Los sismos tectónicos se generan por la actividad propia de las placas tectónicas. De estos sismos, se han definido dos clases: los interplaca, ocasionados por la interacción en las zonas de contacto entre placas, y los intraplaca, que se generan en la parte interna de las placas, aún en zonas donde se ha llegado a suponer un nivel nulo de sismicidad.

Los sismos intraplaca son menos frecuentes que los interplaca, pero pueden tener profundidades similares (15-30 km) o mayores (60 ó 70 km). El sismo acontecido el pasado 19 de septiembre con una profundidad de 57 kilómetros, y con epicentro entre Puebla y Morelos, entra en esta categoría.

A mayor cercanía con el epicentro el sismo se siente más fuerte, es por eso que el más reciente sismo de 7.1 grados a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, Morelos y a 120 kilómetros de la Ciudad de México se sintió con gran intensidad. El terremoto de 1985 tuvo una intensidad de 8.2 grados con un epicentro a 390 kilómetros de distancia de la capital.