El ingeniero e investigador mexicano Miguel Ángel de Quevedo dedico gran parte de su vida al estudio de la flora. Introdujo varias especies por lo que es también conocido como el apóstol de árbol.
El fresno es el más común de todos los árboles de la Ciudad de México. En él ponen sus huevecillos las grandes mariposas amarillas con negro características de la capital.
Los pirules fueron introducidos a principios de la colonia y traídos desde Perú. Su permanencia se ha facilitado porque son árboles que se reproducen fácilmente cuando las aves dispersan sus semillas.
Entre las especies más amenazadas del patrimonio vegetal de la ciudad de México se encuentran algunas cactáceas porque son especies de hábitats que se han ido restringiendo en la capital.
Para muchos especialistas la llegada de una especie exótica como los eucaliptos fue un gran error, pues es una especie que jala mucha agua, impide el desarrollo de otras plantas y se vuelve peligrosa con los años.
El término huizache es un nahuatlismo. El término es el nombre vernáculo que reciben en México varias especies de la familia de las fabáceas, como las acacias características del Cerro de la Estrella.
Los árboles capturan el dióxido de carbono de la atmósfera y mediante la fotosíntesis lo fijan en diferentes cantidades en forma de carbono en sus tejidos, dependiendo de la especie.