A sus 24 años, Pilar Figueroa ya consiguió aquello que muchos buscan por años: el trabajo de sus sueños. Labora desde su casa, le pagan en dólares y prácticamente nunca tiene que ver a su jefe, aunque “es una persona increíble”, explica. La joven trabaja como Front-end Engineer, creando aplicaciones en Crowdbotics, una empresa que desarrolla software en Berkeley, California.
Hace un año su realidad era totalmente diferente. Sólo le ofrecían trabajos como becaria o auxiliar donde no ganaba más de 6 mil pesos al mes; a pesar de que ya había terminado su carrera en Relaciones Internacionales en el Instituto Politécnico Nacional, la segunda institución del país que produce más publicaciones académicas en México, de acuerdo con el Ranking Mundial Webometrics, que mide la actividad científica y académica en Internet entre más de 11 mil universidades del mundo.
“Yo estaba muy desanimada. Conseguir trabajo no iba a ser tan sencillo como pensé”, recuerda. Pilar estaba trabajando en una tienda de abarrotes, cuando escuchó en la radio una entrevista con Gabriela Rocha, quien dirige Laboratoria en nuestro país. “A mi novio y a mí nos gustaba escuchar un programa de tecnología y nos sorprendía cómo avanzaba. Pero yo lo sentía muy lejos de mi realidad”.
Cuando se enteró del proyecto, Pilar quiso aplicar en ese mismo momento, pero la convocatoria estaba a punto de cerrar. “Cuando le conté a mi mamá de Laboratoria, se súper espantó. ‘¿Cómo crees que va a ser posible que exista eso?, ¿qué tal si es trata de blancas?’, me dijo. Me dio risa, pero a la vez me dio mucha tristeza, porque qué feo que esté tan preocupada por algo que no debería suceder”.
La joven esperó seis meses para que se volvieran a abrir las inscripciones y apuntarse al programa. Mientras tanto, trabajó en un banco, “me pagaban 6 mil pesos mensuales. Era un trabajo super exhaustivo. Tenía que entrar a las 8 de la mañana y salía a las 6 u 7 dependiendo de la sucursal. En este campo de desarrollo a veces se te duplica o se triplica el sueldo” dice refiriéndose a sus nuevas habilidades en programación.
Para el 2020, se estima que los empleos en ciencia de la computación crecerán dos veces más rápido. Creando 5 millones de nuevos empleos América Latina, de acuerdo con La Oficina de Estadísticas Laborales, de Estados Unidos. Sin embargo, aún no se están capacitando a suficientes personas en la región para estos nuevos trabajos, tan sólo para el próximo año, América Latina tendrá una brecha de medio millón de profesionales de la tecnología, según Cisco, empresa global de Tecnologías de la Información y red.
Antes de formar parte de este proyecto, Pilar había tenido problemas para relacionarse con otras mujeres. “Yo siempre he tenido esa tendencia a llevarme con hombres. Cuando llegué a un salón de 40 mujeres, no sentí que pudiera tener un enlace de confianza con ellas”.
Sin embargo, bastaron unos días para que aprendiera a confiar en sus nuevas compañeras. “Aunque el código es la herramienta principal, si yo no hubiera aprendido a estar con tantas personas a mi alrededor para saber cómo se dividen las tareas, esto hubiera sido muy diferente”.
CISCO reporta que en México, el trabajo en equipo es la competencia en la que más fallamos (78%), seguido de adaptabilidad al cambio (75%) compromiso (73%) y comunicación asertiva (60%).
“Fue una chinga”, dice Pilar, mientras explica que aún así, nunca cambiaría la experiencia. Explorar este campo de la ciencia la llevó a Europa por primera vez. Laboratoria abrió una convocatoria para que sus estudiantes participaran en la semana de tecnología de la UNESCO, en París. Compitieron 800 egresadas y Pilar fue la seleccionada para representar a las alumnas.
“Nunca había ido a Europa, fui a Italia, Bélgica, París y luego regresé a México”, recuerda emocionada. El tiempo en que iba a entrevistas de trabajo quedó atrás. “Yo estoy feliz, me gusta muchísimo mi trabajo, aunque a veces me jalo el cabello porque no entiendo cosas, no me arrepiento ni un sólo momento. No podría visualizarme haciendo otra cosa. Mi vida la planeo ya en este sector”.
Hace unos meses, Pilar aplicó para una beca a China con Huaweii, empresa líder mundial en telecomunicaciones, y aunque el perfil está dirigido a ingenieros de carrera, ella no pierde la esperanza de ser una seleccionada. “Ya le prendí la velita al Santo”, bromea.
