalos de corrupción de los ex gobernadores y los partidos se convertirán en un lastre en las campañas?
En las campañas intervienen muchísimos factores. Deberíamos privilegiar las propuestas, no tanto aspectos colaterales. Pedimos propuestas de cómo transformar a este país y no descalificaciones. Me gustaría ver propuestas en el tema del empleo, de educación, qué vamos a hacer en el sector energético y no tanto las descalificaciones entre partidos, porque nos confunden.
¿Qué le diría a la sociedad para que se acerque a votar?
Que voten. Es nuestra obligación hacerlo. Votemos de manera razonada, analicemos las propuestas, a los candidatos. Nadie más que nosotros va a definir el rumbo de este país. Y si no votamos, vamos a dejar que otros definan por nosotros. Tenemos que ser muy cuidadosos para evitar que haya prácticas que no desea este país y en las propuestas que nos hacen los candidatos.
¿Por qué deberíamos seguir confiando en las instituciones, los partidos y la clase política?
—Debemos confiar en nuestras instituciones, lo que tenemos que hacer es garantizar, denunciar y manifestarnos para que las instituciones cumplan con lo que tienen que cumplir. El problema no es tanto de una institución o un partido, a veces son las personas, pero muchas veces son personas a quienes nosotros elegimos.
Necesitamos una actitud de vigilancia constante para que cumplan los compromisos que establecieron. [Ni] mi voto ni el de nadie es en blanco: es de compromiso y si voto por cualquiera de los candidatos, aunque sea uno entre millones, yo estoy confiando en él y tiene que responderme a mí. Me tiene que devolver la confianza que le estoy dando, pero también yo tengo que vigilar.
¿Los mexicanos tienen el gobierno que se merecen?
No sé si decirlo así, porque pudiera darse la impresión que, de antemano, estoy diciendo que tenemos un gobierno que no funciona o un mal gobierno. No lo pienso así. Más bien, tenemos la responsabilidad de seleccionar a los mejores candidatos y, por lo tanto, al mejor gobierno.
¿Qué le diría a los jóvenes que van a votar por primera vez en esta elección?
Que tienen que votar, que es su obligación, pero también que reflexionen, revisen las propuestas y seleccionen al que consideren que es el mejor. Ahí es importante que los candidatos usen lenguajes y propuestas que les lleguen a los jóvenes. Ellos quieren posiciones nuevas, frescas, que reflejen lo que buscan: educación, empleo, estabilidad en este país; quieren un buen gobierno, transparencia, justicia. Eso es lo que los jóvenes están buscando y están esperando que cualquiera de los candidatos se los proponga, pero a manera de compromiso, no de discurso.
¿Qué le pediría al próximo Presidente del país?
Que haga a México más grande, que nos dé estabilidad, seguridad, educación. No estoy hablando de una persona, sino de todo un Estado y un sistema, que nos de salud a los mexicanos.
¿Transparencia, honestidad?
Eso no se lo tendría que pedir, lo tendría que dar. Es la obligación, hay una serie de elementos que no hay necesidad de pedírselos, que nos los tiene que dar forzosamente. Que sea un gobierno honesto, yo no se lo tengo que pedir, se lo tengo que exigir y me lo tiene que dar sin que se lo exija. Un gobierno que no es honesto, no es gobierno.
El caso del joven Marco Antonio Sánchez, quien no es de esta institución pero tiene la edad de muchos de sus más de 400 mil estudiantes, ¿qué reflexión le generó?
No solamente la edad de los politécnicos, sino a millones de jóvenes mexicanos que no están sólo en el Politécnico, en la UAM o en la UNAM. Hay que esperar a que se hagan los estudios correspondientes y nos muestren cuáles realmente fueron los hechos. La información en los medios muchas veces es contradictoria, tenemos que esperar a que terminen las investigaciones.
Lo que les he dicho a los politécnicos, como en cualquier sociedad con riesgos de asaltantes, de secuestros, con todas las problemáticas que se gestan en las grandes urbes como la nuestra, yo lo que les diría es que hay que andar siempre con mucho cuidado y tomar nuestras precauciones.
Igual, el día que llegue un sismo, hay que tener las precauciones para poder actuar. Estoy hablando de un evento que no controlamos, como tampoco podemos controlar un evento como el que aparentemente le ocurrió al joven. Hemos visto las fotografías en los medios y por supuesto que es lamentable y lo condenamos, lo haya perpetrado quien lo haya perpetrado. Independientemente de eso, son hechos que deben ser condenables, pero que los jóvenes y todos debemos tomar nuestras precauciones, porque estamos en una ciudad con muchísimos habitantes. Yo les recomiendo prever ese tipo de eventos que pueden suceder, si uno sabe que un sitio es riesgoso, no debe uno transitar por ahí, ni propiciar ese tipo de situaciones.
"Vivimos una guerra sin nombrarla”
El eufemismo oculta la realidad de una sociedad que asiste al empequeñecimiento del Estado, al pragmatismo de los partidos políticos y a la inhibición del movimiento social. Ese es el diagnóstico del artista Carlos Amorales sobre el momento que vive México.
Reconoce el peso que ganan la apatía y el desinterés ante un año electoral y unos precandidatos que rompieron con las ideologías para abrirle paso a alianzas que contradicen su historia.
¿Cómo ves el momento del país?
De la chingada. Es un momento muy difícil, y no sólo del país, es global. Vivimos una guerra sin nombrarla desde hace 12 años en México. Una guerra civil que no se expresa, ni siquiera hay una terminología honesta para decir qué está pasando. Es preocupante para las elecciones que vienen: ¿cómo se va a tratar eso?, ¿cómo se va a intentar resolver?
Incluso ya no nos estamos indignando como deberíamos, como fue en varios momentos, como en el caso de Ayotzinapa. Me preocupa leer que en la primera semana del año hubo 200 muertos; siento una especie de hartazgo ante tantas noticias. Me pregunto si no es que estamos ya en un momento que llamaría postideológico, donde las ideologías son algo del siglo XX y ya vamos a otra cosa. ¿Eso va a dar pie a otra forma de pensar y entender la política?, ¿o es puro cinismo? Estábamos acostumbrados a una división clara entre izquierda y derecha. Es muy rara esa alianza del PRD con el PAN. ¿Por qué la ideología ha dejado de tener un sentido? Creo que es puro pragmatismo.
¿Tienes esperanza?
Yo, esperanza, es lo que menos tengo. Es realmente la primera vez en que no tengo interés por nada. No me identifico con nada. No sé, para qué ni por dónde ir. La vez pasada sí me involucré; se hizo todo este movimiento de Arte por la Izquierda. Está fuerte porque es casi volverte apolítico, y siempre me ha interesado la política, pero siento desencanto. No necesariamente está mal; probablemente ayuda a ir a otra parte.
Ante el panorama político de México, el artista Carlos Amorales tiene desencanto, es como volverte apolítico, asegura.
Qué piensas de Andrés Manuel López Obrador…
Se ha, perpetuamente, hecho candidato. No da pie a otras personas dentro su mismo partido. Es algo que siempre pasa con la izquierda: el mismo grupo, el mismo candidato, la misma gente; se vuelve una cosa muy necia. Aliarse con este partido de ultraderecha (PES), no lo entiendo; es supercontradictorio.
¿Y Ricardo Anaya?
A mí, el PAN nunca me ha gustado. Y el PRI es lo mismo: un pragmatismo absoluto. Ha sido un sexenio duro, raro, difícil, escandaloso, violento. Todos estos gobernadores prófugos... es un sistema que funciona de una manera horripilante y que tengan el pragmatismo de escoger a una persona que ni siquiera es de su partido, porque podría darles buena imagen, resulta, por un lado, fascinante porque es una aceptación absoluta de que van mal, de lo que son; pero, por otro lado, es como querernos vender una historia, como si volviéramos a nacer y a creerles igual. ¡Cómo te puedes identificar con algo así!
Crece la distancia entre la clase política y la sociedad…
Los políticos están en su mundo. Yo siento ese gran distanciamiento. Es como si la política se hubiera especializado tanto que sólo tiene sentido en sí misma; se ha vuelto una élite y se hace por interés personal. Aliarte con tu enemigo habla sólo de querer ganar un espacio de poder, no de defender una ideología.
Efímeros movimientos sociales.
Amorales advierte que los movimientos sociales, incluso los surgidos tras el terremoto, no acabaron por organizarse; se pregunta si no tiene que ver con la fantasía de participación que generan las redes sociales, o con cómo una noticia desaparece de un día para otro. Pero matiza:
El nivel de protesta pública que suscitó Ayotzinapa fue enorme, pero ver que a pesar de los escándalos, de la brutalidad y de lo evidente acerca de dónde viene, ese sistema se sigue perpetuando y que nunca se resuelve, lleva al cansancio. No sé si cinismo. Ese es el efecto de la impunidad; es la manera como nos está transformando la impunidad: da igual: se cae el edificio, no importa; se cae medio país, no importa; ganó las elecciones no sé cómo, no importa; se robó todo lo del Estado, no importa: ahí sigue.
Me impactó mucho ver a finales de año que en este sexenio hubo más muertos que en el anterior. Ya ha habido más muertos que en la guerra de Yugoslavia, que fue una guerra histórica. Y es algo que se aparenta que no está. Hay eufemismos. En estos años algo se perdió; me pregunto si no tiene que ver con el tipo de gobierno que acabamos de tener…
¿Éste o el anterior?
Pues el que queremos que se vaya.
¿Cómo analizas la sociedad?
Se han ido gentrificando una serie de iniciativas ciudadanas. Tiene que ver con cómo se concibió la economía en estos seis años: hay menos Estado, menos derechos y, a cambio, la sociedad empezó a generar sus propios negocitos para subsistir. Cada quién se la está buscando de distinta manera: unos ponen una panadería, otros una peluquería… eso genera una cierta moda, un tipo de estética, es lo hipster... Da la sensación de que está maravilloso, pero si le quitas lo estético, lo que está sucediendo es que cada quien está viendo cómo sobrevivir.
Nos hemos vuelto un mundo de microempresas y en ese mundo es muy difícil que se pueda unir y generar una sociedad civil. Ese es el lado malo. Lo bueno es que somos más libres, hacemos lo que queremos, mientras tengamos salud y fuerza podemos generar dinero para ser independientes. Pero cuando no tengamos ni salud ni fuerza tampoco vamos a tener ni pensión ni seguridad social ni nada… Para generar dinero hay que trabajar todo el tiempo y sin tiempo no hay cuándo unirse a los demás para reclamar derechos.
No trabajamos para un fin idealista, un mejor país, un mejor mundo, estamos trabajando en relación a nuestros propios intereses. Y eso está pasando con los partidos: pasaron de ser partidos colectivos a microempresas que necesitan pragmatismo para lograr sus fines. Siendo un país de microempresarios ¿cómo podemos tener un movimiento social?
Si yo soy artista, y sólo me dedico a eso, desde ahí puedo empujar aquello en lo que creo; pero si además soy galerista y coleccionista ¿dónde tengo mi posición? Hay conflicto de intereses… La idea del bien común se vuelve un anuncio más, se vuelve parte de una retórica comercial.
Qué piensas de Secretaría de Cultura?, ¿qué se ha movido?
Se movió la tierra... Lo que pudo ser o haber sido, no fue, porque básicamente hubo un temblor y se cayó la mitad del patrimonio y hay un montón de conventos que restaurar, se va a ir todo en restauración, y está bien, pero todo ese dinero ya no se va a invertir en el presente, en la potencialidad cultural de nuestra sociedad y eso es súper desafortunado. La Secretaría de Cultura es una secretaría de reconstrucción del patrimonio.
Exhibición en el MUAC.
El 10 de febrero, Amorales exhibirá en el MUAC una muestra que no llama retrospectiva, sino revisión de carrera, de 25 años. “Es mirar al pasado, estando en el presente y pensando que quieres un futuro. Es mostrarla al país, a la sociedad en la que vivo”. Para la muestra, curada por Cuauhtémoc Medina, han seleccionado piezas que no se han visto en México; ahí estará la obra que hizo para la Bienal de Venecia. “Y hay una espina dorsal: la más teórica, las directrices de mi obra, lo que he venido pensando...”
"Hoy ningún candidato me representa”
“El protagonista de la obra Privacidad y estrella de "Rogue One" decidirá su voto el día de la elección”
Luego de su accionar social tras el sismo del 19 de septiembre, a Diego Luna le coquetearon, una vez más, políticos mexicanos.
Y como ha sucedido anteriormente, el actor de Y tu mamá también y Rogue One: una historia de Star Wars, les afirma que les dijo que no.
Horas después del terremoto en la Ciudad de México en septiembre pasado, Luna se sumó a los trabajos de un centro de acopio, utilizando las redes sociales que al poco tiempo respondieron positivamente.
Después, junto con su amigo Gael García Bernal y otros artistas más, comenzaron la campaña de recolecta económica #LevantemosMéxico, que generó apoyo de gente de más de 170 países.
Comenta que se juntaron más de 1.5 millones de dólares (unos 30 millones de pesos), que serán destinados en los siguientes meses entre las comunidades más afectadas, previo estudio.
¿Vas a votar en 2018?
Tengo que votar, pero lo que sí creo es que no voy a decidir por quién votar sino hasta unas horas antes. Hoy no me siento representado por ningún candidato, con todos tengo diferencias fuertes, pero sí creo es vital que cambie algo, después de los escándalos de corrupción en este sexenio.
Y todavía debemos ver qué pasa con el mundo de los independientes y cuando digo independientes es absurdo, porque la única voz distinta que representa una agenda que los poltícos nunca han tomado en consideración, es Marichuy (portavoz del Concejo Indígena de Gobierno y que busca competir por la presidencia de la República).
¿Sería importante su presencia?
Me encanta el lema de ella de “Firma Marichuy y vota por quien quiera”. Creo le haría muy bien a nuestras elecciones que una mujer como ella esté en la boleta, esté en los debates y traiga temas que, de otra forma, los otros candidatos ignorarían sino estuviera ella.
Hubo críticas hacía ti por reprobar la Ley de Seguridad Interior y luego actuar en la serie Narcos, ¿qué dices a eso?
De la serie no nos dejan hablar, pero en este caso sé muy poco todavía porque estamos empezando y nos falta muchísimo camino por andar y saber qué serie hicimos y después entrar en un foro que es lo más bonito.
Lo que pasó en Twitter, creo, es otra cosa: es sacar las cosas de contexto, es descalificar una voz que le ha dado resonancia a un tema y que muchos hubieran preferido se mantuviera escondidito (es decir) que pasara la ley de noche.
Hubo gente, voces como la mía, como la de Gael, la de tantas organizaciones como la ONU, la Comisión de Derechos Humanos, que se sumaron a esta queja por la Ley y se aprovechó lo de Narcos para descalificarme, lo cual me parece ridículo. Todos tenemos derecho a tener una opinión, externarla, hablar de lo que nos preocupa, cuestionar a nuestros políticos y exigir que piensen en nosotros.
Vivimos con una clase política torcida que vive encerrada, con oídos sordos, que vive en otro México y no se dejan acercar por el nuestro, no les interesa el nuestro. Ojalás nos acordemos de eso cuando nos toque ir a votar.
“PRI dará golpe de Estado en 2018: Muñoz Ledo”
“Pri dará golpe de Estado en 2018: Muñoz Ledo”
Entre una montaña de libros que llenan su oficina, Porfirio Muñoz Ledo lanza sus previsiones de inicio de año y anticipa que en las elecciones del 1 julio va a haber un golpe de Estado por parte del PRI, partido al que señala de fraguar un peligroso fraude electoral para que el precandidato José Antonio Meade gane la contienda.
“Se están triangulando, a través de un personaje llamado Alejandro Gutiérrez, recursos al señor Meade y pónganlo con guiones M-E-A-D-E. Todo el proyecto de compra de votos está orientado a la elección absurda, que es la de Meade, solamente lo pueden llevar a la victoria si compraran todos los votos en el país”, afirma.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el ex embajador ante la Unión Europea, a quien recientemente los historiadores James W. Wilkie y Edna Monzón Wilkie han dedicado el libro titulado Porfirio Muñoz Ledo, Historia Oral 1933-1988 (editorial Debate), asegura que el gobierno federal ha impulsado la Ley de Seguridad Interior para usarla como un instrumento de amenaza, “no contra el narcotráfico, sino contra la oposición”.
Adelanta que junto a un grupo de ciudadanos van a acudir al Instituto Nacional Electoral (INE), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) para exigir elecciones libres y auténticas, así como la cancelación del registro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) como partido político, bajo el argumento de que durante años han utilizado recursos públicos con fines electorales. Incluso, advierte que llegarán a instancias internacionales.
“Si no son elecciones libres y auténticas nos vamos a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y si no también al Consejo de la ONU, que tiene como marco los pactos civiles y políticos de Naciones Unidas. No nos vamos a quedar de brazos cruzados, no vamos a aceptar un fraude electoral porque significa el descarrilamiento del país, el fin de una época de la historia de México que puede ser dramático”, asevera.
Aunque aclara que no hay confianza ni en la clase política ni en las instituciones electorales, estas últimas “tienen que actuar con autonomía, con legalidad y valentía política y si no actúan, esto se va a poner verdaderamente muy difícil. Toda la sociedad debe presionar a los órganos electorales para que cumplan con su deber, ellos pueden salvar a la República, de no hacerlo pasarían a la historia como traidores, aun involuntarios, entregarían la plaza a Victoriano Huerta”.
¿Se teme sobre un golpe de Estado en 2018?
—No se teme, es lo que estoy anunciando que puede ocurrir. Qué pasa si las facultades que le quieren conceder al Ejército y que en el fondo el Ejército no quisiera tener, pero lo están obligando, lo mandan a tareas donde ellos piden seguridad, su propia protección, pero el Ejército ha pedido que no lo metan.
¿Plantea que usarán al Ejército con esos fines de un golpe de Estado, cómo sería eso?
—Meten al Ejército como un instrumento de amenaza, no contra el narco, sino contra la oposición. La gran operación disuasiva del cambio de régimen en este país, contra quien sea, yo creo que contra Andrés Manuel, obviamente, podría llegar a ser contra Ricardo Anaya, no lo elimino, trae lo suyo, es el Estado de sitio.
Primero abuso del gasto público, violación a las leyes electorales; segundo, insurgencia ciudadana; tercero, represión militar. Es a lo que nos estamos enfrentando en el país, entonces hay que comenzar desde el principio, es decir, impedir que haya un abuso de los recursos públicos.
¿Cómo impedir este posible golpe de Estado?
—Desde la raíz. Lo que hay que impedir primero es el abuso electoral. El tema es que está probada la transferencia de recursos durante todo el periodo en el que el PRI estuvo fuera de Los Pinos, la transferencia de los recursos de gobiernos estatales al PRI, que lo permitió culpablemente para congraciarse con ellos, el irresponsable y papanatas de Vicente Fox, que luego Felipe Calderón estimuló. Desde entonces se ha vuelto regular la triangulación de recursos a través de la Secretaría Hacienda.
¿Habrá triangulación de recursos en esta campaña por parte del PRI?
—Hay un artículo muy detallado de cómo se están triangulando, a través de un personaje llamado Alejandro Gutiérrez, recursos al señor Meade y pónganlo con guiones M-E-A-D-E.
Todo el proyecto de compra de votos está orientado a la elección absurda, que es la de Meade, solamente lo pueden llevar a la victoria si compraran todos los votos en el país. Eso quieren, porque este sistema se ha convertido en el sistema de las espaldas, lo único que les importa es cuidarse las espaldas. (El presidente Enrique) Peña Nieto tiene terror de un presidente que le pueda levantar, pero todos tienen temor, gobernadores, alcaldes. El problema no es la corrupción sino la impunidad, si hay impunidad no hay posibilidad de controlar la corrupción, porque es una especie de fertilizante.
¿El tema en las elecciones entonces será la impunidad?
—Estas elecciones son las de la impunidad. Cómo es posible que haya cuatro o cinco ex gobernadores del PRI a los que les han probado delitos electorales y que conforme a la ley electoral no se cancele el registro del PRI, ese es el tema. Vamos a salir a la calle, a salir a los medios, para pedir la cancelación del registro del PRI porque está probado legalmente de que procede en el artículo 134 constitucional sobre la prohibición de recursos públicos con fines electorales.
¿Ante qué instancias pedirán la cancelación del registro del PRI?
—A ver qué hace el INE, vamos a actuar con legalidad, autonomía, valentía, se lo he dicho personalmente a su presidente [Lorenzo Córdova] y lo vamos a visitar un grupo de ciudadanos en breve tiempo, también a la presidenta del TEPJF, Janine Otálora Malassis, y también al de la FEPADE.
Estamos organizando, varios ciudadanos, un movimiento de opinión para poner en jaque cívicamente a las instituciones electorales, y si se arriman para un lado nos vamos a ir encima con la opinión pública.
¿Un movimiento masivo?
—Un movimiento nacional, profundo, las redes, los medios de información, es decir, lo más importante y urgente en el país es una presión masiva, pesada, definitoria, plural, con los organismos electorales para marcarles su límite.
Si no son elecciones libres y auténticas, nos vamos a la CIDH y si no también al Consejo de la ONU.
No nos vamos a quedar de brazos cruzados, no vamos a aceptar un fraude electoral porque significa el descarrilamiento del país, el fin de una época de la historia de México que puede ser dramático. No vamos a aceptar el fraude electoral.
¿Habrá confianza en las instituciones, en el INE, en el tribunal, en la FEPADE, para que ellos garanticen elecciones libres?
—No hay confianza ni en la clase política, ni en las instituciones electorales, pero ahí está su gran responsabilidad histórica, merecer la confianza de la ciudadanía porque finalmente siendo ellos los árbitros electorales, son los árbitros del futuro del país.
Tienen que actuar con autonomía, con legalidad y con valentía política y si no actúan, esto se va a poner verdaderamente muy difícil.
Toda la sociedad debe presionar a los órganos electorales para que cumplan su deber, ellos pueden salvar a la República, de no hacerlo pasarían a la historia como traidores, aun involuntarios, entregarían la plaza a Victoriano Huerta.
¿Usted apoya a Morena y Andrés Manuel López Obrador rumbo a las elecciones?
—Fui presidente del Consejo Consultivo de Morena. Yo no reniego de ninguna de mis lealtades y soy honrosamente miembro del Consejo Consultivo de Morena y mando documentos y discuto con sus miembros, soy parte de ese cuerpo.
“Fui con Cárdenas al kínder”
Hace poco publicaron un libro que habla de usted desde que nació en 1933, ¿es una especie de radiografía?
—Fueron unas 20 entrevistas que se celebraron principalmente en la casa de los autores James W. Wilkie y Edna Monzón Wilkie, pero luego en hoteles y cafés, así como medios de transportes y aviones. Consideraron que mi biografía era el hilo conductor para entender la política del país, en mi doble carácter de profesor de instituciones políticas y como actor.
“Nos espera un año revuelto y con la educación relegada”
“Nos espera un año revuelto y con la educación relegada”
Lo único inédito del actual espectro político mexicano (en el cual resalta la podredumbre y la corrupción) es la candidatura de Marichuy, portavoz del Consejo Indígena de Gobierno y que busca competir por la presidencia de la República.
Eso dice La Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto Patio, grupo que desde hace más de 30 años se encuentra en la escena musical y que comenzó tocando en campamentos de damnificados por el sismo de 1985 y apoyando movimientos sociales.
En su opinión, la indígena nahua, médica tradicional y defensora de los derechos humanos, cuyo nombre completo es María de Jesús Patricio Martínez, representa a alguien que realmente desea visibilizar a los oprimidos.
Roco, el vocalista; Pato, guitarrista, y Aldo, bajista, se ponen serios para dar su reflexión sobre el año electoral 2018.
¿Qué queda?
Roco: Lo importante es la organización popular, la que está al margen del sistema electoral y de los apoyos que sabemos son la misma prodredumbre y corrupción. El único elemento que puede rescatarse es la candidatura de Marichuy y no solamente porque sea mujer, sino porque está hablando de querer aparecer en la boleta electoral no para ganar las elecciones, sino para mostrar dentro de ese contexto a esa voz que no ha sido escuchada. Y hablar de una candidatura como parte del Consejo de Gobierno, formado por representantes indígenas, ya es interesante. Es la única campaña que no tiene dinero de nadie, sino que es apoyada por la misma sociedad civil que no está en la lógica de ningún partido y está hablando de otra manera.
¿El actual sistema ya no sirve?
Pato: Ha producido ricos cada vez más ricos y pobres, más pobres. Con el temblor del 19 de septiembre vimos lo que pasó: la gente sigue quedándose en la calle, no hay sensibilidad y acción inmediata ante ello. Hace falta un contrapeso.
Aldo: Cuando más se necesita una respuesta por parte de una organización superior, llámese Estado, protección civil o como quieran, son pocos los que operan ahí. ¡Pero al día siguiente vemos campañas políticas como la del Estado de México, donde todos son solidarios pasándose una cajita!
Son rápidos para organizarse en esas cosas, pero no para ayudar a la gente.
Roco: Las voces indígenas son las que realmente están defendiendo al país y no solamente la tierra, el agua, sino que están mostrando posibilidades de organización comunitaria y necesaria, siendo la única solución a la corrupción del gobierno, a la venta a transnacionales. Los espacios autónomos indígenas han costado sangre y sudor. Está el ejemplo de Cherán, Michoacán, donde la comunidad ha sacado a todos los partidos políticos para organizarse con sus consejos de ancianos, de mujeres y ya vimos que han reforestado el bosque que destruyó el narco y los gobiernos. O están los Caracoles (Chiapas), que están siendo ejemplo.
¿Está México listo para todo ese cambio?
Roco: La pregunta que debe hacerse cada uno desde su área es si ya está listo para eso. Por ejemplo: si los chavos están listos para usar sus celulares como herramientas para informar, si los hombres lo están para dejar el patriarcado y la utilización de mujeres. Esa es la pregunta, si estamos cada quien listos para ese cambio, para ese otro mundo.
No hay un minuto que perder
En la tarea de hacer a México más grande y justo, no hay un minuto que perder.
En el objetivo de lograr que los beneficios del desarrollo se extiendan a todos los mexicanos, en especial a los más necesitados, no hay un minuto que perder.
En la necesidad de que todo México reconozca y respete la riqueza que significa su diversidad y dé a sus comunidades indígenas el lugar que merecen, no hay un minuto que perder.
Tenemos mucho que mejorar, que innovar y que cambiar. Debemos hacerlo con sensatez y visión: preservar y reconocer los avances, por un lado, y reconocer lo que debemos modificar para darle a la sociedad nuevas y mejores soluciones.
