Ocho de cada diez empleos que fueron dados de baja del Seguro Social entre marzo y junio de 2020 pertenecían a la clase trabajadora con salarios más bajos. Gobierno abandonó a los trabajadores, aseguran especialistas.
A finales de marzo de 2020 el gobierno mexicano tenía contabilizados mil 94 casos confirmados de COVID19 y 28 defunciones. En ese momento, como fichas de dominó, uno a uno los gobernadores del país anunciaron medidas para frenar la epidemia. Restaurantes, bares, gimnasios, estéticas, constructoras y tiendas departamentales, entre otras, tuvieron que bajar la cortina.
Tan solo en cuatro meses, de marzo a junio de 2020, este aislamiento dejó a más de un millón de mexicanos sin trabajo. El impacto vino en un sector de la clase trabajadora que ya estaba rezagado: el 84% de estas bajas fueron empleados que no ganaban más de dos salarios mínimos. Esto quiere decir que desaparecieron 942,161 plazas por las que se pagaba entre 3,746 y 5,641 pesos, de acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
En este gráfico se observa la evolución del número de empleos. Al final se ve una caida muy pronunciada de febrero a junio, en la cual se especifican los empleos perdidos según los rangos salariales
Así como ocurrió en la crisis económica de 2008 y 2009, los trabajadores que están en la base de la pirámide salarial son los más afectados con la pandemia, y lo que se teme es que, al igual que en ese entonces, estos puestos tarden hasta 42 meses en recuperarse, de acuerdo con un reporte publicado por BBVA México.
Una simple política asistencialista y apoyos limitados para los negocios fueron algunos de los factores que hicieron más cruda esta caída en el sector laboral. “La estrategia del gobierno no fue proteger el empleo, sino otorgar recursos a quien perdió el trabajo o está en situación de pobreza […] fue la continuidad de los programas de rezago social que ya traen. Se apostó todo a la política de asistencialismo social más que a la reactivación productiva”, asegura José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
De los más de 900 mil empleos asegurados que desaparecieron en cuatro meses y que tenían un sueldo precario, el 30% pertenecían al sector de “servicios para empresas, personas y hogar”, una categoría en la que el IMSS incluye desde empleados dedicados a la preparación de alimentos y/o bebidas, servicio doméstico, de peluquería, entre otros. Este incremento en el desempleo de los estratos más bajos no solo repercute en la economía, también va a generar problemas sociales.
La crisis generó un “daño estructural, parte de la estructura productiva está desapareciendo […] después de cada crisis la precarización del mercado laboral llega a perdurar hasta más de una década”, explica De la Cruz.
Esta visualización desagrega los sectores laborales por rangos salariales y por sexo en los cuales el número de empleos asegurados disminuyó del 29 de febrero de 2020 al 30 de junio. No se muestran aquellos sectores en los cuales el número de empleos aumentó en dicho periodo.
El anillo interno muestra como se divden los empleos perdidos por sectores económicos, el segundo anillo desagrega por rangos salariales y el último anillo especifica el sexo.
Otro de los indicadores que publica el IMSS es el salario base de cotización (SBC) de los trabajadores en México que están en el sector formal y en su último informe, al 30 de junio de 2020, publicaron que el salario base de cotización de trabajadores asegurados al IMSS alcanzó un monto de 407.3 pesos, el más alto registrado para un mes de junio de los últimos diez años.
Aunque esto parece alentador, una de las razones de este dato puede no ser tan favorecedora: el incremento en el SBC se explica en gran medida porque durante la emergencia sanitaria por COVID19 se están eliminando los puestos de trabajo de bajos salarios, de acuerdo con la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami).
“La conservación de plazas laborales de mejor calidad es lo que está implicando que esté favoreciendo este incremento salarial. Las empresas en esta crisis de lo que están prescindiendo es del empleo de salarios más bajos y se conservan los empleos donde las empresas tienen más clara una estrategia”, sostuvo también De la Cruz.
En febrero de 2020 el IMSS tenía 20.4 millones de empleos asegurados; en julio bajó a 19.3 millones, esta cifra implica un retroceso de poco más de dos años, pues estos valores no se registraban desde inicios de 2018, de acuerdo con un análisis hecho por EL UNIVERSAL.
La industria de la construcción, uno de las más importantes en la economía del país, fue la tercera con más pérdidas de empleos entre marzo y junio de 2020: 164,267 plazas menos en ese periodo. La recuperación de este ramo se ve muy lenta a los ojos de los especialistas, la pandemia del COVID19 y la “nueva normalidad” trajeron cambios que harán que el sector privado no invierta al mismo nivel que lo estaba haciendo. “Al menos en la Ciudad de México por ejemplo no habrá nuevos proyectos para edificios grandes de oficinas”, explica Francisco Padilla, consultor en inteligencia de negocios y planeación estratégica.
A esto hay que añadirle que en 2021 se va a tener que cubrir un déficit de alrededor de dos millones de puestos laborales, pues a los más de 1.1 millón de empleos perdidos hasta junio, se le tienen que sumar otro millón de nuevas plazas, en promedio, que se tendrían que generar entre 2020 y 2021. Este nuevo panorama puede tener vertientes poco sanas para la población laboral: trabajos mal remunerados debido al exceso de la demanda o el refugio en el sector informal, aseguran especialistas.
Coordinación y edición: Daniela Guazo
Visualización de datos: Daniel Gómez