En sólo 24 días, entre el 8 de septiembre y el 1 de octubre, desaparecieron cerca de 230 hectáreas de manglar, selva y cultivos, lo que equivale a 40 veces el Zócalo capitalino.
“El manglar funciona como filtro natural del agua marina. Al quitarlo, no sólo se inundará ese terreno, es muy probable que se inunden zonas aledañas, como Puerto Ceiba y la colonia Lázaro Cárdenas. La zona se va a convertir en un pantano enorme”