Nuestra institución más valiosa es la familia. Nuestra prioridad será llevar bienestar a los hogares para que cada familia viva con felicidad, justicia y prosperidad.
Por eso, hoy arrancamos en Chiapas el camino para mejorar a México; iniciamos la precampaña que tendrá lugar del 14 de diciembre de 2017 al 11 de febrero de 2018 y culminará con el proceso de elección interna de los partidos.
Les expreso a los delegados que me he preparado a conciencia para ayudar y para servir a México.
Sé lo que quieren las familias porque soy un hombre de familia, casado y con hijos, que al igual que millones de otros padres y madres de familia en el país, trabaja para que haya pan en la mesa, un techo que proteja de las inclemencias del clima y un entorno de seguridad que permita a los nuestros crecer y desarrollarse. Para mí la familia es el pilar más importante de México, por lo que darle todo el apoyo y toda la protección debe ser nuestra prioridad.
Lo he dicho y lo repito: gobernaremos con la misma integridad con la que me formé y con la que he formado a mi familia. No toleraré en el gobierno ningún acto de corrupción. Terminaremos con la impunidad asegurándonos que el único privilegio que tengamos todos sea el de ser mexicanos.
Los recientes sismos mostraron que somos una sociedad no sólo solidaria, sino también fuerte, a la que nada detiene cuando trabaja unida. Aspiro a ser parte de este México unido en su camino hacia un futuro mejor, de bienestar para todos. Creo en la unidad y en el trabajo en equipo. No en la división, la descalificación o el insulto.
Consolidaremos lo que se ha hecho bien, ampliando y profundizando los logros para ofrecer a cada familia nuevas herramientas para prosperar, ganar bien, vivir tranquila y ser feliz. Hay que ser también autocríticos y reconocer que hay realidades que nos duelen, nos vulneran y tenemos que transformar.
Vamos a unir a México, no a fracturarlo. Nos hermanaremos para darle una vida mejor. Caminaremos juntos, sin importar dónde nacimos, dónde vivimos o cuánto ganamos. Amamos a México y no vamos a dividirlo.
Haremos de Chiapas y del sureste un ejemplo de lo que los mexicanos podemos lograr cuando nos proponemos trabajar duro y con visión clara.
Juntos haremos realidad nuestros sueños, los de nuestros hijos, los de nuestros padres y los de nuestros abuelos. Viene lo mejor para México.
“Elección, en una crisis de régimen político”
- La elección concurrente de 2018 se desarrolla en una crisis de régimen político, afirma el investigador y politólogo de la Universidad Veracruzana, Alberto Olvera Rivera.
Alberto Olvera Rivera. Investigador y politólogo de la Universidad Veracruzana
La elección concurrente de 2018 se desarrolla en una crisis de régimen político, afirma el investigador y politólogo de la Universidad Veracruzana, Alberto Olvera Rivera.
La designación del Presidente, senadores, diputados federales, locales y en algunos casos gobernadores, tendrá enfrente un sistema político fragmentado y en crisis; ciudadanos sumidos en el hartazgo por la corrupción e inseguridad, así como con un árbitro electoral con poca legitimidad “colonizado” por el PRI y el resto de los partidos políticos, resalta.
PRI y su régimen, en crisis
Con libros publicados en países como México, Argentina, Brasil, Colombia, Nicaragua y Estados Unidos, Olvera Rivera detalla que el ordenamiento constitucional básico se conserva, y que sobre todo el PRI logró adaptarse a la pérdida de la Presidencia de la República después de que fuera su eje articulador del régimen.
“En pocas palabras, perdió la Presidencia, pero no el poder… lo conservó a través del control del Poder Legislativo federal, de las mayorías de las gubernaturas y las alcaldías del país”, afirma.
Si bien expone que el Revolucionario Institucional no tenía un liderazgo establecido, en ausencia del Presidente se resolvió ese problema a través de otras alianzas.
Además, expone que el régimen no cambió, tampoco, en cuanto a las bases de sustentación social. El régimen corporativo sindical continuó “vivito y coleando”.
El poder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, del Sindicato de Trabajadores Petroleros, del Sindicato de Electricistas y de todos los gremios del sector público se conservó bajo líderes de antaño.
Sin embargo, si bien el PRI logró conservar sus estructuras de poder y fragmentarlo a través de gobernadores, poderosos sindicatos y liderazgos sociales, afirma que la corrupción y los malos gobiernos hicieron crisis en este nuevo sistema de control.
Ciudadanos inermes ante partidos
El proceso electoral, agrega, enfrentará a ciudadanos francamente hartos de la inseguridad y corrupción.
“Los ciudadanos buscarán empíricamente a quien ofrezca terminar con estos males centrales para ellos”.
De tal forma, adelanta, todos los candidatos “van a ofrecer resolver estos problemas, pero la cuestión es la credibilidad”, expone.
López Obrador ofrece terminar con la corrupción, pero —señala— carece de propuestas; en tanto, difícilmente le van a creer al PRI.
“Y el PAN y PRD lamentablemente no tienen candidatura creíble”, por lo que es posible que esto fragmente el voto en beneficio del tricolor.
El especialista en Teorías de la Sociedad Civil y de la Innovación Democrática afirma que se vislumbra un voto útil y estratégico, “es decir, si se quiere realmente terminar con el reinado priísta, van a votar por López Obrador porque sería la única forma de quitarse de encima al PRI”.
Aunque, dice, que si el PRI logra fragmentar el voto mantendrá la Presidencia en 2018.
En términos generales, dice, los ciudadanos están inermes frente al sistema político y a partidos que se autonomizan de la sociedad y operan en función de sus intereses propios.
En México, afirma, es clarísimo este fenómeno en el PAN–PRD, PRI; mientras que Morena, aunque institucionalmente está anclado a la sociedad, no significa que tenga libertad, pues “es un partido personal, de López Obrador”.
Un INE inoperante
El especialista, quien también fue miembro del Comité Técnico de la Comisión de Educación Cívica del IFE (2005- 2006), alertó que el Instituto Nacional Electoral ha perdido la legitimidad por dos razones: la primera porque la ley que lo rige es compleja, llena de retrueques. “Es una ley con huecos, trampas, con tantas instancias de resolución de conflictos que el INE es incapaz de aplicar adecuadamente”, subraya.
Y la segunda, porque el instituto “está colonizado por el PRI”, pero también por los otros partidos (PAN–PRD), “por lo que está lejos de operar como un instrumento que garantice legalidad a la ciudadanía.
“Es decir, es un árbitro de partidos. No es un árbitro ciudadano electoral, sino un órgano institucional de arbitraje de conflictos entre partidos”.
El cambio en su naturaleza, señala el experto, ha conducido a que el instituto pierda legitimidad precisamente porque está muy lejos de los intereses de la ciudadanía.
"No somos un país democrático", considera el vocalista de Caifanes.
- “La alternancia funcionaría si fuéramos un país democrático, pero no lo somos, yo no lo veo”, es lo que opina Saúl Hernández - vocalista de Caifanes, sobre el sistema político en México.
“Falta un pensamiento más profundo como sociedad porque hablamos mucho de las necesidades o de los cambios que uno podría querer del gobierno, pero uno también tiene que participar.”
Para el cantante, en el país se vive una etapa confusa por la lucha de poderes y problemas como el narcotráfico y la corrupción. Aunque se define como un hombre de izquierda, considera que esta ideología política en México se ha fracturado y aún no hemos aprendido a ser unidos para lograr un bien común.
“La izquierda puede llegar a hacer eso (lograr un bien común), pero ha habido una ruptura interna que hasta ahora no se ha logrado sanar. Hay gente muy valiosa (en esa izquierda). Estoy seguro que hay gente que realmente quiere llevar las cosas por lo menos con un orden más viable y positivo”.
Como parte de un ejercicio llamado “Reflexiones 2018”, rumbo a las elecciones presidenciales del próximo año, EL UNIVERSAL ha preguntado a figuras políticas, culturales y artísticas su sentir sobre el panorama en nuestro país de cara a los comicios de julio.
Saúl Hernández es líder de una de las bandas emblemáticas del rock en Latinoamérica. Con sólo cuatro discos de estudio, Caifanes se convirtió en un grupo de culto. Vendieron 300 mil copias de su primer EP.
Llenaron dos noches consecutivas el Auditorio Nacional, en 1989, algo que nunca antes había conseguido una agrupación de rock. Repitieron la hazaña años después con un concierto en el Palacio de los Deportes abarrotado y en 1995 abrieron los conciertos de Rolling Stones en la Ciudad de México.
Se cumplirán 18 años de la elección de 2000, cuando por primera vez se dio la alternancia en la presidencia. ¿Cómo llega México de cara a la próxima elección?
Llegamos a una etapa muy confusa, no veo un camino claro, veo más bien una lucha de poderes entre partidos, sin una propuesta de reforma para el país. Sigo viendo un abismo muy grande entre el Estado y la sociedad y mientras ese abismo exista, vamos a estar así. Estamos siendo atacados desde diferentes frentes: por un lado toda la historia del narcotráfico, por otro lado toda la historia de la corrupción, por otro lado a políticos que están en ambas cosas y por otro lado yo diría que la falta de sensibilidad de nuestros políticos de realmente acercarse a la gente.
Creo que no hay ahora mismo un político que realmente pregunte qué es lo que quieres en tu vida, si estás bien, si estás feliz. Nosotros como sociedad añoramos cambios, necesitamos muchas cosas, no veo eso en el entorno político en México. Veo todo muy cuadrado, nuestra política necesita una renovación.
¿Crees que la alternancia política de verdad le dio un nuevo rumbo al país?
Estamos hablando de una alternancia, queremos un mejor gobierno, mi pregunta también sería ¿estamos preparados para un buen gobierno? Creo que esta es una simbiosis, vamos a trabajar juntos, tú me ayudas y yo te ayudo.
Somos una sociedad que nos atacamos mucho todavía, no respetamos y eso se ramifica en muchas acciones en nuestra vida como comunidad. No debemos sólo soñar que solamente unas elecciones presidenciales lograrían un cambio, que es muy importante, pero es que también la corrupción es muy grande, todo está muy corrompido. Te desilusiona ver finalmente cómo tu voto puede servir, pero va a servir a quien lo vaya a poder aprovechar.
¿Qué características debería tener el próximo presidente de México?
La intención de realmente acercarse a la gente, tener apertura intelectual y sensibilidad política. El camino que estamos llevando no es el adecuado y debe aceptarlo y tener la entereza de cambiarlo. Va a ser difícil el paquete para el nuevo presidente porque están todos fraccionados, hay mucha desilusión. Hay mucha violencia y, sobre todo, creo que la confianza está completamente dañada y es muy difícil recuperarla.
Es el momento de ya no dar un paso atrás y por eso insisto en que si llega un político que tenga esta sensibilidad, entrará en una dinámica de comprensión, de credibilidad y de empezar a trabajar una confianza hacia la sociedad.
¿Consideras que la elección presidencial realmente sea un motor de cambio en el país o cómo se tendría que dar ese cambio, qué podría impulsarlo?
Debemos partir de un trabajo en conjunto, lo tenemos que hacer todos, no sólo el presidente, no sólo la sociedad con la intención de ir cambiando. Tenemos que hacer a un lado los moldes e ir a la esencia que mostramos ahora con los sismos, que fue impresionante, un ejemplo de unidad, de civismo, fuerza, amor, esa esencia, no podemos ya soltarla. Me parece que eso es un ejemplo muy claro de que México está preparado para emprender algo muy positivo, muy hermoso, muy bueno.
“2018 puede ser un gran año para México: Guillermo Ortiz”
- El ex gobernador del Banco de México (Banxico), Guillermo Ortiz, es claro sobre el panorama económico que puede tener el país en 2018 con la presión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y las elecciones presidenciales. Si bien estos factores mantienen un elevado grado de incertidumbre sobre el futuro del país, hay condiciones que podrían llevar a la economía a tener un buen desempeño el año próximo.
"Los inversionistas son optimistas sobre el futuro del país": Guillermo Ortiz
El hoy presidente de la firma financiera BTG Pactual en el país, considera que si México sortea ambos temas coyunturales, 2018 puede ser un gran año de crecimiento.
“Los inversionistas son optimistas sobre el futuro del país. Obviamente estamos enfrentando un alto grado de incertidumbre por el TLCAN y las elecciones. Si ambos se superan exitosamente yo creo que va a ser muy buen año para México”, afirma.
En entrevista con EL UNIVERSAL Ortiz resalta que la estabilización de la producción petrolera, aunado a un mayor gasto por los comicios federales son factores positivos para la economía hacia los próximos meses.
Así, explica que el factor que ha estado arrastrando a la economía mexicana en años recientes es la caída de la producción petrolera y de las exportaciones.
“El sector minero que incluye al petrolero está restando como un punto de crecimiento por año desde por lo menos hace dos años y llevamos 36 meses con recesión en el sector. Viendo hacia 2018 si la producción petrolera se estabiliza, que es lo que espera Pemex, vamos a dejar de tener este arrastre negativo sobre la actividad económica y esto va a ser positivo”.
Continuidad
Hacia las elecciones de 2018, comenta que según el tono que lleven las campañas de los posibles candidatos, podrá percibirse su impacto sobre las decisiones de inversionistas.
“El tema electoral va a pesar sobre el ánimo de la inversión, pero es muy difícil a estas alturas hacer alguna predicción sobre temas electorales y también qué tanto las campañas van a impactar el tema de confianza”.
Sin hablar en específico de candidatos y propuestas de gobierno, Ortiz destaca que a México le conviene mantener la estabilidad económica construida en los años recientes.
Destaca como otro reto continuar implementando las reformas estructurales que han comenzado a mostrar los primeros beneficios para el país. “La reforma energética ha sido exitosa en cuanto a las subastas de los campos petroleros, pero para que se traduzca en un incremento en la producción va a pasar tiempo. La reforma educativa es fundamental”.
Ortiz destaca que el tema pendiente en el país es la aplicación del Estado de derecho, factor que ha llevado a México a reprobar en todos los indicadores internacionales sobre cumplimiento de leyes y corrupción.
“En todos los indicadores México no sale nada bien evaluado. Estos temas relacionados con el Estado de derecho, particularmente la corrupción, en varios países en América Latina que tienen elecciones el año próximo serán temas definitorios”, dice.
Incertidumbre radical
Sobre el rumbo que han tomado las negociaciones de TLCAN, Ortiz afirma que se tiene la confianza de alcanzar un acuerdo entre México, Estados Unidos y Canadá que satisfaga sus intereses comerciales; sin embargo, el modo en que se ha presentado el gobierno de Donald Trump mantiene la duda sobre el rumbo del principal acuerdo comercial del país.
Destaca que hay presión extra ante la intención de EU de concluir la reforma fiscal propuesta por el actual gobierno en los próximos meses.
Para Ortiz los primeros días de diciembre serán cruciales para ver si lo avala el Senado estadounidense, aunque muy probablemente se vaya hasta el próximo trimestre pese a que los republicanos tienen una gran urgencia para sacar dicha reforma.
“En la medida en que los republicanos y Trump tengan una victoria legislativa al haber aprobado la reforma fiscal tendrán menos presión política de desmembrar el TLCAN. Por eso resulta tan complicado hablar de esto, es un tema de incertidumbre radical en el sentido de que no se le pueden asignar probabilidades a que el desenlace sea favorable o desfavorable”.
El reto inflacionario
Ortiz añade que después del pico que alcanzó el índice de precios al consumidor durante 2017, es posible que regrese a sus rangos objetivo en 2018.
“Sigo pensando que vamos a tener una caída importante en la inflación y que es muy factible que el próximo año, sino llega a la meta de 3%, estará en la parte superior del rango, porque los dos shocks más importantes para la inflación fueron dos, la parte energética y el tipo del cambio”, dice.
En su opinión, aún se espera volatilidad en los mercados dependiendo del rumbo que tome la renegociación del acuerdo comercial.
No obstante, los factores coyunturales que mantienen presión sobre el desarrollo de la economía, destaca que los inversionistas internacionales se fijan en la parte de congruencia macroeconómica que ha mantenido el país en años recientes.
“El tema fiscal fue decisivo para que las calificadoras no nos bajaran la nota y yo creo que están entusiasmados con el tema de la reforma energética no sólo en la producción, sino también la logística. Va a ver inversiones muy importantes. Continúa una inversión fuerte en la industria manufacturera, en energía renovable y también en el sector servicios. México debe aprovechar esta parte del ciclo económico mundial que por primera vez desde la gran crisis tenemos crecimiento en todos los países avanzados, Europa, Japón, pero también en países en desarrollo”, explica.
Destaca nuevo cargo de Carstens
La llegada de Agustín Carstens como director general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) consolida la presencia de México en las grandes instituciones financieras mundiales, considera el ex gobernador del Banco de México.
“Es muy importante la presencia de México en el Banco de Pagos Internacionales. Durante mi gestión como gobernador del Banco de México, el gobernador del Banco de China y yo fuimos los dos primeros no miembros del G-10 que fuimos parte del Consejo. Eventualmente yo fui presidente del Consejo de Administración. Ahora con Agustín siendo director general del banco tampoco se había dado el caso. Esto es un hit importante para México”, comenta.
Sobre los cambios en el Banco de México, Ortiz menciona que se trata de una de las instituciones con mayor respeto y que ha probado a través de los años su impacto sobre el buen desempeño de la economía mexicana.
“El banco tiene una base legal muy sólida en relación con su autonomía. Es uno de los pocos bancos centrales en el mundo que tiene una base constitucional que garantiza la autonomía, pero también e igualmente importante es la autonomía, y el banco central ha demostrado a través de los años que es autónomo y seguramente esto continuará. Es una de las instituciones más importantes y respetadas del país y que tienen un gran impacto sobre el desempeño congruente de la economía”, finaliza.
“La gente ya no es extra en la película de 2018: Eugenia León”
- Eugenia León es una de las intérpretes más reconocidas de México. Ganadora del Festival OTI de la canción en 1985 y un Grammy latino a la excelencia, desde los inicios su carrera ha estado marcada por una necesidad de crear comunidad; considera que “un pueblo que puede cantar junto, también puede hacer otras cosas juntos”.
"La gente ya no es extra en la película de 2018": Eugenia León
A través de sus canciones Eugenia habla de la violencia y la inseguridad que se vive en nuestro país. Recientemente, lanzó el disco Una rosa encendida, donde reúne las letras de jóvenes escritores. De cara a las elecciones de 2018, la artista mexicana reflexiona y comparte sus puntos de vista con EL UNIVERSAL.
¿Cuál es tu pronóstico para 2018?
Creo que es un año muy complicado, porque quienes han detentado el poder económico y político de este país no van a soltar su hueso, no van a soltar la presa.
Es demasiado el dinero que se juega en estas elecciones, pero también sabemos que hay una movilización espontánea de la gente que cada vez está más consciente de las cosas que ya no quiere tener.
¿Qué opinas de los candidatos independientes?
—Me parece muy sano. Es señal de que las cosas en los años siguientes pueden empezar a cambiar; que pueda haber una presidenta mujer, aunque en esta ocasión a lo mejor no la dejen llegar, es una señal de que la gente está hablando, de que está presente, de que ya no es una escenografía o extra de una película en la que nomás hacemos bulto.
Me parece muy bien que haya candidatos independientes, que los propios partidos se den cuenta que no se puede estar siempre a partir de las negociaciones entre grupos, que la sociedad no tiene por qué estar alienada a lo que diga el comité central de equis partido o a sus propias negociaciones con otros partidos.
¿Te han pedido o te gustaría ser parte de campañas políticas
De partidos definitivamente no, pero me quiero dar mi tiempo para ver qué está pasando con los demás, tampoco voy a decir por quién voy a votar porque es un asunto de discreción.
Estaré atenta, estaré mirando y observando las campañas con mucho interés, al igual que todos, pero esto va más allá de la logística y de todo lo que usan ahora los partidos políticos de creer que promocionar a un candidato es como si fuera un actor de telenovela o quién es el que está mejor peinado, quién es el que tiene mejor look, se me hace tan frívolo todo esto... Por tus obras hablarás.
Si alguien ha sido funcionario y hoy es candidato, pues hay que saber qué hizo antes; antes de prometer el oro y el moro hay saber cuál ha sido el resultado de su gestión como funcionario; al igual que con los candidatos independientes, tiene que haber una historia que los respalde o van a poner nada más como estampita a alguien y que el negocio lo hagan los que están atrás.
¿Qué debe tener el próximo presidente o presidenta del país?
—Primero, debe ser alguien que trabaje para erradicar la corrupción porque eso nos ha hecho un daño brutal; en nuestra vida diaria vemos corrupción, no sólo en los niveles políticos, tenemos que comulgar con el ejemplo desde lo mínimo hasta lo macro.
¿Qué opinas sobre el abstencionismo o la anulación del voto?
—Conozco a amigos a los que nunca les he insistido que voten, siguen creyendo que no votar es sus postura de protesta. Anular el voto… de todos modos los votos que van a valer son los que están ahí a la hora del conteo y, claro, va a haber cosas de que se robaron la urna completa, habrá gente de un partido a la que ya le pagaron para que el otro partido gane.
¿Entrarías a la política?
—¡Nombre! Por dios, ya tengo bastante con lo que hago, con mi música, yo no sirvo para eso, pero si hay alguien que considero con cierta decencia, con un historial de ser una persona honrada, con espíritu de servicio, cual sea su profesión, yo le aplaudo porque es un trabajo muy difícil, entras a un mundo muy fangoso, me da escalofríos porque tienes que saber cómo mover el abanico. Tienes que aprender ese lenguaje y gente como yo soy incorrecta en todos los sentidos.
¿Qué le dices a la gente que no le interesa votar?
Aunque sea por inercia, votemos, votemos aunque mil veces se roben las urnas porque no hacerlo es anularte a ti mismo, hay quien dice: ya no tengo hijos porque para qué, ya no voy a cantar porque para qué o a comer porque para qué vivo, pero eso es un suicidio continuo y aunque nos dé mucha rabia y sigamos sabiendo o nos demos cuenta de las trácalas, sigamos manteniendo esa presencia como sociedad porque es el momento donde hay que expresarnos y la esperanza muere al último.
¿Crees que en este escenario podría haber espacio para la justicia y la democracia?
Tiene que haber. Si no creyera mejor me dedico a otra cosa, pero no tengo derecho a decir que no se puede, no tengo derecho a decirle a mi hijo que México está perdido, tiene 20 años, cómo podría renunciar a la esperanza, cómo le diría eso a un niño de primaria que sueña con ser astronauta.
“En Pemex, el error de la reforma energética”
- Dejarla en presupuesto le ata a leyes que dificultan su desempeño; dice que en 2018 se verá mucho populismo de derecha e izquierda
Jesús Reyes Heroles González-Garza, presidente de EnergeA.
Mientras que la aprobación de la reforma energética trajo cambios importantes que son visibles con la presencia de capital privado en la industria petrolera del país, el gran error de ese ajuste histórico al esquema jurídico involucra a Petróleos Mexicanos (Pemex).
El problema es que a pesar de las modificaciones en la legislación, la empresa petrolera nacional se conserva dentro del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), lo que significa mantenerla atada a una serie de normas y leyes que complican su desempeño.
Así lo percibe Jesús Reyes Heroles González-Garza, quien fue director general de Pemex entre diciembre de 2006 y septiembre de 2009, en el sexenio de Felipe Calderón, y también secretario de Energía, de 1995 a 1997, en el gabinete de Ernesto Zedillo.
“Tenemos a un Pemex que ha estado pasmado durante toda la administración, además con la mala nota de que, como la dejaron en el presupuesto, que considero que es el error de la reforma energética, la han seguido manteniendo bajo control y siguen sacándole recursos, nada más que de repente se les acabaron cuando se cayó el precio del petróleo, pero sigue sujeta a toda la normatividad”, afirma el presidente de EnergeA en entrevista con EL UNIVERSAL.
Durante su periodo al frente de la entonces empresa paraestatal, la producción de crudo mostraba una tendencia decreciente, ocasionada por la declinación natural del megayacimiento Cantarell, el cual tuvo su mejor año en 2004, con un volumen extraído de 3.4 millones de barriles diarios.
Menciona que durante la Ronda Cero de asignación de bloques petroleros, luego de aprobarse la reforma energética en 2013, Pemex recibió asignaciones muy importantes, pero para llevarlas a cabo casi “tiene que cambiarse la ley de la gravedad”.
Y es que antes de concretarse los cambios al esquema jurídico, se estaban perdiendo oportunidades muy importantes, dice el también columnista de EL UNIVERSAL.
Sin embargo, en general la reforma vino a dar una nueva cara al sector energético y su implementación ofrece claroscuros.
Hay un desastre en la definición de las funciones y responsabilidades, dice, y ello se refleja en un desorden en materia de finanzas públicas.
Aunque hay avances en materia de la recaudación efectiva, los gobiernos de los estados prácticamente no participan en el cobro de impuestos, salvo en casos como el del impuesto sobre las nóminas.
“Tenemos un hoyo fiscal del orden de unos tres o cuatro puntos (porcentuales) del Producto Interno Bruto a nivel de los estados. Si nos bajamos un nivel más, los municipios no cobran impuestos, no cobran el predial, que es el único impuesto patrimonial importante que tenemos en el país y una fuente fundamental para que puedan operar las municipalidades”.
Entorno complicado
Sin detallar el nombre de aspirantes a las candidaturas, advierte que rumbo a las elecciones presidenciales de 2018 se verá mucho populismo, tanto de derecha como de izquierda, durante las campañas electorales.
Sin embargo, es imperativo que exista un debate interno con mucha seriedad en los partidos políticos para tener las mejores propuestas en el proceso electoral.
“Contribuiría que los partidos políticos le pusieran más peso y énfasis al debate interno, pero documentado e informado”, considera.
Lo serio debe prevalecer frente a lo trivial, afirma, porque no hay un discurso articulado de ningún partido político, cuando se requieren propuestas que atiendan las necesidades y la problemática del país.
En el ámbito político hasta ahora el conflicto ha dominado sobre los planteamientos, abunda Reyes Heroles González-Garza, lo que impide tener un debate de calidad para abordar temas prioritarios de agenda nacional.
“Todo es un conjunto de descalificaciones, insultos, que lo que han hecho es denigrar el concepto del político. ¿Quiénes son los más desprestigiados en la sociedad? Los partidos y los políticos”, subraya.
