La palabra “exilio” se refiere a la separación de una persona de la tierra en que vive.
Entre 1939 y 1942, México acogió cerca de 20 mil refugiados españoles que huían de la Guerra Civil Española y del posterior triunfo del régimen dictatorial de Francisco Franco.
En 1937 empezaron a llegar los primeros grupos. Catedráticos, poetas, cineastas, economistas, historiadores, médicos, filósofos, ingenieros, arquitectos, entre otros, pudieron continuar y desarrollar su ejercicio profesional en nuestro país.
El entonces presidente Lázaro Cárdenas aceptó el desembarque en Veracruz (13 de junio de 1939) de un buque de vapor francés, el Sinaia, con alrededor de mil 599 pasajeros, entre mujeres, hombres y niños.
Gracias a la política exterior de México fue posible que muchos refugiados tuvieran en México una alternativa para vivir.
Otras embarcaciones como el Flandre o el Ipanema, con casi mil exiliados, y el Mexique, con 2 mil 200 personas a bordo, arribaron entre 1939 a 1942.
Dentro del mandato de Lázaro Cárdenas, el 7 de junio de 1937 comenzaron a llegar los primeros grupos de exiliados de la Guerra Civil Española.
Aproximadamente 451 niños, conocidos como “niños de Morelia”, viajaron en el buque Mexique desde Burdeos hasta Veracruz.
Al arribar a la Ciudad de México fueron albergados en la escuela Hijos del Ejército número 2. Tres días después, fueron recibidos en Morelia, Michoacán, donde se les hospedó en dos seminarios.