Los números de enfermos y muertes que provoca la pandemia, no sólo nos hablan del desarrollo de la enfermedad en un espacio y tiempo determinado, también sirven de herramientas para predecir su curso. La estadística y la epidemiología se convierten en un binomio indispensable para poder entender mejor el impacto y desarrollo del COVID-19.

El desfile de números viene acompañado de términos que se sumergen de muy diversas formas en el imaginario colectivo hasta llegar incluso a confundirse en las voces de quien debería entenderlos mejor, como la voz presidencial que llegó a clamar que México es el país con menos infectados por coronavirus, después de la India.

Lo que en realidad sucede es que nuestro país es una de las naciones que ha practicado menos pruebas por millón de habitantes, solo por detrás de India. El Modelo Centinela, sólo muestrea a una porción de los enfermos no graves. Estos datos son útiles porque su extrapolación habla de un escenario más realista, pero no comparable con otros países, ya que los modelos son diferentes.