Sin embargo, el ambiente político se ha visto seriamente afectado por el grado de corrupción que se registra en algunas instancias de gobierno, señala, lo que se traduce en mantener atadas las opciones de un desarrollo económico más robusto.
Retos inmediatos
El país tiene estabilidad financiera, aspecto que el próximo gobierno deberá mantener, luego de que desde hace casi 20 años se han mantenido en niveles favorables la inflación, las tasas de interés y el tipo de cambio, aunque con movimientos explicables. “Esto es un activo enorme para México”
Sin embargo, pese a esa estabilidad, el consenso apunta a que la economía del país debería crecer a un mayor ritmo a 2%, cuando otros países similares pero que no han aprobado reformas estructurales como México tienen tasas de expansión más altas y su ingreso per cápita ha subido más rápido.
Además, el presidente de EnergeA afirma que la tasa de crecimiento de la inversión no es suficiente para consolidarse como un motor de desarrollo económico mexicano, y ante ello se debe buscar un esquema que permita potenciar sus flujos.
Además, agrega, el modelo federalista está colapsado y no sirve para la realidad actual del país, lo que entorpece la meta de acabar con rezagos. Este desgaste del federalismo es visible sobre todo en educación, salud y finanzas públicas.
¿Te han pedido o te gustaría ser parte de campañas políticas
De partidos definitivamente no, pero me quiero dar mi tiempo para ver qué está pasando con los demás, tampoco voy a decir por quién voy a votar porque es un asunto de discreción.
Estaré atenta, estaré mirando y observando las campañas con mucho interés, al igual que todos, pero esto va más allá de la logística y de todo lo que usan ahora los partidos políticos de creer que promocionar a un candidato es como si fuera un actor de telenovela o quién es el que está mejor peinado, quién es el que tiene mejor look, se me hace tan frívolo todo esto... Por tus obras hablarás.
Si alguien ha sido funcionario y hoy es candidato, pues hay que saber qué hizo antes; antes de prometer el oro y el moro hay saber cuál ha sido el resultado de su gestión como funcionario; al igual que con los candidatos independientes, tiene que haber una historia que los respalde o van a poner nada más como estampita a alguien y que el negocio lo hagan los que están atrás.
Era Trump
Ni en Estados Unidos ni en México se supo leer adecuadamente la serie de acontecimientos que llevaron a Donald Trump a la Casa Blanca, pero su mensaje llegó a un sector de la población que estaba cansado de políticas a la vieja usanza.
Como ex embajador de México en Estados Unidos, Reyes Heroles González-Garza explica que pese a la controversia que se generó durante la campaña del magnate por sus afirmaciones contra los mexicanos, así como por sus cuestionamientos sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), lo importante es actuar en favor de mantener la relación bilateral en el largo plazo.
“Lo que tenemos que tratar de hacer es mantener la cordura, los lazos de amistad y los intereses comunes en las muchísimas cosas que nos vinculan y que nos relacionan”.
El de Trump es un fenómeno que ha afectado a mexicanos como consecuencia de sus posiciones sobre la relación bilateral, pero cada vez empieza a afectar a más estadounidenses e incluso a ciudadanos de otros países, en los cuales empieza a haber grandes preocupaciones sobre su capacidad como mandatario para ser un actor responsable y efectivo en la solución de problemas internacionales, dice.
Sin embargo, Reyes Heroles González-Garza considera que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto ha actuado de manera correcta frente a un personaje como Trump, y tiene la ventaja de que podría endurecer su postura si lo considera necesario en algún momento.
“Hay que ser siempre la parte prudente, y creo que el gobierno de México, sobre todo en la renegociación del TLCAN, pero también de manera más general, ha venido jugando el papel de ser la parte más responsable, pero no quiere decir que no pueda hartarse un día de serlo”, afirma.“Trump llegó, estará un tiempo y hará muchas cosas, unas buenas, otras malas, y después de eso ya no estará”
“AMLO, priísta disfrazado de rojo: Javier Sicilia”
- Partidocracias secuestraron la democracia, critica; AMLO no es la solución, “es un priísta disfrazado”
“AMLO, priísta disfrazado de rojo: Javier Sicilia”: Javier Sicilia
En la voz de Javier Sicilia, fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, no hay clemencia para bosquejar un desastre en la política mexicana:
“Veo un escenario de la política en el país trágico, cada vez peor. Creo que el país está absolutamente colapsado y que el sistema político de partidos no esta funcionando, son parte del problema, y la prueba más clara es la cantidad de gobernadores perseguidos, las grandes alianzas por intereses partidistas, económicos; las mismas partidocracias y una lejanía muy grande de la realidad, es su emergencia nacional y de tragedia humanitaria”
Sin embargo, Sicilia, promotor del último movimiento social que traspasó fronteras para exigir un alto a la violencia, guarda un halo de esperanza para refundar a México mediante un sistema democrático.
Habla de una reserva moral contenida en el Movimiento Zapatista, el Movimiento por la Paz, Cuauhtémoc Cárdenas, el padre Alejandro Solalinde, “por desgracia afiliado mucho con Morena”, señala; algunas autodefensas y policías comunitarias. Allí, expresa, están todos aquellos que traen algo nuevo que le sirve a la nación y con una ética de la que está ausente la actual clase política.
Actual responsable del departamento de Comunicación en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Javier Sicilia, parafrasea a Carl von Clausewitz, teórico de la ciencia militar moderna, para definir que “la política es la continuación del crimen por otros medios”.
Eso es lo que está sucediendo, dice, porque las partidocracias secuestraron la democracia, la redujeron a una representación partidista que llegó a grados de corrupción tan grandes que ya no funcionan en un panorama democrático. Se volvieron parte del problema y no lo van a solucionar.
El Frente Ciudadano y AMLO
El escritor y poeta también se da tiempo para hablar del Frente Ciudadano por México, conformado por PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, para las elecciones de 2018 y sostiene que en la agrupación hay personajes “muy deleznables”.
Simplemente, apunta, “la [Alejandra] Barrales, que ha callado cosas que ha hecho su partido en otras gubernaturas dejando justamente al garete la vida política. “Hay gente que no representa verdaderamente los intereses de la nación, sino los intereses del partido y su búsqueda de trepar y de hacer de la vida política o de los cargos públicos una forma del negocio”, afirma.
El escritor considera que el Frente es una gran mascarada, una cortina de humo que permite seguir utilizando al gobierno para enriquecerse y apoyar intereses que nada tienen que ver con las necesidades de la gente.
¿Y Andrés Manuel López Obrador es la opción?
—Por supuesto que no. Ya lo vimos con el caso de [Ricardo] Monreal, es la misma historia. López Obrador es un priísta disfrazado de rojo. Ese es mi punto de vista, es un tlatoani más, ya la vida de los tlatoanis no nos sirve para nada, y López Obrador reproduce aquello donde se cultivó, que es el priísmo. Tiene la estructura del PRI y trabaja así.
Por supuesto que no. Ya lo vimos con el caso de [Ricardo] Monreal, es la misma historia. López Obrador es un priísta disfrazado de rojo. Ese es mi punto de vista, es un tlatoani más, ya la vida de los tlatoanis no nos sirve para nada, y López Obrador reproduce aquello donde se cultivó, que es el priísmo. Tiene la estructura del PRI y trabaja así.
El colapso político-social
En marzo de 2011, Javier Sicilia convirtió su activismo de las letras en una lucha de masas contra la violencia luego del asesinato de su hijo Juan Francisco, de 24 años, por el crimen organizado.
En su oficina de la UAEM, afirma que el problema de México es grave y la gente no quiere entender que el país colapsó, que los partidos no funcionan y que necesitamos refundar a la nación de otra manera.
Con las elecciones presidenciales en puerta, el poeta adelanta la repetición de una vieja historia y la ilusión de un país por creer que con un nuevo presidente o un nuevo partido en el poder van a cambiar las cosas. Para Sicilia, la nación está para una verdadera coalición, dejando a un lado intereses grupales y buscar salir adelante en unidad.
Por esa razón sugiere detonar una revolución no violenta, a fin de cambiar las reglas de la democracia y atacar a la corrupción, la miseria, la violencia y la inseguridad.
¿Hay alguien en el país que pueda representar una nueva causa democrática?
—No, yo creo que debería ser un colectivo justamente. ¿Personajes? Ahí está Emilio Álvarez Icaza. Creo que por ahí esta el camino, pero no hay la voluntad por parte de ellos de hacer esta coalición necesaria, se vuelven parte de la fragmentación y del colapso que está viviendo el país desde hace 12 años.
¿Si la gente vive este colapso, ¿por qué sigue votando por estos grupos de poder?
—Por la corrupción misma, ya lo vimos en el Estado de México, son hijos de la corrupción, hijos de la necesidad, de la miseria. La mayor parte de la gente en este país no tiene una conciencia ciudadana, está viviendo al día. No están politizados, los venden rápidamente.
¿Cómo serán las elecciones?
—La ciudadanía está aterrorizada. A veces pienso que esto es una nueva forma, una mutación del estado de las dictaduras, porque su base está en crear miedo y generar una terrible violencia para mantener cotos de poder, y se pelean entre ellos para mantener este estado.
Esa es la disputa que tienen en los partidos, quién se va a quedar en la administración de esta nueva forma de la dictadura, basado en el miedo o el sometimiento de la gente, y casi con una estructura de rastro, bovina, esperando a ver cuándo nos toca.
Es un escenario catastrófico
“Sí, yo soy muy catastrofista, es el diagnóstico correcto, sino nos atrevemos a ver la catástrofe no vamos a ver la salida, negarlo simplemente ayuda que la catástrofe siga.
Hay temor de algunos sectores de que México se convierta en un Venezuela, que de acuerdo con él, “es de Walt Disney en comparación a lo que vivimos, pero no nos atrevemos a vernos, preferimos estar señalando como esos seres mezquinos que viven mirando el Talk Show, mira que mal están. No, hay que empezar a vernos a nosotros mismos para salir del problema, esto es peor que Venezuela.
“El partidismo debe terminar”
- Los partidos carecen de propuestas, considera; ahora los mexicanos votarán por las personas
“El partidismo debe terminar”: Jorge Ortiz de Pinedo
Productor, director, actor y escritor desde hace 60 años, Jorge Ortiz de Pinedo ha impulsado el teatro y el humor en México, país en el que ha vivido, que adora y del que, dice, espera salga un candidato en 2018 que le dé seguridad a su pueblo.
El realizador de los programas Dr. Cándido Pérez y Una familia de diez ha creado una tradición teatral que está cultivando en sus hijos Oscar y Pedro.
Además de producir las obras El fantasma en el espejo, La última sesión de Freud y Una familia de diez y administrar el nuevo teatro Royal Pedregal, ha apoyado programas como Médico en su casa, que el gobierno de Miguel Ángel Manera ha impulsado en la Ciudad de México y hoy hace una reflexión sobre 2018.
¿Qué tanto le interesa la política a Jorge Ortiz de Pinedo?
Creo que a todos nos interesa la política, en una medida mayor o menor; la política es parte de la vida de un pueblo y obviamente, aunque no queríamos, al hablar de nuestras necesidades, de nuestras carencias, de nuestras posibilidades de avance, es hacer política, entonces a todos yo creo nos interesa la política.
Vamos a entrar a etapa de elecciones, a escuchar propuestas, ¿ve usted a algún partido fuerte para estas elecciones de 2018?
—Yo lo que he visto en México es que carecemos de propuestas. Los partidos políticos, más que decirnos cuáles son sus lineamientos, la metas que tienen o cómo van a solucionar los problemas del país, se la pasan peleando entre ellos por votos y ese es el gran error, pero es lo que está sucediendo en México.
Con el terremoto, los partidos se dieron cuenta, y los mismos políticos, de que no son tan necesarios, la gente salió a la calle a cuidarse ella misma. Hay un reclamo natural contra la política de este país, de que están más preocupados de sus posiciones políticas que por los problemas y carencias del pueblo, y el problema, todos lo sabemos, son la impunidad, la corrupción y la gran apatía.
¿Qué ha pasado con la leyes en México? Se han tergiversado de tal manera que de repente nos damos cuenta que las leyes están casi hechas para violarlas y la gente está muy enojada con esa política
¿Cómo ve el panorama?
-Estas próximas elecciones la gente ya no va a votar por los partidos, va a votar por las personas; quiénes son los candidatos, de qué partidos o independientes, no sé qué va a pasar y cuántos independientes va a haber; les han puesto tantas trabas a los independientes que va a ser difícil, habrá uno o tres que alcancen la meta de ser candidato a la presidencia, piden 800 y tantos mil votos. ¿Cómo las van a conseguir? No lo sé, porque no se les da acceso a escuchar las propuestas, en radio, en televisión o en prensa, para saber qué piensan estas personas que aspiran a un puesto de elección popular.
¿Qué piensa justamente de las personas que dejan su cargo para buscar otro puesto?
-Ese es un problema que hay en nuestra ley, que está muy difuso y entonces los llaman chapulines porque brincan de un lado a otro, no terminan sus gestiones. Se supone que los son designados sí, pero los que han sido electos, a quienes hemos elegido en cualquier parte de la República para que sean presidentes municipales, legisladores, gobernadores, tienen un cargo público porque han sido electos por el pueblo ¿esas personas tienen derecho a dejar su puesto? Parece que la ley dice que sí, nada más que con cierta anticipación y esto crea una confusión muy grande, porque en lugar de que estén dedicadas a hacer política a la buena, a cuidar a su pueblo, a legislar para la gente, están buscando puestos, entonces brincan de un lugar a otro.
¿Cuál es la vocación de estas personas? Tendría que ser una vocación de servicio al pueblo, les estamos pagando para que gobiernen para la mayoría, respetando las étnias, las minorías, los derechos humanos, pero cuando uno ve que no hay esa vocación y que se mientan la madre en la cámara, que se insultan y que van por grupos, te desanimas.
¿Por quién votaría?
—No sé por quién voy a votar. Para empezar, el voto se supone que es secreto y uno debe guardar esa secrecía; en segundo lugar, los personajes públicos tienen que ser muy cuidadosos en lo que dicen. Trataría de confiar en mi percepción para elegir una buena persona, un buen mexicano, un buen funcionario que nos ayude a salir adelante y no sólo por el color, que me parece muy arriesgado, el partidismo debe terminar.
En un país donde la mitad de los gobernadores están en la cárcel o están fugados o juzgados, te tiene que dar un temor espantoso.
¿Si la gente vive este colapso, ¿por qué sigue votando por estos grupos de poder?
—Por la corrupción misma, ya lo vimos en el Estado de México, son hijos de la corrupción, hijos de la necesidad, de la miseria. La mayor parte de la gente en este país no tiene una conciencia ciudadana, está viviendo al día. No están politizados, los venden rápidamente.
¿Cuál considera que debe ser una prioridad en 2018?
—La gente está temerosa de salir a la calle, según las estadística 10% de la gente no sale en la noche a la calle por miedo, están preocupados por sus hijos que salen a la escuela y no regresan. Qué puede ser más importante para un gobernante que darle seguridad a su pueblo. La tranquilidad es lo más parecido a la felicidad, pero si estás intranquilo porque la policía es corrupta, los abogados no son éticos, los jueces pueden ser corrompidos, todo eso va haciendo mella en el mexicano.
Esa es la disputa que tienen en los partidos, quién se va a quedar en la administración de esta nueva forma de la dictadura, basado en el miedo o el sometimiento de la gente, y casi con una estructura de rastro, bovina, esperando a ver cuándo nos toca.
¿Qué mensaje les daría a los candidatos a la presidencia?
A ver si alguno habla de cultura, porque las campañas que escucho hablan de que van a dar dinero, que harán carreteras o colonias con sus nombres, pero qué van hacer con la pobreza y que hablen también de la cultura, porque ésta ayuda y un pueblo sin entretenimiento, sin baile, sin música, sin lectura, está condenado a la violencia.
“Preocupa que comicios de 2018 sean violentos”
- Teme que haya dificultades para armar mayoría en el Congreso
- Titular de la FEPADE debe estar antes de diciembre, declara
Jacqueline Peschard, presidenta del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, advierte que de cara a los comicios de 2018 hay varios riesgos, por ejemplo, que se dé un proceso muy cerrado y eso detone una fuerte confrontación política e incluso violencia.
Asegura que ese escenario también generará un problema de fragmentación de las fuerzas políticas y de las candidaturas. Indica que es difícil que el ganador obtenga una votación importante y espera dificultades para armar una mayoría en el Congreso.
Declara que entramos a una jornada con un sistema de procuración de justicia que está totalmente trunco, sin procurador y sin titular en la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE). Afirma que en 2018 el combate a la corrupción será un tema que gravitará en todas las campañas.
Advierte que todas las encuestas dicen que los menos confiables son los partidos: “¿Será una lucha para ver quiénes son menos corruptos o harán planteamientos o propuestas concretas de cómo enfrentar el problema? No quiere decir que la elección será de los independientes porque tampoco sabemos cuántos y quiénes se van registrar, pero hay una desconfianza en la gestión de la política”, señala.
En un su cubículo de la Unidad de Posgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), examina el panorama desde su experiencia en materia electoral, pero también como experta en transparencia y rendición de cuentas, por ello critica que se hizo un compromiso político para un Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) que no sólo persiguiera e investigara las redes de ese problema, sino que armara fortalezas y mecanismos institucionales de colaboración, pero hay obstáculos y formas de bloquear al sistema.
Peschard Mariscal es doctora en Ciencias Sociales por El Colegio de Michoacán y maestra en Ciencia Política por la UNAM. Fue consejera electoral ciudadana del entonces IFE, que encabezó José Woldenberg, y comisionada presidenta de ese organismo, hoy Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai).
¿Cómo ve al país de cara al proceso electoral 2018?
—Está metido en una problemática muy complicada, se hizo un compromiso político para un Sistema Nacional Anticorrupción que no sólo persiguiera a las redes, sino para que se armaran fortalezas institucionales y mecanismos de colaboración para lograr ese propósito y ha habido obstáculos y formas de bloquear el desarrollo del proceso.
¿Qué obstáculos?
—No se cumplieron con los nombramientos [como el del fiscal y los magistrados anticorrupción]. Falta un mecanismo abierto. Nos enfrentamos a resistencias de las entidades públicas, no sólo del poder gubernamental, sino de todos para cumplir en los compromisos de avanzar en el sistema, estamos a cuatro meses de que el sistema debería estar concluido.
Lo que vemos es que no ha habido clara decisión de las autoridades federales y estatales.
¿El combate a la corrupción será una bandera de los partidos en el próximo proceso?
—La corrupción es un tema que va a estar gravitando alrededor de todas las elecciones de 2018 y de la elección madre, que es la presidencial, pero si atendemos lo que dicen las encuestas los que se identifican como los que son los menos confiables son los partidos políticos, ¿será una lucha entre partidos para ver quién aparece como menos corrupto o por ver quién tiene un planteamiento o propuesta de controlar y enfrentar el problema de manera más eficaz?, porque la población no confía en nadie.
¿Los comicios van a ser de los independientes?
—Tampoco sabemos si hay confianza en ellos y cuántos serán. Hay una desconfianza con la gestión de la política. Estoy segura de que el tema de la corrupción va a estar gravitando y la sociedad civil va a querer que los distintos candidatos se pronuncien sobre los compromisos que van a asumir en el combate en este ilícito, también creo que convertirse en abanderados en el combate a la corrupción les va a ser un poco difícil por esta falta de confianza.
¿Algunos piensan que los independientes son una bocanada de aire fresco a la política?
—El ideal sería que así como a los aspirantes de un partido se les exige solidez, también se le debería exigir a los independientes, no sólo porque van sin partido, a ellos se les debe exigir lo mismo, cuáles son sus programas y cómo van a trabajar.
Son una bocanada de aire fresco, es sumar la oferta política, pero en esa ampliación hay una fragmentación, me gustaría que fueran pocos independientes, pero muy sólidos.
¿Esta falta de confianza en la política no le preocupa de cara a 2018?
—Me preocupa, más allá de lo electoral. La sociedad no está empeñada en un fortalecimiento institucional.
En el Latinobarómetro uno encuentra que la gente está pertrechada en defender espacios casi familiares frente al repudio y hartazgo de las instituciones públicas, los políticos y la política. No hay interlocución para que la sociedad diga: ‘¿Cómo fortalezco las instituciones?’, y no que diga: ‘¿Cómo me defiendo sola de un mar de corrupción, de falta de funcionamiento de las instituciones y de un Estado de derecho muy débil?’”.
¿Qué tipo de campañas habrá el próximo año?
—Serán muy competidas. Pensábamos que había un candidato con una enorme ventaja, pero ahora vemos que era porque era el único partido con abanderado, hoy hay mucho debate, hay posibilidad de que una vez que estén los otros aspirantes de las fuerzas políticas y los independientes, que haya mucho mayor confrontación.
El problema que veo es una fragmentación de las fuerzas políticas y de las candidaturas, que difícilmente se pueda sacar a un candidato con una votación importante, que no nos quedemos con un jefe del Ejecutivo con 25% de la votación y con dificultades para armar una mayoría en el Congreso. Mi preocupación es que no sólo sea de confrontación, sino que pueda ser demasiado negativa, de guerra sucia y hasta de violencia.
IRVIN OLIVARES. EL UNIVERSAL
Ese escenario, ¿nos llevaría a un retroceso democrático?
—La violencia siempre implica un reto para las instituciones, lo importante sería ver cómo los distintos candidatos y las fuerzas políticas enfrentan esto.
Las elecciones de entrada son confrontación; sin embargo, debería ser dentro de las normas pacíficas, porque son un instrumento de renovación institucional, pero veo tan enconada la lucha política que tengo temor que los propios líderes de los organismo no puedan controlar lo que desatan en estos términos.
¿Urge el fiscal y el titular de la FEPADE para la contienda?
—El que es clave es el titular de la FEPADE, es clave, no con el proceso electoral, sino con la investigación de los delitos electorales. Lo ideal sería que antes de diciembre esté el nombramiento.
¿La falta de estos personajes influirá en el electorado?
—Influyen junto con otras cosas, el tema del fiscal importa en el ánimo, porque es una figura clave que tiene que ver con la persecución de delitos y la procuración de justicia. El sistema judicial está trunco. Hay un encargado de la oficina y debería ser un trabajo institucional, más allá de la persona que lo dirige, pero sabemos que quien está al frente es importante porque asume todas las riendas. El desánimo de la gente en el plano político es mucho más amplio.
¿Qué papel debe asumir la sociedad en la próxima elección?
—Lo primero que debe asumir es la necesidad de ejercer un voto informado, lo primero es no dejar en un segundo nivel el sufragio, ni despreciarlo, porque debe ser una manera de la exigencia social y en este país mucho de lo que nos falta es una mayor exigencia social. Tenemos mucho repudio, enojo y desaprobación, pero cambiar esa desaprobación por algo más altivo. Tenemos el voto y para ello se necesita información no sólo de los candidatos, sino de sus propuestas.
¿Hace falta mayor exigencia de la ciudadanía?
—De cara a 2018 eso es algo que la ciudadanía no debería dejarlo en segundo término, porque eso puede unir distintas exigencias como mayor transparencia y rendición de cuentas. Aparecen candidatos que necesitamos saber si no tienen antecedentes o han sido objeto de una investigación.
“La democracia al 100% no existe en México”: Toño Esquinca
- Confía en el voto, no en los políticos, dice el autor del libro El efecto positivo; el cambio es individual
“La democracia al 100% no existe en México”: Toño Esquinca
Cuando era estudiante de la UNAM, Toño Esquinca recuerda que se le iba a la yugular al gobierno y a Televisa. Hoy, cuenta, ha dejado de culpar al gobierno de todo y dice que la responsabilidad del cambio comienza en lo individual pero tiene que llegar a colectividad para que genere cambios en el país en 2018, año de elecciones presidenciales en México.
¿Vas a votar en las próximas elecciones?
—Sí, claro.
¿Qué opinas de anular tu voto?
—Si anulas tu voto estás pidiendo una anarquía, una no autoridad, al pedir esto, cualquiera puede comenzar a tener su propia autoridad y se pueden gestar movimientos que no son benéficos para el país.
¿Cuál es tu pronóstico para las elecciones?
—No sé, quiero pensar que va a ser lo que sea mejor para mi país, sin embargo no lo sé porque no hay alguno de los candidatos de los que se habla que a mí me convenza.
El conductor y autor del libro Plan de vuelo recordó que hace cuatro sexenios que es consciente de los procesos electorales, por eso hoy tiene una perspectiva distinta del tema
¿Confías en la democracia?
—Yo creo que no existe la democracia en México al 100% como debería existir. Ahora, el término democracia no significa muchas veces lo mejor para el país, porque si todo se sometiera a un aparato democrático muchas veces la mejor solución no estaría en manos de quienes ganan.
La democracia no siempre es justicia o no siempre es lo mejor para el país pero es cuando uno dice: ‘¡entonces dame una alternancia!’ porque si no es la democracia lo que funciona ¿qué es el que funciona?, pues el sistema de la educación y de la historia y de las bases que tenemos como sociedad; nosotros como ciudadanos tenemos que conocer de historia, tenemos que investigar, educar a los hijos, educar a los que van a votar por primera vez en la historia y que no saben qué es el PRI, el PAN, el PRD, saber quién es quién porque si no, estamos destinados a cometer estos errores. Es generar conciencia, decir:
‘mira, ya la regamos con este sexenio, el próximo sí se tiene que hacer una diferencia aplastante’.
La verdadera democracia es aquella que te invita a tener conciencia. Debería de haber una serie de papeles o flyers —con todo el presupuesto que destinan a los partidos— donde se diga cuáles son las historias de los partidos, de dónde vienen, avalado por una institución neutra.
En su reciente libro, El efecto positivo, Toño habla del cambio que comienza en lo individual pero no debe quedarse ahí sino llevarse a lo colectivo. En una de las paredes de su oficina en Radio Centro, desde conduce en Alfa 91.3 cuelga una hoja en donde se lee que hay que hacer lo correcto aunque nadie te esté viendo.
Somos una sociedad en la que estamos encapsulados individualmente, una sociedad que tiene mucho coraje y una sociedad a casi nada de estallar pero desafortunadamente somos también una sociedad de memoria corta, por eso tenemos que estar constantemente ejercitándonos, hacernos fuertes.
¿Pero qué pasa cuando nosotros nos empeñamos a cambiar pero los políticos no están interesados en hacerlo?
—Yo creo que ahí es donde juega un papel fundamental la sociedad como lo jugó durante el sismo, que ya cuando llegaban rescatistas, la sociedad estaba organizada.
Sí creo que va a depender mucho de nosotros pero también de lo que nosotros decidamos comenzar a generar en colectividad.
