Adiferencia de las miles de personas que sufrieron un impacto primordialmente negativo durante el temblor, para mí el temblor me cambió la vida para bien. Había recien conocido a un chico el día 8 de septiembre, un día después del fuerte temblor registrado en Oaxaca. Salimos muy frecuentemente durante las siguientes semanas y el día 19 él se encontraba trabajando muy cerca de mi casa. Después del temblor, las comunicaciones se saturaron, pero por algo él y yo logramos hacer contacto y estaba trabajando cerca de mí.
Esa tarde permanecimos juntos en la explanada frente a mi casa mientras veíamos el caos que se había generado. Horas después él logró hacer contacto con sus compañeros de casa quienes le comunicaron que su edificio estaba acordonado y que no podía pasar. Ante esa situación, le invité a quedarse en casa, a partir de ese día se quedó conmigo. Para mí no fue fácil al inicio aceptar a prácticamente un desconocido a compartir mi casa pero ahora considero que ha sido una de las mejores cosas que me pudieron suceder. De otra manera, creo que jamás habría yo tenido la oportunidad de convivir y crear una relación seria ya que yo estaba convencida de continuar mi vida de forma independiente.