Al respirar, el oxígeno llega hasta nuestros pulmones que distribuyen el oxígeno a la sangre. Existe un mecanismo cerebral que controla su nivel en el organismo, conocido como saturación y que va entre el 94 y 98 % para adultos sanos. Uno de los síntomas del Covid-19 es la hipoxia o neumonía silenciosa, la falta de oxígeno que provoca el descenso de rangos de manera casi imperceptible: los pacientes no sienten que les falta el aire hasta que la condición se vuelve grave.

Los médicos no tienen totalmente claro el origen de esta condición, sin embargo se piensa que se debe básicamente a que el coronavirus ataca las células pulmonares que ayudan a mantener los alvéolos abiertos entre las respiraciones, pero como los pulmones todavía no muestran rigidez ni están llenos de líquido, siguen expulsando dióxido de carbono. La neumonía avanza peligrosamente sin soltar las alarmas debidas, como opresión en el pecho y confusión mental.

El oxímetro, un instrumento que detecta problemas de oxigenación en la sangre y que se utiliza con la misma facilidad de un termómetro, pero colocando el dispositivo en un dedo, puede ayudar a la detección temprana de hipoxia silenciosa por Covid-19. Este instrumento se ha vuelto una herramienta útil para monitorear a los enfermos de coronavirus que se recuperan en casa, pero los rangos deben ser informados a un especialista.