Higiene contra el SARS-CoV-2

La palabra “sanitizar” es un anglicismo que a raíz de la pandemia ha sido asumido en español con nuevas connotaciones, como una desinfección más profunda; sin embargo, ahora que los lugares públicos empiezan a recibir nuevamente gente, se realizan estrategias de desinfección que no siempre son lo que prometen.

No todo lo que brilla es oro

Desde hace varios meses, la OMS advertía de la ineficacia de rociar los espacios públicos con desinfectantes, pues no son estrategias útiles contra la presencia del virus, además de que las calles no son consideradas un reservorio del SARS-CoV-2. Los especialistas coinciden en que la higiene personal y el uso de tapabocas son más importantes.

Estrategias ineficaces

Existen muchas estrategias para recibir a los clientes en diversos negocios que no marcan la diferencia e incluso pueden resultar perjudiciales, como los llamados arcos sanitizantes. El sistema automatizado de aspersores que rocían una solución desinfectante no tiene eficacia comprobada y de hecho podría ocasionar problemas derivados de la inhalación de desinfectantes.

Un plus que no marca la diferencia