E l 19 de septiembre de 1985 era mi cumpleaños 19, me disponía a salir a la universidad y pasar un día feliz, antes de salir de mi casa empezó a temblar con tanta fuerza que realmente me extraño mucho ya que la zona donde vivía casi no se sienten los temblores; termino el sismo y salí a mi escuela hasta casi el final de periférico sur.
Cuando llegue solo nos dijeron que no habría clases y regrese junto con un amigo; ambos veníamos escuchando en el transporte todo lo ocurrido y llegando a casa viendo toda la devastación quedé en shock. Pasaron los años y trabajé por muchos años en un edificio de 23 pisos el cual no recordaba que era uno que tiempo atrás un tío nos señaló que había salido dañado. Un día me percate que se levanto una parte del tapiz de la pared y vi una gran cuarteadura y de inmediato recordé el inmueble donde estaba yo trabajando y desde ese momento todas las noches tenía pesadillas de que temblaba, serían como unos 9 años de la misma pesadilla, hasta que finalmente tuve la oportunidad de cambiar de trabajo... ese día descanse y pude dormir mejor, sin embargo de vez en cuando todavía los tengo.
19 de septiembre de 2017, un nuevo cumpleaños con un nuevo episodio que deja una gran estela de tristeza; gracias a Dios solo tuve un chichón en la cabeza y el transcurso de regreso a casa mirando gente llorar y otros con la mirada muy perdida. Nuevamente pesadillas que apenas empiezan a irse, pero todavía con un grado de estrés muy evidente ante el sonido de la alerta sísmica... La ayuda que pude otorgar a mis semejantes nunca será suficiente ante la enorme necesidad que hay, pero un grano de arena puede ser la diferencia. El pensar en toda la gente linda que murió en los sismos me ha convencido de no volver a festejar mi cumpleaños y en honor a todos ellos ese día solo pediré una misa en su recuerdo.