Se había terminado la reunión de protección civil del Conafe a donde laboro, cuando tomo mi bolsa para tomar el cargador de mi celular, todo empezó a tronar de una manera que nunca había escuchado, nos encontrábamos en un quinto piso del conjunto Aristos, situado en Insurgentes sur 421 edificio B, los gritos de los compañeros, los pedazos de plafón cayendo encima de nuestra cabezas, era aterrador, la vivencia mas fuerte que he pasado en mi vida, la cual me dejo aturdida, el silencio después de salir del edificio, el escuchar la explosión del hospital Dalinde, el ver a gente mayor con psicosis nerviosa, sin poderme comunicar con nadie de mi familia, es verdaderamente traumante, como a muchos de nosotros me tocó irme caminando a casa, pasando por División del Norte en donde mis ojos no daban crédito a lo que estaba pasando caminaba en el limbo, ver a gente tirada en el piso, abrazamos los unos a los otros, para darnos ánimos y reconfortar ese martes 19 de septiembre del 2017, en donde todos unidos levantamos a México, cualquier tipo de alarma me altera, me pone muy nerviosa, aun sigo en terapia y grupos de apoyos para superar este trago amargo, espero y confió en que todos pronto recuperamos la vida cotidiana, pero no sin dejar de estar alertas ante cualquier circunstancia. Debo decir que la lección que aprendí es de ser mejor humano, hermana, amiga compañera de trabajo, vecina, porque nunca sabes cuando necesitarás el apoyo nuevamente.