Las selvas tropicales del mundo se encuentran en estado de emergencia. La selva amazónica, presa de alarmantes incendios durante este año, ha desencadenado una alarma mundial sobre la falta de protección a este pulmón global y los efectos que podrían desencadenar estos eventos en todo el planeta.

Este tipo de ecosistemas se encargan de absorber entre 25 y 30% del dióxido de carbono que liberamos a la atmósfera, pero cuando estos sistemas dejan de funcionar, pueden subir la temperatura de la Tierra. Además hay mayor liberación de contaminantes que también exacerban este efecto.

Además de los fuertes incendios en la Amazonia, otras zonas del planeta también se ven asediadas por el fuego, como la Cuenca del Congo, un santuario de biodiversidad que también absorbe grandes cantidades de CO2. Datos de la NASA también revelan puntos de alerta en Siberia e Indonesia, como una muestra de las afectaciones del cambio climático.