Impulso lunar

El mundo se paralizó hace cincuenta años. Después de varios intentos en una aguerrida carrera espacial entre la entonces Unión Soviética y EU, uno de los grandes eventos históricos que marcó a la ciencia fue la llegada del hombre a la Luna. En julio de 1969, la NASA logró que el astronauta Neil Armstrong hiciera historia al convertirse en el primer hombre en pisar el satélite terrestre pronunciando la célebre frase: “Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad”.

Érase una vez

Cuando se subieron al cohete que los transportaría a la Luna, el 16 de julio de 1969, los tripulantes del Apolo 11 sabían con certeza a dónde pretendían llegar, pero aún había muchas dudas sobre el éxito de la misión. El diseño del cohete Saturn V, que despegó con los astronautas Neil Armstrong, Michael Collins and Edwin Aldrin, fue decisivo. Es considerado una de las máquinas más impresionantes de la historia espacial. Con más de 110 metros de altura y una masa total de casi 3 mil toneladas, podía enviar 118 toneladas a la Órbita Baja Terrestre (OBT).

¿Cómo se logró?

Después de una etapa de frenética exploración lunar que culminó en 1976, esta labor paso a segundo plano hasta principios de los noventa, donde se retomó el interés no sólo por parte de EU y Rusia, sino de la Unión Europea, China, India y Japón. Todos estos países concentran proyectos espaciales enfocados en misiones no tripuladas. El siguiente paso es el establecimiento de bases lunares habitadas que permitirían mejorar la exploración de todo el espacio.

Retos contemporáneos