No sé tú, pero muchos no dejan de pensar en Luis Miguel. La música está ahí, los videos, la fama y los conciertos. Con el surgimiento de su serie en 2018, cuya segunda está a la puerta, la vida de El Sol vuelve a desvelarse. ¿Tendrá el mismo efecto de hace dos años?
Actualización
08 / 01 / 2020
Es 2018, febrero. De primera instancia, Luis Miguel no parece muy mexicano. O sí.
El cantante regresa después de tres años para reencontrarse con su público, el del Auditorio Nacional, el recinto que lo ha recibido tantas veces (tiene el récord de presentaciones), en tantas etapas. Al que rechazó tiempo atrás, asusentándose a las tres canciones por problemas de salud.
El Sol tiene un traje negro a la medida, bien colocado como esa voz de tenor que no da espacio para dudar de su talento.
Se le ve más delgado que antes e impoluto, parece un hombre iluminado por otros rayos, como salido del Upper East Side de Nueva York: con su traje perfectísimo y su encanto de Sinatra exótico. Que lleva a “México en la piel” es un obviedad: él es México. La mirada seductora de Pedro Infante, la sonrisa cínica de Jorge Negrete, incluso la cierta timidez de un país silencioso como él, de hermetismos.
Es un hombre de pocas palabras, aunque bien colocadas:
“Esta noche, una de las motivaciones fundamentales para regresar, para estar en los escenarios es una, la música y dos ustedes. Este público maravilloso, todos mis fans, gracias por tanto cariño durante tantos años”. dice.
El regreso de El Sol fue un éxito a inicios de 2018. Fue el año de su retorno, no sólo por la gira que lo llevó por Latinoamérica y Estados Unidos, sino por su serie autobiográfica, protagonizada por Diego Boneta, en la que reveló su visión de detalles de su vida y lo puso de nuevo en el ojo público.
Esa noche (21 de febrero de 2018) se despidió de sus fans en la salida contigua del Auditorio Nacional: se bajó de su camioneta, les tomó la mano y dejó verse en sus selfies. Es algo que repetirá todo el año por la región, no siempre con el mismo resultado. Al final, aunque se mostrará molesto y disgustará su actitud en algunos shows, sus fans agradecerán el haber vuelto, sobretodo, el haberse abierto.
Será una revisión muy propia que lo pondrá en la cima nuevamente:
El Sol iluminará más auditorios con sus matices vocales e histriónicos y calentará las pláticas de sobremesa: muchos dirán:
“¿Dónde está Marcela, su madre?”
“¿Tan malo fue su padre, Luisito Rey?”
En la Plaza Garibaldi, donde los trasnochados, enamorados y los dolidos suelen cantar con mariachis, se entonarán de nuevo sus canciones.
Muchas mujeres, especialmente las jóvenes, pensarán en El Sol y verán a Diego Boneta, el actor que le da vida. Las de más edad tendrán voz nuevamente: presumirán esos temas que las hicieron soñar, algunas pensarán que son como la madre: “Todas somos Marcela”. La sin voz. La ninguneada.
Descifrar a Luis Miguel en su serie implicará hablar de otros temas que se padecen en México: el machismo, la corrupción, la imposición de modelos musicales, la manipulación mediática, los mirreyes (jóvenes adinerados, intocables, que despilfarran y se encaprichan).
Nadie tendrá claro lo que implica ser Luis Miguel, pero muchos creerán que, con todo, no debe ser tan fácil.
Los guionistas de su serie lo harán bien. En México se revivirá la plática que tuvo el conductor Adal Ramones en 2003. Adal le preguntó entonces cuál sería su petición para Santa Clos: “Volver a ver a mi madre, sería el regalo de mi vida. Me ayudaría mucho, a mi alma, a mi trabajo y mis cosas”, reveló El Sol.
Muchos hablarán de Marcela, su madre.
¿Dónde está Marcela? En las escuelas, en los trabajos, en el transporte público. Los que la conocieron.
Siempre parecen entender la vida que llevó: lo esperan en aeropuertos, en el hotel, hacen videos de apoyo y, si anuncia una fecha, compran sus boletos. También se molestan por los chismes, por las versiones infundadas, incluso por lo que parece evidente.
Al periodista Darío Celis le llovieron críticas cuando dijo que Luis Miguel planeó su regreso para pagar sus deudas.
Estaba ahogado supuestamente: tres años de ausencia debido a tinnitus que padece; una demanda por 10 millones de dólares que le interpuso Warner Music Group por no grabar los cuatro discos que prometió; otra de unos 4.5 millones por haber cancelado una gira junto a Alejandro Fernández; una más de 3 millones de un productor de vino.
