Cuando se trata de encontrar un compañero en el reino animal, las hembras tienden a preferir a los machos con los colores más brillantes o mayor tamaño, rasgos que sugieren que tienen genes saludables.

Pero en el mundo animal no todo lo que brilla es oro, un nuevo estudio del Instituto Max Planck de Ornitología con los llamados diamantes cebra o mandarines (Taeniopygia guttata) revela que estas pequeñas aves de rayas grises, prefieren parejas con intereses similares, como la inclinación por explorar el mundo.

Esta empatía de macho y hembra garantiza una mejor sincronía a la hora de proteger el nido. El vínculo que une a la pareja es tan fuerte que se establece para toda la vida, pues permanecen juntos hasta que uno de los dos muere.