Los niños de la guerra del sur

De 2013 a 2016 las solicitudes de refugio en México por parte de menores no acompañados provenientes de Honduras, El Salvador y Guatemala, se incremetó 350%.

Crece migración de niños a México

En el camino a convertirte en adulto hay que pasar obstáculos, levantarse de tropezones y adversidades que sólo con la madurez que se espera del paso de los años se podrían resolver. Pero no para todos es igual. Jorge creció de golpe. A los 8 años dejó de ser niño. La infancia le abandonó. Ese día decidió tomar la mano de su tío en una de las calles de la Rivera Hernández, en San Pedro Sula, Honduras, y salió a probar una bicicleta. Después de varias cuadras de recorrido y algunos minutos, a ambos les dio sed y decidieron pasar a una tienda por una bebida. Ahí, justo en ese recuerdo de un día normal en apariencia, se detiene la memoria de Jorge. Dos jóvenes miembros de una pandilla los estaban esperando. Cruzaron frente a la tienda en bicicletas, sacaron sus armas y dispararon hasta que vieron caer a su tío. Jorge se desmayó al instante y despertó con el peso encima del cuerpo inmóvil de su familiar.

Después de ese día, en el lapso de los siete años siguientes, asesinaron a su padre y un hermano mayor, ingresó a una pandilla, envolvió y repartió droga y después le pidieron asesinar a otro integrante de su familia. Su vida cambió de nuevo ante tal petición. Algo sucedió: se negó. “Bueno, en ese entonces no me negué, pero… me tuve que venir (a México) porque incumplí una regla y me podían matar”, relata Jorge, actualmente de 16 años, a EL UNIVERSAL. Después de ese momento, sin pensarlo dos veces, le avisó a su tío sobre el plan de la pandilla, tomó un cambio de ropa y huyó a México. Solo y sin decir adiós.

Toda mi vida anterior no la quisiera recordar… Pero son cosas que ya han pasado, no digo que lo pueda olvidar pero sí lo puedo sacar de mi cabeza un momento”, explica Jorge, quien está en espera de una respuesta al proceso iniciado para ser refugiado en México.



Migrar o “caer en las garras de ellos”

En los últimos cuatro años el número de solicitudes de refugio en México por parte de menores no acompañados provenientes del “Triángulo del norte”, que abarca Honduras, El Salvador y Guatemala, se incremetó 350%. Es decir, en 2013 fueron 65 menores originarios de estos países quienes pidieron refugio en nuestro país. Para 2016 el número fue de 229, según la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR). Esta cifra es realmente baja si se compara con el movimiento migratorio de estos países registrado por el Instituto Nacional de Migración (INM), de 2010 a lo que va del año, se han presentado ante la autoridad 66 mil niños que viajan sin algún familiar responsable de ellos, al 99% los han regresado a sus países de origen. En 2013 fueron 5 mil 562; 2014, 10 mil 711; 2015, 20 mil 347, y en 2016 se redujo un poco a 17 mil 530.

En contexto, en 2006 la Red de Módulos de Tránsito para Niños Migrantes del Sistema Nacional del Desarrollo Integral de la Familia (DIF), registró 262 niños del “Tríangulo Norte”, mientras que para 2016 cruzaron la frontera nacional 18 mil 998. La cifra llegó a miles en 2010, 3 mil 28. Se fue incrementando de a poco hasta 2014 que alcanzó 13 mil 639. Llegar a uno de estos lugares significa tener un conocimiento de la ruta pero la mayoría de los que huyen del país, como Eduardo, salen sin rumbo y sin pensar en regresar, “si regresaba iba a caer en las garras de ellos”. Eduardo se encuentra en el mismo proceso de refugio. En los tres meses que lleva en México ha habldo con su familia cada semana pero no les ha dicho por qué huyó. Eduardo trabajaba en la ciudad de San Pedro Sula arreglando fallas mecánicas y tenía entrar y salir de barrios gobernados por pandillas. En una de esas lo quisieron forzar a trabajar con ellos, no aceptó y recibió amenaza que si lo volvían a ver por ahí lo mataban a él y a su familia. Regresó a su casa, lo pensó unos días, tomó una mochila y huyó con la idea de ir a Estados Unidos.

La cifra de menores no acompañados que han llegado a Estados Unidos cruzando México, solo de 2014 a 2016, es de 168 mil niños. Eso quiere decir que de 2014 a 2016, sumando los registros de ambos gobiernos, estadounidense y mexicano, por lo menos 216 mil niños, sin ningún familiar, sin ningún apoyo, fueron mandados a la fuerza por sus padres o simplemente huyeron sin avisar, para lograr una mejor vida. 72 mil al año, 196 al día, cinco mil 901 al mes. 2016 fue el segundo año que la patrulla fronteriza de Estados Unidos detiene a más migrantes no mexicanos. El otro año fue en 2014. Ese año fue marcado como “crisis humanitaria” por el entonces presidente norteamericano, Barack Obama al ver la cantidad de niños centroamericanos que llegaban solos a su país. En 2014 la patrulla fronteriza detuvo a 68 mil niños, para 2015 esta cifra disminuyó a 39 mil pero en 2016 aumentó de nuevo a 60 mil.

El Alto Comisionado De Las Naciones Unidas Para Los Refugiados (ACNUR) ha declarado que si los mgirantes supieran de la posibilidad de pedir refugio el nùmero aumentaría radicalmente. En cifras totales Méxio ha recibido 19 mil 188 solicitudes de 2013 a la fecha y sólo cuatro mil 910 se les ha concedido el título de refugiado. El 90% de ellas provienen de Honduras, El Salvador, Guatemala.

A 2017 las cifras de menores no acompañados presentados ante el INM es mucho menor. En los primeros cinco meses del año, se registraron dos mil 595 menores, esto representa el 14% del año anterior y la primera vez que decrece el flujo migratorio de este grupo. “Se observa que ha habido una disminución (flujo migratorio). Incluso visualmente es evidente. En los albergues también ha habido una disminución. Hay un dato interesante y es que si bien es cierto que el número de personas que han ingresado ha disminuido, no hemos registrado esta misma disminución en el número de solicitudes de asilo. Más bien ha habido una disminución en la brecha de personas que entraban a México y no solicitban asilo”, explica el coordinador de las oficinas de Terreno del Acnur en México, Rafael Zavala.

A la mitad del año de 2017, la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (COMAR), registra más de seis mil solicitudes, casi el total de todo el año pasado. El Acnur estima que a fin de año el número de solicitudes ronde las 16 mil, el doble que el año pasado. Esta situaicón también se ve en los niños no acompañados. Van 115 peticiones de refugio de parte de estos tres países, un poco más de la mitad que hubo el año pasado. Expertos explican que en el verano es el momento del año cuando se da la mayor cantidad de movimiento migratorio asi que esperan que el número siga en aumento.

Jorge avisó a su tío que lo querían matar, él le dio un poco de dinero y le dijo que se fuera. Analizando la situación Jorge dice que era o ser pandillero o ser asesinado por una pandilla. Narra que él decidió meterse a las pandillas luego que a su hermano lo asesinaran por habersese enamorado de una muchacha que estaba en la banda rival. “Un amor imposible”, lo define.

A los meses de haber huido de su país, Jorge llamó a casa y le informaron que al tío al que alguna vez le encomendaron matar, había sido asesinado. Explica con una sonrisa que siempre hace cada vez que habla de un tema violento que así tenía que ser. Para él salir de su país como salió, de golpe, de improviso, con violencia, es una nueva esperanza de vida.