Todos tenemos una sola nación y lo que queremos es ver bien a nuestro país pero hay que comenzar por ver que le vaya bien al que vive junto a ti. Comienza con tu casa, luego con el de al lado.
¿Crees que los políticos cambien o que algo pueda cambiarlos?
—Chin, sí hay alguien, no sé quién sea. No creo que la clase política pueda llegar a cambiar a menos de que haya un grupo que geste el cambio pero tiene que ser un cambio apolítico, más cívico y el civismo tiene que ver más con la espiritualidad, es ser una persona que duerme feliz, que despierta con esperanza y que se va a dormir con agradecimiento pero porque sabe que está en el correcto camino de darse a los demás. A mí también se me calienta la boca y me enojo pero al final de cuentas ése es el mensaje, es decirles que no estamos perdidos, que no pongan todos los huevos en la canasta del que va a ser presidente porque vamos a seguir igual y sí, hay una luz, una esperanza.
“Que a México no le pase lo que a EU”: Eugenio Derbez
- Eugenio Derbez afirma que no cree en los políticos y espera que el país se abra a más opciones para no votar sólo por el contrario
“Que a México no le pase lo que a EU”: Eugenio Derbez
Políticamente, considera Eugenio Derbez, México está peor que nunca. Y se dice preocupado porque ante las pocas opciones electorales pueda suceder un fenómeno similar a lo acontecido con Estados Unidos y el triunfo de Donald Trump. El actor, que comenzó su carrera a principios de los años 80 en el programa Cachún Cachún ra ra, habla del panorama político que ve en 2018, en la serie de Reflexiones realizadas por EL UNIVERSAL.
¿Hacia dónde vamos?
—De repente siento que estamos limitados, nos está pasando lo que les pasó aquí con Trump: no es que lo quisieran, lo que pasa es que no querían a Hillary (Clinton) y al no querer a ella, votaron por él. ¡No quiero que pase lo mismo en México, debe haber más opciones!
Radicado desde hace cuatro años en el país de las barras y las estrellas, Derbez no deja de ser un observador de la política nacional. Cada que puede, el histrión de 56 años regresa a tierras nacionales, como lo hizo en agosto para integrarse al rodaje de El complot mongol, encarnando a un político que enfrenta un intento de asesinato al mandatario estadounidense.
En 2018, cuando sean las elecciones presidenciales, promete que no quitará el ojo del suelo mexicano.
¿Cómo ves México desde afuera?
—Siento que México, políticamente, está peor que nunca, lo siento, lo vibro, está claro, nunca se había estado con un ambiente como el de ahora.
Ha sido terrible lo que ha pasado; sé que hay candidatos independientes, que hay mujeres, no quiero dar ahora una opinión por alguien en especial, pero sí creo es sano que haya más opciones.
Derbez reconoce que la política no es un tema que le encante, pero en 2014 el hartazgo lo hizo hablar. Durante la apertura del Teletón, en plena transmisión por televisión, el creador del Lonje Moco criticó la situación de México.
“A mí también me han asaltado, me lastima Ayotzinapa, a mí también me saca de onda que aparezca una casa en las Lomas (la Casa Blanca) y que no haya certeza de dónde vino la lana”.
Derbez afirma que nunca ha creído mucho en los políticos, menos en que serán ellos quienes resuelvan los asuntos que podrían hacer que México sea un mejor país para todos. Y lo vio recientemente, tras los sismos que sacudieron al país y que movilizó a la sociedad mexicana.
¿Crees que haya un cambio en la política o en la sociedad después de los sismos recientes?
—El sismo que pasó hace unas semanas fue de lo peor que nos ha pasado como país pero, ¿sabes? También nos demostró algo, no necesitamos de políticos, ellos ya nos han mentido mucho y han hecho poco.
Para el comediante, la tragedia hizo que no esperáramos a las autoridades para resolver la emergencia y esa es una actitud, considera, que no debe morir en las próximas elecciones.
Comenta el actor, quien ha encabezado campañas para diversas causas, como la defensa de los animales y la lucha contra la trata de mujeres, además de apoyar la recaudación de fondos para ayudar a las víctimas de los recientes sismos a través de Love Army.
Aunque su familia ha ostentado cargos públicos en anteriores administraciones —su tío Luis Ernesto Derbez fue secretario de Economía y secretario de Relaciones Exteriores en el sexenio panista de Vicente Fox y reconoció que le gustaría buscar la candidatura a la presidencia el próximo año—, el actor dice que no tiene “un gallo” y no cree tenerlo para las próximas elecciones federales. Tampoco se ve en la política.
¿Ni partido ni candidato tienes?
—Siempre he estado escuchando que la gente ha dicho durante décadas: ‘A ver si el próximo presidente hace, a ver si el nuevo gobierno es distinto, a ver si ahora nos va mejor’, no hay próximos, no creo que haya buenos candidatos para la próxima elección.
Más allá de los candidatos y partidos, creo que somos un nuevo México que quiere tomar las riendas del país y nuestras vidas, haya o no haya buenos gobernantes.
El protagonista de filmes como No se aceptan devoluciones considera que la historia ha demostrado que de alguna u otra manera pocos políticos han sido los que verdaderamente se han comprometido con el país.
“Hablar de político siendo actor a veces es complicado, pero puedo decir que estamos en un momento en el que creo que no necesitamos de los políticos, lo que necesitamos es ser más unidos y trabajar por un bien común que es México”.
“Corrupción, la pata flaca del sistema”: Graue
- Corrupción es “la pata más flaca” de la clase política, asegura el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers; afirma que la desconfianza en el sistema debilita la democracia
“Corrupción, la pata flaca del sistema": Graue
La corrupción es “la pata más flaca” de todo nuestro sistema administrativo público”, dijo el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers. En entrevista con EL UNIVERSAL, el médico oftalmólogo que este año cumple su segundo aniversario al frente de la Universidad diagnosticó al país y su sistema democrático: tiene muchos problemas, entre ellos están la inequidad, la corrupción, la impunidad y la inseguridad, “con estas características, una democracia perfecta no puede existir”, dijo.
Confió en que “por vez primera” se manifieste una “gran participación social” en el proceso electoral para elegir al Presidente y renovar la Cámara de Diputados, en el cual
Sobre la construcción de un Frente Ciudadano, Graue lo ve bien, el mayor freno que advierte está en los intereses de los propios partidos.
Señaló que la democracia “es muy costosa” y que es necesario adelgazarla. ¿En dónde debe ir el recorte? En el costo de las campañas electorales y en el Congreso de la Unión, puesto que “se me hace muy cara esta democracia y, para el costo que tiene, debiésemos aspirar a tener unas campañas electorales de alto nivel, al menos eso se merecen los ciudadanos”.
Usted es médico de profesión, ¿qué diagnóstico le da a la democracia mexicana?
—Primero voy a hacer el diagnóstico del país. Es un país que tiene unas grandes desigualdades, donde la mitad de la población está en pobreza, 30% en condiciones de vulnerabilidad social. Tiene muchos problemas. En consecuencia, se nos ha venido haciendo cada vez más inseguro y esto campea en la impunidad y la corrupción. En este país, con estas características, una democracia perfecta no puede existir.
¿Y el diagnóstico de la democracia en nuestra nación?
—Tenemos un régimen pluripartidista, de diversas ideologías que por vez primera se va a manifestar de forma muy importante. Veo venir una gran participación social en la que se va a reflejar mucho de este país desesperanzado, enojado, harto de la impunidad y la desigualdad. Para combatir este ánimo nacional hay que tener una democracia en la que los partidos participen con propuestas, distintas, por las distintas ideologías, pero que deben tener puntos de coincidencia para desarrollar a la nación. Veo una democracia que ojalá se comporte el próximo año de una forma cívica, con conciencia de [que] lo que va a votar representa el interés de los distintos cuerpos políticos de la nación. Es una democracia muy costosa, tal vez habría que adelgazarla.
¿Cómo?
—Todas las minorías deben ser representadas en los cuerpos legislativos de la nación, pero son muchos: 128 senadores y 522 diputados, con un cargo al erario de 11 mil millones de pesos que van a costar las elecciones. En un país pobre, estos costos no debieran ser tan elevados.
¿El costo de las elecciones o el costo de la democracia?
—El costo de las campañas. Se me hace muy cara esta democracia y, para el costo que tiene, debiésemos aspirar a unas campañas electorales de alto nivel, al menos eso se merecen los ciudadanos.
Desconfianza en la clase política
¿Qué riesgos va a tener esta contienda electoral?
—El principal es que la desconfianza en la clase política es alta. Tanto, que hasta el día de hoy [cuando se realiza la entrevista] tenemos 36 candidatos que se han registrado como independientes (...) Es una de las muestras del porqué y cómo está la confianza ciudadana en los partidos políticos. Como no hay confianza en los partidos, tampoco se tiene una plena confianza en el proceso.
Ojalá los partidos políticos no aprovechen esta desconfianza en la clase política para permear la desconfianza en el resultado electoral. Debemos tener confianza en las instituciones, porque las hemos construido nosotros y las hemos construido bien.
¿Qué espera del Congreso, que también se va a elegir?
—Que hagan su papel, los congresos están fundamentalmente para legislar. Deben legislar en bien de la nación. Que sean respetuosos, honorables, que busquen el interés de la nación y estén comprometidos por disminuir la desigualdad social.
¿Cuál es el llamado de la Universidad para la próxima contienda?
—A una contienda idealmente de consenso sobre el desarrollo del país, con sus variantes en la ideología de los partidos, a campañas propositivas, que no sean de denostación. Eso nos gustaría escuchar.
Así como están los partidos, ¿sería posible llegar a un debate?
—No estoy viendo que así suceda todavía, esperemos las precampañas. ¿Hay el ánimo para hacerlo? No se ha notado hasta el momento.
¿Qué va a aportar la UNAM para que estas elecciones se desarrollen de manera pacífica?
—Confianza en las instituciones, para que el país procure ir por un mejor camino.
¿Cómo ve las candidaturas independientes? ¿A un ciudadano como candidato?
—Con buenos ojos, veo que es parte de la apertura democrática: la posibilidad de que existan candidatos ciudadanos, independientes, desligados de las ideologías políticas características de nuestro sistema. No lo veo mal, tal vez sea un exceso que sean 36 [independientes]. Estoy a favor de que existan, lo cual no quiere decir que esté a favor de un candidato independiente, pero me parece una gran idea.
Propuestas con madurez
¿Cuáles son los principales retos para los independientes?
—Para empezar, lograr ser candidato y luego poder permear a la sociedad con propuestas y consenso. Que asuman sus propuestas con madurez y responsabilidad, lo mismo para los partidos políticos.
¿Usted se ve a sí mismo como candidato?
—No, ni pensarlo... ¡Ni se le ocurra!
¿Por qué?
—Para empezar no se me antoja. Estoy muy a gusto aquí, me encanta mi Universidad, yo no nací para eso.
¿No le gusta la política?
—No pertenezco a ningún partido político, no tengo credencial de ninguno. Siempre me interesa como ciudadano el acontecer político, pero hasta ahí.
¿No le gustan los políticos?
—La clase política, independientemente del color del partido, no ha podido permear con confianza hacia la sociedad. Creo que entre los distintos candidatos, como al interior de los partidos, hay gente de primer nivel en todos los sentidos.
El próximo Presidente, ¿partidista o independiente?
—Quien sea que asuma con responsabilidad su encargo, que no pretenda ser un gran líder sino que aspire a administrar este país, que consiga erradicar los grandes problemas de México o al menos encaminarlos, una mejor distribución de la riqueza, que camine por un trayecto de respeto a la ley, que no exista la fragilidad del Estado de derecho; que la corrupción se erradique en todo y que responda a los intereses de la nación.
Presidente honesto
¿Cómo debería ser el próximo Presidente de México?
—Con una sólida integridad moral, sin condiciones; trabajar intensamente por el país, por los pobres. Que sea una gente honesta y si puedes agregar a eso una experiencia política y administrativa, sería mejor.
¿Cómo ve la conformación del Frente Ciudadano por México?
—Lo veo bien, en principio. En el tema de conseguir consensos y encontrar puntos de común acuerdo para procurar un país mejor, un sistema de estos frentes y coaliciones sería bien visto. Habrá que ver si se puede consolidar realmente una coalición importante.
¿Cuáles serán los frenos de este Frente Ciudadano?
—Los propios intereses de los partidos, por supuesto.
¿Qué debilita la credibilidad de la democracia?
—La desconfianza que ha generado la clase política y que debilita un sistema electoral bien armado, participativo por parte de la ciudadanía y que tiene altos niveles de seguridad. La desconfianza debilita el resultado democrático y eso es lo que no hay que permitir.
Corrupción, el problema más grave
¿De qué pata cojea la clase política mexicana?
—La corrupción es probablemente la pata más flaca de todo nuestro sistema administrativo público y a eso hay que sumarle un cierto grado de impunidad: hay de todo, desde los extremos hasta una falta de transparencia en algunas decisiones de las políticas administrativas. Esa parte la veo débil, hay que fortalecerla.
¿Los escándalos de corrupción de los ex gobernadores van a tener un impacto en las elecciones?
—Claro, genera una gran desconfianza en esos partidos y en esa clase política que llegó al poder.
¿Cómo vio la respuesta de los partidos políticos de regresar una parte de los recursos que reciben para apoyar las labores de reconstrucción del país? ¿Es una medida populista?
—Hay de todo. Es algo muy razonable que en el momento en el que está el país, se gaste menos en campañas. El político debe tener un contacto directo con la sociedad. Todo lo que se ahorre es bueno, sobre todo en los momentos que vive la nación. En algunos podrían ser medidas populistas, si se le quiere leer así. Yo quisiera pensar que la aportación que existe de los partidos a la reconstrucción de la nación es de la mejor intención.
¿Cómo abaratar el costo de la democracia en nuestro país?
—Disminuir los costos de campaña, son altísimos. Los tiempos están bien, pero todo lo que hay alrededor de esto, los medios de comunicación, la televisión, los espectaculares, todo eso es altísimo cuando lo que se debe escuchar son propuestas.
Solidaridad de los jóvenes
¿De qué manera impactarán los sismos en el proceso electoral?
—Con mayor participación ciudadana. Todos lo vimos, la solidaridad, sobre todo, y muy particularmente de los jóvenes, que no siempre se han interesado en los cambios políticos del país y en la participación electoral. Creo que en esta ocasión los vamos a ver de forma mucho más numerosa. Se van a interesar en los problemas de la nación, fueron muy solidarios con los damnificados.
¿La clase política estuvo a la altura de la respuesta de la sociedad y de los jóvenes?
—La administración pública, en general, y la clase política, en particular, siempre se ven rebasadas por eventos como el que vivimos. Me parece que la clase política sí estuvo a la altura de las circunstancias: los partidos no utilizaron la tragedia para mermar con ella, y la administración pública estuvo rebasada, porque siempre está rebasada cuando la sociedad se vuelca, pero creo que se hizo lo posible, no estuvieron mal.
Reconocer a Fuerzas Armadas
¿Por qué no ha logrado alcanzar la administración pública a la sociedad civil?
—Parte de las instituciones es el Ejército y la Marina, que tienen a su cargo el Plan DN-III, estuvieron magníficos, admirablemente bien. Deberían recibir el reconocimiento de todos los ciudadanos. Lo hicieron muy, muy bien. Yo no vi lucrar, cuando menos no de forma significativa, a los partidos políticos con la ayuda. La ayuda llegó a los damnificados.
¿Va a haber un antes y un después de los sismos en la política de nuestro país?
—Y un presente. Siempre que ocurre un acontecimiento de esta naturaleza, cambia la sociedad, 1985 nos cambió, este 2017 nos vuelve a cambiar y en general lo hacemos para bien, para estar más conscientes y protegidos. Esa es la forma en que se construye la sociedad y la nación.
¿Cómo ve a los jóvenes y cómo incentivarlos para que participen y se involucren en las elecciones?
—Yo creo que van a participar por lo que vimos en estos días. Van a estar en las urnas manifestando su derecho ciudadano a escoger el rumbo que el país debe llevar. A nosotros nos toca propiciar el debate político, la conciencia y la importancia del voto. No propiciar campañas electorales dentro de las instituciones. Tenemos un par de proyectos con el INE para informar a los jóvenes del proceso, que se va a llevar a cabo durante los siguientes meses. Aunque no lo hiciéramos, van a participar de forma directa.
“Los políticos no quieren ideas sino votos y dinero”: Alejandro Camacho
- Alejandro Camacho, quien alguna vez fue candidato a diputado, dice que la izquierda y los independientes merecen un chance
“Los políticos no quieren ideas sino votos y dinero”: Alejandro Camacho
Alejandro Camacho no tiene problema en hablar sobre política ni de señalar lo que considera terrible en el país, incluso echa mano del cómico estadounidense Groucho Marx para definir el actuar de los políticos, quienes a su parecer cambian de ideas y de partidos como chapulines y de quienes sólo falta escuchar: “Estas son mis convicciones, pero si no les gustan tengo otras”.
En 2015 el actor, quien actualmente protagoniza la teleserie La hija pródiga, en Azteca, se lanzó como candidato a diputado federal por el Partido Encuentro Social, cuya propuesta era promover la cultura, la educación y el arte. Dos años después, reconoce que se cansó de hacer propuestas en un espacio donde sólo interesan los votos pero no ha dejado de lado su interés en la política y menos cuando se avecinan elecciones presidenciales en 2018, en las que él considera dos posibilidades:
¿Votará en las siguientes elecciones?
—Por supuesto, y creo que todos tenemos que votar, es la única opción y arma que tenemos como sociedad, nada más hay que pensar por quién. El PAN y el PRI ya no sirven para nada, Calderón debería estar en la cárcel, no puede ser que nos deje un país así, a mí me indigna, me encabrona, estoy indignado como todos y que se protejan entre ellos y que roben esas cantidades de dinero. Además, tenemos unas prisiones tan ridículas, tan vendidas, te pueden estar extorsionando desde la cárcel, porque están coludidos con los custodios y evidentemente los directores del penal y evidentemente Gobernación, pero nunca nadie es, ¿para qué sirve Gobernación?
¿Qué debe tener el próximo presidente de la República?
—Uno, sensibilidad social, éste que tenemos está más perdido que una cabra en un baile. Vive en Suiza o no sé dónde pero no creo que hable alemán ni creo que hable inglés, bueno, por lo menos bien.
¿Qué pasó?
Con tantos permisos que se dan para construcciones, con una amoralidad tan fuerte que por eso se nos caen los edificios nuevos, no puede ser, ¿y esos permisos quién los dio? El PRD, y ahora se lavan las manos, en cualquier situación todos se lavan las manos, les hablas de corrupción y todos se voltean del otro lado, ¿verdad amigos panistas, priístas? y ellos son los principales
¿Por quién votaría en 2018?
—Yo votaría por un candidato independiente, me llama mucho la atención porque la democracia que hemos tenido de 25 años para acá es un fracaso. Bueno, menos para los políticos, todos ellos son millonarios pero son tan pobres de aquí (señalando mente y corazón) su mezquindad y su pobreza son tan fuertes que han sobrepasado todo.
¿Tiene algún favorito por el lado independiente?
—He oído a Pedro Ferriz y me parece un hombre muy sensible muy inteligente con propuestas factibles y que no está comprometido ni con el PAN ni con el PRI ni con el PRD, evidentemente no es un solo hombre pero habemos ciudadanos pensantes y decentes que no necesitamos ser ladrones para sobresalir socialmente.
Estos políticos en seis años tienen 10 casas, tres edificios o actrices que ganan 85 millones de dólares, me parece fantástico, es un mundo fuera de serie… habemos gente decente en México y gente preparada.
¿Considera que un candidato como Andrés Manuel López Obrador tendría más votos en esta elección?
—Considero que la izquierda merece un chance, ahí también hay ratas, pero necesita un chance, Andrés Manuel, independientemente de que lo quieras o no, es un líder, es el único líder social que tenemos y eso cuenta.
Yo pienso que hay que darle chance a la izquierda, cuando Andrés Manuel estaba en el PRI, Marcelo Ebrard en el PRI, todos en general estaban en el PRI, yo hice una película aquí en México que se llamaba Missing, sobre un periodista norteamericano desaparecido en Chile durante la dictadura y dirigida por Costa-Gavras, él era presidente del partido comunista Francés en el momento en el que vino a hacer esta película. Yo siempre he sido de izquierda, más que ellos, ellos estaban en el PRI.
Y tiene razón. Lo que pasa es que ha sido un instituto político que en un momento creó bienestar. En el PRI ha habido gente muy brillante, de hecho ahorita hay gente muy brillante pero lo que está pasando se ve opacado por esta red de complicidades y de impunidad que los ha rebasado. Sí han hecho muchas cosas, podemos hablar de un priísta como GIlberto Bosques, la mayoría de los españoles radicados en México y los judíos le deben la vida a él.
No sé por qué se ha manoseado el sistema para el beneficio de unos cuantos, es reversible si la sociedad se pone las pilas y considero que un candidato independiente sería una opción muy interesante para el país, o la izquierda, hay que darle chance.
El PRI no puede ser que diga que vamos a entrar un caos si llega Andrés Manuel ¿Más? Violaciones, secuestros, asaltos, ataques a los menores de edad, no sé de qué caos hablan ellos ¿Del caos financiero que ha creado Videgaray, por ejemplo?
¿Ha abandonado su deseo o interés por hacer algo dentro de la política?
—En el momento en que un candidato independiente entre, creo que es deber social y personal aportar ideas, conceptos. Yo no estoy para ningún puesto, a mí me va muy bien con mi trabajo.
Creo que en este momento necesitamos poner orden allá arriba con la inseguridad que tenemos, si no tenemos seguridad no tenemos nada y este es un rezago que tenemos gracias al PAN que soltó al tigre y ahí sigue el tigre en la sala, ¿quién lo va a meter a la jaula, ¿el PRI? (risas) ¡si los tienen coludidos!, los gobernadores priístas han metido a la mafia a los estados, está comprobado, hasta a ellos mismos se han robado, ve el caso de Veracruz, Tamaulipas, Oaxaca…
Los políticos no quieren oír ideas, no quieren oír conceptos, quieren saber sobre votaciones y dinero, y yo no. Me dio una flojera, le invertí tanto tiempo —a la candidatura para diputado—, tenía una propuesta de educación con cultura porque la educación sin cultura como es ahorita: no sirve para nada, esta reforma que están haciendo gentes que en su vida han agarrado un libro me parece marciano y la propuesta que yo tenía era la cultura con la educación, si no va aunado no sirve para nada.
¿En qué momento dijo que no a seguir de lleno en lo político?
—Me distancio en ese sentido, mi salud no estaba comprometida ni mis convicciones, las convicciones de ellos sí, Groucho Marx, el gran cómico americano decía una frase muy chistosa que le queda a todos nuestros políticos: “Estas son mis convicciones, si te gustan tengo otras” así estamos, además del chapulinazo de partidos; los que se quedan en el mismo partido escriben cajón con g, no saben ni de historia, ni de política, de economía, no saben de nada.
¿Qué es lo que hace que sigan ellos al frente y no otros?
—Nosotros, que no nos hemos dado cuenta y no hemos tomado la participación social para decirles ¡basta! Pienso en muchas comunidades pobres donde la gente no sabe leer ni escribir, les dan una despensa y a lo mejor no son conscientes de que están dando su voto, a lo mejor la mayoría que son muy pobres han elegido esos representantes desde la inconsciencia.
Mientras más idiota esté la gente, mientras menos conciencia tengan, mejor, lo que pasa es que ya nos está mordiendo la cola pero ya no podemos seguir así, necesitamos que la sociedad renazca, sea fuerte, sea informada, esté culturizada.
Acabamos de pasar por momentos difíciles en el país, ¿cree que sea posible a raíz de esta tragedia y la unión de los ciudadanos, que la sociedad genere un cambio reflejado en la política?
—Yo espero que sí y creo que es una oportunidad de oro al darnos cuenta que la sociedad civil funciona sin los políticos; yo aboliría el Senado, quitaría a todos los senadores porque no sirven para nada.
¿Cuánto les pagamos? Todos estos plurinominales senadores y diputados, ¿para qué sirven?
Mucho se ha criticado la relación del espectáculo con la política, actrices que se casan con políticos, actores que entran el mundo político, una Carmen Salinas que ha sido criticada, otros que han sido aplaudidos, ¿por qué crees que se da esta relación?
—Yo pienso que los artistas siempre hemos sido politizados, la sociedad se asuste o critique está en su derecho pero los artistas somos seres humanos antes que nada y tenemos el derecho a ser votados y también a proponer.
No todos pero hay compañeros míos y compañeras que tienen convicciones políticas importantes e interesantes, unos son priístas, otros del PAN y lo que estoy diciéndote lo digo porque estas son mis convicciones… ¡pero tengo otras también si no te gustan!
“Inseguridad y rabia social enciende alertas rojas para 2018”: Luis Carlos Ugalde
- Condiciones políticas pueden generar un escenario negativo, asegura; dice que falta de legitimidad en elecciones crearía ingobernabilidad
“Inseguridad y rabia social enciende alertas rojas para 2018”: Luis Carlos Ugalde
Luis Carlos Ugalde, ex presidente del extinto Instituto Federal Electoral (IFE, ahora INE), opina que el país se encuentra en una de las épocas más violentas de la historia moderna. Las razones, según el consultor, una mayor desconfianza, inseguridad, enojo y rabia social, situaciones que ponen en alerta roja las elecciones de 2018.
En entrevista con EL UNIVERSAL, dice que la elección del próximo año es una oportunidad y un reseteo del tablero político en México, pero a la vez un riesgo, porque las condiciones políticas son de incertidumbre, lo que podría desencadenar que a las 11 de la noche del 1 de julio del próximo año, día de las elecciones federales, se tengan resultados que generen gobiernos con una situación de fragilidad política y falta de legitimidad.
Opina que si Andrés Manuel López Obrador gana la Presidencia de la República habrá un sentido de alivio, de que ahora el sistema funcionó a pesar de “la mafia del poder” y eso generaría una especie de júbilo, quizá parecido al que hubo cuando ganó Vicente Fox en 2000.
Si no gana López Obrador, reflexiona, acusará que hubo fraude electoral y eso va a llevar a un proceso mayor de desencanto y enojo. “Eso generaría una tentación de radicalismo de algunos grupos”, vaticina. El director de Integralia Consultores asegura que el Frente Ciudadano por México (PAN, PRD y MC) es una fuerza que podría cambiar la correlación de fuerzas para 2018, pues conjunta el discurso anti PRI que llevó a Vicente Fox a la Presidencia en el año 2000 y, aunado a ello, el discurso en contra de López Obrador.
