Cuatro Ciénegas, ubicado en el estado de Coahuila, debe su nombre a sus abundantes manantiales que forman extensas ciénegas o humedales en medio del desierto, pero en la actualidad uno de sus principales sistemas hídricos ha muerto. Se trata del Churince, drenado casi al 90% debido principalmente a malas prácticas de agricultura local, como el cultivo de alfalfa.

La Doctora Valeria Souza, especialista del Instituto de Ecología de la UNAM y quien recientemente fue distinguida como miembro internacional honorario de la Academia Americana de Artes y Ciencias de EU, ha estudiado Cuatro Ciénegas desde hace dos décadas y desde hace varios años había hablado del deterioro de este lugar sui generis a nivel mundial, pues funciona como un laboratorio natural para el estudio de la evolución temprana en la Tierra.

Es uno de los pocos lugares donde actualmente coexisten los estromatolitos, agrupaciones de células que forman rocas sedimentarias, cuyas capas superficiales contienen organismos vivos característicos de la vida precámbrica en la Tierra. A pesar de la muerte del Churince, los especialistas han encontrado otros ecosistemas diversos y confían en que los proyectos locales de agricultura sustentable puedan ofrecer una alternativa de supervivencia a Cuatro Ciénegas.