La metodología de los murales comunitarios participativos que Checo Valdez uso en Taniperla Chiapas le ha dado la vuelta al mundo.
MURAL de Taniperla
Un policía se le fue encima a Sergio Valdez para arrebatarle la grabadora donde narraba [para que quedara testimonio] la llegada en 1998 de militares y policías al pueblo de Taniperla, en Ocosingo, Chiapas.
En medio de gritos, personas corriendo, intentos de linchamiento, detenciones arbitrarias e incendios provocados, el oficial le arrebató el aparato y lo destrozó.
A lo lejos, el promotor cultural vio como el ejército y la policía perseguían a indígenas y observadores de derechos humanos, prendían fuego al auditorio y cocina comunitaria y destruían el mural “Vida y Sueños de la Cañada del Río Perla”, donde dos días antes, bajo su dirección, habitantes de la comunidad plasmaron sus ideas, valores e identidad.
La pintura mural era parte de la celebración de la creación del primer Municipio Autónomo Rebelde Zapatista Ricardo Flores Magón. Valdez sintió rabia ante su destrucción, pero pensó: “Algún día lo tengo que volver a hacer”.
"¿Estoy detenido?". "¿Me puedo ir?". Preguntaba, mientras un policía lo subía a una camioneta diciéndole que estaba asegurado y no se podía ir. A lo lejos, podía ver a un hombre cubierto de pies a cabeza dar órdenes. Valdez recuerda:
“Fue él quien nos puso el dedo, iban con la intención de detener a los miembros del Consejo Municipal y a todo al que identificaran como zapatista pero no lograron hacerlo, así que detuvieron a todos los que les parecían peligrosos.”
En ese tiempo, Sergio Valdez [también conocido como Checo,] profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), se encontraba en Taniperala asesorando “una gran pintura comunitaria”, a petición de una de las autoridades del pueblo.
Aunque Checo nunca había trabajado con indígenas y no hablaba tzetzal, sabía que “era una oportunidad única”, pues se considera “promotor de la creatividad colectiva”.
Después del operativo que se hizo durante la fiesta por la inauguración del municipio zapatista Ricardo Flores Magón, fueron detenidas nueve personas, entre ellas varios indígenas y Checo.
Desde el momento de su detención los tuvieron incomunicados y sin ninguna información sobre su situación legal. Días después, fueron trasladados al penal de Cerro Hueco, donde se enteraron de que se les acusaban por seis delitos, dos de estos graves, por lo que no tenían derecho a fianza.
Checo pasó un año doce días recluido. Durante su estancia en la cárcel tuvo miedo de que lo torturaran
“no sabíamos que iba a pasar, estábamos indefensos con una bola de gandallas”, expresó.
Cuando se hizo público el caso, la comunidad nacional e internacional mostró solidaridad. Llegaron muchas personas a verlos, entre ellos jóvenes, ancianos, monjas, grupos políticos y estudiantes.
A la par, la comunidad universitaria de la UAM comenzó a difundir masivamente unas fotografías que lograron rescatarse del mural “Vida y Sueños de la Cañada del Río Perla”. A los pocos días, una de las extranjeras que fue expulsada del país después del operativo de Taniperla comenzó a dirigir una réplica de la pintura en Barcelona, España.
Checo recuerda que así fue como empezó “un fenómeno medíatico inesperado”. “De pronto, a lo largo de unos cuantos meses, ya había reproducciones del mural en distintos países del mundo”, entre ellos Estados Unidos, Alemania, Argentina, España, Italia. Canadá y Bélgica, entre otros.
Durante su estancia en la cárcel Checo se dio cuenta “que valía la pena volver a intentar hacer murales con esta metodología que movilizaba a las comunidades”. Así que repitió la fórmula de Taniperla y convocó a los reos zapatistas de Cerro Hueco a realizar el mural “Tierra y Libertad”.
Sergio Valdez no se considera un pintor muralista, pero si “un promotor comunitario”, asi que, cuando salió de prisión tenía la idea de buscar la manera de volver a probar el método. En el año 2000 se le presentó la oportunidad de realizar el mural "El Lagartijero" con los estudiantes la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).