En la segunda parte de esta historia, ya no se lidia con un completo desconocido; sin embargo, no se han realizado los cercos necesarios al virus que nuevamente eleva las cifras de infectados en todo el mundo. La primera ola fue inédita, impredecible y grave. La segunda fue predecible, pero de igual forma: grave y con la gravedad evidenciada no solo por la ferocidad del virus, sino de políticas de contención fallidas.

Europa y América concentran alrededor del 80% de los casos de Covid-19 en todo el mundo. En Europa, las primeras medidas drásticas de confinamiento lograron controlar al virus de una manera bastante eficaz, pero sin el rastreo necesario de los focos de infección y el relajamiento en las normas de sana distancia, los contagios llegaron nuevamente. América es un macrocosmos de lo que sucede en el viejo continente.

Los nuevos casos diarios reportados en Indonesia, Irán, Malasia, Nepal y Sri Lanka están reflejando una preocupante tendencia al alza, incluso en lugares con meses de estabilidad. Por otra parte, el número de casos confirmados notificados en lugares como Australia, Bangladesh, Japón, Maldivas, Myanmar, Pakistán, Filipinas y Corea se han mantenido estables, e incluso, bajado en las últimas semanas.