Los conocidos como medicamentos convencionales son aquellos que tienen un origen químico. Por su parte, los biofármacos son productos que poseen una sustancia activa de origen biológico o de origen biotecnológico.

Los medicamentos biotecnológicos son aquellos que se obtienen a partir de una proteína o ácido nucleico por la llamada tecnología de ADN recombinante.

La tecnología de ADN recombinante consiste básicamente en aislar y manipular un fragmento de ADN de un organismo para introducirlo en otro, por ejemplo un gen humano en una célula bacteriana o animal.

México es uno de los países más competitivos en el sector farmacéutico en América Latina. Las certificaciones de calidad en sus productos, impulsadas en los últimos años, han favorecido este rubro.

Los fármacos biotecnológicos de alta especialidad son eficientes para tratar diabetes (mediante insulina sintética), enanismo (con la hormona de crecimiento) y diversos tipos de cáncer.

El Instituto de Biotecnología de la UNAM (IBt) forma parte de la red de cuatro instituciones nacionales que apoyan a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) para el análisis de medicamentos biotecnológicos biocomparables.