Antes de que terminara el día, Xiu Abarca Olea, de 28 años, estuvo en uno de los mercados más conocidos del centro de Chilpancingo. Nadie observó nada raro en él. Fue la última vez que lo vieron. Ya han pasado dos años y Sara, su madre, no deja de buscarlo por todo el país. Paola Yaneth, de 21 años, salió por un mandado a la tienda. Se alejó sólo tres cuadras de su casa en Aguascalientes, pero su rastro se desvaneció en algún punto del trayecto. Ya transcurrieron tres navidades desde esa fecha trágica para su familia.
El 4 de septiembre de 2012 Cecilia Navarro, de 52 años, salió de Valle Dorado, Estado de México, rumbo a la ciudad de Toluca a una reunión de trabajo. Nunca llegó a la cita y tampoco regresó a su hogar. Lleva más de mil días fuera de casa. Lo único que su familia ha recuperado es el auto Mondeo modelo 2006 en el que se trasladaba. Hombres y mujeres desaparecen todos los días en México en un contexto en el que el crimen organizado y la trata de personas están entre los principales motivos de la desgracia de miles de familias mexicanas.
De 2006 a julio 2015, las procuradurías de todo el país han reportado a 25 mil 648 personas de las que se desconoce su paradero. Para reunirlos a todos, se tendría que llenar tres veces el Auditorio Nacional, uno de los centros de espectáculos más famoso de la Ciudad de México. Ni siquiera la Arena México, también ubicado en la capital del país, tiene suficientes asientos para alojarlos a todos.
Encontrar en México a un desaparecido es como hallar una aguja en un pajar. Todos los días, durante los últimos diez años, siete personas se han desvanecido en algún punto del territorio azteca. Familias en todo el país se topan con paredes normativas que en lugar de ayudarlos, frenan sus búsquedas. Actualmente no existe una Ley General de Desaparecidos y en algunos Ministerios Públicos sigue existiendo la famosa frase “Tiene que esperar 72 horas para reportarlo”.
Desaparición forzada, persona ausente, no localizados, extraviados, desaparecidos. Cinco términos diferentes utilizados por las autoridades para hablar de un mismo dolor.
Cifras actuales muestran un panorama poco alentador. En sólo una década, México tiene la misma cifra de personas desaparecidas que Colombia por desaparición forzada. En un lapso de 62 años, ellos registran 20 mil casos. Y con la agravante de que aquél país sí vive un conflicto armado.
La población joven es la que parece estar en mayor riesgo. Cinco de cada diez desaparecidos tienen entre 11 y 30 años de edad. Tamaulipas, Estado de México, Nuevo León, Jalisco y Chihuahua son las principales zonas donde la gente se esfuma sin dejar rastro. El 50% de las personas fueron vistas por última vez en alguno de estos lugares. ¿Cuántos faltan?
En 2011, durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), como consecuencia de la nueva estrategia que el gobierno había emprendido contra el crimen organizado, todos los días un nuevo reporte de desaparición salía a la luz, pero nadie tenía la cifra final.
En ese año comenzó a elaborarse el Registro Nacional de Personas de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED). La base de datos, operada por el gobierno federal, a través de la Procuraduría General de la República (PGR) y del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), comenzó a recabar información a partir de los reportes de las procuradurías locales.
De acuerdo a la última actualización, en el sexenio de Calderón 13 mil 816 personas desaparecieron en todo el país. En 2007, durante su primer año, se tuvieron 752 reportes y de salto en salto se llegó al punto clímax en 2011, fecha en la que se desvanecieron cuatro mil 192 personas en todo México.
Desde 2010 la cifra superó las tres mil desapariciones y no ha vuelto a presentarse una estadística por debajo de ese número. En los dos años y medio que lleva el Presidente Enrique Peña Nieto las cifras rompieron un nuevo récord. En 2014 se reportaron cinco mil 304 personas de las que se desconoce su paradero. Todas con familias. Todas con recuerdos. Ninguna con alguna pista de dónde están.
Juan Carlos Gutiérrez, Coordinador de la organización I(DH)EAS, Litigio Estratégico en Derechos Humanos A.C. y también ex funcionario público en una de las áreas más complejas de la Secretaría de Gobernación –la de Derechos Humanos— trata de dar una explicación del porqué ahora pareciera que desaparecen más mexicanos. El narcotráfico y de la delincuencia organizada, son algunas de las causas.
“Puede ser con un objetivo de trabajo esclavo, de constitución forzada, pero en el fondo, cuando no se pide nada a cambio, estamos ante un acto de desaparición”.
Ante la poca atención de las autoridades para los casos que no se llevan los reflectores de todos los medios de comunicación, al resto de las familias no les queda otra más que hacer sus propias investigaciones. Y es que como alguno dicen ¿Sino los buscamos nosotros, quién lo va a hacer?