Cultivando proezas espaciales

  • Planeta

    verde

    Se calcula que hay alrededor de 300 mil especies de plantas en el planeta, así que la minuciosa selección de semillas que germinarán en un ambiente distinto a la Tierra no es aleatorio.

  • Al

    extremo

    Se eligen las que más beneficios les pueden reportar a los humanos fuera de la tierra, así como las que tienen mayores posibilidades de supervivencia en ambientes extremos.

  • Cultivo

    lunar

    El algodón elegido por la misión china para cultivarse en la Luna estaba acompañado por otras semillas como papa, elemental como alimento para viajeros espaciales.

  • Super

    hierba

    Una de las viajeras espaciales por excelencia es la hierba Arabidopsis thaliana que ha despertado la curiosidad de buena parte de la comunidad científica.

  • La

    única

    Elegida por su corto periodo de crecimiento, se introdujo en el laboratorio hace unos 40 años. En el año 2000 se obtuvo la secuencia de su genoma, siendo el primero secuenciado de una planta.

  • Experimentos

    en

    cultivos

    En el caso de los cultivos espaciales, los avances han ayudado a entender mejor el desarrollo de algunas semillas después de ser sometidas a diversas temperaturas y fuentes de luz.

  • Nuevas

    propuestas

    Los sistemas de crecimiento en el espacio han enriquecido propuestas arquitectónicas como los cultivos verticales que también cumplen una función como reguladores atmosféricos.

  • Diseño

    en los

    cultivos

    La empresa de diseño italiana DesignLibero desarrolló incluso un aparato de jardín inspirado en los cultivos ochenteros de la NASA llamado “Green Wheel”.

  • Productos

    espaciales

    En ese entonces la idea de la NASA era cultivar productos en el espacio con un dispositivo circular giratorio para contrarrestar la gravedad cero y utilizar minerales en el agua, como una especie de noria contemporánea.

  • Tecnología

    diaria

    Las aportaciones de los experimentos en el espacio, de hecho, están en todos los detalles de nuestra vida cotidiana, desde la espuma viscoelástica (memory foam) que llevamos en el interior de nuestros tenis hasta las cámaras de los teléfonos inteligentes.