El istmo de Auckland, una de las principales ciudades neozelandesas ubicada en la Isla Norte, mide solo dos kilómetros de ancho en su parte más estrecha. Existen tours 'de costa a costa' que van de un extremo a otro. La idea es que puedas presumirle a todos que cruzaste el país en un día. En el camino verás dos volcanes apagados y uno de ellos, el Monte Edén, regala vistas impresionantes de la urbe.
-48 volcanes han hecho erupción en Auckland en los últimos 250 mil años. La más reciente fue hace 600 años.
La palabra que más escucharás aquí será 'kiwi'. Además de referirse así a la típica fruta verde de sabor agridulce, que por cierto es altamente producida en el país y tiene un parque temático en su honor, es el nombre que recibe el ave endémica más famosa. Se trata de un pájaro pequeño, que no puede volar y posee plumas tan finas que parecen pelo. La palabra también se usa coloquialmente como gentilicio.
Es bien sabido que Nueva Zelanda fue la locación principal para El señor de los anillos y El hobbit. Se han creado grandes campañas turísticas basadas en este atractivo y existen numerosos tipos de tours por todo el país, tanto en zonas urbanas como en sets y paisajes inhóspitos. En el 2000, se recibía alrededor un millón de turistas anualmente, cifra que se duplicó para 2013.
-13 por ciento de los turistas que llegan, buscan conocer las locaciones de la 'Tierra Media'. En 2004 solo se trataba del 4 por ciento.
Hay más ovejas que personas en el país.
-31 millones de ovejas había en 2011 aproximadamente, y 4 millones de personas. Es decir, por cada persona hay alrededor de siete ovejas.
El puente Kawarau, cerca de Queenstown, fue el sitio donde ocurrió el primer salto comercial de bungee. Era 1980, fue organizado por dos amigos (AJ Hackett y Henry van Asch) y 28 personas se lanzaron en total.
-134 metros mide el bungee más alto del país, y está en Queenstown.
Las cuevas Waiomio ofrecen un espectáculo pocas veces visto en el mundo. Al entrar y recorrer sus 200 metros de largo, observarás luminosos cuerpos brillando por todos lados, que cuelgan de las estalactitas. No se trata de luciérnagas propiamente, sino de una especie de gusano que emite luz verdosa o azul. El sistema de cuevas es administrado por una familia maorí (principal etnia del país), descendientes de quien descubrió el paraje natural en el siglo XVII.
En la Isla Norte, se extiende la Ninety-Mile Beach, playa que abarca una longitud de 90 millas. Es considerada una carretera, aunque está casi prohibido conducir por ahí debido a la marea.
Cerca de ahí se encuentra el Cabo Reinga, famoso por su faro y punto donde se puede observar el encuentro del mar de Tasmania con el Océano Pacífico.
Al Cabo se le llama 'lugar del salto', pues los maoríes cuentan que las almas de los muertos saltan desde aquí para emprender su viaje a la tierra legendaria de Hawaiki.
Existe un curioso tipo de souvenir denominado 'kiwiana'. Los neozelandeses llaman así a prácticamente todo objeto extravagante que se vende como recuerdo, tanto para turistas como para locales. Las 'abejas zumbadoras', un popular juguete, es el ejemplo más claro. Como kiwianas también encontramos a los ceniceros hechos con conchas de mar y hasta un postre hecho con merengue, crema y decorado con kiwis.
La playa Hot Water, en la Isla Norte, posee aguas termales bajo la arena de su extremo sur. Es posible cavar tu propia piscina termal cuando la marea está baja. Incluso es posible rentar palas ahí mismo para facilitar la actividad.
La ciudad de Wellington, al sur del país, posee una intensa vida gastronómica y nocturna. Tiene más bares y restaurantes per cápita que Nueva York.
El lago Taupo posee casi el tamaño de Singapur. Mide 616 kilómetros cuadrados y se encuentra en la Isla Norte. No solo es un sitio ideal para la pesca y los paseos en kayak, sino que tiene su propia zona geotérmica, con cráteres y piscinas repletas de lodo.
En el pequeño pueblo de Kawakawa, en la región del mismo nombre, se encuentran los únicos baños donde vale la pena tomarte una selfie. Frederick Hundertwasser, renombrado artista austriaco enamorado del país, renovó totalmente los baños públicos de la localidad en 1998, pues éstos tenían más 40 años y estaban muy descuidados. Utilizó materiales propios y convirtió el sitio de servicio en una de sus obras de arte, la única en Nueva Zelanda.