Importantes marcas, incluso internacionales, han lanzado productos con diseños que recuerdan el trabajo de indígenas de pueblos originarios del país, en muchos casos, sin dar el crédito o reconocimiento correspondiente o hacer pago alguno por el uso que les dan. Estos son los casos más importantes de los últimos años:
Hace unos días se dio a conocer la colección Resort 2020 de la firma de la diseñadora venezolana que presenta bordados hidalguenses de tenangos, motivos de Jalisco, bordados del Istmo de Tehuantepec, y el “sarape de Saltillo”, sin dar ningún tipo de reconocimiento a los creadores mexicanos.
La Secretaría de Cultura federal pidió una explicación pero la firma sólo respondió que se trata de un homenaje a la "riqueza cultural mexicana".
En 2018, la cadena departamental puso a la venta unos tenis de la marca de ropa That´s it! con estampados de tenangos en 594 y 699 pesos y sin una sola referencia a la comunidad de artesanos en Hidalgo que producen este tipo de prendas con arte textil.
Tras una denuncia, la tienda los retiró del mercado.
En 2015, Nestlé México comercializó tazas de Chocolate Abuelita con un diseño como el creado por los artesanos Adalberto Flores y su esposa, Angélica Martínez. Pobladores de Tenango de Doria, Hidalgo, acusaron a la empresa por usar sus dibujos y comercializarlos.
Desde septiembre de 2016, los artesanos originarios de San Pablo el Grande emprendieron un litigio contra la marca e hicieron una denuncia ante la PGR. Para poder iniciar esta acción penal, tuvieron que registrar sus diseños bordados ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor.
Ver videoEn 2017, usuarios de redes sociales denunciaron que la marca de ropa española había utilizado la iconografía de Tenango de Doria en un suéter que se vendía como "Jersey Bordado Floral" en mil 599 pesos en tiendas como Palacio de Hierro y cuyo diseño es muy similar al bordado de los tenangos de Hidalgo.
El diseño usado era del artesano Oliver Teodoro, cuya prenda en su comunidad se vende entre 700 y 800 pesos.
Ver videoEn 2011, firmas como la francesa Hermès voltearon a Tenango y sus diseños fueron llevados a prendas como mascadas vendidas en hasta 6 mil pesos, cuando los artesanos las ofrecen en 150 pesos y la gente aun así les regatea.
A pesar de que se anunció como un proyecto colaborativo, la entonces diputada Dora Luz Castelán expuso que la comunidad obtendría algunas obras y trabajo social, sin embargo, indicó que sólo fueron promesas porque la marca sólo construyó la barda de una escuela.
En 2017, la famosa youtuber plasmó los diseños de los artesanos en los estuches de sus productos, como en el de maquillaje.
Fueron los usuarios de redes sociales quienes hicieron la comparación de las figuras típicas de Tenango De Doria con las de los estuches de los cosméticos de Yuya, quien tiene casi 24 millones de seguidores.
La marca argentina fue criticada por usar un diseño muy similar al que crearon artesanos de San Antonino Castillo Velasco, Oaxaca. Una petición en change.org (que cuenta con 40 firmas) buscó que Rapsodia retirara la “Camisa Marion Missy”.
La pagina web pidió: “Que dejen las prácticas de apropiación o plagio iconográfico y de diseños tradicionales de comunidades indígenas que ha caracterizado a la marca”.
Ver peticiónEn abril pasado la marca francesa Louis Vuitton dio a conocer la colección de sillones Dolls by Raw Edges en la que, actualmente, a través de su sitio web oferta las sillas a 18 mil 200 dólares. Dentro de esa serie se exhibía una silla adornada con motivos típicos característicos de las artesanías de la etnia otomí, cuyas comunidades habitan en Tenango de Doria, en el estado de Hidalgo. El modelo ya no se exhibe en línea.
La secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, mediante un oficio dirigido a Héctor Pardo, director de Comunicación y Relación con Clientes Louis Vuitton México, Centroamérica y el Caribe, pidió a la empresa francesa que responda si es que contó con la colaboración de los artesanos de Tenango de Doria en la elaboración de los bordados que se reproducen en la silla modelo R98619. Instituciones y artesanos como Martha Caro Castillo, se han sumado a las protestas.