Los gobiernos de la Ciudad de México y el Estado de México han instrumentado conjuntamente, desde hace más de 30 años, programas para controlar las emisiones de contaminantes que sin embargo, han resultado ineficientes.
En la CDMX los vehículos con altos niveles de emisiones y que lograron acceder al holograma cero aprovechan prácticas de corrupción y fallas evidentes en los sistemas de verificación.
Urge regular el transporte de carga intra e inter urbano en lo que respecta a peso, rutas y horarios de acceso y circulación, así como procesos de inspección físico-mecánica y de verificación de emisiones.
El tiempo de traslado promedio en CDMX es de dos horas. Sólo algunas ciudades en el mundo lo superan, como el caso de Manila.
En ciudades como Tokio y Singapur, el precio de venta de un automóvil refleja el costo real que éste tiene para la sociedad, y llega a alcanzar más del doble de su valor comercial.