Científicos del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM y de la Universidad de Kioto mantienen una red sismo-geodésica en el fondo oceánico, en la llamada “brecha sísmica”, que se extiende desde Acapulco hasta Papanoa. Esta red anfibia, denominada así por la ubicación de su instrumental en mar y tierra, mide tanto sismos como deformaciones lentas del continente.