Hace un par de meses diversas organizaciones civiles, que incluyen firmas de personajes de la farándula, chefs y artistas plásticos, enviaron una carta al Presidente Andrés Manuel López Obrador para solicitar el establecimiento del “Decreto México con bioseguridad y sin organismos genéticamente modificados”. Esta propuesta que contempla la prohibición de emitir permisos de liberación de organismos genéticamente modificados hace eco del discurso presidencial sobre el mismo tema y la postura de la actual presidenta del Conacyt.

En respuesta a la misiva, un grupo de 140 científicos especialistas en el área de biotecnología redactaron otra carta donde piden no estigmatizar la biotecnología. Entre los firmantes destacan el Presidente, Vicepresidente (y varios expresidentes) de la Sociedad Mexicana de Biotecnología y Bioingeniería, así como diez Premios Nacionales de Ciencias. Su postura es descartar un decreto de prohibición cuando ya existe un marco regulatorio sobre bioseguridad de transgénicos. El veto podría echar abajo treinta años de avances en biotecnología.

El tema de los transgénicos es sin duda uno de los más polémicos en el mundo entero. Sus detractores dicen que no hay conocimiento adecuado de su impacto en el medio ambiente y la salud humana, tanto a corto como a largo plazo. Sus defensores abogan por una biotecnología responsable e informada, dirigida a resolver problemas de alimentación en el mundo y a disminuir el uso de insecticidas y herbicidas químicos.