Arrancó el proceso electoral 2018, ¿cuál es el panorama al inicio?
—La elección es una oportunidad y un riesgo. Una oportunidad porque habrá la mayor renovación de cargos políticos como nunca antes en la historia, aproximadamente 3 mil 400, y la renovación permite a la gente decidir, premiar, castigar.
Es un riesgo porque las condiciones políticas del país están en una situación de enorme incertidumbre, hay desconfianza por parte de la población respecto a las instituciones políticas, desconfianza respecto a las autoridades electorales, los partidos tienen muy baja estima social, hay ingobernabilidad en algunas entidades del país, frustración, enojo y rabia, incluso, de algunos segmentos de la población. De tal forma que el entorno es un riesgo para la celebración de los comicios.
El segundo riesgo es que no generen credibilidad ni legitimidad, es decir, que terminemos el primero de julio a las 11 de la noche con un ambiente de desconfianza, de desacato y cuestionamiento de los resultados y que las nuevas autoridades que surjan del proceso empiecen sus gobiernos con falta de apoyo político, con una situación de fragilidad política, de falta de legitimidad, ese es el gran riesgo de la elección de 2018, que no genere confianza.
¿Hasta dónde podrían llegar estos riesgos, a una parálisis?
—El mayor riesgo es que el activo de la democracia electoral, que se llama legitimidad, no se obtenga en 2018. Que el nuevo gobierno federal sea acusado de provenir de fraude electoral, que la sensación social sea que fue una elección injusta.
El país está con un tejido social averiado, hay segmentos de la población que tienen ira, con mucha desconfianza.
La falta de legitimidad es el mayor riesgo de la elección y se podría traducir en una degradación más del tejido social y podría dar lugar a focos regionales, quizá aislados, de problemas de ingobernabilidad. Ese es el mayor riesgo.
Pero si Andrés Manuel López Obrador gana la Presidencia de la República habrá un proceso de distinción social, al menos temporal. Habría un sentido de alivio, de justicia y que ahora sí el sistema funcionó a pesar de la mafia del poder y eso generaría una especie de júbilo, quizá parecido al que hubo cuando ganó Fox en 2000. No sé qué pase a partir del 1 de diciembre de 2018, esa es otra historia.
Si no gana López Obrador, acusará que hubo fraude electoral y eso va a llevar a un proceso mayor de desencanto y enojo. Eso generaría una tentación de radicalismo de algunos grupos.
¿Grupos radicales de Morena?
—No, Morena es una parte institucional, hay grupos como el magisterio disidente que apoya de manera externa a López Obrador. Hay grupos de autogobierno en algunas regiones de Michoacán, Guerrero y Chiapas, que pueden tomar como pretexto y radicalizarse.
¿En su experiencia como presidente del IFE, había visto escenario parecido al que se vive actualmente? —En 2006 hubo un conflicto post electoral, pero el país estaba en una condición político-social diferente, más pacífica, con más confianza, con una economía que crecía, con la tasa de violencia sumamente baja, el país era más pacífico. Era la época más pacífica de México en la historia moderna, hoy estamos en la época más violenta en la historia moderna de México. Mayor desconfianza y mayor enojo e ira social, el contexto es diferente. Hoy se perciben signos y alertas rojas un año antes de la elección.
¿Es una exageración de algunos actores pedir la renuncia de los consejeros del INE?
—Es una falsa salida, porque eso no resuelve el problema. El problema es la irresponsabilidad de los partidos y las reglas del juego que están mal diseñadas.
A los consejeros se les ha acusado de estar ligados a algunos partidos, ¿qué opina?
—Siempre ha habido consejeros vinculados a partidos, siempre ha habido consejeros que en algún momento pueden responder a presiones de partidos, sin duda ha ocurrido. Yo lo vi, yo lo viví, pero creo que la magnitud del conflicto en este momento va más allá del INE, es estructural, va más allá.
Entonces, ¿cuál es el mayor problema?
—Pienso que el mayor problema de la democracia electoral mexicana reside en los gastos exorbitantes, ilegales, que hacen las campañas para ganar y que esos fondos provienen de desvíos de recursos públicos, de donaciones de empresarios, de contratistas, permisionarios, hoteleros, antreros y en ocasiones del crimen organizado, ese es el gran problema.
¿Qué hace la autoridad federal para detener esto?
—Nada. Nadie está haciendo nada, ni los partidos, ni las autoridades, ni los gobiernos.
¿Habrá medidas para combatir este uso de recursos desmedido en elecciones?
—Estas medidas para combatir el gasto excesivo de campaña son totalmente ingenuas. Esto pasa por otras medidas, por promover como obligatorio atacar y mejorar el sistema de obra pública, los contratos de gobierno, atacar la evasión fiscal y por controlar el desvío de recursos públicos de los gobiernos.
En lugar de poner a fiscalizar al INE, mejor pon a mejorar la asignación de obra pública para evitar que a través de esa vía se evite un mercado negro de fondeo de campañas pagado por obra pública.
Y también el crimen organizado, es una lucha que hace el Estado, pero mientras no acabes con eso, pues va a haber dinero del crimen organizado en muchas de las campañas.
¿Qué opina, por ejemplo, del Frente Ciudadano por México?
—Sería una fuerza innovadora que podría cambiar la correlación de fuerzas para 2018, sobre todo porque su fórmula podría ser muy atractiva. Hasta ahora los dos ejes de discusión política, que se llaman clivajes (divisiones), el primero es PRI-AntiPRI, el dos es AMLO-AntiAMLO.
Este clivaje de PRI-AntiPRI fue usado por Fox en 2000 con éxito, curiosamente 18 años después se usa con éxito y el argumento de Andrés Manuel López Obrador es mafia del poder, anti mafia del poder, pero es básicamente el mismo argumento.
AMLO no es un Chávez; puede ser como Trump: Miguel Alemán Velasco
- "No somos Estado fallido, pero hay que reconstruirnos”
- Recuperar la confianza, uno de los pilares para México, dice; “en 2018 ganará el PRI; AMLO no es Maduro... es como Trump”
Miguel Alemán Velasco
Las oficinas de la Fundación Miguel Alemán, ubicadas en Polanco, ofrecen toda una experiencia. A través de un camino cubierto de enramadas se llega a una estancia donde dos meseros reciben a los invitados, para luego acceder a una sala flanqueada por vitrales de dos metros de altura, candelabros, antigüedades y decenas de fotografías.
Una imagen del ex presidente Miguel Alemán Valdés adorna una esquina de la estancia, cuadros del Castillo de Chapultepec, Veracruz y el Zócalo capitalino se ven en el lugar.
Las fotografías en la sala revelan parte de la influencia del entrevistado. Junto a Enrique Peña Nieto, presidente de México; Carlos Slim, presidente honorario de Grupo Carso, y Luis Donaldo Colosio, las imágenes hablan en silencio.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Miguel Alemán Velasco, presidente de Interjet y del congreso México Cumbre de Negocios, asegura que el país no es un Estado fallido, pero “tenemos que hacer una reconstrucción social”.
El hijo del ex presidente Miguel Alemán Valdés coincide en que “no somos ciudadanos, somos vasallos” y en su perspectiva, “México será un gobierno de coalición”, aunque anticipa que el próximo ganador en 2018 será el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Se asume y declara priísta hasta morir.
El multifacético hombre habla sobre la salida de Margarita Zavala del Partido Acción Nacional (PAN), de Andrés Manuel López Obrador y del escenario de incertidumbre ante la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Sobre Interjet, revela que buscará el próximo año llevarla a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
¿Cuáles son sus principales logros y errores como empresario y político?
Errores muchos. Me considero una persona seria, alegre, sincera y lo que digo es honestamente y no busco nada a cambio, soy muy inquieto y cuando no tengo nada qué hacer lo invento. Me dedico a hacerlo y lo hago, entonces tome en cuenta que ando en los 85 años para 86, ya he visto demasiadas cosas y vivido muchos momentos. Se me hace difícil escribir mi vida, porque no sé si pudiera terminarla.
Como hijo de presidente, funcionario y empresario, ¿cómo ve a México?
Quiero iniciar explicando qué siente un hijo de Presidente y un ex presidente. En los seis años que estás en Los Pinos lo tratan a uno muy bien, todo mundo dice que las cosas las hace uno perfectas y que son amigos todos, pero cuando termina todos son enemigos y hay uno que otro amigo que todavía queda. Es terrible.
No puede uno hacer un negocio porque dice que el gobierno lo hace y si se compra una propiedad se está cometiendo un delito. Y si los amigos se portan mal son delitos de usted o la familia. Posteriormente no le habla casi nadie. Desde que estuve en Los Pinos quise inclinarme por alguna actividad, me gustó el periodismo.
Sus gustos
Entonces me gustaba mucho pintar, escribir, escribir novelas; he escrito más de 20 a 25 libros, quizá no los haya leído nadie, pero los escribí. Y poco a poco fui encontrando lo que más me gustaba, que antes no lo había decidido, porque mi padre vivió muchos años con nosotros y nunca quise interesarme por la política, porque todo lo que hiciera iban a decir ‘su padre lo ayudó, su padre lo hizo’. Con todo el derecho, ya era un defecto para mí.
Cuando murió mi padre y me invitó el entonces candidato a la presidencia, el licenciado Colosio, a ser aspirante a senador por Veracruz, me convenció, me salí de Televisa, vendí mis acciones. Después mencionaban que fuera candidato a la gubernatura y le pregunté si tenía proyectos para Veracruz, me dijo que sí había un proyecto, sentí que no era yo, me retiré y fue el licenciado Chirinos.
Quedé cerca de Veracruz y todos los amigos insistían que me lanzara después, finalmente gané como gobernador.
Al segundo año me preguntaron si quería ser candidato a la presidencia, les aseguré que yo quería terminar mi sexenio. Nos tocó hacer un sondeo, donde salió Francisco Labastida, y ganó a todos en la lista de candidatos priístas.
Cuando vinieron los candidatos para la presidencia se mencionaba a él y yo tuve que hacer una conferencia a nivel nacional en Veracruz y me preguntaron: ‘¿piensa lanzarse o inscribirse o preguntar al PRI si lo va apoyar’’. Mire yo soy priísta y me voy a morir priísta, yo creo en el PRI. Que mucha gente lo haya hecho pedazos, yo sí creo que se va a resarcir, creo mucho en la juventud. Vamos a esperar. Sabemos que va a ser un gobierno de coalición, porque así debe ser y muchos piden que haya una segunda vuelta, puede ser. Lo que no puede ser es parlamento, tienen que quedarse lo diputados y senadores, los presidentes municipales deberían tener una reelección si son positivos.
¿El presidente de México también debe ser reelecto?
Lo que sucede es que para que en México seamos una democracia con los ciudadanos en el correcto uso de la palabra, se necesita una reconstrucción social, así como estamos reconstruyendo la sociedad de México, por los daños [del sismo] en Morelos, Puebla, Edomex y Chiapas, la reconstrucción social es importante.
Porque no somos ciudadanos, lo decía con inteligencia uno de los panistas más conocidos, Diego (Fernández de Ceballos) decía en México no somos ciudadanos, somos vasallos, no cumplimos obligaciones, pero exigimos nuestros derechos.
En vez de por nosotros mismos agruparnos, como en el último temblor, para demostrar que somos fuertes, todo espera el vasallo que lo haga el rey, que se lo dé alguien que tiene la obligación de hacerlo, entonces vamos desde el presidente municipal hasta el presidente de México.
Y a ese señor (el presidente) no le perdonamos nada y nos debe todo.
¿Qué opina hacia 2018?, Usted ha dicho que no le teme a López Obrador, qué piensa de la ruptura en el PAN, y del frente, ¿qué viene en su lectura?
Conozco bien a López Obrador y supo hacer una buena labor en el Distrito Federal, pero un grupo de alguna manera le lavó la cabeza y cometió errores, como la toma de Reforma. Y lo que había construido, lo que había hecho, los negocios que estaban dando trabajo, los llevó a pérdidas. Entonces me deja a mí la sospecha de que a lo mejor le puede pasar a todo el país. Obviamente tenemos dudas, pero es una persona que lo que dice es honesto, pero puede ser como Trump también.
¿Sería López Obrador como Maduro?
Como Maduro no.
¿Cómo Chávez?
No.
¿No pone en riesgo 2018?
Para nada.
¿No ve un escenario como de Venezuela en México?
No, no lo veo. Yo veo que todos los mexicanos cuando vayan a votar y todos los partidos deben ocuparse primero de quiénes serán diputados o presidentes municipales. Después, quién está en la lista para diputados, senadores, gobernadores y la lista del que puede ser el mejor candidato de la República.
Entre los partidos, olvídese ya de Morena y del eje que están formando PRD, PAN, todos los partidos que se pongan de acuerdo en el universo de elección para que se repartan los candidatos, los mejores candidatos y tengan una gobernanza correcta. Porque ganar nada más las elecciones, va a ser muy fácil.
¿Cómo ve a los independientes y el truene de Margarita?
Es un error que Margarita no convenza al presidente del PAN, pero el presidente del PAN tiene hecho su juego y la sacaron y ella se salió. Tiene muchos simpatizantes, pero no se necesitan 800 mil firmas sino toda una formación que es muy difícil de construir en menos de un año.
¿Para los independientes?
Los independientes deben hacer una muy buena campaña y convencer a la gente sin tener una estructura, y si la gente sale a votar, como salió a ayudar en el temblor, tienen muchas oportunidades.
¿Haciendo a un lado la parte priísta, a quién ve más probable de que gane las elecciones en 2018?
Para presidente el PRI, porque tenemos gente que ha demostrado la capacidad.
¿Lo dice como priísta o ciudadano?
Como priísta y ciudadano y como ciudadano, no vasallo.
¿Lo dice como priísta o ciudadano?
Como priísta y ciudadano y como ciudadano, no vasallo.
¿Cómo ve el dicho de que la corrupción somos todos? El PRI tiene el estigma de la corrupción.
Cada sexenio es su problema, si está el PAN, es el culpable, o el PRD, por lo que le digo, alguien tiene que tener la culpa. En México si algo sucede se pregunta siempre “¿quién tuvo la culpa?” Si no tenemos confianza en nosotros, creo que aquí debemos hacer una reconstrucción social.
Porque no hay confianza en la policía, en los políticos, en muchos padres de familia, profesores, no hay confianza ni en el Ejército, y eso pues es pecado mortal.
Ahora dicen que se ha creado más la violencia, pero la violencia viene del sexenio de Calderón, fue cuando declaró la guerra a las mafias. Y muchos gobernadores soltaron las cuerdas y ganaron mucho dinero, porque dejaron entrar a todas las mafias que hay e inventaron nuevas. Ese es un problema, pero si acaba uno con ese tipo de ciudadanos —entre comillas—, hay que insistir en escuelas en civismo y en innovar, en ir hacia delante.
¿No somos un Estado fallido?
No, de ninguna manera. Equivocado sí, con errores muchos, pero eso no quita que estamos a la cabeza de América Latina.
Retos para los encuestadores
México, listo para tener una Presidenta: Otálora
- Debido al número de aspirantes, los resultados de 2018 serán cerrados, dice; afirma que a pesar de avances, violencia política de género persiste en el país
Janine Madeline Otálora
Las oficinas de la Fundación Miguel Alemán, ubicadas en Polanco, ofrecen toda una experiencia. A través de un camino cubierto de enramadas se llega a una estancia donde dos meseros reciben a los invitados, para luego acceder a una sala flanqueada por vitrales de dos metros de altura, candelabros, antigüedades y decenas de fotografías.
“Creo que es muy pronto para vaticinar cómo se dibujará el resultado de la Presidencia”, así como pronosticar algún posible fraude para lo que, dijo, “tenemos normas que blindan totalmente esto, criterios jurisprudenciales que interpretan los vacíos de la ley y que dicen cómo debe leerse para blindar el proceso”.
La titular del TEPJF indica que este organismo ofrece certeza y confianza porque resuelve no sólo en tiempo, “sino a manera de preservar el orden constitucional y el orden legal, pero respetando los derechos políticos”.
A 64 años de que se haya otorgado el voto a la mujer, dice en entrevista con EL UNIVERSAL que la discriminación persiste contra ellas “y lo vimos en las elecciones, sobre todo de 2013-2014, en las que compitieron muchas mujeres. En casi todas las entidades había candidatas a gobernadora y sólo una ganó, en Sonora”.
Afirma que México está listo para ser presidido por una mujer y para que el Congreso sea integrado por más de 50% de ellas.
Califica como histórico el proceso electoral del próximo año y asegura que todavía existen muchas deudas por saldar con las comunidades indígenas, no sólo en el ámbito político, sino también en lo social.
¿Cuál es su reflexión en torno a las elecciones del próximo año para Presidente de la República, el Congreso, varias gubernaturas y más de 2 mil puestos de elección? ¿Cuál es su balance?
Es un proceso sumamente importante para México, importante no solamente por los cargos que se van a elegir, sino porque por primera vez en nuestra historia política se van a llevar a cabo tantos procesos electorales de manera simultánea.
Vamos a elegir Presidente, se va a renovar la totalidad de las dos Cámaras y habrá elecciones en 30 estados, entre ellos son nueve gobernadores. Se van a renovar muchos Congresos locales y ayuntamientos, sin tomar en cuenta los cargos de regidores, que varían según la población de cada municipio. Estamos hablando de tres mil 600 cargos a renovar. Es algo histórico en nuestro país.
A casi 64 años de otorgarse el derecho a votar a las mujeres en México, ¿cuál es el panorama que observa en ese sentido?
Hemos avanzado, no tan rápido ciertamente, aunque no diría que todas las mujeres; sabemos que hay todavía algunas comunidades indígenas en Oaxaca en las que las mujeres no tienen derecho a votar, son las menos, pero todavía las hay.
Nos falta avanzar más en cuanto al derecho a ser votadas. Ahí la participación política de las mujeres sigue deficiente. Sigue deficiente por dos razones: por una parte, la falta de compromiso de algunos partidos políticos para darle a las mujeres candidaturas en municipios o en Distritos donde pueden realmente ganar; darles el apoyo económico para las campañas, porque ese es otro de los problemas, que no se les da el financiamiento de campaña debido para que puedan tener la misma estructura, y un problema cultural todavía de que el ciudadano ejerza un voto diferenciado y elija también a las mujeres.
Y como ha aumentado la participación [de las mujeres], la reacción ha sido un aumento en la violencia política de género, un fenómeno al que nos estamos enfrentado cada día más. Lo hemos visto en entidades como Chiapas o Guerrero, sí votan a las mujeres, acceden al cargo, pero una vez que están en él, no las dejan y las obligan a renunciar.
La otra faceta es la violencia política contra la participación política.
Con este derecho sólo ha habido siete gobernadoras en México. ¿Este número podría indicar que existe una discriminación todavía hacia la mujer?
Hoy son 32 entidades y hay una gobernadora nada más. Eso es muy preocupante, ¿qué es lo que está pasando? Hay candidatas extraordinarias, ¿qué es lo que está sucediendo en los partidos políticos? Están faltando en su apoyo para ellas, los ciudadanos no lo están haciendo y tenemos casos de mensajes subliminales, del propio Instituto Nacional Electoral, me parece fue en el estado de Puebla, en el que había tres candidatas o en el estado de Tlaxcala, tres candidatas y un candidato para el cargo de gobernador y los spots de la autoridad administrativa eran: ‘Salgan a votar por un gobernador’. ¿Cómo un gobernador, si hay una mayoría de candidatas? Entonces, me parece que a nivel del discurso subliminal sigue siendo un mensaje discriminatorio.
¿Qué ofrece el tribunal a los ciudadanos y a los políticos para este proceso electoral de 2018?
No. Yo veo una milpa, donde ya crecieron las mazorcas, llega una tormenta, una granizada y toda la milpa queda en un campo de escombros y por ahí queda solamente una, por el momento el único que se ha quedado de pie es López Obrador.
Lo que ofrece es una gran certeza, una gran confianza. El tribunal es una institución fuerte que funciona, que da resultados, que resuelve no sólo en tiempo, sino que resuelve de manera que preserva el orden constitucional y el orden legal, pero respetando los derechos políticos.
Uno puede hablar y manejar fácilmente en un debate nacional los temas, por ejemplo, de nulidad de elección, pero al hablar de nulidad de elección se tienen siempre que ponderar el respeto a la ley y también el derecho de votar de todos, muchos principios que pondera el tribunal. Entonces, el único mensaje que puede mantener es el de confianza en el juez electoral, confianza en la justicia electoral. Se va a impartir, se está impartiendo y con certeza, con congruencia, con repetición de los criterios, que es algo muy importante, que se juzgue siempre con el mismo criterio ante situaciones similares.
¿Hay temor de una elección de tercios o muy cerrada para el cargo de Presidente?
Lo único que podemos decir a tantos meses de la jornada, es que habrá muchos contendientes. Hoy hay 37 solicitudes de candidatos independientes para la Presidencia de la República [la entrevista se realoza previo al cierre de registros], falta ver que los 37 obtengan su calidad de aspirantes y posteriormente, de candidatos independientes,además de las candidaturas de partidos políticos. A mayor participación política, resultados más cerrados y mayor competencia. Creo que es muy pronto para vaticinar el resultado de la Presidencia.
¿Existe posibilidad de un fraude electoral en 2018? ¿Qué blindaje hay para evitarlo?
Es muy difícil pronosticar si habrá o no habrá algún fraude electoral. El INE declaró que protegerían el proceso. Yo creo que tenemos normas que blindan totalmente esto, criterios jurisprudenciales que interpretan los vacíos de la ley y que dicen cómo debe leerse, en este caso, para blindar el proceso electoral.
¿Hay choque con el INE por las decisiones que ahí se toman?
Ninguno, no hay ningún choque. La autoridad administrativa interpreta de su lado, en su visión y acorde con su percepción; el Tribunal Electoral resuelve. Se aprobaron calendarios electorales y hemos avalado la integración de sus comisiones. En otros temas no les hemos dado la razón porque hemos tenido otra interpretación jurídica. No hay choque.
¿No pone en riesgo 2018?
Para nada.
En cuanto al tema de usos y costumbres, esta resistencia no sólo a que las mujeres tengan derecho a ser electas, sino a que cuando sean electas accedan al poder, ¿es materia pendiente en el país?
Todavía tenemos muchas deudas con las comunidades indígenas, con el acceso a la justicia para ellas, es la razón por la cual hace ya más de un año el Tribunal creó la Defensoría Pública Electoral para pueblos y comunidades indígenas, con la finalidad de que todos ese sector del país en el ámbito de sus derechos políticos tenga acceso a la justicia de manera gratuita y con todo el profesionalismo que puede haber a través de una defensoría pública electoral.
Proteger los derechos de las mujeres indígenas en particular es algo fundamental para toda nuestra democracia, porque no se da la violación a sus derechos, no se da sólo dentro de los sistemas normativos internos, dentro de estas comunidades que eligen por usos y costumbres.
Tenemos el caso de Chiapas, tiene un sistema mixto en que el municipio por asamblea elige primero a la o al candidato, pero después vienen los partidos políticos, toman a los candidatos que fueron electos por las asambleas y los llevan bajo un color político.
Ahí se da muchísima violencia hacia estas mujeres y hombres, también indígenas, lo vimos en San Juan Chamula, donde asesinaron al síndico.
Hemos visto renuncias de mujeres, pero en Guerrero también hemos visto presiones hacia mujeres electas por sistemas de partidos políticos.
¿Cuál sería su opinión sobre las políticas públicas de equidad de género que se han impulsado en el país? ¿Han sido efectivas?
Me parece que se ha caminado, es un tema en el que se debería avanzar de manera más rápida, pero se han logrado y hay campañas en pro de las mujeres, de sus derechos y contra la violencia en general hacia ellas. Yo no me limitaría a hablar de violencia política, sino de violencia por la situación de la mujer.
¿México está listo para tener una mujer como Presidenta?
México está listo para ser presidido por una mujer, está listo para tener Cámaras en el Congreso en las que haya más de 50% de mujeres. Más de 50% de la población en el país somos mujeres. Que una mujer participe en política no es sólo porque somos más de la mitad, es porque tenemos otra visión de cómo hacer política y de cuáles son las necesidades de la nación, de un municipio, de un Distrito, de un país para aportar otra visión en la política y otra interpretación de la crisis en la que vivimos y de las necesidades.
¿Qué plantea el Foro de las Mujeres Rurales que se realiza en el Senado de la República?
Se trata de un foro muy relevante porque hablamos de la mujer política, hablamos de las mujeres jóvenes, de todos estos problemas que están enfrentando únicamente por querer salir a vivir: son objetos de homicidios, violaciones y maltrato. Pero se nos olvida mucho la mujer rural, no se habla de la mujer rural, se habla seguramente más de la mujer indígena que de la mujer rural. Tenemos muy serios problemas en el ámbito rural, no hay representación, hay muy poca representación de las mujeres dentro de los ejidos, dentro de sus sistemas de representación y de organización. Y dentro del mundo de la mujer rural, particularmente el de la mujer indígena, es sumamente importante. No se ha visibilizado a la mujer rural.
Y me parece que esta organización de 100 mujeres líderes en el ámbito rural es empezar a dar visibilidad a ese mundo campesino que está oculto y que suele estar en condiciones de gran miseria y discriminación. Me parece que es fundamental para abrir una ventana hacia una población que es mayoritaria.
¿Van a participar organismos que son clave?
Están el Tribunal Electoral, que es quizá menos clave en esto, pero están todos los tribunales agrarios, la Procuraduría General de la República, el Instituto Nacional de las Mujeres, la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el INE.
Pero sí, siempre se nos olvida, hablamos del derecho de votar, pero se nos olvida ver cómo se vota dentro de los ejidos para elegir a sus propias autoridades, así como la discriminación hacia las mujeres en ellos.
En México, los viejos problemas se agravaron: Jean Meyer
- Ante la crisis política, el investigador considera que el país requeriría de un fenómeno como el de Emmanuel Macron, en Francia; cuestiona el problema moral y ético; resalta avances en la economía
Para los historiadores, sostiene Jean Meyer (Niza, 1942) entender la actualidad de un país es siempre difícil. Y en el caso del México actual resulta aún más complicado por la manera en que las cosas cambian día con día. No obstante, el investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y columnista en EL UNIVERSAL, comparte sus reflexiones sobre la situación que atraviesa el país y su visión rumbo a las elecciones de 2018. “Hablo como ciudadano porque no soy especialista en Ciencia Política y el hecho de que sea historiador, no ayuda especialmente a captar la situación política inmediata, menos ahora que todo cambia y las cosas se complican cada día”, señala el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2011.
