Se piensa que los neandertales, sapiens y denisovanos convivieron en Eurasia durante al menos 30 mil años.
Los melanesios son los únicos que también tienen una ascendencia genética denisovana significativa. Representa entre el 1,9% y el 3,4% de su genoma.
El legado de estos encuentros incluye 21 trozos de ADN arcaico en los que están genes inmunes que reconocen virus.
Otra herencia de la genética denisovana incluye varios genes involucrados en el metabolismo, como el GBC, que aumenta los niveles de glucemia; así como el PLPP1, una proteína de membrana de la célula que descompone las grasas.
Algunas regiones del genoma humano moderno carecen de linajes arcaicos, como los que juegan un papel en el desarrollo del córtex y el estriado del cerebro adulto.