Según Celis, el empresario Miguel Alemán Magnani habría contactado a otros, Carlos Slim Carlos Bremer y al boxeador Saúl “Canelo” Álvarez para que hicieran un fideicomiso de 15 millones de pesos, en el cual ya no participó el pugil mexicano.
Se creó así Gato Grande Productions, la casa que filmó “Luis Miguel, la serie”, que destinó aproximadamente un millón de dólares por episodio.
La “operación rescate” inició con el cantante dejándose ver como nunca, tomándose fotos en Beverly Hills y dando guiños de empatía insólita. Incluyó la distribución de la serie por Netflix y Telemundo, y una gira por México, Estados Unidos y Latinoamérica. Todo funcionó.
Luego de la polémica por conciertos fallidos y una nueva ausencia. Netflix anunció la grabación de la segunda temporada que se graba en febrero de 2020. La trama explorará nuevamente las dificultades que enfrentó el cantante para balancear su vida familiar y profesional.
Todo estará en pausa hasta el regreso de la serie: el encanto de su gira, las muestras de afecto por lo vivido en su serie, las contradicciones de los muchos testigos, el desencanto final de sus conciertos y la duda tantas veces planteada: ¿Quién es Luis Miguel?
Antes de convertirse en el artista multipremiado que ha vendido a lo largo de su carrera más de 100 millones de discos, el oriundo de San Juan, en Puerto Rico comenzó a seguir los pasos de su padre Luisito Rey, su padre en el mundo de la música.
Dio muestra de su gran gusto por los reflectores en programas como XETU o “Siempre en Domingo”, para después, con apenas 12 años de edad, lanzar al mercado su primer álbum con el nombre “1+1= 2 enamorados”, dando así el inicio de una fructífera carrera en la que ha conseguido editar casi 30 discos.
Con el paso de los años su vida personal también ha recibido gran atención mediática, como la desaparición de su madre, Marcela Basteri, en 1986 y que siempre ha sido motivo de hermetismo por parte de los involucrados.
Su vida sentimental no es ajena a esto, desde sus relaciones con modelos, actrices y cantantes, que lo mismo han sido intermitentes pero que al mismo tiempo lo convirtieron en padre de Michelle, Miguel y Daniel.
La grafóloga Marifer Centeno explica que a través de la rúbrica del cantante se puede ver que es una persona persuasiva pero inestable, así como ambicioso y egocéntrico
El lenguaje verbal y corporal no es la única manera de conocer a los artistas. La grafóloga Marifer Centeno, lo sabe y es a través del estudio de la escritura que puede descubrir cómo es la personalidad, inteligencia y temperamento de El Sol.
De acuerdo al análisis hecho, explicó, Luis Miguel tiene ciertas cualidades buenas, pero su imagen es su talón de Aquiles. “Es una persona inteligente, tremendamente invasiva, le gusta llamar la atención. Es honesto, agradable, muy sexual, infiel y seductor, tiene un ego enorme”, subraya de inicio, pero añade, el artista carece de algo que lo frene. “Es optimista, luchador e inquieto, presenta un cerebro adictivo, no tiene autocontrol, no tiene límites, tiene autoestima, yo pensaría que no, pero sí tiene amor propio. Le importa mucho el yo social, es egocentrico”.
Destacó que una de las cualidades que muestran los bordes y la forma en que apoya la pluma contra el papel, muestran su actitud extremista, para él, es todo o nada, además de que reveló que incluso muestra inclinación a que podrían dársele fácilmente los deportes. “No me asombraría que fuera excelente deportista. Es inquieto, hábil y tiene inteligencia para manipular, sabe chantajear y persuadir. Tiene grandes posibilidades de padecer una adicción, es autodestructiva su conducta, es extremadamente vanidoso y visceral”.
“Tiene una enorme incapacidad para controlar sus conductas y es tremendamente inquieto. Le gusta mucho el dinero y los negocios, es concreto al hablar del aspecto económico, es de procesos mentales rápidos, súper agradable de trato pero muy difícil vivir con el”, afirmó.
Centeno añadió que aún cuando pudiese haber cambiado con el paso de los años, Luis Miguel vive enfocado en sí mismo y reniega muchas veces de su pasado. “Probablemente con el tiempo cambió pero es una persona que vive únicamente para sí mismo, mal padre, indudablemente mala pareja y aunque es agradecido, pienso que quiere romper con el pasado incluso de sus padres”.