Jean Meyer. Historiador
En entrevista, el historiador de origen francés naturalizado mexicano en 1979 opina que ante la crisis política que se vive y la falta de líderes claros, el país requeriría de un fenómeno Macron, como el que vivió Francia en sus elecciones recientes.
¿Cómo ve la situación actual del país? ¿Cómo llega México rumbo a las elecciones de 2018?
Como ciudadano, veo problemas eternos, algunos que se han agravado, como la violencia; otros que se han hecho más visibles, como la corrupción. Son viejos problemas que se modernizan, que crecen, que han estado por lo menos a lo largo del siglo XX: la corrupción, la seguridad pública, la impartición de justicia que es fatal en México. Veo que hay una propagación de la delincuencia y de la deshonestidad en general. Creo que hay un fenómeno moral, ético, un poco sorprendente. Se supone que estamos en un país estadísticamente cristiano, donde la mayoría de la población es católica y los que no son evangélicos, protestantes, que es una minoría, pero son puritanos, no tienen violencia y siguen los 10 Mandamientos. Pero, por otro lado, en lo que va del sexenio, casi 20 sacerdotes han sido asesinados, más de la mitad por su valentía, porque predicaban contra el crimen organizado; algunos sencillamente para robarles, y eso, en un país como México era una cosa absolutamente impensable, un tabú; el sacerdote podría ser un bribón, un abusador, lo que sea, pero la función sagrada lo amparaba; incluso en los momentos más álgidos de la Revolución y el anticlericalismo mexicano no había eso. A diferencia de muchos analistas, yo diría que la economía no va tan mal, México se ha modernizado, no es un país de tercer mundo, es un país que exporta a países industriales, pero tenemos esos problemas eternos que se han agravado y hay una debacle moral, y posiblemente la crisis de nuestra clase política, de nuestros partidos, también corresponde a eso. Por eso hay ese cinismo de nuestros gobernadores de todos los partidos, son todos iguales de rateros y corruptos.
¿Qué esperaría del proceso electoral en 2018?
No tengo la menor idea, no tengo candidato. Hace unos meses tenía la esperanza de una final López Obrador - Margarita Zavala, pero lo que ha hecho y está haciendo la dirigencia del PAN, es casi un suicidio. En el PRI no sé quién sería el candidato, el señor Meade para mí es estimable porque no es un político tradicional, eso explica que haya sido secretario, tanto de un presidente panista como de un priísta, y pudiera serlo de un presidente del PRD o del mismo López Obrador. Es lo que en Francia llamamos un alto funcionario, pasan los políticos y él es un profesional del trabajo; sería un candidato decente. En el PAN si cae o se va Anaya, podría recuperarse de aquí a julio de 2018, pero él es de esa gente que piensa solamente en sus intereses personales y está dispuesto a sacrificar al PAN para salvarse a sí mismo. Mientras, López Obrador está esperando a que le caiga la fruta madura en la boca. Y si él es, como dice que es, un hombre honesto, también acepta a su alrededor a gente con un historial y un pasado cuestionable. Así que estoy en la perplejidad absoluta y no espero gran cosa de las elecciones de 2018. México necesitaría ahora un fenómeno comparable al que acaba de vivir Francia, es decir, un Emmanuel Macron que de repente sale de la nada, que nadie conocía, solo los expertos, y en unos meses fue capaz de generar un movimiento que no solo ganó la presidencia, arrasó en las elecciones legis-lativas a las pocas semanas. Creo que cuando Castañeda hablaba hace dos, tres años de los candidatos independientes estaba pensando en algo así. Francia lo ha tenido, pero en México no veo ningún Macron por ahí que de repente pueda lanzar un movimiento ciudadano. Algunos dicen que el Frente Ciudadano, la unión PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, podría ganar las elecciones, yo lo veo muy difícil porque primero necesitarían encontrar un candidato aceptable y esto parece más una unión de catástrofes.
¿Cómo ve a nuestra clase política? ¿Como la describiría?
Creo que uno de los grandes problemas del electorado mexicano es el abstencionismo, que se debe al desprestigio de la clase política, de todos los poderes políticos. Uno ya no puede decir que a pesar de que no estamos de acuerdo con la izquierda porque tiene ideas anticuadas en cuanto a la economía, pero es gente honesta. La izquierda ya no es izquierda porque todos trafican, son negociantes. En el PAN, Anaya posiblemente no ha hecho nada ilegal, pero lo que ha hecho es aprovecharse, es tráfico de influencias. Quizá no hay ilegalidad, pero hay inmoralidad.
¿Ve ahora algún líder político claro para 2018?
No. Yo veo una milpa, donde ya crecieron las mazorcas, llega una tormenta, una granizada y toda la milpa queda en un campo de escombros y por ahí queda solamente una, por el momento el único que se ha quedado de pie es López Obrador.
¿Lo ve con posibilidades de ganar?
Sí, si no surgen otros. Un Macron creo que no puede surgir, pero si no surge un candidato decente, sea del PRI, del PAN, PRD o del Frente, por default, gana López Obrador. Como dice el dicho, en el reino de los ciegos, el tuerto es rey. López Obrador, por más visiones un poco arcaicas, anticuadas, que nos remiten al México Cardenista de los años 30, no es candidato de mi devoción, pero, insisto, si no surge otro candidato, él tiene muy buenas posibilidades de ganar, aunque sea por default y sería totalmente legal.
¿Qué posición considera que debería tener el futuro presidente de México ante Estados Unidos?
Ahí creo que no hay margen de maniobra. Creo que hace mucho México entendió el juego. Y si bien hay muchos puntos en los que puedo estar en desacuerdo con este gobierno, me cayó muy bien el comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores del 27 de agosto de 2017. Creo que es lo que, gané quien gané, tiene que rectificar. Ese comunicado dice como primer punto que nuestro país no pagará bajo ninguna circunstancia ningún muro o barrera física; dos, sobre la violencia generada en México por el tráfico ilícito de drogas, armas y dinero, reitera que es un problema compartido que solo terminará si se tratan sus causas de raíz, la alta demanda de droga en EU; tres, dice que la posición de México en la renegociación del TLCAN continuará siendo seria y constructiva, siempre poniendo el interés nacional por delante; cuatro, que México no negociará el TLCAN ni ningún otro aspecto de la relación bilateral por medio de las redes sociales o los medios de comunicación; y finalmente, le envía un mensaje de plena solidaridad por los daños causados por el huracán Harvey. Esa es una buena línea de política exterior, no es una línea partidista, es lo que debe ser. México no debe tener complejos frente a EU, ya no estamos en la situación del siglo XIX; cuando perdimos la Guerra del 46, México tenía 8 o 9 millones de habitantes, EU ya tenía 30; cuando empieza la Revolución Mexicana, EU ya era una potencia mundial y nosotros un país que apenas terminaba de construir los ferrocarriles, la relación era realmente terrible, desigual, hoy no lo es. Por ejemplo, dos estados que votaron en mayoría Trump, Oregón y Dakota, están descubriendo que 80% de su producción agrícola se exporta a México. Ya no es una relación tan desequilibrada. Si Trump pone un impuesto de 30% sobre los coches mexicanos, el resultado no será castigar nuestras exportaciones, sino castigar a sus ciudadanos. Entonces, a mí no me asustan las negociaciones del TLCAN, sea que se renegocie o que desaparezca.
¿México estaría en una buena posición cualquiera que sea el caso?
Sí. La economía mexicana no va tan mal, como dicen los críticos del gobierno. Es una manera de criticar al gobierno y no se reconoce ciertas cosas positivas que se remontan al sexenio de Zedillo, cuando empezó las primeras reformas, que siguió de manera más lenta con Calderón. En Francia, el presidente Macron va a empezar a hacer una serie de reformas laborales, México las hizo antes; Francia las hace 10 años después que Alemania, 15 años después que Inglaterra, estaba muy retrasada en ese sentido. En ciertas cosas, México está haciendo lo que hace Francia y Francia podría inspirarse de reformas que ha hecho México.
No hay que ser ciegamente partidista, esas reformas no son ni de derecha ni de izquierda, es el mundo global que las exige.
“Resolver la corrupción no impulsará el desarrollo”
- Abatir este mal será sólo el inicio del cambio en la dinámica social, dice; asegura que el reto que esta generación enfrenta es la incertidumbre
Los sismos de septiembre le enseñaron al país que la sociedad civil tiene “una capacidad de respuesta y de movilización que no necesariamente pasa por el sistema político”, señaló la presidenta de El Colegio de México, Silvia Giorguli.
En entrevista con EL UNIVERSAL declara que si bien esta capacidad refleja que la mexicana es una sociedad “madura”, también abre la discusión sobre hasta qué punto está cubriendo los vacíos que ha dejado el sistema político.
A esta demógrafa le gusta tener cifras y datos duros que sustenten sus argumentos. Giorguli habla desde la academia y la investigación, y dice que resolver el problema de la corrupción en el país no es suficiente para impulsar su desarrollo, lo considera “un primer paso” para desatar las dinámicas sociales, a partir de los vicios y la falta de confianza que el problema genera.
Sobre el proceso electoral de 2018, la académica señala que el reto del Instituto Nacional Electoral (INE) es construir un ambiente de confianza en torno a las elecciones. “Quisiera apostarle a lo que se ha construido en términos de las instituciones y pensar que el sistema que se ha construido va a estar a la altura del reto que tenemos para 2018”, dice.
¿Cómo llega el país al proceso electoral de 2018?
—Los problemas más fuertes del país son la seguridad y la corrupción, que son mucho más fuertes, intensos y evidentes que en el pasado. Se suman a otros que no hemos resuelto, como la persistente desigualdad y la pobreza. Tenemos focos rojos.
¿El mayor desafío de la clase política es la corrupción?
—Sí, pero no es suficiente tener más leyes y más estrictas, si no revisamos cómo y quién las implementa, es decir, su viabilidad.
La corrupción es uno de los problemas más serios, pero resolverlo no va a ser suficiente para desatar el desarrollo de México. Será como un primer paso y, a partir de ahí, organizar otra serie de dinámicas sociales.
¿La democracia en México se ha consolidado?
—Depende del punto de referencia. Si pensamos en hace 100 años, evidentemente hay una construcción de un orden institucional que no teníamos, hemos avanzado muchísimo en la construcción de instituciones y tenemos que valorarlo. Otra vez: es necesario, pero no suficiente, además hay cambios en la forma de participación de la sociedad civil que no necesariamente se ajustan a lo que entendemos por democracia.
¿Cuál sería un ejemplo?
—Una de las enseñanzas del sismo de 1985, pero que nos lo recuerda otra vez lo ocurrido en septiembre de 2017, es que la sociedad civil tiene una capacidad de respuesta y de movilización que no necesariamente pasa por el sistema político. Eso te habla de la maduración de la sociedad civil, pero nos lleva a discutir hasta dónde pueden llegar sus acciones y hasta dónde está cubriendo vacíos que el sistema político no.
¿La clase política, los gobiernos federal y los locales están a la altura de la sociedad?
—Si uno ve la respuesta del gobierno local y federal hoy y en 1985, hay más idea de cómo responder y funcionan mejor ciertos mecanismos: desde los protocolos hasta el Fonden. También se vieron desigualdades en términos de las capacidades de los gobiernos locales de responder: ahí hay otra fuente de desigualdad en el proceso de maduración de la democracia. La evaluación de la respuesta de las autoridades va a estar en la reconstrucción.
¿La organización espontánea de la sociedad tras el sismo podría ser el reflejo de que una candidatura independiente puede prosperar?
—El reto para los candidatos independientes es sortear todas las características del sistema político de nuestro país.
Mientras no haya condiciones iguales de participación, eso dificulta la posibilidad de que un candidato independiente gane. Lo que uno aspiraría, como ciudadano, de un sistema político es que generara condiciones iguales para esta competencia electoral.
¿Y si son independientes? Porque una cosa es que no tengan partido y otra es que sean ciudadanos.
—Cuando se piensa en candidaturas independientes, ¿qué es lo que uno quiere? ¿Realmente es posible tener un aspirante que no tiene ninguna experiencia de gestión? Esta idea de profesionalizar el oficio del político es tener gente que sepa de gestión, cómo armar un presupuesto y qué implica un marco normativo.
¿Qué le parece el Frente Ciudadano?, ¿tiene capacidad de prosperar y de ganarle al PRI en las presidenciales?
—Más que dar mi opinión tendría que dar ideas en función de la investigación. Para el sistema político mexicano, una iniciativa de este tipo significa poner a prueba el avance de la legislación sobre alianzas. Mi preocupación sería establecer que tengan igualdad en términos de competencia al entrar al sistema electoral. Quienes participan tienen derecho a apostarle a una iniciativa de este tipo y construir marcos legales que la permitan. El reto es que haya igualdad de condiciones.
¿Usted cree que esto será posible, dadas las condiciones y lo que hemos visto?
—El país, la clase política y algunos grupos de intelectuales le apostaron mucho en las últimas décadas a la construcción de instituciones y una de ellas es el INE; tiene el gran reto de construir un ambiente de confianza en torno a los resultados electorales. Quisiera apostarle a lo que se ha construido en términos de las instituciones y pensar que el sistema va a estar a la altura del reto en 2018.
¿Cuál sería este reto?
—En síntesis: tener elecciones en las que uno pueda confiar en el resultado. Eso implica muchas cosas que están atrás: marcos legales, el operativo en torno a las elecciones, la forma en que se dan las campañas, las regulaciones y los frenos a los partidos para que cumplan la legis- lación. Para poder llegar a un resultado que no nos va a dejar contentos a todos, pero que al menos confiemos en el resultado y en que hubo condiciones equitativas.
¿Cómo vislumbra la contienda electoral?, ¿será limpia y pareja?
—Apenas estamos arrancando. El reto es que desde el arranque sea limpia y pareja. No sólo es un tema de los partidos políticos, también de la sociedad civil organizada y los medios. El reto está en buscar otros contrapesos, no solamente en el INE: estar ahí y presionar.
¿Qué les ofrece este proceso electoral a los jóvenes?
—La oportunidad de hacerse oír, más que como individualizados e invisibilizados, como una voz más común; es la primera forma de que se escuchen sus demandas.
La percepción es que los jóvenes que participaron parten de la idea de: “Nos organizamos, porque en ustedes no creemos”.
—El reto que esta generación enfrenta es la incertidumbre: en lo laboral, en lo educativo, en su vida cotidiana, en sus proyectos de familia y de vida.
El sistema político y las elecciones las veo cada vez menos para las jóvenes, con menos respuestas a sus problemas más inmediatos.
No son necesariamente las elecciones las que van a responder a estas necesidades; otra vez ahí entra la cuestión: hasta dónde puede la sociedad civil cubrir los vacíos que los gobiernos no.
¿Cuál será el impacto de los sismos en las elecciones?
—Lo que pasó en el terremoto caerá en terreno fértil, porque hay una cultura política de arraigo que pudiera generar cuestionamientos a los gobiernos de izquierda, porque si hay un cuestionamiento de los jóvenes a los gobiernos de izquierda, ¿entonces cuál es la opción? ¿Candidaturas independientes que se alejen del perfil político? No sé.
La Ciudad de México no es todo el país: son 20 de 122 millones [de personas], ¿qué efecto tendrá para los jóvenes de otros estados?
Pero la participación no fue nada más en la Ciudad de México, se vio en todos los estados afectados por los sismos.
—Sé que fue una respuesta masiva, pero la concentró y la vivieron más directamente las zonas afectadas. Esta movilización de jóvenes sucede casi 50 años después del 2 de octubre de 1968, ese movimiento estuvo concentrado en ciertas partes del país y fue muy importante en la construcción del sistema político que pasó después.
Como estudiosa de la realidad social, mi pregunta es: ¿En qué medida esta respuesta masiva a una situación urgente se convierte en una forma de capitalizar demandas políticas que no están atendidas?, el reto es que este movimiento se convierta en un parteaguas, en un antes y un después de lo que pasa en el sistema político mexicano.
¿Usted cree que la ciudadanía va a salir a votar más o menos?
—Tenemos una sociedad que está desencantada, pero buscando espacios para que se escuche su voz, ¿qué efecto tendrá eso en la forma de participación en las próximas elecciones? No sé, habrá que esperar.
Hubo una polémica sobre destinar el presupuesto de los partidos a la reconstrucción de las zonas afectadas, ¿cómo califica la respuesta de los partidos?
—Hay una respuesta inmediata en la coyuntura y yo creo que, con la cabeza más fría, tenemos que evaluar estas respuestas en términos de un sistema electoral equitativo y la viabilidad de las cosas que se dijeron. Es una cuestión de politizar la coyuntura, tenemos que esperar para ver si efectivamente son viables [las respuestas].
¿Sí se puede que los partidos regresen el dinero?
—Es complicado, ¿no? No tengo el conocimiento de la ley electoral. Es difícil que alguien te diga que no simpatiza con la idea de destinar más recursos a la reconstrucción y menos a las elecciones. Lo que tenemos que hacer, y el INE es el órgano responsable, es ver si efectivamente es viable sin poner en riesgo la equidad en el proceso electoral.
¿Fue una respuesta populista?
—Fue la respuesta de la coyuntura y del momento.
"Ya no podemos ser un país víctima”
- Cuestiona al gobierno por su desconocimiento de México; cree que el muro no cambiará nada y llama a buscar líderes reales
El escritor Elmer Mendoza habla, como pocas veces, sobre la situación política del país. Aborda temas como el gobierno de Trump, la renegociación del TLCAN, de aspirantes a candidatos a la presidencia como Margarita Zavala y Andrés Manuel López Obrador; de su opinión general del sexenio y sobre los crímenes que han sacudido al país como lo sucedido en Ayotzinapa.
De cara a las próximas elecciones en México, los votantes, dice, tenemos la obligación de reflexionar sobre a quién y por qué daremos el voto. Además, asegura, las necesidades del país exigen fortalecer la educación, garantizar la impartición de justicia y la aplicación de la ley.
El autor de obras fundamentales para la literatura mexicana contemporánea como Un asesino solitario y El amante de Janis Joplin conversa con EL UNIVERSAL sobre el México que somos, un país en el que, afirma, es posible seguir siendo optimista.
¿Qué opinión tiene del sexenio de Enrique Peña Nieto?
Ha sido un sexenio muy difícil, no me refiero al gobierno sino a los mexicanos. Ha habido un exceso de delitos muy duros que ensucian mucho al país, como Ayotzinapa. Las bandas del narco crecieron a pesar de todo, a pesar de las aprehensiones espectaculares; se volvieron más crueles. Pero también creo que el gobierno no la ha llevado nada fácil. Hay reformas en las que están trabajando como la de educativa, que me parece muy importante, la educación es la única forma con la que se puede modernizar al país, la educación como herramienta para la ciencia, para la interpretación del mundo, para la cultura, la economía. La base de todo es la educación. Sin embargo, cada año salimos muy mal en este aspecto. Por eso considero que urgía una reforma a fondo y se tiene que sacar adelante, se oponga quien se oponga. Por otro lado, la economía está muy golpeada, tenemos un país que ha dependido mucho de la explotación del petróleo y los precios se han desplomado. La economía se ha mantenido en un nivel pero no se ha conseguido mantener el país a flote. El gobierno no ha sabido interpretar el país en el que vivimos. A veces pienso que el presidente y su gabinete no tienen el conocimiento del país que somos, un país extraño y polarizado, con tantos pobres y delincuencia y bandas, con personas que no piensan hacer cosas por nuestro país sino irse a otro lado. El Presidente es un hombre muy raro, es como robótico, es el único que he visto que no ha hecho canas en cinco años, conserva la misma imagen, sigue carita y bien peinado. ¡No puede ser! ¿A este tipo de dónde lo sacaron? México necesita mucho más que su imagen.
¿Y cómo percibe a la sociedad?, ¿somos apáticos?
Ayotzinapa es un indicador del gobierno que vivimos. Lo que pasó ahí tiene que ver con la concepción de la justicia, con lo difícil que es para los gobiernos abandonar un nicho de corrupción. Hay que aplicar la ley. No podemos pensar que somos un país de leyes si no las están aplicando. Una Casa Blanca mediáticamente fue espectacular, pero no veo que haya contribuido a olvidar la miseria en que vivimos. Hay asuntos gravísimos: la impartición de la justicia, el desempleo brutal, la desesperanza en que vivimos, que haya miles de jóvenes egresados sin empleo ni lugares para trabajar. Al salir de la universidad, mi jefe me dijo que me alegrara, que pertenecía a la última generación con trabajo al salir de la escuela; no ocurrió exactamente así pero se fue cumpliendo y ahora es un problema muy grave. Hay 120 millones de habitantes y la mayoría está en la economía informal y no produce ni un carajo.
A esta realidad, se suma la relación con el país vecino, la renegociación del TLCAN, el muro...
Élmer Mendoza da un voto de confianza a las alianzas políticas, pero con personas inteligentes, hombres y mujeres capaces de avanzar en la modernización del país. (ALEJANDRA LEYVA. EL UNIVERSAL)
Me parece que el centro del país no tiene idea de lo que es TLCAN. A mí me ha tocado ver que un funcionario de la Ciudad de México fue a Culiacán a decir su discurso sobre el TLCAN, cuando un productor de allá se puso de pie y le empezó a explicar esquemáticamente lo que el TLCAN significaba para las áreas productivas de la agricultura, habló concretamente de los graneros y de cómo el gobierno había hecho una mala negociación y por qué sí nos convenía renegociar. Los productores que conozco creen que esta es una oportunidad para conseguir más beneficios. Trump bloquea el aguacate y los mexicanos consiguen los permisos y los mueven a Canadá. Lo que se tiene que hacer es renegociar sin miedo y plantarse como un país, se tiene que consultar a los productores que se han beneficiado o se han perjudicado con el TLCAN. Hay otro gran problema en la industria manufacturera. El TLCAN trajo las maquiladoras que se convirtieron en terribles centros de explotación y muerte, se lo pueden preguntar a cualquiera de las ciudades fronterizas. Al final, Trump, en su locura, nos está abriendo una puerta a posibilidades. Si el gobierno mexicano negocia con un propósito de país podemos sacar ganancia. Respecto al muro, pues lo pueden hacer y todos los latinoamericanos seguirán pasando por arriba o por abajo, eso no tiene mayor problema. Ya existe uno que va desde la esquina de América Latina que llamamos Tijuana hasta más allá de Mexicali y hasta se ve bonito. Vaya, que yo no le veo problema. A los migrantes móviles que yo conozco el muro los tiene sin cuidado.
Ante las próximas elecciones se habla de alianzas partidistas.
El poder tiene una capacidad de seducción que es capaz de envolver a cualquiera. Creo que en política el fin justifica los medios. Nunca me han extrañado las alianzas entre partidos porque lo que tienen en común es que buscan el poder. Lo malo es que después de que lo han ganado no han sabido sumar sus mejores ideas para enriquecer el proyecto de país que proponen. Los mexicanos que no somos políticos tenemos que aprender a identificar a los líderes reales, los que votamos tenemos que aprender a distinguir a los líderes mediáticos. Los medios pueden convertir a un idiota en una figura emblemática en 24 horas en cualquier área, no sólo en la política. Todos caemos en la admiración y tenemos que evitarlo. Por ejemplo, es increíble cómo admiran al Chapo Guzmán, ¿cómo pueden admirar a una persona como él? Y los políticos siguen este esquema. Por eso tenemos que aprender a distinguir. Espero que las alianzas propongan a hombres inteligentes, que encuentren líderes porque sí los hay, pueden ser hombres y mujeres capaces de dirigir un equipo para avanzar en la modernización real del país. Nuestro país, difícilmente, podrá dejar de ser un agujero de miserables si no hay alguien que nos dé esperanza a todos, que nos haga creer que vale la pena trabajar, hacer cosas, repensar el país, respetar las leyes, escribir buena literatura. Todos somos parte de un país que va hacia delante.
¿Entonces es optimista?
No puedo ser pesimista. El optimismo, que no es mecánico, me permite establecer una serie de elecciones. Por ejemplo, en el caso de los candidatos puedo elegir con base en mi optimismo, no en el partido al que pertenezca o a las campañas beligerantes que haga. Hay que ver qué hay en esa persona, en su pasado, y así alimentar mi optimismo y con satisfacción apoyar una política, creo que tenemos que ser así. Tradicionalmente somos un país con tendencia a perder, a justificar nuestras derrotas, esto lo tenemos que abandonar, ya no podemos ser un país víctima. Podemos canalizar el optimismo y conseguir cosas.
Hablaba de líderes, pero hemos visto caer a muchos, una estrella de futbol y un cantante, un político anunciado como la nueva imagen de un partido. El crimen ha permeado en todas las esferas. ¿Con estos casos seguimos justificando nuestros fracasos?
Sí. El diseño de la sociedad que somos funciona en función de las figuras. En EU crean figuras, más en el deporte, y son aspiracionales, pero también hay en esferas como el arte y la literatura; pero si te fijas, en México carecemos de ellos y tenemos que reforzar esto. Yo, por ejemplo, admiro a Rafa Márquez, y me desconcertó lo que pasó, pero también sé que figuras como él no manejan sus finanzas. Con toda la proporción guardada, yo no manejo mis finanzas, lo hacen otras personas, así que... Yo sí puedo creer que no hayan advertido qué pasó con sus finanzas. Aclarar las cosas les va a llevar tiempo, pero si los encuentran culpables hay que aplicarles la ley y hacerlo sería emblemático. Si se puede aplicar la ley a figuras, también a políticos y a empresarios.
Margarita Zavala, Andrés Manuel López Obrador, Luis Videgaray, José Antonio Meade. ¿Uno de ellos es un buen líder?
Les doy el beneficio de la duda. Desconfío de la beligerancia de López Obrador, tiene como 18 años en campaña y no creo en los gritones, en la gente que está siempre comiéndose a los enemigos, eso no es un acto de inteligencia. A Margarita la veo muy opacada y el próximo presidente necesita ser muy plantado, la relación con otros países exige de una persona muy capaz, además tiene la carga de su esposo; pero si fuera la única mujer, no la descartaría de inmediato a la hora de votar. Los otros dos son del gabinete y no los conozco mucho, no confío mucho, los veo trabajando un perfil. Hay otros por ahí que pueden llenar más aspectos del perfil que espero para emitir mi voto.
