¿Todos a bordo?

Desde que se anunció el proyecto del Tren Maya, las preguntas sobre el impacto ecológico a una de las zonas más biodiversas del mundo, no dejan de fluir; sin embargo, hay pocas respuestas claras sobre agotamiento del acuífero, generación de residuos y deforestación, entre muchas otras cosas.

Tren Maya

La palabra diésel no se puede separar del proyecto de movilidad del tren. Es considerada una buena opción económica por los impulsores del proyecto, que frente a las críticas por el impacto ambiental y abasto del combustible han dicho que en realidad se tratará de un “sistema diésel-eléctrico que podrá ser convertido a un modelo de hidrógeno, cuando la tecnología desarrolle su potencial”.

Sí, pero no

Los gobiernos más ambientalistas del mundo, como Alemania, han logrado trazar el camino para los trenes del futuro mediante el hidrogeno, que para ser “verde” necesita generarse por procesos que no utilicen combustibles fósiles e impulsen el uso de energías renovables. La pregunta es si México realmente estará listo en algún momento para subirse “en ese tren” sin apostar por las renovables.

Hidrógeno verde