Se ha intentado que tres principios rectores minimicen el uso de animales en laboratorio: remplazo, reducción y refinamiento. El primero se refiere al empleo de otros medios cuando sea factible; el segundo habla de minimizar el número de seres vivos utilizados. Finalmente, el refinamiento se refiere a evitar la crueldad en su manejo.

Recientemente una investigación del New York Times ventiló la utilización de monos por parte de VW para probar los efectos del diesel. Independientemente de la manipulación del estudio que minimizaba el impacto de una sustancia con una comparación poco realista entre un laboratorio y una avenida, las asociaciones protectoras condenaron los experimentos.

Existen varios métodos alternativos a la experimentación animal, como los cultivos celulares (in vitro), los modelos virtuales computarizados (in silico), así como robustas bases de datos sobre estudios preexistentes. Sin embargo, la comunidad científica acepta que aún no están tan desarrollados para funcionar en todas las áreas y existe rezago en el desarrollo de la normatividad.