Los árboles son capaces de contar historias, de registrar fielmente acontecimientos naturales que cambiaron su entorno, como incendios, tormentas, sequías, inundaciones, deslaves, erupciones y plagas. También son capaces de registrar eventos propiciados bajo la mano del hombre como contaminación y depredación de ecosistemas. Los dendrocronólogos son las personas capaces de traducir estos sucesos mediante el estudio de sus anillos de crecimiento.