"Juventud vive un estado de desamparo: rector UAM”
- Clase política no ha escuchado propuestas de los jóvenes, dice; afirma que Frente Ciudadano es una alianza ilógica y sin futuro
México necesita políticos más sensibles a las necesidades de la población, que escuchen a los ciudadanos y tomen las decisiones de abajo hacia arriba, sin buscar un beneficio propio o para su grupo político, afirmó Eduardo Abel Peñalosa Castro, rector de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En entrevista con EL UNIVERSAL, Peñalosa Castro comentó que el sismo del pasado 19 de septiembre representa un punto de inflexión que impulsó la participación de la sociedad civil, además de que es una oportunidad para que la clase política se acerque a la gente y escuche sus demandas, a fin de recuperar la confianza hacia los gobernantes.
Al mirar a los jóvenes que se unieron para atender a los afectados por el sismo de magnitud 7.1, el rector afirma que los ciudadanos tienen ganas de participar, lo cual quedó demostrado en esta emergencia; sin embargo, existe un “fenómeno de desamparo” entre la juventud, el cual es propiciado, en parte, por el abandono de la clase política hacia este sector de la población, puesto que no se aprovecha su capacidad y potencial, por lo que se requieren de espacios en el que los jóvenes tengan voz y voto, donde sean escuchados, puesto que a veces sólo se les utiliza por los votos.
De cara a las elecciones de 2018, comentó que se requieren políticos más sensibles y cercanos a la población. En ese sentido, afirmó que el sismo de la semana pasada cambió el “tablero político”, al mostrar la necesidad de que la clase política escuche las demandas de la población.
Consideró que la organización de la sociedad durante esta emergencia puede allanar el camino para que los candidatos independientes cobren mayor fuerza, aunque también existe la posibilidad de que surjan movimientos políticos que deriven en la formación de nuevos partidos, como ocurrió en el sismo de 1985.
Sobre el Frente Ciudadano por México, integrado por PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, consideró que es “ilógico” unir cosas tan disímbolas, por lo que “no le ve futuro” a esta alianza, pues advirtió que el primer problema se presentará al momento de elegir a los candidatos y, en el supuesto de que llegasen a ganar algún cargo, no lograrán ponerse de acuerdo para definir una agenda, dado que poseen ideologías diferentes. De cara a las elecciones de 2018, ¿considera que la democracia ha madurado en nuestro país?
—Está en un proceso de maduración. Creo que la democracia en México tiene mucha madurez pendiente, pero existen condiciones que han hecho que mejore, como la alternancia y algunas posibilidades de expresión mayoritaria de la población, pero yo creo que hay un trecho por recorrer y una maduración que es necesaria en este país.
¿El sismo marca un antes y un después en la vida política?
—Todos los eventos catastróficos tienen un impacto en la vida política, todo eso va abonando en algo multicausal, multifactorial, complejo; va abonando en conformar una manera de actuar en la gente. Entonces, yo recupero del sismo esta capacidad de organización de la gente, que nos deja ver que tenemos un gran interés en nuestros semejantes. Yo no diría que es un parteaguas, un antes y un después, pero sí tendrá impacto.
¿Cómo ve la atención de la clase política hacia los damnificados?
—Este sismo nos tomó un poco desprevenidos. La clase política creo que ha respondido bien, a nivel del Presidente, de algunos secretarios, se están atendiendo de una manera pertinente todas las necesidades; pero a otros niveles, creo que es necesario organizar mejor esta respuesta de la que yo hablaba.
Tenemos por un lado una respuesta muy importante de la comunidad, de la población, por otro lado una serie de necesidades y estos espacios de toma de decisiones y de integración de estas dos fuerzas son los que se tienen que mejorar, pero, en general, la clase política ha tenido una respuesta buena.
¿Los políticos han sido lo suficientemente proactivos en la atención a los damnificados?
—Creo que ese tipo de poderes legislativos o los mandos medios son los que han sido tomados desprevenidos. Es probable que no hayan sabido cómo, no es tanto una falta de interés en muchos casos, sino más bien no estar organizados. Creo que eso es lo que nos brinda una oportunidad.
Sobre la demanda de la población en cuanto al financiamiento a los partidos, ¿lo hicieron más a fuerza que por convicción?
—Hay mucho dinero dedicado a cosas que no son prioritarias, hay campañas y hay otra serie de gastos que no son lo más importante, las prioridades son la educación, la ciencia y la tecnología, eso es fundamental, toda la educación, la ciencia y la tecnología también. Claro, antes están las necesidades básicas.
Sociedad puede ejercer presión
¿La sociedad civil puede hacer que los políticos cambien?
—Yo creo que sí, tomando en cuenta casos como éste. Fue una respuesta a favor, en contra de todas las hostilidades, tenemos muchas condiciones bajo las cuales no podemos actuar y aquí sí podemos. Este tipo de reacciones harían que la clase política cambie, este tipo de presiones, o la presión de una solicitud de reencauzar un dinero para atender necesidades. El dinero está, la presión de la ciudadanía es fundamental y sí puede hacer cambiar a la clase política.
¿De qué manera va a impactar el sismo en la política?, ¿será un tema que determine la preferencia por uno u otro?
—Es posible. Existen casos de partidos que nacen a partir de movimientos como éste. Es muy difícil predecirlo. El hecho de ver el poder, la importancia, la potencialidad de la comunidad y de su forma de organización puede hacer que cambien las cosas.
¿Esta coyuntura del sismo está allanando el camino para que los candidatos independientes cobren mayor fuerza?
—No necesariamente, pero puede abonar. El individuo empieza a tomar una importancia diferenciada, yo creo que los partidos seguirán existiendo, lo determinante es cómo están organizados los grupos que apoyan a los aspirantes. No creo que esto resulte en una despartidización o un énfasis en los candidatos independientes, pero puede ayudar.
Una nueva clase de políticos
¿Qué políticos requiere el país para superar esta crisis?
—Necesitamos políticos que vean a la gente, que volteen a ver las condiciones bajo las cuales la gente está viviendo, que atiendan los problemas más importantes de este país. No me gusta pensar en políticos que atiendan las necesidades de unos cuantos, no me gusta eso, me gusta más bien pensar en políticos que atiendan las necesidades de los más pobres, no podemos seguir siendo insensibles.
¿Se necesita de líderes mucho más sensibles a las necesidades de la población?
—Mucho más sensibles a las necesidades y que escuchen, que no hagan como que escuchan, que no se presenten a dar espaldarazos, sino que, bajo la condición de escuchar, tomen decisiones, eso es lo que se necesita en este país.
¿Cómo deben asumir los políticos la responsabilidad de sacar adelante al país tras el sismo?
—Los políticos tienen la gran oportunidad de acercarse a la gente. No se han acercado, la gente está muy dispuesta, ya lo vimos, tiene muchas ganas de participar, la clase política tiene que aprovechar esto, pero encauzarlo de manera auténtica con ganas de salir adelante.
¿Qué necesita un candidato para atraer a los jóvenes?
—Los jóvenes participan de manera desinteresada en donde pueden participar, el problema es que no hay muchas trincheras. No lo vería de manera utilitaria como el candidato que va a llevar gente a las urnas, sino alguien que arroje un resultado, que la candidata o el candidato pudiera tener un poder de convocatoria para organizar. Es muy difícil, pero si hay alguien que puede capitalizar con ganas de organizar, no con ganas de ganar, eso le puede redituar en términos políticos.
¿Los jóvenes están desencantados de la política?
—Es posible. Hay un fenómeno de desamparo que puede estar generalizado. Si bien hay ciertos avances, están desamparados, no pueden participar, no pueden tomar parte en algunas cosas, es multifactorial, pero eso hace que no participen tanto.
¿La clase política ha abandonado a la juventud?
—Sí, se les usa y no se aprovecha la potencialidad y capacidad de participación que tienen.
¿Cómo interesar a los jóvenes en el proceso electoral de 2018?
—Es una tarea compleja que tuvo que haberse empezado desde hace mucho, pero creo que esa es la receta en la medida en la que ellos tengan voz y voto, participen para cambiar cosas que son importantes para ellos y que eso sea escuchado y tomado en cuenta.
¿De qué manera se puede capitalizar la organización de la sociedad en la vida política?
—La participación ha sido espontánea en este caso (en el sismo) y ha sido independiente, a veces de una organización. Son autoorganizaciones que emergen, en algunos casos; incluso lo que le falta es un liderazgo, que tome en cuenta esta participación espontánea, a veces. Pero necesitamos un liderazgo y ese es el que debe determinar hacia dónde ir. Ya vimos que la gente participa y con muchas ganas. Se necesita habilitar de manera auténtica toda esta participación.
Frente Ciudadano, sin futuro
¿Cuáles serían los temas urgentes que se deberían tocar en las compañas de 2018?
—Hay varias cosas que deberían ser tomadas en cuenta para el siguiente gobernante. Una es la gobernanza de las instituciones de educación superior; dos, ampliar la cobertura. Si no llegamos a 50% de cobertura en la educación superior, con calidad educativa, y si no tenemos un apoyo presupuestal importante, no vamos a lograr nada.
¿Cree que es viable este Frente Ciudadano que conformó el PRD con el PAN?
—No creo que haya ahí posibilidad de sumar esas cosas tan disímbolas. A lo mejor lo hacen por un voto útil, y eso no me parece que sea razonable, no sé cómo le van a hacer. Realmente lo veo ilógico. Cuando decidan quién va a ser el candidato, ahí va a ser el primer problema, hay que ser consistentes y congruentes. Y no: “Vamos a unirnos contra el PRI”. Eso no sirve, no es una manera. No le veo futuro, es una propuesta que no abona, que no convence; a mí no me convence.
¿Hay una crisis de ideología entre los partidos?
—Hay una desatención al pueblo, hay gente aparentemente de la izquierda y luego ya no y al revés. Entonces, a lo mejor lo que se quiere es participar en este proyecto común. Pero no creo que eso sea una crisis; creo que, sobre todo, hay una desatención al pueblo.
¿Qué papel juegan los candidatos independientes? ¿Cómo pueden posicionarse entre las preferencias de los ciudadanos?
—Poniendo atención a lo que necesita realmente México. Ahora, entre los candidatos independientes, no veo a alguien que pudiera sustituir a los partidos. Si se continúa con una postura que beneficie a unos cuantos, eso es lo que no funciona. Hay que beneficiar a la mayoría.
¿México estaría preparado para una presidenta mujer?
—Sí, sí está preparado. Pero no veo a la candidata, no sé quién es; pero sí, México está preparado para eso. Las mujeres de México son excepcionales y están preparadas.
¿Qué piensa sobre los 10 gobernadores que están acusados de corrupción y otros encarcelados?
—Es un lunar, un punto negro. Estamos realmente en uno de los peores lugares en el mundo; no es posible que siga habiendo corrupción. Y esto claro que afecta a los partidos políticos de donde son estos gobernadores. No lo puedo creer que, en este año, tengamos este nivel de corrupción y de persecución de los corruptos. No debería pasar; lo estamos viviendo y va a afectarles.
¿Que características debe tener un candidato para que tenga cierta credibilidad para atacar el fenómeno de la corrupción?
—Varias cosas, una de ellas es el comportamiento íntegro de esta persona, que se demuestre; la otra es que también haya demostrado que tiene acciones, que transparenta su quehacer institucional; que no sólo haya demostrado que tiene acciones, sino que haya instrumentado la transparencia. El elemento que contraviene la corrupción, el más importante es ese. Entonces, en la medida que uno sea transparente, que actúe con valores, estás demostrando que puedes ser un servidor público confiable.
“México no merece la clase política que tiene”
- Dice confiar en el instituto electoral y espera que los partidos acepten los resultados de los comicios, “como debe ser”.
- Considera que será “interesante” observar el desarrollo del Frente Ciudadano por México, pero no imagina cómo lograrán acuerdos.
Reservado y de pocas palabras, a Enrique Fernández Fassnacht no le gustan las entrevistas; sin embargo, habla fuerte cuando señala que este país, “no se merece a la clase política que tiene”.
De cara al inicio del año electoral, el director general del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Enrique Fernández Fassnacht, dice confiar en el árbitro de la contienda, el Instituto Nacional Electoral (INE) y también en que los partidos “aceptarán los resultados [de las elecciones en 2018], como debe ser”.
En su opinión, ha habido avances en la consolidación de la democracia, pero reconoce que aún hay un trecho largo por recorrer en el tema. Le preocupa la falta de honestidad de los políticos y sus partidos, de la cual no hay distinción de colores.
La corrupción y la falta de honestidad, dice, son los problema más graves que enfrenta el país, no sólo por sus políticos, sino por sus ciudadanos. Considera que se trata de un problema cultural, “no en balde hablamos de que ‘no nos ha hecho justicia la revolución’”.
Del próximo Presidente de México espera congruencia entre su decir y actuar, que recupere la credibilidad que han perdido los ciudadanos en sus instituciones, que ejerza sus facultades como corresponde y que convenza.
A quienes serán electos como senadores y diputados les pide que antepongan los intereses de la nación a los personales o de grupo, que no diriman sus problemas partidistas en el Congreso de la Unión y que no estén pensando cómo quedarse en el cargo ante el nuevo escenario de la reelección.
Sentado en su escritorio en su oficina de la Dirección General del Politécnico, en la Unidad Zacatenco, el ex rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana y ex secretario ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) considera que como ciudadano será “interesante”observar el desarrollo del Frente Ciudadano por México, pero le preocupa “cómo se van a poner de acuerdo”.
¿Cree que la de 2018 será una contiendalimpia?
—Sí, confío en el INE, en los consejeros electorales y en el presidente, en que los partidos políticos al final aceptarán los resultados como debe ser. Es un asunto de democracia, de votos: ganará el que la gente quiera.
¿Cómo deberían actuar los integrantes de la clase política ante el proceso electoral que viene?
—Que antepongan los intereses institucionales, de hacer un país mucho más fuerte y ético. Hemos visto problemas de falta de ética y no diría de un sólo partido, sino de la clase política en general. El problema más importante que tiene que resolver este país es la falta de honestidad.
¿La corrupción y el Estado de derecho son los mayores retos y desafíos que se ven?
—La corrupción es el problema más grande que tiene México y muchos problemas se derivan de ella. Para combatirla, lo más importante es establecer un modelo de Estado de derecho y combatir la impunidad. Tenemos un problema cultural: no en balde hablamos de que “no nos ha hecho justicia la revolución”. Sí hay quienes no estamos metidos en eso (la corrupción), afortunadamente somos muchos.
¿Los escándalos de corrupción en los partidos serán un lastre en el proceso electoral?
—Ciertamente influye en la confianza de la gente, de todos nosotros. Por eso hay que mirar con mucho más cuidado qué haremos los ciudadanos de cara a las elecciones de 2018.
¿El país tiene la clase política quese merece?
—No. La clase política está compuesta por mexicanos y en la clase política se refleja lo que somos los mexicanos, pero por supuesto que no creo que el país, como país, se merezca eso. No se merece a la clase política que tiene. Necesitamos una más comprometida con los intereses nacionales. Espero que los actores políticos sacrifiquen sus intereses particulares o de grupo por lograr alianzas para mejorar las condiciones de este país.
¿Cómo ve al país en el inicio de este proceso electoral?
—En términos de democracia se ha avanzado muchísimo y prueba de ello es que aparecen muchísimos actores y candidatos a la Presidencia; eso habla de la evolución que hemos tenido, en lo personal me gusta. El país enfrenta retos importantes, y desde muchos puntos de vista: en lo económico, lo social y lo ético. Los cimientos no están tan mal: tenemos grandes desafíos pero hay que reconocer que las reformas estructurales que llevó a cabo el Presidente son importantes para el desarrollo, y seguramente estas reformas se han de consolidar hacia adelante.
¿La democracia está consolidada?
—No precisamente, pero ha avanzado muchísimo. Tenemos partidos fuertes que enfrentarán las elecciones con candidatos fuertes, hay alianzas entre partidos, lo que habla de democracia, interés por el futuro del país. Tenemos que recuperar la confianza en nuestras instituciones, en el Instituto Nacional Electoral. Hay quienes se han empeñado en que esa confianza no exista, cuando es la misma clase política la que ha cambiado las reglas. No podemos hacer otra cosa que confiar en que el árbitro va a actuar de manera imparcial.
¿Qué características debe tener el próximo Presidente de este país?
—Lo visualizo como una persona realmente comprometida con los intereses nacionales; ajena a los intereses propios y de grupo, impulsando la credibilidad en los gobernantes, inspirando confianza en los gobernados. Hay una crisis. Espero que el próximo Presidente sea una persona que, a partir de la congruencia entre lo que dice y lo que hace, recupere la credibilidad, aunque no es un tema propio de México.
¿El próximo Presidente debe ser político o ciudadano?
—Me gustaría un Presidente que pudiera con el paquete de dirigir este país. Los aspirantes son tantos que creo que habrá quien pueda enfrentar los retos de este país e impulsarlo de cara al siglo XXI.
¿Qué le pediría al próximo Presidente y qué esperaría del Congreso?
—Del Congreso, que actúe como Congreso de la Unión, porque ahí se ventilan muchas cosas relacionadas con los intereses de los partidos y de las personas; les pediría que se olviden de mantenerse en el puesto, más ahora que va a haber reelección. Al Presidente, que ejerza sus facultades como corresponde a un presidente, que se apoye en el Congreso, que convenza. Si no anteponemos nuestros intereses particulares y de grupo a los intereses nacionales, a este país le va a ir mucho mejor.
¿Qué le pareció el presupuesto de 25 mil millones de pesos para organizar las elecciones y de los 6.7 mil millones de pesos para los partidos políticos?
—Ha sido la desconfianza en nuestras instituciones electorales, de unos partidos respecto a otros, de personas respecto a otras, lo que nos ha llevado a que la democracia nos cueste tanto dinero. Ojalá una vez consolidada nos cueste muchísimo menos; estamos invirtiendo para el futuro. Me gustaría que se gastara menos en eso y más en educación superior, pero entiendo que consolidar la democracia cuesta.
¿Cuál es su opinión del Frente Ciudadano por México?
—Tienen derecho de aliarse y está bien. Lo que no me imagino es cómo se van a poner de acuerdo y quién va a encabezar la alianza, porque muchos quieren. Va a ser interesante ver cómo resuelven esa parte, además de preocupante el proceso, pero todos esperamos que el resultado sea mejor para el país.
¿Qué le preocupa del frente?
—Que no se pongan de acuerdo, tanto al interior de cada partido como al interior de la alianza. Que anteponiendo intereses particulares o de grupo no se actúe institucionalmente. Me preocupa mucho el tema de las reformas que ha impulsado el Presidente, que no haya continuidad.
¿Están preparados los partidos para debatir rumbo a 2018?
—Para debatir siempre están preparados, la cosa es qué tanto se puede creer en lo que dicen. Desde nuestro escenario, como instituciones de educación superior, tenemos una gran responsabilidad en el combate a los problemas del país: con propuestas, con estudios. En el Politécnico se considera ese tema como un compromiso y no en balde ha participado en el desarrollo del país y lo seguirá haciendo.
¿Dónde quedaron los problemas de siempre, la pobreza, la desigualdad? ¿Fueron marginados?
—No diría eso. Son problemas muy grandes, pero se ha avanzado, se habla de una reducción en la pobreza extrema en México de más de dos millones de mexicanos. Preocupa que sigamos teniendo a más de 40 millones de personas en esas condiciones.
“México enfrenta una crisis de realidad y de expectativas”
- El narrador analiza la situación del país de cara a las próximas elecciones; dice que la salida está en las candidaturas independientes
Juan Villoro ha sido testigo de su tiempo, de la realidad nacional, de la violencia que impera en México, de las desigualdades, de las pasiones que mueven a los mexicanos y de la política que, dice, está saturando al país. El escritor, ensayista y periodista asegura que hay una crisis no sólo de la realidad, sino de las expectativas y ante eso “lo que queda, a mi modo de ver, y salida posible, son las candidaturas independientes”.
El miembro de El Colegio Nacional y ganador del Premio Anagrama de Novela afirma en entrevista con EL UNIVERSAL que desde los 12 años, cuando los hechos trágicos del 68, él ha sido un testigo de los sucesos, un testigo pero desde las aceras. “Desde luego que no creo tener una clave para descifrarlos pero me interesa mucho tratar de entenderlos”.
El autor de El testigo y Arrecife dice que desde que comenzó a escribir ha tratado de entender la realidad de esta manera, como testigo. “Esa es mi perspectiva, la de un testigo, quizás desde cuando vi las manifestaciones del 68, que no he dejado de ver desde las aceras. No soy un protagonista”.
En su apuesta por candidatos independientes, Villoro está implicado en la postulación de María de Jesús Patricio, designada por el Congreso Nacional Indígena.
¿Cómo ves este México que enfrentará elecciones en 2018?
Veo el 2018 con poco interés desde el punto de vista de las opciones establecidas, creo que México pasa por una saturación de la política, hay un gran descrédito debido a los políticos de todos los partidos. Si tú entrevistas a personas de las más diferentes profesiones y de las más diferentes regiones del país, casi todas ellas, hablan con enorme desconfianza de los partidos políticos, lo mismo ocurre si hablas con mexicanos al otro lado de la fronteras, que tienen una visión muy crítica, entonces yo creo que la figura del político pasa por uno de sus momentos más bajos.
Esto hasta cierto punto es preocupante porque es muy grave que nuestro país esté en una situación crítica pero que al mismo tiempo también esté crítica la esperanza. Tenemos una crisis de la realidad pero también una crisis de las expectativas.
¿Es un panorama desolador?
En 1988, cuando el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas contendió por la presidencia con un frente amplio de izquierda había una enorme ilusión de que pudiera ganar y muy probablemente lo hizo, vino entonces el fraude electoral más flagrante de los últimos tiempos con la llamada caída del sistema, y no supimos nunca los resultados porque después, por iniciativa del Jefe Diego, esas boletas se quemaron, pero hoy en día no veo que haya una luz equivalente al final del túnel; es decir, tenemos un cansancio ante las opciones y sin que haya una fuerza que las renueve.
Creo que la alternancia democrática que se dio en el año 2000, en cierta forma nos quedó a deber porque entendimos que podíamos tener elecciones competidas, vigiladas y confiables, pero al mismo tiempo el resultado no fue necesariamente para bien, especialmente el de Felipe Calderón que salió de la presidencia con una guerra a cuestas que nadie le pidió que iniciara, que nunca contó con consenso del Congreso, ni siquiera de su propio partido y con un saldo de más de 100 mil muertos y más de 30 mil desaparecidos. Entonces esta alternancia no cumplió con lo que se esperaba para cambiar el sistema, tan es así que regresó el antihéroe de la política, el PRI... Cerca de mi casa había una barda que decía: “Que se vayan los ineptos y que vuelvan los corruptos”, lo cual implicaba que el PRI robaba pero sabía hacerlo mejor.
Y este regreso pues tampoco ha sido muy alentador porque el sexenio de Peña Nieto es un sexenio marcado por Ayotzinapa, Tetelcingo, la Casa Blanca y todo tipo de agravios, y una política exterior equivocada que incluso favoreció a Donald Trump.
¿Ni una luz al final del túnel?
Vivimos una situación de crisis no sólo de la realidad sino de las expectativas, queda una salida posible que son las candidaturas independientes. Pero las leyes para la contienda son profundamente injustas, es imposible que en México surja un movimiento político como Podemos en España, por la sencilla razón de que la reglamentación lo impide. Cumplir con los requisitos es una opción que en realidad prácticamente sólo pueden cumplir los políticos profesionales, entonces los independientes en realidad están diseñados como el Plan B de los políticos establecidos que pueden llegar por esa vía a un puesto. ¿Quién va a poder reunir cerca de 900 mil firmas en un plazo de dos meses en 17 estados de la República? Es algo realmente descomunal.
¿Los independientes son la opción?
A mí me parece interesantísima la candidatura de María de Jesús Patricio, que ha sido designada por el Congreso Nacional Indígena como su candidata, ella prefiere ser llamada vocera que candidata, sabe que en caso de poder participar en la contienda no va a ganar, que es una candidatura más moral que política, pero justamente a la política le hace falta mucha moral. Y al mismo tiempo sería muy interesante escuchar a quienes no se han escuchado, se trata de una mujer y una indígena que son dos sectores que han padecido históricamente gran discriminación en México.
Yo en lo personal estoy implicado en tratar de lograr que prospere esa candidatura, yo formo parte de la asociación que la postula porque no se trata de construir un partido político, no es una lucha común, se trata de una candidatura extraordinaria. Va a ser una asociación civil la que la postule de la que yo formo parte y yo ahí veo una ilusión grande, no para cambiar las cosas de manera inmediata porque la situación del país no da para eso, pero sí para poner en la agenda temas que no se han discutido y para escuchar voces que hasta el momento se mantienen como inéditas.
¿México está listo para el 2018?
El país va a llegar muy quebrantado al 2018 por muchas razones. Hay razones económicas: la caída de los precios del petróleo, el regreso de muchos paisanos que aportaban remesas a México, una tensa situación internacional, especialmente con los Estados Unidos y sobre todo muchas cuestiones no resueltas en la agenda nacional, yo creo que va a hacer un año con los conflictos a la vista.
Creo que el país va a llegar en una situación muy crítica. Es posible que esto favorezca a una candidatura de descontento como la de López Obrados, todo parece indicar que hasta ahora es el candidato que favorecen las encuestas pero todavía hay que ver quiénes son los otros candidatos, si el PAN y el PRD hacen una alianza, a quién escoge finalmente el PRI, para saber qué fuerza real va a tener López Obrador en esta tercera y posiblemente última oportunidad de ser presidente.
¿Podemos ganar experiencia?
Yo creo que esta contienda nos debe llevar a un ejercicio más de fondo, tratar de cambiar las reglas de participación. Hay ya muchos grupos ciudadanos que están pensando en esto. El único candidato verdaderamente independiente que ha triunfado en términos del tipo de apoyo que recibió es Pedro Kumamoto, de Jalisco. Él ha planteado algo que ya aprobó el gobierno de Jalisco y que es muy interesante: que se le den recursos a los partidos de acuerdo a los votantes que realmente tienen, o sea, que no haya cuotas para los partidos ajenas a la presencia real en las urnas.
La democracia mexicana es una de las más caras del mundo; creo que uno de los grandes problemas que hemos tenido después de la alternancia democrática es que los partidos políticos descubrieron que la democracia a la mexicana es un espléndido negocio. Se asignan recursos a sí mismos absolutamente inmoderados, sin darle justificación a nadie y sin que nadie pueda impedir que les lleguen estos recursos.
¿Pero hay avances, algo?
