En 2020, el Covid-19 que hasta el momento ha dejado más de 8 mil contagios en la entidad, ha alcanzado una fase de alta propagación justo en la temporada en la que inician los festejos previos a la Guelaguetza.
Aunque la esencia de su celebración es la misma, el escenario es ajeno. Con el resguardo en casa como una de las máximas medidas para prevenir casos por coronavirus las calles lucen desoladas, mientras que en 2019, el desfile de las 13 delegaciones encabezadas por la diosa Centéotl las atiborraban de emociones y espectadores.
Revivir la música, los bailables de las ocho regiones de Oaxaca que se representan previo a las fiestas del Lunes del Cerro es hoy parte de una nueva normalidad, sobre una fiesta que se reconoce a nivel mundial como un homenaje a la cultura oaxaqueña, a la vida, y a la unión de sus pueblos para afrontar las crisis, pues su origen se remonta a uno de los más fuertes terremotos que ha vivido la entidad.
Inicio del desfile de las delegaciones en 2019 sobre la calzada Porfirio Díaz, encabezado por los monos de calenda y marmotas.
Una mujer bailaba jarabe mixteco durante el recorrido de las 13 delegaciones sobre AvenidaJuárez.
Jóvenes bailaban jarabe mixteco, compuesto por varios sones, durante el recorrido sobre Avenida Juárez.
El 7 de enero de 1931, un terremoto de 7.8 grados de magnitud sacudió Oaxaca. Las constantes réplicas de éste llenaron a la población de miedo e incertidumbre, por lo cual comenzaron a vender sus casas y terrenos para buscar otra entidad donde vivir.
Esto narró a EL UNIVERSAL Fernando Rosales, director del Ballet Folklórico de Oaxaca y miembro del Comité de Autenticidad, quien explica que para detener ese fenómeno, representantes de la sociedad civil, de la cultura y el arte planearon un homenaje a la cultura oaxaqueña que reforzara su identidad. Así nació la Guelaguetza. Su nombre significa “compartir” en zapoteco, y es también una ofrenda a la diosa del maíz Centéotl, para tener una buena cosecha.
La primera celebración de la Guelaguetza fue en 1932. En los primeros años, los bailables regionales no eran únicamente representantes de las comunidades de las entonces siete regiones de la entidad, sino que participaban también escuelas y grupos de danza contemporánea, así como atletas y artistas.
La calzada Porfirio Díaz lucía abarrotada en 2019 ante el paso del desfile, donde mujeres de la delegación de Tuxtepec hacen su recorrido bailando “Flor de piña”.
De la delegación Valles Centrales, chinas oaxaqueñas con vestidos coloridos hacían su recorrido frente a la Casa Oficial en Avenida Juárez
Danzante de la pluma, de la delegación Valles Centrales, realiza salto durante su recorrido sobre la calle de Abasolo esquina calle Reforma
Monos de calenda, títeres gigantes que acompañaban la fiesta en su recorrido sobre la calle de Gómez Farías esquina Avenida Juárez
Con el tiempo, las actividades en torno a ella se nutrieron y complementaron hasta conformar la fiesta de los Lunes del Cerro, que se lleva a cabo en el Cerro del Fortín, “lugar que se considera sagrado”, acotó Fernando Rosales.
Este año, el gobernador Alejandro Murat suspendió las fiestas del Lunes del Cerro en el auditorio del Fortín. Para su edición virtual que podrá disfrutarse desde casa, atendiendo las medidas de higiene y resguardo por Covid-19, se contempla la presentación de la Guelaguetza los lunes 20 y 27 de julio a las 10:00 y 17:00.
la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión (CORTV) y en las cuentas oficiales de las dependencias participantes. El nombre oficial de esta edición es: Guelaguetza 2020. La fuerza de nuestra identidad.
Calle Macedonio Alcalá, conocida como Andador Turístico, se mostraba llena de espectadores ante el paso del desfile, que en 2019 fue encabezada por Lilia López Hernández, de Loma Bonita, como representante de la Diosa Centéotl.
Mujeres de Tuxtepec realizaban el tradicional baile “Flor de piña” a un costado del Jardín Labastida, sobre la calle de Abasolo.
Chinas Oaxaqueñas comenzaban su participación en el desfile en el Monumento a las Águilas, en la colonia reforma
La explanada del templo Sangre de Cristo se veía abarrotada de espectadores, ante el paso de los grupos de las delegaciones que integran la Guelaguetza sobre la calle de Abasolo.
Balcones terrazas y azoteas se veían llenas de alegría al paso de las delegaciones, que anunciaban las fiestas de julio en 2019.
