Genes, huesos e insectos


Nuestra información genética empezó a utilizarse como una herramienta para resolver crímenes hasta mediados de los 80. A lo largo de los años la obtención de los perfiles de ADN ha revolucionado la forma en que se investiga, pues se ha convertido en una de las herramientas más precisas para la identificación de individuos. Es usada en miles de laboratorios alrededor del mundo para identificar vestigios biológicos de interés en la investigación criminal y para la identificación de restos humanos y personas desaparecidas.

ADN

La osamenta de una persona puede decirnos mucho sobre su muerte, pero también sobre cómo era su estilo de vida. En el ámbito policial, la información de los huesos empezó a utilizarse hace siglo y medio en EU. En nuestro país se necesita estandarizar protocolos y tener más especialistas en el tema, como los antropólogos forenses. Hace poco se abrió la especialización en esta materia en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).

Restos óseos, retrato hablado

La entomología forense se encarga de estudiar los insectos que tienen que ver con un escenario legal. Los insectos pueden servir desde para detectar la presencia de ciertas sustancias toxicológicas hasta definir las etapas de putrefacción de un cuerpo. Incluso, en algunos casos, se puede obtener el ADN de una persona mediante un insecto que haya ingerido sus restos. Algunos de los expertos más importantes del país en esta área, como el doctor Carlos Pedraza, trabajan preparando a nuevas generaciones en la Licenciatura en Ciencia Forense de la UNAM.

Insectos, testigos de un crimen