Hemos llegado a una democracia que se ha desentendido de la participación de los votantes y que en vez de solucionar los problemas los va administrando. Tenemos, como dice Mauricio Merino muy acertadamente, una democracia de los coyotes; una democracia de los intermediarios en donde nunca hay participación directa de los ciudadanos. Tenemos poder el domingo de la elección; al lunes siguiente se olvidan de nosotros. Toda esta crisis electoral yo creo que debe llevarnos a reflexionar en que lo que necesitamos son nuevas formas de participación, una reglamentación más laxa que permita el acceso ciudadano y también formas de fiscalización posteriores por parte de la ciudadanía. Es decir, ir transitando poco a poco de una democracia representativa como la que tenemos a una democracia participativa, en donde pueda alguien ser llamado a cuentas, en donde haya fiscalías autónomas, que no sean nombradas por el presidente, en donde haya comparecencias que tengan un sentido de rendición de cuentas real continuamente en el Congreso. Esto es lo que hace falta. Entonces yo creo que al margen de los resultados de la contienda debemos seguir luchando para hacer estas transformaciones.
¿Hay una sociedad desencantada?
El problema es que somos una sociedad muy poco participativa, entre otras cosas porque no hay muchos canales directos de participación, o sea, a la gente se le pide que vote y tiene que confiar como en una deidad que le va a hacer milagros, no hay verdaderamente una sensación de que estamos en una sociedad donde se pueda exigir rendición de cuentas.
“El PRD va en alianza sólo para salvar su registro”
- Afirma que Anaya es “dueño” del frente ciudadano
- AMLO es el mejor posicionado rumbo a 2018, dice
El senador Miguel Barbosa (PT) afirma que el Frente Ciudadano por México no es más que una coalición entre PAN y PRD, en la que el dueño se llama Ricardo Anaya, líder nacional del blanquiazul.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el vicecoordinador político del PT en la Cámara Alta aclara que “nadie ha dicho que la candidatura a la Presidencia en Morena esté asegurada para Andrés Manuel López Obrador, pero hasta ahorita es el más posicionado de todos”.
Dice que cuando López Obrador y Morena lleguen a 35 puntos de preferencia del voto, habrá condiciones para asegurar la Presidencia, “hoy tenemos que seguir trabajando”.
En sus oficinas del Instituto Belisario Domínguez, no se descarta para postularse a la gubernatura de Puebla de la mano de Morena, a pesar de que anunció que declinaría en el proceso interno.
La alianza que viene
¿Ve viable la construcción del frente PAN-PRD para 2018?
—Tienen en construcción lo que pudiera llegar a ser una coalición electoral, este frente ciudadano no es más que una coalición entre PAN y PRD, así debe verse, es una coalición entre la derecha, que ya no quiere ser derecha, y la izquierda que dejó de serlo. En el camino van a pasar muchas cosas y hechos que están determinados, porque en el PRD hay una influencia muy grande del gobierno federal y de los estatales en su toma de decisiones.
Lo que lamento mucho, y que es prueba de lo que decía, es que el PRD y quienes lo dirigen tienen un solo propósito: impedir que López Obrador gane la Presidencia y para eso quieren aliarse con el PAN y otros quieren todavía mantenerlo en el escenario electoral con un candidato útil para quitarle puntos a Andrés Manuel López Obrador.
¿Qué cosas tienen que pasar al interior del PRD?
—En pocos días habrá una definición de personajes como Miguel Ángel Mancera, Silvano Aureoles y el propio Juan Zepeda, quien dijo que podía ser candidato a la Presidencia por lo bien que le fue, según él, en la campaña del Estado de México, con la ayuda del propio sistema, el propio gobierno priísta; hay que ver cómo participan y cómo influye el poder dentro del PRD y sus corrientes para que tomen una posición de decir: “Como no es perredista, nos vamos del frente” y la otra, hay que ver lo que pasa en el PAN, ahí habrá una verdadera confrontación cuando Anaya imponga su candidatura, porque todo apunta a que será un candidato que se autoimpone desde el control de los órganos panistas.
Hay que ver cómo va a reaccionar Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle. El propio Dante Delgado [de Movimiento Ciudadano] cuando vea que hay crisis en el PRD, que hay un PAN con una verdadera división, puede volver a su llamado “cuarto polo” y hasta ser el candidato de su partido.
¿A qué aspirante ve con ese fin?
—Ahí veo todavía a Miguel Ángel Mancera, que cuando apoya al frente, lo que en realidad apoya es que sea un candidato independiente.
¿La prueba del ácido del frente será la elección de su candidato presidencial?
—Lo impulsan como un asunto de necesidad política para impedir que López Obrador llegue. Ellos saben que el único viable de ese frente es un panista, y en este caso, de manera muy clara, sería Ricardo Anaya. El frente es de Anaya, el propietario político del frente es Ricardo Anaya, los que dicen que quieren ser candidatos del frente, no siendo panistas, están mintiendo, es un discurso que no tiene viabilidad, vean lo que dicen Mancera y Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán.
¿Quién gana con el frente?
—Está muy claro que en una coalición electoral el PAN propondría al candidato a la Presidencia de la República y el PRD al candidato a la Ciudad de México, eso está visto desde hace más de un año, así lo dije, pero hubo quien señaló que no había pruebas de ello, y ahí están las pruebas.
El declive del PRD
Como ex perredista, ¿qué siente cuando ve que la bancada de 22 senadores que coordinó, hoy se queda con ocho?
—Esto habla de una crisis, es el producto de una crisis. Los senadores que dejamos al grupo del PRD tuvimos razones políticas, ideológicas, para poder tomar esta decisión. Tuvimos claro que en el panorama 2018 solamente hay dos alternativas: una era el candidato del sistema, el del PRI o el PAN, y otro el candidato Andrés Manuel López Obrador. El papel que el PRD estaba jugando, determinado por los jefes políticos de las corrientes, era impedir que López Obrador ganara la Presidencia. El PRD dejó de ser un partido de oposición real, no tiene viabilidad para alcanzar el poder, no quiere y ni busca la ruta para hacerlo, por eso tomamos esta decisión.
¿El PRD está herido de muerte?
—El PRD tendrá un proceso de achicamiento, de disminución, porque en el escenario de que el PRD decida competir solo, podría poner en riesgo hasta su registro, por eso va en coalición, para salvar el registro queriendo tener una representación prestada de un frente electoral, pero la sociedad tiene claro de lo que se trata: es un frente para alcanzar el poder, no es un frente para transformar el país. ¿Cuál es el proyecto de gobierno que ellos proponen, el del PAN o el del PRD? Porque el que va a encabezar el frente no será un perredista, ni un hombre de izquierda, será un panista conservador y de derecha.
En ese contexto, ¿cuál es el papel que debe jugar Morena?
—Morena debe seguir una ruta de instalación social en el pueblo de México, López Obrador tiene que mantener una posición muy clara frente a la sociedad, hasta un libro tiene ya sobre su propuesta programática de gobierno, de qué hacer cuando alcance el poder. Realmente él ha sido objeto de una crítica y persecución política enorme, pero creo que la sociedad tiene claro que no es un peligro para México y sí tiene propuesta política.
¿Están echando las campanas al vuelo?, Morena tiene rasgos de descomposición como Eva Cadena?
—Nadie ha dicho que la candidatura a la Presidencia de la República esté asegurada para López Obrador, pero hasta ahorita es el más posicionado de todos. Cuando lleguemos a 35 puntos de aceptación, de preferencia del voto, vamos a tener condiciones ya para asegurar la Presidencia, hoy tenemos que seguir trabajando. Eva Cadena no es un asunto de descomposición de Morena, Cadena fue una infiltrada del propio gobierno en Morena, es una mujer vividora que pronto fue descubierta, [que] sirvió para querer manchar a López Obrador, pero que no alcanzó para poder afectar.
¿Pero incluso Ricardo Monreal está amagando que se va?
—Lamento mucho que [Ricardo Monreal] esté en la ruta de su separación, si él se va, siendo un hombre con tanta experiencia y trayectoria política, sería un error de él, y más si se vuelve útil para la estrategia de otros partidos y del sistema para impedir que López Obrador gane la Presidencia.
¿La nomenklatura de Morena no le pesará a futuro?
—Como todos los partidos, Morena tiene que caminar hacia una mayor institucionalidad, creo que los procedimientos en cada partido tienen que ser tan claros como que se acepten los resultados cuando se trata de procedimientos electivos internos.
Usted, ¿por qué decidió bajarse de la contienda para ser gobernador en Morena?
—Yo sigo pensando en ser candidato a gobernador por Morena en Puebla, me sigo viendo como candidato, me veo ganando cualquier encuesta, nadie de los que participan como aspirantes de Morena me ganaría una encuesta, pero con mi anuncio, quise facilitar la elección de quien sea el candidato de Morena. Si la visión estratégica de la dirección de Morena es proponer un perfil absolutamente ciudadano, en eso no encajo, no por no ser cercano a la gente, pero soy un político profesional. Mi formación proviene de mi participación en partidos políticos, pero todavía me veo en posibilidad de encabezar la candidatura de Morena a la gubernatura de Puebla.
¿Por qué vía? ¿De qué depende?
—La única vía es que Morena me haga su candidato. Yo estoy esperando la decisión final y me asumo como alguien agradecido por que se le permita aspirar y ser considerado. Acabo de llegar al movimiento, no vengo a inconformarme en procedimientos cuando acabo de llegar.
“Hay que votar por quien luche contra impunidad y corrupción”
- Pide unidad para apoyar a los millones de jóvenes víctimas de las decisiones de Donald Trump.
- Sobre la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, González Iñárritu espera que los representantes mexicanos “mantengan la dignidad mínima y no se dejen agarrar a toallazos”.
El frío cala hasta los huesos. Dos bancas de metal hielan el trasero. Alrededor hay 72 zapatos, de hombre, mujer, de niño. Morrales con garrafas para agua.
Es el tercer acto. Para pasar al segundo acto es necesario quitarse zapatos y calcetines. Una luz roja con una alarma da acceso al segundo acto. Son seis minutos y medio de realidad virtual en una caja enorme de casi 10 metros por lado, luces neón color naranja y un muro de valla metálica, la misma que estuvo alguna vez en Vietnam, luego en la frontera de México con Estados Unidos.
Descalzo, sobre arena, el andar es pausado. Dos hombres colocan las gafas Oculus y una mochila en la espalda. La sensación es estrujante. Los rostros de niños, mujeres, elementos de la Patrulla Fronteriza envuelven al espectador. Un perro vociferante aturde como los helicópteros y el viento, el dolor, el miedo.
¿Cómo surgió esta idea de plasmar la tragedia de esta manera?
—Surgió hace cinco años, casi; tuve la idea tal cual de poder caminar con los inmigrantes en el desierto. En ese entonces la realidad virtual estaba mucho más en gestación que ahora y pensé que era una oportunidad de exploración, pero en el camino se me cruzaron dos películas y cinco años más tarde, con la tecnología más avanzada, empecé a explorar y a aprender. Lo hacía con la idea de poder subordinar esa tecnología a la exploración, a explorar la condición humana de una comunidad con la que he estado cerca desde Babel y más tarde en Biutiful. Como inmigrante también en Los Ángeles, y cerca de tanta comunidad de inmigrantes que se sienten huérfanos, pues es algo que tengo yo muy cerca.
¿Cuál ha sido la mayor experiencia al haber contactado a estos personajes?
—Fue hermosísima. Primero los entrevisté una hora y media a cada uno de ellos, a decenas. Me confiaron sus historias, su proyecto, hicimos una especie de taller de teatro para poder capturar sus experiencias, representarlas ellos mismos, hacer una coreografía, un guión de multinarrativa. Traté de ver cómo lo hacíamos; fuimos al desierto y capturamos todas y cada una de las realidades con El Chivo Emmanuel Lubezky. Filmamos, aprendimos de la realidad y luego lo capturamos digitalmente.
Durante todo este tiempo con ellos fue una relación muy bonita, de mucha confianza mutua, para ellos muy catártica emocionalmente, de volver a vivir. Compartirlo con el público es dar una cara pública a algo que ha sido siempre una especie de comunidad invisible. Virtualmente los hago presentes cuando en la realidad están invisibles.
¿Qué le diría a la gente que va a ver este trabajo y siente hasta las palpitaciones?
—Cada quien lo recibirá distinto. La verdad tiene mucho que ver con tu identidad, con quién te identificas, y lo puedes vivir desde tantos puntos de vista, desde el policía, el niño, el guatemalteco o el mexicano.
Esto es un experimento que combina teatro con la escenografía, periodismo, documental, cine y animación digital. Hay algo de docu-ficción, es decir, hay ficción. Escribí un guión como si todos hubieran viajado al mismo tiempo, basado en las experiencias reales que ellos vivieron. Es un espacio narrativo para crear algo congruente y que en seis minutos y medio existieran.
Impacta desde la entrada, el cuarto frío, las sillas de metal, los 72 zapatos usados por migrantes. ¿Cuál era la intención de percibir ese frío, despojarse del calzado y luego vivir la experiencia?
—Había cartas, cepillos de dientes y los zapatos, que me impactaron mucho. Yo quería que la gente viviera y sintiera lo que es este cuarto frío, las hieleras, como les llaman, y es donde los ponen. Invertí nada más la narrativa: el tercer acto lo puse en el primero para que sintieras una vulnerabilidad y sintieras el frío de los que están ahí por semanas…
Y la alarma…
—Sí…
Niños…
—Niños… Quise combinar una fuerza física, sensorial y virtual…
Lo que son las cosas, cinco años de gestar este trabajo y la gente lo va a conocer en un momento, en una coyuntura en la que, no sé si sea la peor, pero una en la que el presidente de Estados Unidos Donald Trump nos trae a puro toallazo, ¿cómo lo contextualiza?
—Es una situación dramática, sobre todo una situación para los indocumentados en los Estados Unidos a los que ha convertido en una comunidad tan vulnerable, la ha convertido en un enemigo de la sociedad estadounidense, poniéndolos en riesgo.
Una sociedad que está apátrida, que no tiene nación, es una sociedad que ha escapado de un país que no les ha dado las oportunidades que necesitábamos, de estudio, seguridad, trabajo, que han emigrado de los países centroamericanos y han sido utilizados.
Son el segundo ingreso, hay un déficit de nuestro país hacia ellos y hay un déficit del gobierno de Estados Unidos porque también se ha beneficiado de ellos y de su aportación económica y cultural inmensa.
Ahora no tienen identidad, no tienen dignidad, y sin ninguna justificación, porque los están acusando de un delito que ellos no cometieron. Ha llegado a tal grado que hasta los que estaban legalmente ahora son también ilegales en un acto absolutamente racista, no se puede ver de otra forma. Es la fórmula del fascismo: quitarle los derechos a una minoría. Y eso pone en gran riesgo a estas personas.
Como me dices, cinco años después de que yo planeé esto es una coyuntura que no planeé, pero que espero que acerque al tema a mucha gente que está sobreexpuesta a las noticias, pero que ya intelectualizamos. Espero que la gente sienta, comprenda, para darles su apoyo.
¿Cuál es el mensaje para los migrantes y para los mexicanos que pueden ver este trabajo?
—Ahorita, si no nos unimos para poder apoyar a estos millones de jóvenes, que además son maravillosos, que han hecho las cosas bien, que no tienen ninguna culpa de esta desgracia y que están por quedarse sin nada, el borrarles su vida, hacerlos invisibles, como dice la obra, ¿qué es lo que podemos hacer? Hace un año con la Universidad de Monterrey iniciamos el programa Reconocer —www.reconocer.org— para becas. Espero que la gente se una y apoye no sólo esta causa y espero que el gobierno no negocie tanto el Tratado de Libre Comercio sino la dignidad humana de nuestros compatriotas, que creo que eso va primero, antes que cualquier beneficio económico.
Justamente estamos en otra coyuntura, ¿qué esperaría de esta negociación del TLCAN?
—Desconozco tantos términos que no me atrevería a hablar, sería irresponsable de mi parte. Lo que sí sé es que ojalá mantengan la dignidad mínima y, como dices tú, no se dejen agarrar a toallazos.
Creo que tenemos muchos mecanismos para poder también negociar, pero desconozco tantos temas técnicos que no podría dar una opinión objetiva. Lo que te digo es que antes de la negociación del Tratado de Libre Comercio debería anteponerse como prioridad el poder dar seguridad y dignidad a las personas que están a punto de perderlo todo. Eso es más importante, ojalá se ocuparan más en ese tiempo.
En 2018 vamos a vivir un año muy movido en términos políticos: se elegirá presidente de la República, más de 3 mil cargos, ¿qué piensa Alejandro González Iñárritu sobre los comicios de 2018?
—La verdad es que sería irresponsable hablar con especificidad porque me falta mucha información, datos, posibilidades, pero creo que lo más importante es terminar con la sistemática corrupción y la impunidad, que es evidentemente consecuencia de eso, una se alimenta de la otra. Mientras no acabemos con eso no hay posible solución y estamos yendo hacia el hoyo más oscuro. Lo único que yo pensaría como ciudadano es votar por quienes tengan la posibilidad real de alguna forma hacer un cambio respecto de esas dos situaciones, que son las más graves de todo el país: corrupción sistemática a nivel brutal, como nunca antes visto, y una impunidad casi inaceptable en un país que tiene Estado de derecho. Sin eso no tenemos una nación y ahí es donde debemos estar muy sensibles a votar por quienes realmente pueden hacer ese cambio.
¿Quiénes son? Vamos a ver.
¿Qué le parece la política en México?
—Creo que lo que sé y pienso de política lo digo en esta pieza. Para eso hago yo las cosas porque me parece que reducir a la política las cosas las reduce y las degrada, porque la política se ha convertido en una ideología, pasional, sin la posibilidad de entendimiento y comprensión profunda de las cosas, para beneficio propio, votos..., entonces, si hablo de política, denigro. Esta obra es una instalación humanista, artística que penetrará en la complejidad humana. Las consecuencias políticas de cada quien las respeto y lo que yo pienso lo impregno, pero una opinión política puede desvirtuar.
Es González Iñárritu el de Amores perros, Biutiful, Babel... El que empezó en la radio en los años 80, egresado de la Ibero, piensa así: “El sistema que estamos viviendo, capitalista neoliberal, es el fracaso más grande, porque está poniendo como prioridad y subordinando todo, inclusive las vidas humanas, la humanidad y el planeta entero, o sea, la utilidad antes que cualquier costo. Si el planeta fuera un banco ya lo hubiéramos rescatado”.
Por eso, González Iñárritu espera que la gente se dé el tiempo de sumergirse en Carne y arena.
"Los presidenciables tienen que respetar las reglas para 2018"
- “Probable, que candidatos transgredan la ley en 2018”.
- Asegura que contendientes usarán todas las armas en comicios ríspidos.
- Habrá consecuencias si organismos locales no hacen lo que deben, dice.
Hoy, al arranque del Proceso Electoral Federal 2018, el “más grande de la historia del país”, el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, demanda a quienes buscan la candidatura presidencial respetar las reglas del juego que ya están establecidas.
El día después de las elecciones del 1 de julio de 2018, advierte, nadie podrá gobernar solo, y quien gane requerirá de la legitimidad que da un proceso democrático.
Por eso el INE ofrece arbitraje adecuado y blindaje, para que el voto pueda ser libre y secreto y las elecciones, legítimas, dice Córdova en entrevista con EL UNIVERSAL, en la que reconoce que habrá contiendas ríspidas e incluso por encima de la ley, además de actores dispuestos a descalificar el proceso y no reconocer resultados.
Durante los próximos 297 días no habrá descanso para el INE pues deberá organizar, por primera vez, procesos simultáneos para renovar Presidente de la República, las dos Cámaras del Congreso de la Unión, y coordinarse con los Organismos Públicos Locales (OPL) de 30 estados, pues nueve elegirán gobernador y el resto autoridades municipales y poderes legislativos locales.
Vienen contiendas ríspidas ¿Qué llamado hace a los actores políticos en la víspera de que arranque este proceso, tomando en cuenta el comportamiento que han tenido en el pasado?
—Esta será la elección con la mayor movilización de ciudadanos de la historia. Vamos a visitar a 11.5 millones de ellos en sus casas y a capacitar a 1.4 millones para que instalen las casillas, y esto puede darse sólo si construimos autoridades, partidos y candidatos, una base de confianza en la elección.
Por eso tenemos que actuar con responsabilidad todos. En este contexto, en el que los actores políticos recurrentemente traspasan la línea, es importantísimo haber determinado las reglas del juego y que la autoridad electoral y la sociedad exijan su cumplimiento.
Es vital el llamado a los actores, porque quien gane la Presidencia, quien sea, seguramente gobernará con un Congreso plural, pues se definirá la distribución del poder político, no su acaparamiento. Así que un partido y candidato o candidata ganará la contienda presidencial, pero eso no determina que hay ganadores ni absolutos, ni eternos.
Se van a venir contiendas ríspidas, seguro, seguro. Los jugadores van a hacer todo lo que puedan dentro del marco de la ley y eventualmente transgrediendo la ley, ha ocurrido, es probable que ocurra, para eso está el árbitro electoral.
Por eso, garantizar que la elección llegue a buen puerto implica la vigilancia de la sociedad y que los actores enfrenten la elección con la rispidez que sea necesaria, pero con respeto a la ley.
¿Que reconozcan que van a necesitar de los perdedores?
—En una democracia no hay ni ganadores ni perderdores absolutos y por eso el tono de la contienda debe marcar las diferencias, pero reconocer que el día después de la elección comienza el verdadero desafío: enfrentar los problemas y resolverlos y eso no lo va a poder hacer nunca, ni siquiera el ganador solo.
Por eso el INE trabaja para 2018 y para que la sociedad mexicana tenga un aliento después de ese año.
¿Hay preocupación porque los partidos tengan representantes en más de 90% de las casillas y, sin embargo, terminan desconociendo los resultados? Eso podría repetirse ahora.
—Por eso hay que insistir en lo básico, los Capacitadores-Asistentes Electorales (Caes) son ciudadanos seleccionados mediante un concurso, no pueden representar a partidos y éstos los pueden objetar.
Esos Caes son quienes capacitan de forma apartidista a los funcionarios de casilla y éstos resultan de un sorteo de entre los 89.5 millones de mexicanos en Lista Nominal, todo vigilado por los partidos. Esos son los ciudadanos que son capacitados como funcionarios de casilla y los que cuentan los votos.
Por eso pretender que hay un fraude en las casillas significa desconocer que quien hace la elección son ciudadanos, no la autoridad electoral.
La autoridad hace las reglas, arbitra la contienda y desarrolla los procedimientos de ley, pero son los ciudadanos de a pie los verdaderos autores de la elección.
Una parte de la sociedad ve a las autoridades electorales como cooptadas, que el Ejecutivo, los gobernadores o el gobierno en turno los mandan o presionan, ¿Qué les responde?
—No pedimos cheques en blanco, no decimos confíen en nosotros; confíen en sus vecinos, porque son ellos los receptores y garantes del respeto al voto.
Esta elección tiene que ser la más auditada; necesitamos que la sociedad revise el trabajo del INE, de los Organismos Públicos Locales (OPL); el del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y de los tribunales locales.
Por eso, la convocatoria no solamente es a que los jugadores respeten las reglas de juego sino también a que los ciudadanos vigilen, ese es el mejor blindaje.
No podemos pedir que confíen en un contexto de tanta desconfianza, esa confianza se va a ganar día a día, pero requiere exigencia desde la sociedad.
¿Qué orientación dará a los OPL? Ha dicho que este año la prioridad del INE es la elección federal y no podrán prestar la ayuda que han dado en el pasado… —No estarán solos, porque el acompañamiento y la coordinación son vitales para que las elecciones se lleven a cabo.
No es que el INE se vaya a ocupar sólo de las elecciones federales y los OPL de las locales. El INE no declinará en su responsabilidad de coadyuvar en la organización de procesos estatales como la selección, capacitación e integración de las casillas únicas donde se van a recibir ambas elecciones, pero ha emitido normas estandarizadas y homogéneas. Cada órgano electoral tiene una responsabilidad constitucional que debe asumir a plenitud.
Así que el instituto no se va a desentender, ha definido lo que tienen que hacer los OPL, los acompañará, supervisará y, después de la elección, si no hicieron lo que debían, habrá consecuencias.
No vamos a poner en riesgo las elecciones federales y lo que sí son responsabilidades exclusivas del INE, por suplantar a los OPL.
¿Qué cambio habrá tras las elecciones en el Estado de México y Coahuila, en las que hubo fallas en varios sistemas, el de Registro de Representantes de partido, retrasos en Programas de Resultados Electorales Preliminares (PREP), en los mecanismos de recolección de paquetes electorales, ¿Qué harán para que no se repita?
—Cada elección es una prueba de las normas, de la actuación de las autoridades, deja enseñanzas y permite identificar lo que funciona bien y lo que no.
Así hemos identificado fuentes de problemas y, frente a la omisión legislativa, decidimos criterios para dar mayor certeza en el proceso. Algunos los confirmó el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, otros no y el tribunal ha señalado lo que toca resolver a otros, como pasó con las reglas de cancha pareja.
Lorenzo Córdova confía en que la contundencia con la que se van a organizar las elecciones acote los márgenes para que algunos actores no acepten las derrotas.
Ojalá el Congreso cumpla en lo que ha sido omiso, para dar certeza a los actores políticos y a las autoridades electorales. En el INE hemos hecho nuestro trabajo, precisamente porque hemos escuchado críticas y señalamientos y haremos lo que tenemos que hacer para evitar que se repitan.
Hemos prohibido el uso de tarjetas personalizadas que prometen un beneficio futuro a cambio de un resultado electoral, y ante mecanismos del PREP que no funcionaron adecuadamente o de forma atípica, se emitieron reglas.
Eso tiene que corregirse, porque en 2018 la apuesta es muy alta y lo vemos como una oportunidad invaluable para recuperar con nuestro trabajo la confianza en torno a la autoridad electoral, porque tiene una consecuencia natural en confianza en los resultados y por lo tanto en la legitimidad de los gobiernos que van a ser electos.
Hay analistas que ya perfilan que habrá desconocimiento de resultados, que la legitimidad está en duda desde ahora según han anticipado los actores políticos.
—Yo no anticiparía. Todos los actores pasan también por este proceso de replantearse cómo han actuado y yo confío en que la contundencia con la que se van a organizar las elecciones, la claridad con la que los ciudadanos van a emitir su voto, acote los márgenes de irresponsabilidad de no reconocer, de no aceptar las derrotas en donde las ha habido.