Nueva generación

La sangre, ese tejido líquido que transporta oxígeno para las células de los vertebrados y circula sin empacho por venas y arterias está tratando de ser imitado para una nueva generación de robots. La idea es generar un sistema que, al igual que la sangre, sea capaz de distribuir energía. En lugar de eritrocitos, leucocitos, plaquetas y plasma, este compuesto está integrado por un fluido hidráulico cargado con iones disueltos.

Energía líquida

Especialistas de la Universidad de Cornell exponen esta hazaña en un reciente artículo publicado en la revista Nature. Los especialistas crearon un fluido con el reto de transmitir la fuerza necesaria a un pequeño robot (el llamado Robo-fish) que imita los movimientos del pez león (Pterois antennata), cuyo hábitat natural son las lagunas costeras y arrecifes del océano Índico tropical y el Pacífico occidental.

Aprendiendo a nadar

Este se convertiría en el primer paso en la creación de un sistema que busca ser capaz de brindar el potencial químico necesario para alimentar la electrónica de una batería líquida de mayor duración que podría brindarle más independencia a los robots autónomos. El líquido dispuesto fluye a través de las células de las baterías de flujo interconectadas en el abdomen y las aletas del pez.

Mayor autonomía