Human 2.0

En muchos laboratorios en todo el mundo se siguen explorando los caminos de la llamada human augmentation, tecnologías que buscan desarrollar alternativas para mejorar la calidad de vida de quienes tienen alguna discapacidad, pero que también buscan impulsar las capacidades humanas más allá de sus límites naturales en diferentes áreas: sensorial, cognitiva, motora, fisiológica y medioambiental.

Nuevas alternativas

Uno de los ejemplos más ambiciosos de este tipo de tecnologías lo propone Neuralink, la start-up de neurociencia de Elon Musk. Hace un par de meses este visionario de la tecnología que lo mismo manda cohetes al espacio, planea controlar el internet de todo el mundo o ser el líder de la industria de vehículos autónomos, presentó los avances de un implante neuronal que permitiría a las personas controlar una computadora o un dispositivo móvil con solo pensarlo.

¿Súper héroes a la carta?

Para los expertos en tecnología y ética, los desarrollos ligados al concepto de human augmentation ofrecen una visión más atractiva del futuro y de nuestra relación con la tecnología, pero la tentación de mejorar radicalmente las capacidades cognitivas humanas puede crear seres con más beneficios y una prefabricada supremacía moral que pudiera abrir nuevos abismos en las sociedades.

Nuevos abismos